Disclaimer: Ninguno de estos personajes me pertenecen(exceptuando a cierta muchacha misteriosa de la que todavía no sabemos el nombre y a Kedra, y a algún loco más que se me ha colado por ahí xD) El resto son de J.K Rowling. Que no se preocupe, que no le voy a intentar robar a ninguno(puede que tal vez a Snape... xD)
Pues bueno, aquí está el primer fic de HP que me atrevo a escribir. Ya se que no me voy a ganar la vida escribiendo, pero para ser el primero no creo que esté tan mal xD. El prólogo puede ser un poco confuso, pero es necesario para introducir a cierta muchacha misteriosa... xD Bueno, me dejo ya de tonterías. Aquí empieza el prólogo.
Prólogo (Profecía)
Cuando la noche llegue
y con ella sus peligros,
cuando el miedo oculto vuele,
abridle camino.
Un ángel llega desde el cielo
desconociendo su destino.
Un ángel mágico de alas blancas
y mirada firme como el hielo.
Y cuando su corazón finalmente se abra,
con su luz, coraje y fuerza
luchará por las personas a las que ama.
El gran lobo blanco se abría camino con sus poderosas alas, rasgando las nubes y el viento con sus zarpas. Sus fauces abiertas indicaban su cansancio, su ira y su resignación al no poder ser más rápido de lo que ya era.
Su jinete, una joven muchacha encapuchada, se aferraba al peludo cuello de su blanco amigo tanto cómo sus fuerzas y sus esperanzas se lo permitían.
-¡Rápido, Kedra!-gritó, pero su voz se apagó y dispersó por el cielo infinito. Desesperadamente miró hacia atrás, y un fuerte escalofrío recorrió su espalda al comprobar que su persecutor, montado sobre un dragón más negro que las tinieblas, iba ganando terreno-.
Kedra, el gran lobo blanco alado, ladró con furia y desesperación, pero su cansancio no le permitió ser más rápido. La muchacha vio exasperada como el animal sacaba la lengua por entre sus afilados y largos colmillos, y pronto supo que ya no podría continuar con aquel ritmo por mucho más tiempo.
Continuaron sobrevolando los prados y bosques a gran velocidad, hasta que, de pronto, la muchacha consiguió vislumbrar en la lejanía una gran construcción que se alzaba sobre unas rocosas montañas.
-Un poco más, Kedra, tal vez allí consigamos ayuda-susurró al oído del animal, quien en un último esfuerzo comenzó a mover las patas a la par que las alas para ganar impulso-.
El gran edificio estaba cada vez más cerca, y al cabo de unos minutos pudo distinguir que se trataba de un gigantesco castillo. Sus numerosas torres apuntaban hacia el cielo firmes, las ventanas parecían ojos que miraban atentos la persecución que se estaba librando en el aire y las banderas y estandartes se agitaban violentamente con el viento. La fachada parecía antigua, muy antigua, pero aún así daba la impresión de que podría aguantar estable durante muchos años más, y las pequeñas construcciones e invernaderos que se levantaban por los alrededores parecían indicar que aquello se trataba de un colegio.
La muchacha miró sobre su hombro una vez más. El temible dragón negro y su también oscuro jinete iban ganando distancia.
-Vamos...-susurró. Un fuerte mareo la obligó a recostarse contra el blanco cuello del animal, pero sus manos perdieron fuerza y a punto estuvo de resbalar y caer-. Un poco más...-su voz sonaba cada vez más distante, y cuanto más se acercaba el extraño encapuchado a ella, más débil se sentía-.
Tan solo se atrevió a abrir los ojos cuando sintió más que escuchó un débil gruñido en la garganta de la bestia blanca. Al fin habían llegado al castillo, y en aquellos momentos se encontraban sobrevolándolo y buscando la seguridad entre las torres. La joven pudo distinguir lejanos, muy por debajo de ella, los gritos de personas que miraban desde los patios y ventanas hacia cielo y apuntaban aterrados(y algunos fascinados) al dragón negro.
Kedra realizó un giro brusco para evitar las fauces del gran reptil, provocando que la muchacha resbalara y quedara colgando de su peludo cuello, agarrada únicamente con una mano. Desde abajo, los gritos de los estudiantes del colegio seguían llegando, aunque cada vez más cercanos, por lo que la joven pudo suponer aún si abrir los ojos que estaban descendiendo.
El dragón negro pasó a gran velocidad junto al lobo blanco de nuevo, haciéndole perder estabilidad y estampándole contra una de las muchas torres. La muchacha cayó sobre el tejado con un golpe seco fracturándose una muñeca, y vio con terror cómo el reptil cargaba contra ella mostrando sus enormes y amarillentos colmillos. El jinete encapuchado reía con maldad, y por un momento ella pensó que aquel sería el fin, pero de pronto sintió como unas fauces se cerraban suavemente sobre ella y la alzaban.
-¡Kedra!-exclamó abriendo los ojos e incorporándose sobre el lomo del animal mientras éste remontaba el vuelo-.
A sus espaldas oyeron un fuerte rugido y unas frías palabras que maldecían en el aire. El dragón estaba muy cerca, cada vez más, y aunque la muchacha trató con todas sus fuerzas no marearse de nuevo, sus sentidos comenzaron a nublarse y sus brazos perdieron fuerza en torno al cuello del lobo. Con un quejido apenas audible, se deslizó hacia un lado y empezó a caer al vacío. Lo último que alcanzó a oír fue un aullido de impotencia de Kedra, los gritos de miedo de los estudiantes y la voz serena de un anciano que gritaba unas extrañas palabras. Después, todo fue oscuridad...
Esto ha sido todo. Espero que, a pesar de ser una simple introducción, esté bien escrita y demás xDSe agradecerían unos cuantos reviews para saber si seguir o jubilarme en esto. El próximo cap está escrito, así que lo subiré enseguida. Nada más. Hasta la próxima(eso espero xD).
PD-Ya sé que la profecía del principio es un tanto mala, pero escribir a las 3 de la madrugada no aporta muchas ideas que digamos... xD
Muchos Besossss
Sorathan Fields
