Estado de Facebook, 1:49 am "Tengo tantas opiniones sobre éste capítulo que voy a ir a Word y escribir FanFics al respecto."

"ClackClack"

Fueron minutos que se trasladaron a segundos demasiado cortos. Blaine podía sentir las manos de Kurt bajo su camisa, congeladas, inspeccionando, revisando su piel como si no la conociera, como si no fuese conciente de que sólo le pertenecía a él.

Que siempre le pertenecería a él.

Kurt le observaba desde arriba, su charla nerviosa flaqueando por momentos, sus labios ocupándose en algo más interesante que palabras estúpidas. Un tirón de cabello hizo que abriese la boca, dejando espacio para que sus lenguas danzaran una coreografía que hacía tiempo no ensayaban. Un baile sin nombre en el que no podían fallar, sin importar cuánto tiempo llevasen sin ponerlo en práctica.

La radio estaba apagada, el mundo exterior era irrelevante y el único sonido dentro del auto de Blaine era el ruido de los zapatos de gala chocando contra la puerta, envueltos en sus propios nombres pronunciados desde la boca ajena, entre respiraciones erráticas y murmullos sobre no ser novios, no ser exclusivos.

Blaine aún podía sentir el resfrío presente en su sistema respiratorio, incapaz de procesar el aire con normalidad, restándole importancia ante los labios que se posaban sobre los suyos, hambrientos, brutales.

¿Quién necesitaba respirar, después de todo?

Si no conociera mejor a su nov- a Kurt, diría que, incluso, su enfermedad había ayudado, dándole a su voz ese tono ronco que volvía loco al chico de ojos cielo, quizá por ese motivo Kurt le había tomado de la mano, pidiéndole que abriera el condenado automóvil, haciendo que ambos cayesen dentro, dejando que su cuerpo expresaran lo que su mente no quería decir en voz alta.

Tiró de la corbata de Blaine, esperando poder arrancarle la ropa, pero era demasiado tarde, se les había acabado el tiempo: Kurt realmente adoraba a Mercedes, por eso soltaba maldiciones con su nombre mientras acomodaba sus pantalones e intentaba restarle importancia al asusto.

Todo el mundo tenía relaciones en las bodas o, al menos, eso veía en las películas.

Casi fue capaz de preguntar si entrar en una iglesia en su… situación era un pecado, pero se contuvo al ver que no era el único con un problema.

Ya lo solucionarían, luego.