Title: Muerta por amor
Category: Books » Harry Potter
Author: Love'sHeronstairs
Language: Spanish, Rating: Rated: T
Genre: Drama/General
Published: 07-03-11, Updated: 07-03-11
Chapters: 1, Words: 1,344
Chapter 1: Chapter 1
Muerta por amor.
Summary: Un matriononio que se torna violento, un marido golpeador, una esposa que se calla por temor a su furia. Draco no sabe el daño que le esta provocando ¿que pasara el día en que ella ya no este y el más la necesite? todo tiene consecuencias en esta vida.
Este mundo no me pertenece, pertenece exclusivamente a J.K Rowling.
Un minuto más
Hermione estaba recordando tristemente viendo su álbum de fotos como su vida había dado un horrible giro ¿Cuándo Draco había dejado de amarla? ¿Por qué ella dejo de ser suficiente para él? ¿En qué momento paso todo? no tenia ninguna respuesta a esas preguntas, solo sucedió, sin un porque. De pronto el cuento de hadas se cayó para estrellarse en un infierno. Un infierno que marcaba su cuerpo todas y cada una de las noches en las que Draco se convertía en alguien muchísimo peor que el mismo Voldemort.
Oh, mi dragón sollozó Hermione acariciando la feliz cara de Draco el día de su boda. Esa sonrisa brillante y despampanate de alguien que sabía tenía a la mujer de su vida y la presumía al mundo. ¿A dónde te haz ido?Los brazos de Draco solían ser su refugió y ahora eran su calvario.
Cada golpe significaba un nuevo moretón que se empequeñecía ante el dolor de su corazón ¿Dónde estás dulce Draco?
Noche tras noche la hacía suya sin remordimientos ni miramientos: sus ojos grices como el acero la miraban con tanto desprecio que helaban su alma y entonces le susurraba al oído que era suya; pero Hermione ya no quería ser suya.
Ella solo le rogaba al único Dios que conocía que decidiera matarla de una vez para partir de ese mundo cruel a la que Draco la habia sometido. Golpes, gritos y dolor habían mancillado el orgullo de la Valiente Gryffindor que solía ser.
Bien dicen que el amor destruye, y el suyo fue el más tóxico
El tintineo de unas llaves cayendo en el cuenco de la entrada alertó a Hermione de la presencia de su esposo antes de que este con su voz monótona lo delatara.
-He llegado-anunció desde la puerta de entrada. Rápidamente Hermione cerró el álbum para recibir al señor de la casa dejándolo de lado en el affair de la ventana.
Hermione hizo su acto de presencia en la cocina bajo el escrutinio intenso de Draco. Él endureció la mirada y Hermione supo que estaba perdida una vez más.
-¿por qué no estas presentable?- El reproche no le sorprendió en absoluto a Hermione, "¡Eres una Malfoy, por lo menos deberías estar presentable!" aún resonaba en su cabeza en una de las tantas veces que se había encontrado en la misma situación.
Se encogió de hombros antes de tomarse el tiempo de contestarle. Ese día especialmente había tenido una junta urgente en el ministerio y tener la casa impecable cuando el llegara para después atenderlo con sus múltiples y exigentes necesidades.
. -He tenido mucho trabajo hoy-respondió con voz filosa, incitándolo a la pelea; sabía que iba a arrepentirse en cuanto él ingresara a la recamara pero esa noche se sentía especialmente valiente. Los golpes que vendrían después se encargarían de acobardarla nuevamente.
Cuando Draco llego después de su cena la encontró en la misma posición que se encontraba justo antes de que llegara: con las mejillas anegadas en lágrimas y el álbum de fotos abierto en sus piernas.
-Pensé… que te había prohibido tocar eso- Su voz salió como un susurro peligroso que sonó más peligroso que si hubiera gritado. Hermione tensó sus hombros y abrazó con cuidado los mejores recuerdos que tenía del Draco feliz. -¡¿Acaso estás sorda ahora, o qué?!- exclamó ahora si elevando su voz con ira al ver que Hermione no respondía.
Y ella no lo hizo, o al menos no cómo la sumisa respuesta que esperaba recibir- ¿Por qué no ver los recuerdos donde era feliz, Draco? ¿Acaso me vas a prohibir revivir esos días donde me amabas?- Hermione dejó escapar unas cuantas lágrimas y una sonrisa sarcástica- ¿Por qué casarte esta pobre sangre sucia maltrecha, si nuestro final iba a ser este? ¿Dónde quedó nuestro amor? ¿Dónde quedó ese esposo perfecto que juró ante Merlín protegerme de todo y de todos?-las preguntas salían como un torrente sin descanso de su boca- Ha sido suplido por un demonio que ha convirtido mi vida en un infierno, ¿y te confieso algo, amor?- a Draco se le heló la sangre al escuchar el tono de Hermione.- ¡Te odio!- y con esa confesión Draco se volvió loco. Su mano voló a la mejilla de ella impactándola con la suficientemente fuerza para hacerla sangrar y su puño a sus costillas cada vez que su voz le recordaba lo despreciable que era para ella.
-Adelante, mátame de una vez- lo retó con voz entrecortada por el dolor. Pero Draco ignoró su provocación y entró sin previo aviso en ella haciendo que el dolor de sus costillas se atenuara.
Casi estoicamente, tras largas horas sintiendo como le hacía suya, por fin sintió como su miembro era retirado de ella y por fin pudo gatear con el dolor latiendo por cada parte de su cuerpo hasta una esquina recóndita de la habitación donde se hizo un ovillo y dejó que los sollozos contenidos se liberaran.
-Levántate-
La voz de Draco sonó por encima de su cabeza y ella parpadeó intentando enfocarse; la cabeza y el cuerpo le dolían. Intentó hacer la acción que su esposo le pedía y su cuerpo no resistió su peso al apoyarse. Sus costillas gimieron del dolor y ella no pudo contener el grito que salió de ella.
-No..puedo- respondio ella con miedo a su reacción. El rubio se extrañó, pero luego recordó que la había golpeado en las costillas y tal vez eso era lo que le impedía pararse. El rubio salio del cuarto sin decir palabra y sin dedicarle una segunda mirada a su esposa. A fuera, otra persona más deseaba que saliera de su hogar.
El intruso abrió la puerta con un sencillo hechizo y caminó entre el departamento hasta dar con la habitación donde Hermione se encontraba en el suelo todavía.
-Vaya, vaya-murmuró el desconocido con burla a ver a la sangre sucia tirada en el suelo y maltratado- Al parecer Draco no era tan diferente a su padre como creía.- la risa malvada no causó estragos en Hermione.
-¿Vas a matarme?-cuestionó sin un tinte de miedo en su voz.Casi parecía esperanza.
-Tenía planeada una larga sesión de tortura para ti, pequeña sangre sucia-murmuró con la varita entre las manos- pero viéndote, creo que haré las cosas fáciles para ti y solo te mataré- la voz, ahora detectada femenina, adquirió un tono falso de ternura.
Hermione solo miró la figura frente a ella y elevó la mirada al cielo agradeciendo la oportunidad de liberarse.
Cuando el cuchillo atravesó su piel, la expresión de Hermione Malfoy, era de absoluta paz.
Draco estaba en sus oficinas cuando una lechuza desconocida se posó en su ventana pidiendo entrar. Tomó el sobre que tenía amarrada a la pata y la lechuza se fue sin esperar respuesta.
El rubio sacó la nota del sobre con curiosidad y leyó tal vez deberías asegurarte de que tus pertenencias estén bien. Él no conocía esa caligrafía y era algo totalmente anónimo.
Su mente slytherin dictaba que era una absurda amenaza de algún empleado ardido por ser despojado de su trabajo, pero algo en aquél órgano llamado corazón le decía que le hiciera caso a esa carta, sin saber a que pertencia se referia.
Ese día decidió salirtemprano de su oficina, directo a su casa para ver con sus propios ojos que Hermione estuviera bien. Si alguien quería atentar contra él ella era el objetivo principal; y si alguien había osado incordiarla lo mataría: Hermione era suya para hacer lo que quisiera con ella.
Abrió la puerta y vio que todo estaba perfectamente normal, eso devolvió un poco de paz a su cuerpo, sin embargo, el silencio del departamento si que lo inquietó. Pasó por la cocina, el baño y la recámara de invitados antes de toparse contra la puerta cerrada del dormitorio principal
-Que extraño, jamás la cierra-dijo para sí mismo. La perilla cedió al contacto con su mano y el cuerpo de Hermione lo sorprendió tendido en la cama como si estuviera dormida. Draco se molestó consigo mismo por preocuparse de ese modo por Hermione.
Se acercó a ella para despertarla pero cuando se produjo el contacto con su piel se dio cuenta que estaba helada, no fría. Algo dentro del rubio se agitó y volteó con rudeza a Hermione, soltándola en el proceso.
Ahí, en la cama que habían compartido por tres años, estaba su esposa muerta.
Lo que había sido el bonito cuerpo de Hermione estaba marcado por cicatrices y moretones de los que se sabía culpable; pero más allá de eso, una rajada atravesaba su vientre con azaña y ahí donde reposaba su corazón había solo un agujero.
Draco cayó de rodillas en el suelo en estado de shock. Miraba el cuerpo de su esposa sin reaccionar que estaba muerta, que sus ojos jamás volverían a abrirse y que de su boca jamás volvería a retarlo. Que no volvería a estar dentro de ella nunca.
¡Oh Merlín! Draco reaccionó ante sus pensamientos y abrazó el cuerpo de Hermione con fuerza, esperando transmitirle suficiente vitalidad como para recuperparla.
¡Te prohíbo que te largues, Hermione!-gritó con ímpetu- ¡TU ERES MÍA! ¡PROMETISTE NO DEJARME JAMAS!-
¡HERMIONE!
¡MI AMOR!
Las palabras que acababan de abandonar su boca le supieron amargas. ¿Cuánto tiempo había amado a Hermione? ¿Cuánto tiempo se lo demostró antes de convertise en este horrible monstruo?
Un sobre doblado descuidadamente a un lado donde había estado Hermione llamó su atención, la caligrafía era la misma de la carta.
Te lo advertí, no te preocupes, se despidió de ti.
Junto a esa nota, encontró una carta que reconoció con la letra de Hermione y su corazón se apretó dolorosamente al saber que era la última cosa que tendría de ella
Querido Draco:
Cuándo tu leas esto, yo ya habré pasado a otra vida; no sé quien sea él, ni por qué me quiere muerta, pero la verdad es que no se lo ás si él no quisiera matarme lo habría hecho yo misma. Oh, mi dragón ¿hasta donde llegué por tu amor? No voy a luchar por una vida que ya no deseo; mi cuerpo no soporta un golpe más; ni siquiera mi mente parece cuerda ya,Draco. Exprimiste todo lo que pudiste de esta Gryffindor que su único pecado fue dejar su vida por amarte a ti.
Sí te lo estás preguntando,No te odio, te amo y siempre lo haré; solo fueron las circunstancias las que nos llevaron a esto, si te he fallado, perdóname, No fue mi intencion. Si alguna vez vuelves a amar a alguien. Te deseo lo mejor.
Tal vez te sorprenda que te diga que íbamos a tener un bebe, sí, pero lo perdi a causa de los golpes. No quiero torturarte más. Toma esto como la libertad y la posibilidad de estar con alguien a tu alcance, hecha a tu medida y que no te decepcione.
Esta, definitivamente es nuestra despedida amor mio; pero sí nos encontramos en otra vida, déjame encontrarte en ella, Draco Malfoy.
Hermione Malfoy.
El slytherine arrugó la carta entre sus manos y las primeras lágrimas fluyeron por sus mejillas. El dolor abrazó su pecho y se dobló por encima de ella.
Abrazo con mas fuerza su cuerpo mientras lloraba por que por su culpa ella estaba muerta, por su culpa había perdido su bebe, todo era su culpa. Él era quien debía morir, solo el, no ella, no Hermione.
-Perdóname mi amor, perdóname princesa por no saber cuidarte, perdóname por haberte hecho pasar por esto, perdóname, por ser el culpable de tu muerte-susurro cerca de sus labios para besarlos sin recibir respuesta.
Su llanto no paro durante la noche, siguio abrazando a su esposa muerta en un estado catatónico, meciendo a Hermione esperando a que ella despertara, susurrándole al oído que la amaba.
En la mente del rubio, los recuerdos de Hermione sonriéndole lo torturaban con fiereza, acompañados de las noches en las que sus besos dulces lo acompañaban al dormir y sus sonrisas al despertar, para después ser reemplazados por el miedo en su mirada y las lágrimas en sus mejillas
-¿Qué te hice, mi amor?
Algo que Draco jamás supo, fue que aquella noche que desencadenó el infierno: Hermione jamás le fue infiel, y murió creyendo que él la odiaba.
Fin.
