A/N: Hi! Después de tanto debatir conmigo misma, decidí publicar (y bueno, escribir) esta idea que me había estado torturando por meses ya. Admito que, estoy extremadamente oxidada con esto (atribuyo toda la culpa a la Universidad) entonces me disculpo de antemano por los errores ortográficos o gramaticales que esto pueda conllevar. Espero que disfruten esta historia tanto como yo disfruto en escribirla.
Return: Prefacio.
Los gritos seguían.
La zozobra se apoderaba, el aire se comprimía, el temor invadía.
El desasosiego se hacía presente.
¡Despierta, despierta ahora! No, mejor corre.
Podía sentir como la horrible desesperación se apoderaba de mí, corría, juro que intentaba correr hasta que todo se volvió oscuro.
Sentía como el aire poco a poco volvía a mi sistema. Mi corazón recuperaba su ritmo; abrí los ojos para encontrarme con la oscuridad bienvenida y álgida de mi habitación. Traté de levantarme de la cama, desistiendo inmediatamente al sentir que mí energía corporal se encontraba al mínimo nivel. Cerré los ojos con exasperación, intentando inhalar el aire frío que el cuarto y las frías montañas de Colorado ofrecían. Porque después de todo, era ahí donde me encontraba ¿verdad?
"Boulder, Colorado" es lo que había dicho aquella señora con acento extraño aquel día.
Aquel día, hace doce años atrás.
Cerré de nuevo mis ojos, arrugando la nariz en manera desagradable y tratando esta vez con más fuerzas de levantarme de aquel catre el cual me habían designado hace doce años atrás, agité mi cabeza rápidamente intentando alejar aquellos recuerdos que no cobraban mucho sentido en mi mente. Luego de varios intentos logré levantarme; sujetándome de la helada pared, decidí caminar hacia el baño privado de la habitación.
Sin molestarme en encender las luces, fui directo al lavado; mojándome la cara intenté controlarme y hacer que mi cuerpo recobre poco a poco el sentido.
Me miré al espejo lentamente, observando como mi cabello cada día iba aclarándose más y más. Suspiré profundamente intentando recordar el sueño que había tenido. ¿Corre? ¿A dónde debía correr? Acaso había un lugar en específico a dónde correr. ¿Cómo podría saberlo? Ni siquiera sé donde me encuentro, solo sé que he estado en el mismo lugar desde hace más de una década.
¿A qué se refería?
Opté por cerrar los ojos de nuevo, enfocándome en aquella voz e imagen borrosa que me perseguía desde los últimos doce años. Sentí que mis manos temblaban, al igual que mis rodillas. La tensión se hacía presente de nuevo.
La oscuridad me irrumpía de nuevo, lo último que percibí fueron gritos de desesperación y en mi mente la imagen de un hombre de ojos azules y una máscara empezaban su juego diario.
Una máscara.
Una máscara de color dorada.
