Lluvia, gotas de agua salada que cae desde el cielo, lluvia, que nubla el cielo azul y lo torna gris, un melancólico gris. Lluvia que viene de la nada, que a veces tarda en irse, lluvia triste, lluvia que deprime.

Doy una vuelta en mi cama. Llueve, me digo.

La melancolía se apodera de mí, como cada vez que llueve. Y es que la lluvia se ha llevado algo de mucho valor para mí, alguien de mucho valor para mí.

Aun lo extraño, aun pienso en él, y aunque quiera negarlo, aun lo amo. No pude olvidarlo, y como olvidar a esos ojos negros y a esos cabellos azabache que pondrían loca a cualquier mujer, y yo no soy la excepción.

Pero ya no está aquí, porque la lluvia se lo llevó, se lo llevó lejos, donde nadie puede encontrarlo, donde nadie se atreve a buscarlo.

Doy otra vuelta. Debes dormir, Sakura.

Aun no puedo creerlo, después de todo aun sigo pensando en él, no creo que se haya ido, aun guardo la esperanza de que un día despierte y él venga a mí.

Pero no he parado a pensar que si el vuelve, las cosas no serían como antes, porque el ha cambiado, y lo sé, solo que me niego a aceptarlo. Me niego a pensar que el Sasuke que alguna vez conocí ahora solo sea una máquina asesina, pero... ¿Alguna vez existió otro Sasuke? Tal vez sí, tal vez no, y es que en este mundo existe preguntas que jamás serán contestadas, y supongo que esta es una de esas.

Resignada, me levanto de la cama. Es inútil tratar de dormir cuando hay lluvia. Me dirijo al balcón, la lluvia empieza a mojarme, pero no importa, nada importa más.

Mi madre solía decir que después de la lluvia venía el arcoiris, y si la partida de Sasuke fue mi lluvia... ¿Cual es mi arcoiris? ¿Dónde está la pequeña y débil Sakura, la que era feliz sin importar nada? Quisiera saberlo, pero no veo nada de esta fuerte lluvia que envuelve a mi corazón, que moja mi ser y me deprime a más no poder.

La lluvia se ha llevado a mi amado y quien sabe si lo traerá de vuelta, quien sabe si dejará de llover, quien sabe si esta lluvia no es eterna.

Entre tanta lluvia Konoha es más bien Amegakure, triste, melancólica, fría. Y es así como me siento, fría, indiferente, como el hielo.

Estoy tan mojada, y realmente no me importa, solo me importa sentir algo, ya que la lluvia nubla mi corazón, todos los sentimientos que hay dentro mío están apagados y siento tanto frío, solo eso, frío.

Y la lluvia para, pero promete volver, y como siempre no hay arcoiris, solo un corazón nublado, una flor de cerezo marchita, un dolor inmenso y una chica mojada.

Entro en mi casa, como dije, la lluvia ha pasado, pero volverá, como siempre lo hace, y me traerá frío, el frío de la soledad, el frío de la melancolía.

Porque la lluvia es de tristeza, lluvia de dolor, lluvia de soledad, lluvia de melancolía, lluvia de angustia, lluvia fría.