Pesadilla Traviesa

Ventana

Capítulo 1

Oscuro esa era la palabra, mi realidad, mi pesadilla, corría por el mojado asfalto, mis pasos resonaban, no había salida en esta eterna oscuridad, me sentía sofocada y no era porque me faltara el oxígeno eran ansias de salir, me angustiaba estar rodeada de tanta oscuridad, temerosa de que me engullera y no salir jamás; como si se acabara el camino caí en un pozo sin fondo, mi grito podría ser la música más bella para aquel ser que me atormenta y tortura.

Aunque todo era oscuridad cerré los ojos esperando inútilmente mi final, resignada como todos los días que soñaba confiaba en que siempre despertaría.

Una molesta luz me despertaba de mi sueño, como siempre no recordaba mucho de aquellos sueños, tenía frio, mucho frio había olvidado cerrar la ventana, era diciembre faltaban pocos días para nochebuena y era obvio que dejarla abierta era una tontería.

Me levante un poco tambaleante, aún estaba adormilada; me estire como los gatos y fui a bañarme, el agua caliente relajaba mucho mis músculos; Salí solo con una toalla rodearme la cintura no tenía vergüenza de andar así al fin y al cabo era mi cuarto y la ventana solo daba al solitario bosque que está detrás de mi casa.

—jajajaja—me reí internamente—ni que alguien estuviera espiando, al fin y al cabo no soy importante para nadie—pensé.

Me vestí con un pantalón tipo militar verde y una blusa de tirantes negra con mis botas marrones, limpie un poco mi habitación y salí a desayunar tenía que hacer todo rápido que aunque era temprano tenía que estudiar; tome mi mochila, mis carpetas y mis llaves, casi al salir me fije en la imagen del espejo era un poco alta tal vez porque media 1.70, tengo el cabello rizado y castaño claro, mi piel blanca por la poca exposición al sol y por ultimo mis ojos algo extraños y fascinantes ( para mi ) son cafés pero el derecho es de un café oscuro casi negro y el izquierdo al contrario es de un café claro casi dorado , en un principio no eran así había nacido con los ojos de un color chocolate pero al cumplir 15 años estos fueron cambiando ;fue un tanto impactante levantarme y ver como día tras día iban cambiando.

Por cierto olvide presentarme me llamo Susana Ainsworth , tengo 20 años y vivo en las fronteras de Canadá y como dije antes con un gran bosque detrás de mi casa; bueno basta de presentaciones.

Salí rápidamente con mis patines, aunque era la única que estudiaba a esa hora aparte de ser la estudiante con más edad; así que no importaba si llegaba tarde.

A las tres horas, salí con un corto circuito en el cerebro, aunque era pocas horas de clase, mi maestro es implacable.

Me dirigí hacia un parque, sus columpios y toboganes estaban oxidados y en desuso; no había ningún niño o sonido alguno más que el susurrar de los árboles, su pasto era tan alto que fácilmente me llegaban a las caderas. A los ojos de otras personas era una perfecta escena de una película de terror y suspenso; pero para mí, es mi santuario, en donde puedo ser yo sin esconderme y estar en paz.

Me arroje al pasto, que amortiguo mi caída. Saque mi libro favorito y lo leí hasta quedarme dormida. El parque es el único lugar en donde las pesadillas no me persiguen y soñaba libremente; una fría pero suave brisa me despertó, me levante y fije mi vista al cielo ya era bastante tarde. Salí de allí sintiéndome un poco incomoda; cuando iba a doblar una esquina para llegar a mi casa una mano me tapo la boca y me pusieron una venda en los ojos, patalee fuertemente; logre patearlo y rápidamente me quite la venda viendo a dos tipos frente a mí. Uno tenía una máscara blanca y el otro sujeto una máscara negra con expresión triste, al parecer se me quedaron viendo y yo a ellos bastante tiempo hasta que el de la máscara blanca corrió hacia mí, lanzando el primer puñetazo, hubiera dado justo en mi cara si no la hubiera movido. Le lanze un rodillazo estilo Muay Thai en toda la cara o ¿mascara? A la que creo rompí por que se cubrió el rostro con la capucha de su sudadera, me descuide viendo al señor "blanco" y el señor "triste" me pateo el estómago, me doble automáticamente, me tomo del cuello y me tiro al suelo ahorcándome.

-¿Quiénes son?—grite por lo bajo, ese último golpe me dejo aturdida

-¿Qué quieren de mí?—empecé a sollozar; en esta situación no podía romper una "promesa", no usaría mi fuerza nunca más frente a otras personas aunque estuviera al borde de la muerte.

Comencé a ver borroso, el tipo de la máscara blanca se acercó y lo último que escuche fue:

—Aléjate del bosque—dijeron, luego de eso nada solo oscuridad y pesadillas.