Capitulo I "Desesperación"
Hola, mi nombre es Máximo, soy un estudiante de ingeniería en mecánica industrial, tengo a penas 21 años, vivo en un pequeño distrito del estado de México, una parte muy remota, este es prácticamente un lugar olvidado por el resto del mundo, no sé porqué, realmente es un buen lugar para vivir, tiene todos los servicios básicos, podría decirse que la contaminación aquí es casi nula, es más bien un pequeño pueblo que un distrito, demasiado pequeño y muy poco poblado para ser una ciudad; este lugar cuenta con un preescolar, una primaria y una secundaria, somos a penas 13 niños más o menos por cada generación que entra a cada grado de las escuelas, a veces llegamos a ser mucho menos que eso como sucedió con mi generación, llegamos al punto de ser solo 5 en la clase, por lo que todos decidimos ser un grupo de amigos, nadie se quedaría solo.
Todos son muy buenos amigos, pero desde que empezamos el nivel medio superior nuestros caminos se han separado, la única con la que llevo una excelente relación es con mi amiga Ana, es mi mejor amiga, realmente es una de esas personas con las que uno se porta diferente, la considero una verdadera hermana, le comparto todo de mi vida y ella hace lo mismo conmigo, tenemos muchas diferencias en cuanto a gustos musicales o pasatiempos, pero hay cosas en las que somos muy parecidos, por ejemplo los gustos culinarios, pero en lo que somos más unidos es en nuestro gusto por la caricatura "My little pony". no muchas personas saben que yo soy Brony o que ella es una Pegasister, no creemos que sea necesario que todos los que conocemos lo sepan, ya que es algo muy nuestro, es un pensamiento personal.
Ultimadamente no he estado haciendo mucho, estamos en periodo de vacaciones de verano y yo solo con toda la casa no me apetece hacer algo en especial, hace tanto que no tengo una novia, no tengo hermanos y casi todos mis amigos salieron de vacaciones a algún lugar lejano, siento una gran pereza ahora mismo, con la única con la que he estado en esta casa desde hace un tiempo es con mi amiga Ana, ella ha estado siempre conmigo, desde un simple mal día hasta cuando murió mi tía Isabel hace a penas un par de años, ella era prácticamente mi madre y mi padre, lo fue todo para mí por 12 largos años, le detectaron cáncer de hígado, cuando llegó a fase 4 sabía que la perdería, incluso me preparó para cuando eso sucediera pero aún así se me hizo tan difícil perderla, me dolió incluso más que lo que me dolió perder a mis padres. Eso fue cuando yo tenía 7 años, los dos fueron a cenar una noche y nunca más volvieron sino en una caja negra, un tráiler los tomó por sorpresa, el conductor tenía una familia, esposa, hijos... el trabajaba doble turno, se quedó dormido al volante y aún cuando impactó con el auto no se detuvo, solo cuando un poste de concreto le hizo frente fue cuando se reportó su muerte junto con la de mis padres, mi madre tenía 6 meses de embarazo, yo estaba emocionado de tener un hermano menor, mi ilusión se hizo pedazos ese día junto con mi corazón. Mi tía me tomó en custodia, ya que siempre quiso tener un hijo, pero debido a su infertilidad nunca pudo concebir uno propio, nunca se casó, y no es que no lo hallase intentado, es solo que nadie le pareció "apropiado".
Hoy en día aún recuerdo con cariño a mi tía y a mis padres, quienes para mi fortuna no me dejaron a mi suerte, desde que yo nací mis padres hicieron su testamento en el que me dejaban a mí todos los bienes que poseían, lo mismo sucedió con mi tía, por el momento no he estado trabajando y no es porque no tenga uno, es solo que en el taller en donde trabajo hubo un accidente lo bastante grande como para cerrarlo por unos cuantos meses, no nos siguen pagando pero a decir verdad el tema de conseguir empleo no es algo que me quite el sueño.
En estos momentos mi vida no es muy interesante que digamos, no salgo de mi casa si no es por alimentos, yo no visito a Ana, ella es normalmente quien entra a la casa, es tan grande la confianza que le tengo que hasta incluso ella tiene un juego de llaves con las que puede entrar y salir a la hora que quiera, muchas veces ella viene a mi casa a pasar la noche aunque no sé porqué, dice que le gusta estar en mi casa por ninguna razón en particular.
No tenía algo en especial que hacer un día antes de lo... "sucedido" solo sé que me sentía mareado, con nauseas, tenía el cuerpo cortado, pensé que me estaba comenzando un resfriado, así que tomé algunas pastillas para aliviarme y me aseguré de tomar mucha agua antes de dormir. Al momento de cerrar mis ojos sentí una peculiar sensación, era como estar consiente y no a la vez, como si estuviese en una especie de trance, pero creí que eran las pastillas haciendo efecto, nunca me hubiese creído o siquiera imaginado lo que en realidad estaba sucediéndome. Esa noche tuve un sueño muy particular, me encontraba en una gran habitación vacía iluminada con una intensa luz blanca, la luz parecía venir de todos lados y de ningún lado a la vez, me acerqué a una de las paredes, por alguna extraña razón comencé a rasgar con mis uñas el tapizado formando un gran rectángulo en ella, asemejaba a una puerta, las puntas de mis dedos estaban sangrando, mis uñas habían quedado clavadas en la pared, con la sangre que escurría de mi dedo índice escribí un numero "1" en medio del gran rectángulo, mi mano se acercó lenta pero firmemente hacia el dibujo lo que hiso que se abriese como una puerta, dejando entrar una profunda obscuridad que inundó la habitación dejándola en penumbras.
Me desperté al otro día boca arriba con un severo entumecimiento en todo el cuerpo, era como si esa no fuese una posición natural para mi anatomía, tenía mis ojos enceguecidos por una especie de pantalla gris que me nublaba la vista, traté de levantarme, me era casi imposible sentir algo, literalmente me arrastré hacia el baño, traté de ponerme de pie, aunque realmente no sabía si lo estaba, me puse frente al lavabo, abrí la llave y con la poca sensibilidad que regresaba a mi me lavé la cara asegurándome que el agua también me entrase en los ojos, poco a poco la vista y la sensibilidad me regresaban al cuerpo, se me hacía difícil mantenerme en pie, era como si fuese incomodo para mi mantenerme parado con mis pies, rápidamente supe que algo andaba mal, sentía el cabello más largo de lo habitual, un gran mechón de vello exageradamente largo se sentía en mi espalda baja que llegaba a mis tobillos, no podía sentir mis dedos, lentamente mi vista y sensibilidad iban llegando de nuevo a mi cuerpo, quedé en shock y me caí de espaldas cuando al ver mi reflejo en el espejo, vi en lugar de mi rostro a... a un poni, yo no sabía lo que estaba pasando, puse mi mano enfrente de mi pero yo... yo no tenía una mano, solo una pezuña se postraba frente a mi, la forma en la que yo estaba era de mi OC, era tan parecida a la animación original de My little pony pero a la vez tan realista, antes de dormirme era una persona normal pero ahora... ahora era un poni unicornio de no más de metro y medio, con el pelaje de color blanco, melena obscura con una franja roja en el lado derecho, en mis ojos había una peculiar heterocromía lo que le daba a mi ojo izquierdo un color rojo al contrario del otro que era de color negro, no me lo creía, intentaba caerme de algún lado para poder "despertar", deseaba que solo fuese un mal sueño pero no... esa era la cruda realidad, me la pasaba revolcándome en el piso deseando que esto terminara, estaba fuera de mi. Me tomó demasiado tranquilizarme lo suficiente como para hacer algo al respecto, agradecí más que nunca que estuviera de vacaciones, lo primero que hice fue tomar mi celular pero... ¿A quién llamo? ¿Al doctor? ¿Al psicólogo tal vez?, estaba perdido, me llegó una respuesta, llamaría a Ana, no sé en que me podría ayudar, si tenía idea de lo que me estaba pasando pero en punto es que no quería estar solo en esa situación, tomé mi móvil pero le quebré la pantalla al tratar de marcar el numero, corrí torpemente al teléfono fijo, era mucho más difícil de lo que pensé el hecho de correr en cuatro patas, al llegar con el teléfono descolgué la bocina dejándola tirada en el piso, literalmente marqué el numero con la lengua, no tenía confianza en tratar de utilizar mi cuerno. Cada tono de espera era como un zumbido de desesperación en mi mente, ese incesante ruido que hacía mi pecho casi explotar se hacia más y más fuerte, pensé que iba a enloquecer, pero pronto su voz llegó a mis oídos apaciguando mi intranquilidad
-¿Bueno?... su voz se escuchaba un tanto ronca aún era muy temprano y yo la había despertado pero aún así la escuché como una voz de ángel.
-A... Ana ¿Eres tu?
-Si soy yo ¿Que ocurre? ¿Pasa algo? te escucho muy alterado
-No.. no sé cómo explicarlo, no sé por dónde comenzar, yo solo... ven a mi casa, por favor- colgué bruscamente después de eso.
Pude haber sonado algo paranoico y tal vez la asusté, pero no se lo iba a poder explicar por teléfono. Me senté en una esquina de mi cama, aguardando, esperando que no saliese tan mal todo esto ya que de ningún modo posible podía sacarle provecho a esto.
Al cabo de 15 minutos aproximadamente llegó Ana muy apresurada a mi casa, se tardó un poco en abrir ya que por la prisa no podía colocar bien las llaves en el lugar correcto para quitarle el seguro a la puerta
-¡Max! ¿Donde estás?
-En el cuarto- le dije desde la lejanía
Ella entró muy preocupada, aún no podía verme, me encontraba debajo de las mantas de mi cama
-Max, ¿Te sucede algo?
-A decir verdad.. si, yo no sé cómo explicarte esto, creerías que estoy loco, tal vez pensarías que tu estas loca.
-¿Porqué estas ahí ¿De qué hablas?
-Hablo de que aún si te lo enseñara no sabrías que hacer
-No seas ridículo, vamos sal de ahí
Tiró de las cobijas dejándome expuesto, al momento no dijo nada pero su rostro me lo dijo todo, un exaltado respiro se hizo presente para después soltar un agudo y prolongado grito de terror.
-Cálmate, no grites- dije tratando de calmarla, pero cuando trataba de acercarme ella se retiraba -¡Deja de gritar!- le grité fuerte y firmemente en la cara
De golpe ella dejó de gritar, casi queda afónica después de eso.
-¡¿Qué diablos te pasó?!
-Yo... no lo sé, desperté hace alrededor de dos horas y estaba así
-¡¿Porqué puedes hablar? ¿Qué te has echo?
-Yo, ¡yo no hice!
-Esto no está bien, debemos llevarte a un doctor
-¿Y qué pretendes decirle? antes de que pueda ayudarme estará llamando a un taxidermista
-Bueno... no podemos dejarte así.. digo, !eres un poni! que probabilidad hay de que solo pase así como así. Oh Dios mío, mírame, hablando con un jodido caballo, debo de estar loca, no recuerdo haber despertado, ¿Es esto real?
-Es más real de lo que quisiera admitir
Otro grito se hizo en su garganta
-Por favor deja de gritar, necesito tu ayuda ¿Qué va a ser de mi?
Un momento de silencio se hizo entre nosotros. Estuvimos un rato viéndonos el uno al otro.
-Entonces... ¿Dices que despertaste así?- me preguntó ella
-Si, me sentía algo mal ayer y me tomé algo para el resfriado
-No sé que pienses tu, pero yo pienso escribir una carta muy seria a el laboratorio que hizo la medicina, solo mira cómo te dejó- yo sabía que ella trataba de romper la tensión con su característico humor, pero esta vez era en vano.
-Bueno... si lo piensas no está tan mal
-¿A que te refieres?- le dije molesto
-Piensa cuantos Bronies sueñan con convertirse en un poni, y ¿Cuántos tendrían la fortuna de que fuese su OC?
-No es tan bueno como parece, es raro no sentir dedos en donde se supone que deberían de estar mis manos, el cuerno es peligroso y siento una extraña sensación en mi entrepierna
Ella se acercó a mi mirando entre mis piernas
-Oh emm... digamos que tu "miembro" es... ¿Como se diría?... ¿retráctil?
-¿Qué? yo... ohh Dios mío, ¿Va enserio?- en este punto comenzaba a perder la calma
-No te apresures, te traeré un poco de agua- dijo ella, mientras una risa nerviosa se hacía presente en su boca, sabía que ella no creía esta situación del todo
Yo estaba tratando de comprender cómo es que había llegado hasta aquí, como es que esto me sucedía precisamente a mi ¿Era una bendición o una maldición? cuando de pronto, el sonido... se fue por completo, pensé que me había quedado sordo pero pronto descubrí que por alguna extraña razón ya nada en este mundo se movía, los pájaros quedaron petrificados en pleno vuelo, el agua que me servía Ana estaba suspendido en el aire, sin moverse, comencé a hiperventilarme "¿Porqué me pasa esto a mi?". De repente una gran luz blanca que apareció en medio de la cocina, me tenía intrigado, "¿Qué es esa luz?" pasó por mi mente, me acerqué lentamente a ella y delicadamente con el casco la toqué inundándome en una penetrante luz blanca que me encegueció por unos momentos. Solo en mis más locos sueños podía haber concebido la idea de viajar al lugar al que me transportó esa luz, el lugar donde comenzó mi más grande aventura, el lugar donde viví mi más loco sueño, el lugar que daría inicio a mis pesadillas.
