Hello, nice people~ Volví, y en compensación les trago este pequeño regalo ;)
También, claro, es la participación a un reto lml

Está ambientado en Maestro de Dragones, cómo no; tómenlo como un extra, (uno muy raro y lejano xD)

Disclaimer: HTTYD no me pertenece. Todos los personajes ajenos a la saga son de mi total autoría. No recibo remuneración económica a cambio, hago esto sin fines de lucro.

Aviso: Este fic participa en el Mini-Reto Especial "Hiccup Haddock" del foro La Academia de Dragones.


Entonces se volvió a mirarme, y tuve miedo.
La oscuridad en sus ojos de pantano no era bien apreciada, por mí, por nadie.
Sin embargo, lo importante no era aquello, sino la respiración errática que agitaba su pecho, potente, como los latidos acelerados de mi propio corazón.

Recuerdo a mi padre, aquél que solía decir que los dragones eran bestias, sin razón, sin sentimientos.
Y me agradaría darle la razón, en verdad lo adoraría.
Pero el reptil frente a mí provoca la insana necesidad de demostrarle al mundo, de nuevo, que está equivocado.

Incontables veces me lo advirtieron: "no es dragón, ni mucho menos es humano, terminará por volverse loco, y que Odín nos ampare entonces."
Me hubiera encantado prepararme para este día, en lugar de quedarme a esperar y permitirme sorpresa cuando el menor de los hermanos mató al mayor.
Y sin embargo, aquí estoy, muerto de miedo ante la mirada perdida de un dragón exhalando humo de sus fauces.
Va a matarme, eso es seguro.
Justo como hizo con Drago cuando tuvo la oportunidad, de la misma forma en que borró del Archipiélago al Berserker que lo mantuvo en cordura durante tantos años.

Lo lamentable, es que estoy completamente seguro de que después que mi corazón deje de latir, él volverá en sí y se pondrá a llorar, llamándose monstruo, culpándose por la eternidad.

Y nadie estará ahí para él, no habrá nadie para consolarlo.

No quiero morir.
Ahora que he encontrado el camino de la paz, ahora que he visto a mis hijos partir y a mi fiel compañero abandonarme.
No quiero.
Aun sabiendo que mis padres y mis hermanos me esperan, no estoy listo.
Por eso, pese a todo, hago a un lado las astillas que llegaron hasta mí, después del primer disparo.
Noto al Night Fury inhalar su propio humo, y en lucha contra el temblor que domina mi cuerpo, me lanzo contra el dragón, rodeando su cuello con mis manos, acariciando su cicatriz, su marca.
Él gruñe, y sé por el ardor de mi espalda, que acaba de escupir plasma.

No me importa, de todas maneras.
Tiene mi edad, pero es como si fuera mi hermano menor.
No quiero perderlo, no ahora, no así. Claramente, descubrirían que él fue quien nos mató, y lo cazarían.

La paz entre humanos y dragones, si es que existió, terminaría.

Mi vida entera resumida en segundos, imágenes en picada sobre mí.

—Yra, por favor..., basta.


Muchísimas gracias por leerlo, espero les haya gustado :)
Espero pronto ya traerles el tercer capítulo de Maestro de Dragones, para quienes lo siguen.

Gracias por su tiempo.

-MsH-