"Por Ella"
Hola a todos, bienvenidos y bienvenidas, este es el segundo fic Dramione que he escrito, como verán amo a esta pareja pero eso no quiere decir que odie el cannon, simplemente Hermione y Draco a veces se me hacen un poco más interesantes, espero que les guste y bueno este es el primer capítulo, me encantaría que me dejaran reviews, es una manera de saber que les gusta mi trabajo, en fin, a lo que vinieron, a leer se ha dicho. ^^
Todos los personajes, escenarios y demás cosas que reconozcan pertenecen al mundo de Harry Potter y a su magnífica creadora: J.K. Rowling
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Lo sabía, ahí estaba, no podía dar paso atrás, la iba a salvar, yo el mortífago, por ella, solamente ella lo daría todo, todo lo que soy y lo que tengo, porque ya no podría cambiar de página, me había decidido tiempo atrás pero no lo había querido asimilar, todo lo daría por protegerla, por saberla a salvo, pero me tenía que conformar con eso, tal vez sobreviviría, tal vez no, y me inclino más por la segunda opción porque yo sé que la amo.
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Unos meses atrás…
-No, no puede.-La mano en la varita me temblaba cada vez más-. Nadie puede ayudarme. Él me dijo que si no lo hacía me mataría. No tengo alternativa.
-Pásate a nuestro bando, Draco, y nosotros nos encargaremos de esconderte. Es más, esta misma noche puedo enviar miembros de la Orden a casa de tu madre y esconderla también a ella. Tu padre, por ahora, está a salvo en Azkaban… Cuando llegue el momento también podremos protegerlo a él. Pásate a nuestro bando, Draco… Tú no eres ningún asesino.
Me sentía triste, impresionado, ¿era cierto lo que decía Dumbledore? ¿Podría salvar a mi familia?, me sentía en un sopor y por un momento me desconecté completamente de la situación, pensé que tal vez todo podría ser diferente.
-Por favor… Severus…
Snape levantó la varita y apuntó directamente a Dumbledore.
-¡Avada Kedavra!
Y ahí estaba yo, pálido, sudoroso, impactado, triste, desilusionado y sorprendido. Estaba en shock, mi profesor predilecto por excelencia, como parte de mi familia, Severus Snape acababa de hacer lo que yo no pude, lo que yo no me atreví a hacer, Dumbledore, mata a Albus Dumbledore,
-Fuera de aquí, rápido- escuchaba voces lejanas hasta que alguien me tomó por la nuca
-¡DRACO! ó Snape-Draco tienes que seguirme, tenemos que irnos de aquí
Lo siguiente que supe es que estaba corriendo a todo lo que daban mis piernas, todavía no entendía porqué, solo sabía que tenía que correr y muy rápido
Volteé hacia atrás y no vi a Severus, grité su nombre pero no contestaba, divisé dos figuras a lo lejos y supuse que era él, así que me giré nuevamente y volví a correr con todo mi ser, pero no llevaba ni 20 metros cuando choqué con alguien, tropecé y caí de bruces al suelo, era ella, la razón por la que hice todo lo que hice.
-No te muevas Malfoy- me dijo, apuntándome directamente con la varita, aunque ella no sabía que estaba pasando exactamente, su deber era proteger al colegio, y más si hay Mortífagos dentro
-¡Quítate de en medio Granger!-me traté de arrastrar por el piso para salir y correr de ahí, pero ella fue más rápida
-¡Expelliarmus!- mi varita salió volando a diez metros de distancia-¿Por qué?- esa pregunta al principio no lo entendí, pero ahora que hago el recuento de los daños me doy cuenta de que me dolió más que ninguna otra, ¿Qué había hecho?
La empujé y traté de salir corriendo nuevamente, pero sus ojos, me detuvieron sus ojos, anegados en lágrimas al ver la Cabaña de Hagrid en llamas, esa pregunta, ahora silenciosa que tenía impregnada e ella, ¿Por qué?
-Yo… yo…- empecé a balbucear, ni yo lo sabía, no quería matar a Dumbledore, ni dejar entrar a los Mortífagos a Hogwarts, pero lo hice, a fin de cuentas, lo hice.
-Perdón…-Fue lo único que atiné a decir, me levanté, recogí mi varita y me alejé corriendo por el Bosque Prohibido, corrí y corrí hasta que no pude más, me dolía el cuerpo, y en todo ese trayecto no pude sacarme ni por un momento sus ojos, esos ojos, con esa pregunta, incomprendida, que yo no entendía.
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Me levanté, sí, lo hice, me sentí cansado y tenía heridas en todos los brazos, con un pequeño corte en la cara, pero de ahí en fuera, ileso, bueno, al menos, eso parecía, abrí los ojos y lo primero que vi fue mi habitación en la Mansión Malfoy, sí, mi casa, tan fría, tan triste, tan sola pero claro, ahora no, ahora era el cuartel del Sr. Tenebroso, todos los Mortífagos se reunían aquí.
-Hola-
Volteé, era Severus, lo vi un poco triste y desalentado tal vez tenía algo más, pero si así fuera lo sabía ocultar muy bien, bajo esa máscara que siempre tenía puesta
-Hola- contesté de vuelta
-Supongo, Draco, te estarás preguntando como llegaste aquí, ¿no es así?
-Sí, bueno, yo solo recuerdo que corrí bastante rápido al Bosque Prohibido, y…-recordé a Granger-y nada más
-Te desmayaste, te encontré cuando iba corriendo tras de ti.
Vaya, ahora lo recordaba iba corriendo y tropecé con un tronco, pero al tratar de pararme, no lo pude hacer, una acromántula me acababa de cerrar el paso, y me mordió, sí, eso fue, una mordida de acromántula.
-Tienes una mordida Draco, en la pierna, te sacamos el veneno pero tendrás esa cicatriz durante algún tiempo
Era cierto, me levanté un poco el pantalón y en medio de mi pierna izquierda, había una mordedura, algo hinchada y muy roja, mi pierna adolorida y claramente se veía que alguien la había curado
-Ah- fue lo único que se me ocurrió decir
-Bueno, te dejaré descansar, y te aviso que en estos días habrá una reunión, para ver como procederemos
Reunión, sí claro, como si me interesara, ese día me quedé en mi cuarto, tuve la visita de mi madre, Narcisa, quien me informó, harían un funeral, por Dumbledore, mi madre estaba sorprendida y a la vez agradecida con Severus por hacer la tarea que el Sr. Tenebroso me había adjudicado, y salvarme, sobretodo salvarme,.
También había venido mi padre, él no sabía si agradecer que estuviera vivo, o deshonrado y defraudado, porque aparte de que Snape había ocupado su cargo a los ojos de Voldemort, ahora Lucius no era nada, claro que antes me habían informado de la fuga en Azkaban, sino mi padre no estaría aquí, él estaba defraudado de mí, ya parece que lo escucho.
-¡Un Malfoy sin cumplir sus obligaciones!-decía enojado-Me defraudaste hijo, te uniste a los Mortífagos y una simple tarea como asesinar a un hombre no lo puedes hacer, eres una deshonra para el apellido Malfoy
Eso sí que no me sorprende, todo eso y más lo esperaba de su parte, era típico de él, un Malfoy incumpliendo el deber de la obligación, vaya, que día.
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Ya habían pasado tres semanas de aquello, mi herida ya casi ni siquiera se notaba, me mediqué con una poción que me traía Severus, podía caminar y andar por cualquier lugar sin problemas, me había vestido, negro, lo único que tengo, color de elite por excelencia, bueno, eso me habían enseñado, impecable y absolutamente bien, todo siempre bien, sin ningún error.
Bajé lentamente las escaleras y vi a mi madre desayunando en el salón
-Hola hijo- dijo haciendo un puchero- ven, siéntate, hay jugo de naranja, pan…
-¿Por qué estás así?
-Hoy en la noche se celebrará la reunión que te había comentado Severus, vendrá nuestro Lord, así que prepárate ¿está bien?
-Si madre, es solo que no se si estoy listo para lo que me vaya a decir, ya no valemos nada a sus ojos, y lo sabes
-Estarás bien, estaremos bien hijo, lo estarás-Mi madre me veía con una mezcla de gratitud y compasión inaudita en ella, incluso, tenía el indico de querer llorar, pero ella era fuerte, impedía que esas lágrimas traicioneras salieran, así era mi mamá y yo la amaba por eo y mucho más, por aceptar tener una hermana mortífaga, un esposo mortífago y un hijo mortífago, por haber aceptado todo lo que convenía llevar el apellido Malfoy, y aun así, ella no era mortífaga, sorprendente
-Esta bien madre, tranquila- le sonreí un poco, mientras tomaba su mano-Desayunemos ¿te parece?, ya más tarde enfrentaremos a lo que tengamos que plantarle cara
Desayunamos y subí de nuevo a mi habitación, tenía que pensar y esperar la llegada de ellos, ¿amigos?, ¿compañeros?, ¿colegas?, irónico.
