METUS

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Capítulo 1

El valor es el resultado de un grandísimo miedo

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YUKIO

"El se marcho y no pudiste hacer nada"

La culpabilidad tan palpable en su palabra en su sentir era el mero recordatorio de su fracaso. Su hermano, la promesa a su padre, su vida, los sacrificios que tuvo que hacer. Todo perdido por una simple insolencia, por un tonto pretexto, por una discusión.

Yukio observo las manos inertes sobre su regazo, inútiles ante lo que acababa de acontecer, torpes y descuidadas.

El fracaso es amargo; más cuando se tiene que enfrentar sólo. El joven exorcista había pasado toda su vida entrenando, aprendiendo como combatirlos, buscando hacerse más fuerte para poder llegar a la meta, para cumplir con la promesa que le hizo a su padre de protegerlo a "él", al hermano que tanto quería, su gemelo hijo de Satán.

-RIN- Susurro cerrando los puños con fuerza, sus uñas ahora puntiagudas se encajaron en la carne perforándola con lentitud, pero no importó; ya nada importaba. Sumergido en sus propios pensamientos donde su "padre" se revelaba con la decepción escrita en el rostro.

-Fallé Tousan, fallé- Repitió en su mente cerrando los ojos para tratar de bloquear la verdad que le golpeaba de frente. La sangre comenzó a caer con lentitud recorriendo los pliegues formados en la piel, sin embargo el dolor se convirtió en algo ajeno, extraño e inexistente.

-¡¿Qué diablos estas haciendo?!-Escucho una voz mientras la forma de una mujer se dibujo en el marco de la entrada.

-¡Alto!- Prosiguió ella aproximándose al joven con las intenciones de detenerle.

"Shura"

Ella mejor que nadie lo entendía, sabía que las cosas no mejorarían, al menos no para él. Podía sentirlo en el aire, con la mirada seria de Mephisto, con los gestos dolidos de los jóvenes estudiantes en el salón de clases, con la ausencia de "RIN", porque él como su fuego parecía traer luz a la vida de los que rodeaban, no importaba lo que el resto del mundo pensará quienes le conocían sabían que el chico tenía un corazón más puro que el de un ángel.

La pelirroja sostuvo al muchacho con fuerza, -¡No sigas con esto!- Comando jalándolo para tratar de obtener una reacción, pero él no replico. Su figura fatigada tan sólo revelaba la falta de sueño, o mejor dicho la falta de interés por la vida.

-¿Cuánto tiempo tienes así?- Pregunto analizando el estado de la habitación, todo estaba igual al día que paso…Nada parecía haberse tocado, al menos no del lado del hermano mayor, porque del otro… Yukio Okumura no había salido de su habitación, torturándose con los recuerdos.

-¿Por qué te haces esto?- Pensó, pero las palabras murieron antes de ser invocadas, la verdad era que no necesitaba preguntar pues ya conocía la respuesta. Su mano se poso sobre las heridas notando la sangre que corría libremente de ellas; no eran mortales e incluso parecían haber comenzado a sanar.

-No sigas- recalco acariciando las cicatrices que en minutos desaparecerían. Él le miro con esas pupilas desenfocadas, no llevaba sus lentes permitiendo por primera vez que el verde agua se enmarcara libre acariciando por el carmesí que le rodeaba.

"Había llorado"

Las lágrimas ahora secas marcaron el rostro antes frío, dejando escapar todo ese sentir por primera vez desde ese día. Él no replico con palabras, no tenía nada que decir. Permitiendo que el dolor se exteriorizara a través del rostro que le recordaría a su hermano siempre. Eran gemelos, esa era su maldición porque al mirarse al espejo seguiría viéndolo.

-Se fue, se fue- Repitió el muchacho en un tono casi imperceptible mientras apoyaba su forma sobre la de ella.

-Volverá- Aclaro su amiga abrazándolo, ella no era una persona dada a esa clase de reacciones, confortar a alguien es lo que menos esperaba; pero su amigo la necesitaba.

-Después de todo aún eres un niño- Exclamo acaricio su cabello castaño, permitiéndole un momento de seguridad y paz.

A veces era fácil olvidar su edad, a veces era fácil olvidar el peso que cargaba sobre sus hombros cada día, con esa actitud tan seria, con la falta de reacción ante las cosas. Tan distinto a su gemelo.

-Volverá- Repitió él con miedo.

"Volverá"

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El que ha naufragado tiembla, incluso ante las olas tranquilas.

Flashback…

A veces hay cosas que se deben experimentar para entender, pero a veces es mejor no experimentarlo.

Yukio observo el cielo a través de la ventana, ese día en particular había preferido quedarse en casa, sabía que tenía deberes que atender, pero serían más tarde. Sin poder concentrarse demasiado el chico se sentó en su silla leyendo nuevamente la carta que acababa de llegar. Había sido degradado del rango de paladín, otorgándole de nuevo aquel que mantenía antes de todo el caos causado por "Su abuelo".

-No digas tonterías, bien sabes que fuiste tu- Escucho en su mente, antes de negar levemente como si tuviese una conversación consigo mismo, lo que le preocupaba. No se había sentido bien desde el día que Satán lo poseyó, se sentía extraño, débil, desconfiado o paranoico, escuchaba voces donde no había, observaba cosas donde no existían. Ni siquiera los demonios tendían aparecerse de un modo tan sutil.

-Tal vez estoy enloqueciendo- Se dijo antes de cerrar la carta. RIN estaba fuera, poniéndose al tanto con sus compañeros de clase o haciendo alguna maldad, él no sabía lo que el menor estaba experimentando y Yukio prefería mantenerlo así. Entendía que debía hablarlo con alguien, pero ¿Cómo platicarlo?, ¿Cómo exteriorizar esos temores que no te dejan dormir en la noche?.

-¿Cómo decirlo?- Se pregunto en vox baja. Él había temido, de hecho aún estaba aterrado, lamentaba los sucesos pasados consiente de que la sangre de inocentes reposaban en sus manos, tanto hombres como demonios; todos caídos bajo su propia necesidad de venganza, de superioridad. Como un buen demonio.

RIN poseía todo para serlo, excepto el corazón y el alma; él en cambio…

-Deja eso por la paz- Exclamo incorporándose para prepararse, aún tenía cursos que impartir ese día, no podía darse el tiempo de estar auto compadeciéndose.

Fin del Flashback…

El miedo es el compañero más fiel, jamás te engaña para irse con otro.

Shura recorrió el pasillo del colegio, en sus brazos llevaba algo de comida y un par de discos, cualquiera que la viera jamás se imaginaría lo que en realidad estaba haciendo. La mujer negó pensando en lo sensible que se había vuelto.

-Ese par siempre será tan torpe- Se dijo observando el viejo dormitorio, su "amigo" porque no lo negaría, no después de todos esos años de conocerse, esperaba su retorno. Recordó haber pasado toda la tarde con él mientras el chico lloraba por su infortunio. Había perdido a su padre, a su hermano y si no hacía algo su salud mental.

-Pero nadie espera que seas perfecto- Comento entrando en la estructura.

-HEY- Llamo encontrándose con la figura del semi demonio esperándole.

-Así que decidiste hacerme caso ¿EH?- Exclamo la mujer como si no sucediese nada, mientras dejaba la comida en la mesa más cercana.

-Hoy vamos a tener una noche de acción- Prosiguió mostrando las películas que había conseguido.

-No tienes que hacer esto- Respondió él, su forma se veía un poco más compuesta, como si las lagrimas y llantos no hubiesen sido más que una ilusión pasajera. Estaba cerrándose de nuevo, enterrando las cosas otra vez como era su costumbre.

-NAH lunares, ¿Crees que no me doy cuenta?, déjate de tonterías que mueres por pasar la noche con una hermosa mujer- Río la guerrera, jalándolo hacia el sillón, donde los dos terminaron sentados.

-No vuelvas a cometer el mismo error, ¿Acaso quieres que todo se repita?, ¿A quien piensas perder ahora?- Se pregunto Yukio suspirando.

-Sabes que no ganarás la contienda- Confirmo la pelirroja de manera despreocupada. –Ahora pásame una cerveza, y antes de que digas nada para ti hay jugo de uva- Replico de manera descarada. El no pudo evitar reaccionar del mismo modo, era verdad que la mujer lo exasperaba, pero en situaciones como esa era la mejor compañía, su única amiga.

Quien vive temeroso nunca será libre.

Flashback…

Esa tarde su hermano decidió que la pasaría con él, no tenían clase al siguiente día y a pesar de que lo único que Yukio hacía era molestarlo con los deberes, aún así se quedo.

-Debes relajarte un poco- Comento Rin acomodando los ingredientes para preparar la cena.

-Y tu deberías concentrarte un poco más en tus estudios Ni-San- Respondió el otro chico mientras lo observaba desde el otro lado de la mesa de la cocina, era raro que el joven se adentrara a esa parte del dormitorio, dejándolo como la zona exclusiva de Rin, pero el mayor insistió en tenerlo a la vista.

"Él sabía que no todo estaba bien con su hermano"

-Sabes, después de todo lo que paso, pensé que seríamos más abiertos- Comento cortando algunos vegetales, Yukio volvió su mirada hacia el otro joven, el cual lo observaba con una postura seria, como el "Hermano mayor".

-No se de que hablas- Replico el más chico, pero su gemelo tan sólo negó.

-Deja de actuar, se que no estás tan bien como quieres aparentar, después de todo eres mi hermano bebé y es normal que me de cuenta- Prosiguió ignorando las palabras del menor.

La franqueza de su hermano era única, el joven exorcista suspiro sin saber que decir, había tratado de evitar esa conversación desde hacía tiempo y ahora parecía inevitable; conociendo a Rin, lo perseguiría toda la noche hasta que el otro revelará lo que le estaba molestando.

-¿Y bien?- Insistió el mayor.

-No es fácil-Se dijo el más chico.

-…-

Los minutos pasaron pero ninguno dijo nada atrayendo el silencio, con excepción del agua que hervía.

-Lo siento mucho Ni-san- Susurro el castaño, no se como tu puedes…como es que…como aceptas a alguien como yo, cuando…- Las palabras se escuchaban suaves, casi imperceptibles, pero claras para el oído de un demonio.

-No te preocupes Yukio- Respondió el mayor aproximándose a él para tomarlo de los hombros. Ambos se observaron por un instante. –Nadie te culpa de nada, después de todo, tú sólo deseabas ayudar, es bueno saber que aún eres capaz de creer en las personas- Dijo con sinceridad.

-En las personas equivocadas- Negó el chico de lentes.

-Creo que en tu lugar yo hubiese hecho lo mismo, querer creer que no estamos solos y que hay alguien más afuera esperándonos, pero sabes; lo más maravilloso es que lo hay, sólo que no nos habíamos dado cuenta- Río finalmente, -Además nos tenemos a nosotros- Aclaro alejándose para verificar la comida.

Yukio sonrió abiertamente, -Gracias Ni-san- Exclamo antes de dar un grito.

-AJA, descuidado- Intervino Shura riendo mientras jalaba la cola del pobre exorcista.

-¿A que hora llegaste?- Pregunto Rin.

-Hace rato, pero no quise interrumpir su momento de ternura, awww fue tan lindo- Les molesto liberando al más joven para carcajearse de sus miradas molestas.

-Ahora ¿Que hay de cenar?- Finalizo.

Fin del flashback

Nunca tengas miedo del día que no has visto

-El volverá- Las palabras se repitieron una y otra vez, Kuro quien le acompañaba tan sólo le miraba extrañado.

-¿Sucede algo?- Pregunto finalmente saltando hacia el hombro del joven exorcista.

-Sabes, yo tenía miedo, miedo de lo que podía regresar- Exclamo el joven acariciando al pequeño gato de pelaje negro, pero he pensado lo que Ni-San podría estar pasando y me he dado cuenta de lo injusto que he sido, él puede estar sufriendo la peor de las torturas, atrapado en ese lugar, sólo y con ese demonio sobre él; mientras que yo me limito a ser "Un niño llorón"-

-El siempre fue el más fuerte, el valiente, el que podía hacerlo todo- Prosiguió.

-Tu no eres un llorón Yukio- Respondió el felino tallándose en su compañero, -Rin siempre me decía cuanto te admiraba por todo lo que habías logrado y se sentía culpable por no haber estado ahí- Aclaro el pequeño familiar.

-Tonto, siempre fue un tonto- Susurro el exorcista, -Siempre pensando en los otros antes que en él- Finalizo levantándose con dirección a la salida.

-¿Adonde vas?- Le cuestiono Kuro

-Debo Buscar la manera de abrir la puerta- Replico su acompañante, -Encontrar la manera de traer a casa Ni-San- Confirmo.

-¡Lo haremos!- Respondió el felino notando la similitud de Yukio con su gemelo, la mirada decidida se ilumino en el rostro del semi demonio mientras se preparaba.

"A veces es difícil verlos como gemelos, pero a veces no"

El médico se cambio dejando de lado su gabardina para vestir tan sólo con un pantalón oscuro y una camisa blanca, portando sus armas y todo su equipo antes de salir del cuarto, buscaría la manera de abrir la puerta de Gehena, una locura seguramente, pero era la única solución que podía encontrar. El vaticano se opondría y con él los demás exorcistas, pero nadie lo sabría y cuando lo descubrieran sería demasiado tarde.

Viajaría a Gehena e iría por él, cumpliría la promesa a su padre y a él mismo.

-Tienes razón hermano, no estas sólo, muchos te extrañamos, muchos sufrimos tu partida, pero se que tú jamás te darás por vencido, no vas a sucumbir ante él.

A lo lejos Mephisto observo al joven alejarse de los dormitorios para perderse en el bosque aledaño. Sabía que se marcharía, ignorando las órdenes, las restricciones y todo lo que ellos "Su superiores" le habrían impuesto.

-Así que finalmente ha decidido hacer algo, me pregunto si acciones tan ilógicas tendrán algún resultado- Comento el demonio de cabello purpúreo para si.

-Siempre le han resultado a Rin- Escucho la voz de Amaimon, el cual le miraba desde un árbol.

-Cuando se unen son poderosos, tal vez es por eso- Prosiguió el director pensativo.

-La curiosidad me mata, creo que es momento de dar un giro en la historia- Río poco después, -¿Por qué no vas a jugar con él hermano?- Dijo obteniendo la atención del demonio de cabello verde.

-¿Puedo?- Pregunto interesado.

-Si eres delicado – Advirtió el Mephisto; el Rey de la tierra entendió el mensaje, pero le fue indiferente, no se pasaría de la raya si eso es lo que su hermano mayor quería, no después de la última vez; sin embargo no entendía ¿Por qué ese extraño interés?, si su hermano menor estaba firmando su sentencia de muerte podría ser interesante participar.

-Ayúdale a encontrar la puerta- Susurro, -Será más entretenido así- Aclaro.

Amaimon saco otro dulce antes de enfocar a su acompañante-Papá no estará feliz- Comento.

-Eso no lo sabes, después de todo ambos hijos estarán en casa- Explico el director.

-¿Y tu volverás?- Le cuestiono el más joven.

Mephisto Pheles no replico, mirando al otro demonio con un toque lúgubre y tenebroso.

-Nos veremos luego- Finalizo el Rey de la tierra antes de saltar del árbol para seguir a Yukio.

….

Dejemos de temer aquello que se ha aprendido a temer.

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Notas del autor: Esta es sólo la propuesta de una idea, agradezco a los que me acompañen en la misma.

Continuará…