Prologo - Marie Evans.
Si bueno eh de admitir que soy un poco presumida y altanera además de una chica completamente cool. Mi madre es una de las mejore técnicos que ha tenido el Shibusen, una estudiante modelo. Y mi padre es la Death Schyte más cool (sin mencionar el padre más cool también). También tengo un hermano mayor que yo por dos años. Es una clara promesa al igual que lo fue mi madre. El es muy apegado a ella y a mi tío Wes. Mientras yo…. El mundo dice que soy la versión femenina de mi padre, aunque más inteligente. Tengo el cabello blanco y mis ojos son de color rojo y también herede su sonrisa de tiburón tan característica de mi cool padre.
Hoy era la fiesta de mi matriculación en el Shibusen. Mi madre estaba emocionada, ya que hasta me había comprado un vestido nuevo, de esos que nunca usare a menos que ella me lo pida.
Estaba sentada en el sillón leyendo un libro pequeño con mi pijama negro aún puesto, mientras mi hermano leía uno también pero de más de dos mil páginas.
-Oye ya le pegaste lo come libros a los niños-no hace falta decir quién dijo eso.
-Al menos es mejor que estarse todo el día sin hacer nada como un vago-dijo molesta mi mamá.
-¿Hasta cuándo vas a estar arreglando el vestido de Marie? Ya está bien desde hace una hora-dijo mi hermano parando de leer.
-Quiero que se vea hermosa… también fue en una fiesta como esta en la que conocí a mi compañero guadaña y ahora esposo-dijo mirando a mi padre enamorada, lo que hizo que este se sonrojara levemente.
-Entonces ni loco dejo que vaya a esa fiesta… no pienso dejar que ella se haga compañera de un…
-¿Tipo tan como tú?-dijo mi hermano alzando una ceja-Papá no puedes dejarla sin compañero/a hasta la graduación… además de que mi hermanita es muy linda, tendrá novio algún día-dijo acomodando tiernamente mi cabello detras de mi oreja.
-¡Onii-chan!-exclame totalmente sonrojada.
-Bueno… dejen de poner como un tomate a Marie y métanse a bañar que dentro de unas horas es la fiesta.
Ordeno mamá y ambos Soul se dirigieron a sus respectivas habitaciones. Suspire y puse un separador en mi libro. Me dirigí a la sala de música. No podía entrar en el salón especial con un piano enorme de papá, nadie entraba en ese cuarto sin autorización de él. Ni siquiera mamá.
Me senté en la banqueta del piano café de caoba y levanté la tapa que cubría las teclas. Las acaricié tiernamente. El piano era mi forma de liberar mi alma, de conocerme a mi misma y de pasar el tiempo con papá.
Pise el pedal más silencioso y comencé a tocar. No era una melodía precisamente amable. Más bien fuerte y nerviosa. Así era como estaba en ese momento. Seguí tocando hasta que, no me di cuenta cuando se volvió una melodía dulce y tierna.
-¿No deberías estar arreglándote en tu cuarto?-
-¡M…ma…mamá!-dije asustada.
-No te preocupes, no le diré a nadie que tocaste esa canción. Deberías saber que eres lo que más se quiere en esa casa. No estés nerviosa. Ser un manojo de nervios no es cool verdad?-dijo acercándose y alzando una ceja.
-Me voy a mi cuarto…-dije de la manera más cool posible.
Mamá sabía que esa era mi fibra sensible. Camine fuera del salón de música y vi como discutían mi hermano y mi padre sobre cómo podrían hacer para alejarme de cualquier chico de la escuela. Mientras uno de ellos salía del baño.
Suspire. Pareciera que mi padre se hubiera multiplicado. Aunque mi hermano tenía el cabello más rubio que blanco y sus ojos eran de color verde jade. Bueno, es difícil de explicar cosas así.
Entre en mi cuarto. Tenía las paredes rojas y había notas musicales en las paredes de color negro. Aunque mis padres renegaban, puse baldosas negras y rojas. Había un teclado eléctrico en una esquina del cuarto cubierto de partituras. Mi cama de sabanas negras. En general el tema era la música y…. las armas. Yo era un arma igual que mi padre. Una guadaña negra y roja, más negra que roja. Saque mi ropa interior y los zapatos que me dio mi mamá.
Me mire en el espejo. Tenía aún un cuerpo de niña, eso me molestaba. Mamá decía q era porque soy una niña aún, y que ella igual antes de los catorce años. El único encanto que tengo son mi cabello blanco y mi cara de ángel. Papá decía que eso era suficiente. Pero no me dejaba de incomodar un poco. Pero siempre ignoraba mi cuerpo estéticamente, peor todo lo contrario con mi ropa. Siempre me había dicho que yo quería ser alguien cool.
Me metí a bañar. Esperando que no saliera nada mal en la fiesta….
Este es el prologo, diganme si les gusto!
La verdad solo lohie como dos capitulo al inicio pero... acab siendo toa una historia.
Diganme si esta muy mal como para no subir nada más acerca de esta tal Marie...
Oraseminase!
