Aquí de nuevo con una pequeña entrega de mis pequeñas viñetas (llamarlas drabbles sería absurdo porque apenas alcanzan a las 250 palabras)

Quiero agradecer a todas las personas que me mandaron a comprar un libro de ortografía en mi "fic" anterior. ¿Vieron que esas cosas sirven?

Lean, por favor. "Grasias"


Hay vicios que nos corrompen, que socaban nuestra voluntad para obligarnos a seguirlos, a caer en la tentación una y otra vez.

Uno de mis vicios es beber. Bebo hasta hartarme en antros de mala muerte, bebo de los cuellos hediondos de humanos inútiles; humanos estúpidos y malos. Humanos más vivos que yo, en cualquier caso.

Hay veces en las que deseo –un sueño que en ningún caso podré cumplir–, deseo ser humano otra vez. Deseo poder vivir, ver la luz del sol sin delatarme como un ser repugnante, que vive de la vida ajena, que toma prestado y no devuelve.

Deseo regodearme en los cálidos brazos de un amante que no se espante ante mi frialdad. Deseo volar y sentir que algún día moriré, porque será una muerte dulce acaecida con la edad que socavará mi cuerpo dejándolo marchito hasta dejar de respirar.

¿Es mucho lo que deseo?

¿Desear vivir sin sentir asco de mi manera de actuar, de pensar, de alimentarme? ¿Desear poder tener hijos con una mujer a la que ame, no con ese remedo del sentimiento humano, sino con la fuerza verdadera de saberse correspondido?

Y cuando más pienso, más bebo. Más me odio, e intento no beber más, hasta que el ardor en mi garganta se hace tan acuciado, tan insistente que recaigo en mi tortura personal –dulce, fuerte, poderosa– y pierdo el sentido mientras bebo. Porque claro, no puedo dormir.

Y no es porque no quiera. Jasper Hale no duerme porque es un vampiro. Capiché?


Y para que conste: Twilight no es mío. Jasper Hale no es mío. El universo de Twilight no es mío (en cualquier caso, preferiría el universo de las Crónicas Vampíricas, de Anita Arroz), sino a su respectivo dueño, del cpyright y esas cosas extrañas que no tengo ni idea de que significan.

¡Saludines!