El Chavo es una creación de Roberto Gómez Bolaños para la cadena mexicana Televisa. La serie y sus personajes reconocibles son propiedad de los respectivos portadores de derechos de autor. Este fic es para propósitos de entretenimiento.
Quico estaba jugando con su pelota, haciéndola rebotar en la puerta de la casa de Don Ramón.
Esperen a que me traigan mi pelota cuadrada – dijo Quico, mirando a la audiencia.
Y Quico siguió jugando con la pelota cuando la pelota golpeó a Don Ramón, quien estaba saliendo. Quico estaba sorprendido.
¿Qué cosas, no? – dijo Quico.
Mira lo que hago con tu pelota – dijo Don Ramón.
Don Ramón pateó la pelota en dirección a la puerta de la vecindad, pero la pelota golpeó al señor Barriga.
Chanfle – dijo Don Ramón, asustado – señor Barriga, déjeme ayudarlo.
Entonces Quico rompió a reír.
Fue por lana y salió trasquilado – dijo Quico entre risas.
Mientras Quico se iba a su casa, el señor Barriga se ponía de pie.
Primero el Chavo del 8, y ahora usted, Don Ramón – dijo el señor Barriga, molesto.
No fue mi barriga, señor intención – dijo Don Ramón.
¿Qué dijo? – dijo el señor Barriga.
Digo, no fue mi intención, señor Barriga – dijo Don Ramón.
Mejor voy a cobrar la renta a los demás departamentos – dijo el señor Barriga mientras se iba al otro patio.
En ese entonces apareció la Chilindrina, viniendo desde el otro patio.
Papito lindo, mi amor – dijo la Chilindrina - ¿Me das un peso para ir a comprar dulces a la tienda?
Claro que sí, mijita – dijo Don Ramón mientras sacaba una moneda de un peso y se la daba a la Chilindrina – Aquí tienes.
Gracias, papito lindo – dijo la Chilindrina antes de irse feliz rumbo a la tienda.
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Más tarde, Quico estaba haciendo rebotar su pelota contra la esquina de la casa de Don Ramón cuando la Chilindrina apareció con una paleta grande.
Mira, Quico – dijo la Chilindrina – Tengo una paleta y no te la doy.
Al cabo que ni quería – dijo Quico.
Mientras la Chilindrina se iba al otro patio, el Chavo venía del otro patio equilibrando una escoba. La pelota de Quico golpeó al Chavo, derribándolo.
¿Qué cosas, no? – dijo Quico.
Ahora sí te descalabro los cachetes – dijo el Chavo.
Y el Chavo persiguió a Quico hasta el otro patio, con la intención de pegarle con la escoba. En ese instante, Don Ramón salió y la persecución volvió al patio principal, terminando con el Chavo pegándole (accidentalmente) a Don Ramón con la escoba mientras Quico llamaba a su mamá.
¿Qué te pasa, tesoro? – preguntó Doña Florinda mientras salía de su casa.
Me quiere pegar con la escoba – respondió Quico.
Don Ramón notó que tenía la escoba en sus manos mientras Doña Florinda se acercaba.
Mire, yo le puedo explicar todo… - dijo Don Ramón.
Y Doña Florinda le pegó una cachetada a Don Ramón.
Vámonos, tesoro – dijo Doña Florinda – No te juntes con esta chusma.
Sí, mami – dijo Quico mientras Doña Florinda se iba a su casa.
Chusma, chusma – dijo Quico antes de empujar a Don Ramón.
Y la próxima vez, vaya a pegarle a su abuela – dijo Doña Florinda desde la ventana de su casa mientras Quico iba hacia allá.
Rondamón, ¿su abuelita pega duro? – dijo el Chavo.
Y después por qué te pega uno, Chavo – dijo Don Ramón.
Es que no me tienen paciencia – dijo el Chavo.
Es que no me tienen paciencia – dijo Don Ramón en tono de burla.
No te doy una porque mi abuelita sí que pega fuerte – dijo Don Ramón.
