¡Mi primer fic!
Los personajes no me pertenecen - solo hago el fic por diversión.
Sinopsis: "¿Qué es lo que deseas para Navidad, Sora?" Ser feliz. Pero, yo nunca deseé pasar mis vacaciones en un pueblo remoto, sin ningún tipo de comunicación, al lado de mis abuelos y...Yamato Ishida. O quizás sí.
"Enamorados Accidentalmente"
I
"Ishida vs Takenouchi"
Se frotó los ojos dando un sonoro y largo bostezo. Hoy sería un día largo, pensó. Observó su cabello, muy largo, rectificó.
- Buenos días mamá –saludó ella, dándole un pequeño besito en su mejilla. Mientras a escondidas, cogía un par de tostadas y se las llevaba a la boca que las masticaba velozmente.- Hasta la noche.
- Coge un paraguas –añadió su madre.
Se puso la sudadera y cogió su libro de apuntes, salió de su casa dando un ligero portazo olvidándose por completo del paraguas. Y empezó a recitar de memoria para sí, algunos poemas importantes. Hasta que escuchó el ruido de un claxon y el resonar de una motocicleta.
- ¿Estudiando tan temprano? –preguntó irónicamente el chico de la moto, reduciendo la velocidad a la mitad.- Ah, si estamos hablando de la señorita doña perfecta, la anormal.
Ella no respondió, simplemente observó detenidamente su libro.
- ¿La lengua te la comió el gato? –incitó en preguntarle el chico dando después, una larga risotada.- ¿O quizás el miedo?
Ella se paró y le lanzó una mirada, fría y sombría. Todo estaba dicho.
- Y yo que empezaba con mis buenas acciones de Navidad –comentó el chico algo irónico.- Creo...
- No me interesa Ishida –cortó ella sin prestarle mucha atención.- Ahora si eres tan amable de irte de mi lado.
- Te decidiste hablar conmigo –puntualizó lacónico.- y dejar al lado los estudios por un momento, veo que estás recapacitando.
- ¿Por qué no te vas con tus amiguitos y tus fans –cuestionó ella observándole detenidamente. Él sonreía con picardía, y en sus ojos azulados había un extraño brillo, que hacía juego con su arría bufanda.- locas fanáticas, y me dejas en paz?
- ¿Celosa acaso? –cuestionó él divertido sin dejarla de observar mostrando su deslumbrarte sonrisa.- Lo siento Takenouchi, no eres mi tipo y si hipotéticamente lo fueras, ... creo que eso no pasaría nunca.
- ¿Has terminado ya tu discursito y tus tonterías a primera hora de la mañana? –interrogó ella lanzándole una mirada de falsa compresión.- Es duro utilizar una neurona para el resto de tu vida.
- Muy graciosa pelirroja, espera que te aplaudo –es un segundo, apartó sus manos de la moto y dio una sonora palmada. Esto ocasionó que se trastabillara la motocicleta, provocando un pequeño pánico en el rubio, pero no dio muestra de ello.- Ya estamos cerca del instituto, es mejor que me adelante, no quiero que me vean contigo. Vaya que piense que he perdido el buen gusto.
- Vete y no me des explicaciones Ishida –zanjó ella cerrando el libro de golpe.- Me harías un favor, o a los dos.
Ishida a escuchar esto último no esperó mucho, pisó el acelerador y se fue, como hoja al viento, Takenouchi suspiró y eso que el día estaba comenzando.
- ¡¡¡Sora!!! –exclamó alguien de pronto. Al escuchar su nombre se giró y sonrió hacia a la chica que corría hacia ella.
- Buenos días, Mimi.
- Buenos días Sorita –canturreó de buena mañana la morena. Era una de las mejores amigas de Sora, bueno, la única mejor amiga. Era más baja que la pelirroja; recogía su cabello en dos trencitas (dándole el aspecto lindo que se le concebía) terminadas en dos infantiles lazos.
Miró a su amiga de reojo.
- Estás demasiado feliz –objetó mirando su aspecto soñador y, oyendo su tarareo de una balada.- ¿Te ha pasado algo trascendental esta mañana?
- ¡¡¡Sí!!! –exclamó Mimi, pegando unos saltos de alegría.- Tengo un admirador secreto, un admirador –comentó observando el cielo azulado de las primeras horas de la mañana.- Miré en el buzón, y ahí estaba una carta para mí.
- ¿Sabes de quién es? –preguntó fingiendo interés.
- Sora, Sora, Sora –hizo una pausa- si supiera quién era te lo hubiera dicho desde un primer momento. ¿No?
- Ya, ... pero¿no tienes la mínima idea de quién podrá ser? –cuestionó Sora, abriendo su taquilla y sacando los libros, apuntes y algo de vital importancia del interior.
Ella movió negativamente la cabeza meneando sus dos trencitas graciosamente, ante este gesto ella rió un poco. La sirena sonó y cada una se tuvo que marchar a su respectiva clase, ya por la cual, Mimi era un año más pequeña.
Se dirigió hacia su aula, era clase de idiomas, algo que maneja a la perfección gracias a su intensa labor en aprender y estudiar a diario. Lo que más dificultoso era pronunciar, pero eso se solucionaba con un poco de practica y un viajecito al extranjero, pero esto último solo era un sueño.
Se dirigió hacia uno de los asientos que situaban en medio de la clase, así se mantendría neutral. Desvió la mirada hasta al final del aula, donde charlaban animadamente un grupo de adolescentes. Entre ellos cabe a destacar a Ishida, Matt Ishida. O, Matt "Inalcanzable" Ishida, como apodaban sus mejores amigos.
- ¿Te apuntas a otra Matt? –preguntó el moreno apoyándose contra la pared.
- No esta vez no. Ya sabes lo que dijo mi viejo, no más problemas fuera del instituto ...
- Pero si nadie se va enterar Matt.
- Ya sabes lo que mi viejo me hará si no cumplo sus normas... y mañana nos da las notas y por fin, las deseadas vacaciones...
- Calla –silenció el chico de ojos verdes haciendo un rápido movimiento con la mano. Señalaba directamente, y sin discreción, a la pelirroja.- Hablaremos más tarde. No quiero espías ... –espetó refiriéndose a la chica- o soplonas.
Yamato dirigió la mirada hacia la pelirroja, y sonrió con superioridad. Sora frunció el ceño, y le soportó la mirada a duras penas. No siguieron mucho tiempo porque el profesor llegó para alivio de ella.
x.x Durante La Clase x.x
- Quién será el afortunado en realizar este ejercicio –el profesor miró a través de su gafas a sus adormilados alumnos. Entre ellos, una cabeza pelirroja sobresalía- Señorita Takenouchi pase a la pizarra.
La chica levantó la vista del libro, y con paso firme se dirigió hacia su profesor a realizar el dichoso ejercicio, disimulando el nerviosismo que le propugnaba se el centro de atención (en ese momento).
- Excelente –bramó el profesor dando unos sonoros aplausos- Como siempre, Takenouchi. Puede volver a su sitio –el profesor volvió a prestar atención a sus estudiantes y con especial atención al de la cabellera rubia, que en este momento mascaba un chicle- Ishida, tiene el favor de pasar a la pizarra.
Se levantó con desgana y se dirigió hacia la pizarra, sin antes hacer la clásica broma a la pelirroja. Cuando sus caminos se cruzaron, o más bien chocaron; el rubio sin retraimiento le efectuó una zancadilla a su compañera, que por la cual, ella se tropezó y cayó.
Los estudiantes, ahora vivaces, reían a carcajada limpia y para rematarlo, Ishida le hacía un gesto burlesco. Todo un clásico.
- Perfecta caída –añadió con tono mordaz- Como siempre.
- Increíble idiotez –remetió ella- Como siempre.
Ishida dejó de sonreír y la miró con seño fruncido, pero divertido.
- Silencio, silencio –dijo el profesor intentando calmar esa manada de hienas. Sino ponía mano dura la clase podría convertirse en un zoológico- Joder¡¡¡CALLAOS!!!
Todos enmudecieron al grito del profesor. Éste aprovechó ese inciso para dirigirse al rey de la manada.
- Creo que mejor, señor Ishida –se colocó sus lentes- que se de una vuelta por el despacho del director –el chico hacía oídos sordos- ¡Ahora! –el muchacho se dirigió hacia la puerta y la cerró con un sonoro portazo.
Silencio.
- ¿Alguien le quiere acompañar? –cuestionó el profesor irónico.- Pues prosigamos.
x.x En El Comedor x.x
- No me puede dejar tranquila ese –murmuró con cierta apatía. Miraba el plato, e inconcientemente movía el tenedor sobre su comida casera. Añadiendo un comentario de cierta ironía.- Mister Perfecto.
- Sora –su amiga Mimi Tachikawa, pasaba su mano enfrente de sus ojos, pero la otra estaba embobada mirando al vacío- ¿Hablas de Ishida?
- Sí, me pone a cien ... –pensó lo que había dicho y le sonó raro, pero reparó algo sonrosada- me pone a cien de furiosa.
- Te entendí desde el principio –rió Mimi después de masticar cuidadosamente un trozo de su bocadillo. Se limpió la boca con la servilleta e iba hablar cuando alguien la interrumpió.
- Mimi¡por fin te encuentro! –exclamó Koushiro Izumi, "Izzy" para los amigos. Él se revolvió el cabello y entre mohines le comentó- Necesitamos que tú te encargues del festival de este año –hizo una mueca, algo que él definía como sonrisa radiante- sé que es demasiado pronto pero, definitivamente te necesitamos.
Sora desde la mesa observaba a los dos. Se mordió el labio inferior levemente e intentaba apartar esa visión de su mente. En cierto modo tenía envidia a su mejor amiga, pero una envidia sana. Mimi tenía lo que una chica podría desear: inocencia, simpatía, elegancia, belleza y se enfadaba fácilmente cuando algo no salía bien.
- Entonces luego te pasa por la sala de computación, ahí te daré todo los papeles –inclinó levemente la cabeza- Gracias. No sé porque la profesora confió en mí para realizar el festival –comentó extrañado- Gracias Mimi –agradeció atropelladamente cuando salía por la puerta del comedor.
- Odio trabajar –lloriqueó Mimi, una vez el se había ido- pero será interesante tener personas que me tendrán que obedecer bajo mi responsabilidad –dijo fantaseando la situación- ¿Te imaginas Sora?
Sora solo sonrió.
No muy lejos de ellos, unos ojos azulados controlaba cada movimiento que daba la pelirroja. Era un observador nato, se definía con el lema: "Primero conocer a la presa y después poseerla".
- Yamato ¿a quién miras? –preguntó la chica de cabello oscuro dirigiendo la vista hasta donde él miraba con ímpetu, pero el gentío no permitía ver.
- A nadie –respondió él, sacando de su mochila medio vacía una libreta algo polvorienta y la abrió por una hoja específica. Apuntó algo rápido en el papel con una sonrisa de triunfo.
- ¿Tramas algo? –preguntó uno de sus amigos observándole con un pequeño destello en sus ojos.
- No –negó él, moviendo la cabeza negativamente y añadió algo misterioso- Por ahora.
-No te entendiendo Matt ... –suspiró levemente uno de sus amigos más cercano.
x.x En ese momento, no muy lejos del comedor x.x
- Siento haberle llamado de urgencia –le informó un anciano de aspecto afable. Miraba la ventana o quizás el reflejo tras de ellas, se dio la vuelta despacio y corroboró con un tosido- Pero era necesario.
- ¿Matt, no? –casi afirmó el adulto que estaba a su frente. Vestía con su uniforme de trabajo, se notaba que lo había llamado de bulla por su desarreglo.
- Lamentablemente si.
- ¿Qué ha hecho esta vez¿Quemar papeleras¿Insultar a un profesor? –cuestionó irónico el adulto, llevándose la mano a la cabeza.
El anciano hizo un sutil movimiento, y con su llave maestra (que sólo él poseía) abrió un cajón examinó en el interior, bajo la atenta mirada de el señor Ishida.
- Esto es –aclaró el anciano cogiendo unos gruesos papeles.
Pong...Pong...Pong.
- Señor Omiga, la señora Takenouchi está esperando afuera –dijo su secretaria eficaz- ¿La hago pasar?
- Por supuesto.
Antes de que acabara ya la mujer entraba al interior. Sonreía con timidez y miraba discretamente al señor rubio. El director, o anciano adorable, la invitó a sentarse a su lado. Él director miró a los dos padres: el señor Ishida, que miraba con una expresión extrañada y la señora Takenouchi, que contemplaba curiosa el portarretrato de la mesa.
- Bienvenida señora Takenouchi –explicó el director- es un placer tenerlos aquí y ahora. Sé que ha sido precipitado pero este asunto es grave, pero no queremos que vaya a peor.
- ¿Le ha pasado algo a mi hija? –preguntó la mujer algo angustiada, poniendo su mano en su mejilla.
- No, no, no... Tranquilícese –comentó él, calmando un poco la situación y acomodándose en el borde de la mesa- Os relato, conozco a vuestro hijos. Yamato Ishida, algo rebelde e independiente o así lo quiere las hormonas –sonrió un poco- y Sora Takenouchi, una de las alumnas más brillantes.
- ¿Y?
- Yamato y Sora últimamente se odian más de lo habitual –la señora quería objetar algo, pero el anciano continuó.- pero últimamente se aborrecen. Los profesores e incluso yo, le hemos estado vigilando sus comportamiento y no encontramos el núcleo del problema...
- ¿Y? –animó el señor Ishida.
- ...
- Mimi espérame –imploró Sora cambiando sus tenis por sus zapatos.- No soy tan rápida como tú.
- Tortuga –bromeó ella, apoyándose en las taquillas.
- Takenouchi, Takenouchi ... –gritó desde lejos una chica de cabello moreno y liso, destacaba por sus lentes triangulares. Corría hacia a ella- Toma, esta nota me la dio el director para vos.
- Gracias –gratificó ella con una breve sonrisa. La chica se encogió de hombros, después se perdió de vista.
"Señorita Takenouchi,
La espero en el aula 706, para charlar con usted de un asunto importante..
Ahora, firmado: ..."
- El director –terminó de decir nerviosa. Miró a Mimi con preocupación pidiendo alguna clase de ayuda, pero Mimi sólo le quitó la nota y la observó con detenimiento.
- Solo quiere hablar contigo, nada más –convenció Mimi, dictaminando su punto de vista.- Ahora ve y no lo hagas esperar.
Sora solo afirmó con la cabeza y con pasos patosos se dirigió hacia allí.
x.x Aula 706 x.x
- ¿Señor? –cuestionó Sora asomando la cabeza puerta. Nadie respondió, solo un susurro del viento. Decidió entrar y encender la luz, una sorpresa la esperaba al darse la vuelta.
- Takenouchi –siseó Ishida a sus espaldas.- ¿Tú eres la que me citaste?
- ¿Qué? –gritó Sora con expectación abriendo exageradamente los ojos a tal bienvenida.
- Una chica de primaria, me dijo que viniera aquí, pero no me dijo el motivo –recordó él, poniendo su mano en su barbilla en pose pensante.- Pero ya todo concuerda, tú quieres declarar tu amor profundo hacia a mi. ¿Verdad?
Sora le miró extrañada, él expectante ante su deducción, ella comenzó a reírse a carcajada limpia.
- Sí, claro –dijo Sora entre risas- esto es lo último que me faltaba por escuchar. Yo declararte mi profundo amor, no tienes fe.
- Lo que hubiera sido divertido sería como te humillarías ante una declaración tuya... –escindió él mirándola asqueado- hacia mi.
Sora no objetó nada, se quedó muda ante su egocentrismo.
- Entonces¿a qué has venido? –cuestionó él alzando la ceja, y sentándose en el borde de la mesa del profesor.- Quizás¿pedir más deberes para las vacaciones?
- No Ishida, me ha citado el director.
- Uhm...¡qué raro! –exclamó él mirando a Sora extrañado. Observó como jugueteaba con un mecho de su rojizo cabello enredado en su dedo índice, contempló como sus ojos chocaban con los suyos. El vello se le erizó y apartó su mirada.
- ¿En qué problemas te has metido esta vez?
- ¿Qué te da pensar de que me he metido en otro lío en menos de tres horas? –preguntó divertido sonriendo.
- Pues porque pasas casi el resto de las clases en el aula de castigos, o sino, en el despacho del director –dijo rápidamente Sora, sonriendo tímidamente- ¿No?
¿Desde cuándo mantenía una conversación civilizada con Yamato Ishida?, pensó ella, ¿por qué él no la insultaba y solo bromeaba? Hasta le dedicaba espontáneas sonrisas.
- Menuda fama que tengo –bromeó él, pasándose la mano por el cabello.
- Sí –rió ella, contagiándole la risa al rubio. Pero de pronto paró- Pero¿por qué estoy hablando contigo si me haces la vida imposible, a diario?
- Nos dejamos llevar por la situación pelirroja –cortó ahora fríamente Ishida estirando sus brazos- pero no creas que por compartir anteriormente una "bonita" conversación seremos amigos.
Sora puso los en blanco durante unos segundos, y decidió mirar hacia la ventana. Mala suerte había comenzado a llover, lo peor de todo, es que no tenía un paraguas a mano. Tenía que haberle echo caso a su madre desde el primer momento.
- Joder, a un Ishida no se le hace esperar de esta forma –espetó Matt mientras le palpaba la vena de la sien- me largo.
- No –dijo ella.- Seguro que pronto vendrá.
- Apártate pelirroja, hoy no estoy de humor –comentó bruscamente él, mientras Sora se mantenía firme en la puerta.
- Ten paciencia –dijo ella. Estaba siendo comprensiva y paciente con él¿por qué lo hacía?- Por favor.
- ¿Desafiando a un Ishida?
- No veo a ninguno más -comentó ella sarcástica.
- Largo –puntualizó él acercándose peligrosamente.
En ese momento Sora sintió miedo. Yamato se encontraba a solo centímetros de ella, y digamos que él no estaba para bromas. Él alzó la ceja, y cruzó los brazos, esperando.
- Te doy diez segundos... nueve... ocho... siete...
Sora respiraba no tenía muchas ganas de pelear con él, porque no valía la pena ensuciarse las manos casi finalizando el trimestre. Yamato la observaba como se sentía débil, como fruncía el ceño, como temblaba ante él. Durante unos segundos se miraron a los ojos, saltaban chispas y algo más.
- Cuatro...tres...dos...
Continuará
N/A: Un poco largo¿no? Pero así es más interesante. Ahora ya que se inició el fic os ruego paciencia, porque lo bueno acaba de comenzar. Ahora solo me interesesa vuestra opinión lectores y lectoras, sobre el fic. Acepto sugerencias, críticas -siempre que sean constructivas- o comentarios. ¡¡¡REVIEWS!!!
Un cordial saludo, Diablix.
