Disclaimer: Todo es de J.K. ella es divina, es una diosa... la amamos...
He dejado la pareja a vuestra elección... espero que disfruten...
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¡Mierda, es rosa!
Entré en el baño. Cerré la puerta y puse el pastillo. Me apoyé en la pared y suspiré. Llevaba una mano debajo de mi camiseta, la saqué y coloqué lo que tenía en ella encima del lavabo. No pude evitar que varias lágrimas escaparan de mis ojos. ¿Qué pasaría si mis sospechas eran ciertas? Por favor, tan solo tenía diecisiete años recién cumplidos. Mi cuerpo no lo soportaría. Con el dorso de mi mano limpié las gotitas que rodaban por mis mejillas.
Agarré la pequeña caja que había dejado en el lavabo y comencé a ojearla. Miles de letritas escritas en el cartón que protegía el producto intentaban marearme juntándose y formando falsas acusaciones que solo yo entendía. Fruncí el ceño, todavía no estaba lo suficientemente loca como para pensar que las personas colocaban mensajes ocultos para mi en las cajas de los fármacos. Estaba asustada, todavía no quería saber la verdad. Miré el baño. Sí, los azulejos azules le daban un toque sofisticado, mi madre sabía escoger bien los colores. Pensé en lo que haría este verano, y todos mis planes se nublaron cuando volvía recordar que el resto de mi vida dependía de lo que hiciese ahora en el baño.
Suspiré resignada y abrí la caja. Saqué el producto y el papelito que decía como se utilizaba. Humedecí mis labios con la lengua y me dispuse a leer.
"Colóquese en una posición cómoda para usted, es preferible que esté relajada."
Genial, relajarme… últimamente no podría haberme relajado ni con un masaje chino.
"Agarre el vasito con una mano y ligeramente acuclillada orine dentro"
Orinar, eso sí sabía hacerlo, me había bebido unas diez botellas de zumo de calabaza. Algo avergonzada conmigo misma, miré a otro lado e hice lo que decía el prospecto.
"Realizada esta acción, coloque el vaso con la orina en una superficie plana…"
"No, si te parece me lo colocaré debajo de la nariz" pensé. Últimamente no andaba de muy buen humor.
"Saque de la caja el indicador de concepción que viene adjuntado con la misma"
Lo hice.
"Colóquelo dentro del vaso con la orina y espere diez minutos"
Suspiré antes de meter el largo palo plano en el vaso.
"Cuando este tiempo haya pasado, mire el color que saldrá en la parte que haya estado sumergido en la orina. Si es rosa, enhorabuena, está usted en estado. Si por el contrario se vuelve azul… inténtelo otro día."
Tiré el prospecto al suelo y me senté en la tapa de la taza del váter. Diez minutos tenía que esperar. Comencé a jugar con el dobladillo suelto del bajo de mi pantalón de pijama.
Pasados esos insoportables diez minutos me dirigí con miedo hacia el vasito de orina. Mirando a otro lado saqué el palo y con resentimiento y miedo lo miré…
-¡Mierda! –Grité- ¡es rosa!
Varias lágrimas rodaron por mis mejillas y me emborronaron la vista.
"Tiene un toque lila… a lo mejor" intenté consolarme. Pero no, definitivamente, yo, Hermione Jane Granger, estaba embarazada.
-Rosa… odio ese color… Espero que sea niño…
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Diganme... ¿es raro?
