Disclaimer: Twilight ni sus personajes me pertenecen, solamente los utilizo para entretenerme. La historia es producto de un resfriado y un texto de sociofenomenología.

¡Hola!

Bueno, en este momento debería estar estudiando y leyendo un texto de sociofenomenología, pero mientras trataba de concentrarme, salió todo esto, así que creo que estudiaré en un ratito más.

Espero que les guste :)


Ella era furia, ira, la fuerza hecha mujer. Su mirada y mandíbula fuertemente contraída demostraban su fiereza con sólo mirarla. Bastaban pocos segundos junto a ella para notar el carácter de los mil demonios del que era dueña. Tomaba tan sólo un paso en falso para ser víctima de sus ácidas palabras y, si tenías muy mala suerte, de una demostración física de la sangre lobuna que corría por sus venas. Y eso lo excitaba, lo excitaba muchísimo.

Él era su homólogo. La misma furia, ira y fuerza, envuelto en un cuerpo masculino que recién ahora se detenía a contemplar. Su estúpida actitud hacia esa insufrible niñita enamorada de un chupasangre la enfermaba, pero la braveza con la que generalmente se comportaba, la potencia que destilaba cada músculo de su cuerpo y su singular manera de muchas veces contestar más ácidamente de lo que ella lo hacía, también la excitaban.

Y en ese momento, era algo que ninguno de los dos pensaba detener.

Sin darse cuenta, sus labios chocaban una y otra vez, sus lenguas batallaban arduamente, sin darse tregua y las manos de ambos recorrían todo centímetro de piel que encontraban disponible. No eran suaves, ni tampoco delicados. No se amaban, apenas se soportaban, pero en ese momento, bajo toda es rabia y frustración desatadas, encontraban algo de consuelo.

Fuego contra fuego. Oscuras pieles, cubiertas de sudor, chocaban una y otra vez. Gruñidos, quejidos y gemidos escapaban de sus bocas. Mordiscos, rasguños y embestidas cada vez más rápidas los llegaban al clímax. Gritaron y gimieron, culminando juntos.

Sin palabras de amor, sin miradas cariñosas, se separaron velozmente. En un tenso silencio, cada uno recogió sus ropas. Se vistieron y, sin decir una sola palabra, cada uno siguió su camino, como si nada hubiera pasado.

La única diferencia, era la sonrisa altanera que llevaban en sus labios. Habían encontrado, sin siquiera buscar, la mejor forma de descargar toda la rabia que llevaban dentro.


Bueno, ¿Qué les pareció?

¿Reviews?

Merlina Dementia Snow.