- Titulo: Silent Hill: Road to Nowhere

- Autor: Yukari Sparda

- Advertencias: Cosas bizarras, sangre, palabrotas, mucha acción asesina, y cosas que los niños pequeños no podía ver ¬¬

- Disclaimer: Silent Hill y sus personajes no me pertenece, son del Team Silent de Konami y Climax Producction


Silent Hill: Road to Nowhere.

Chapter I – Some gas.


La música y los acordes de la guitarra acompasaban el cortante ambiente dentro del vehículo. Podía sentirse la tensión. Mi hermana sentada en el asiento del copiloto con los brazos cruzados, viendo su reflejo en el espejo lateral. No sabía cómo continuar el viaje, no soportaba el hecho de estar tan cerca del único atisbo de familia que me quedaba y no poder decirle nada. Nada.

—Aline… —Susurré con la vista en la autopista. Era de noche, nada ni nadie viajaba a estas horas de la madrugada. Ella sólo giró lentamente su cabeza para mirarme, sus ojos azules se clavaron en mi rostro—. Por favor… siento, siento mucho lo que paso…

Realmente lo sentía. A sus diecisiete años tuvo que soportar la muerte de nuestros padres completamente sola, porque yo, su hermano, que se supone debería haber estado con ella, me encontré imposibilitado por razones externas que pretendía dejar atrás.

—Ya no importa mucho… — Musitó y volvió a la misma posición de antes

—¡Sí, sí importa! —Me exasperé golpeando el manubrio. Ella giró al instante mirándome con asombro y algo de lastima. Meneé la cabeza siendo consciente de que seguía siendo algo más violento que antes—. Lo siento…

—Siempre lo sientes —Respondió ella con enojo—. A veces… a veces pienso que ni siquiera lo sientes en realidad, sólo lo dices porque es un protocolo y nada más

—Sabes que no es así —Le miré fijamente para volver a la carretera—. Antes… éramos tan cercanos. Como dos amigos que se querían y se acompañaban pero ahora… Dios, me siento tan culpable… si pudiera hacer algo para remediar lo que sucedió, créeme que lo haría…

—Huir no es la mejor opción, de eso estoy segura —Esquivó la mirada claramente ocultando un par lágrimas que escapaban de sus ojos—. No sólo te arrastraste a ti mismo al abismo, sino que ahora te aferraste a mi… ¿¡Crees que eso está bien!

—¡Aline! —Detuve el automóvil en seco, las llantas derraparon en el asfalto, deje caer mi cabeza sobre el mando suspirando cansado—. Yo… debo ser la peor persona del mundo, no es justo… que tú pases por esto.

—Es justo… y necesario, dice la Biblia —Ella posó una mano en mi hombro, sobando mi espalda lentamente—. No importa… ya nada importa. Estamos tú y yo en esto, vamos a salir bien librados. No voy a dejarte nunca…

Volteé la vista hacia ella, sus hermosos ojos azules estaban vidriosos. No pude evitar darle un abrazo apretado, sollozando en su cuello.

—Será mejor que continuemos —Farfulló limpiándose las lágrimas con el dorso de su mano, alejándose de mi—. Antes de que se haga más tarde.

—Sí —Asentí con una sonrisa.

Pasaban los minutos, y las canciones de la radio. Cada vez que podía miraba a Aline con los ojos cansados. Di un suspiro sonoro cuando comenzó otra canción.

—¿Recuerdas esta canción? —Le pregunté sonriendo.

—Cómo olvidarla, papá la ponía cada vez que salíamos de pesca—. Recordó ella, tenía tan buena memoria — ¿Cuántos años teníamos? ¿Cinco? Tú tenías ocho parece…

—En la casa rodante —Agregué yo con una mirada de añoranza—. Las pizzas que preparaba mamá en el camino, recuerdo a papá con su sombrero salido de Indiana Jones que ganó en una feria del condado ¿Recuerdas?

Rió tiernamente.

—Claro que sí, estuvo tres horas tratando se atinarle a la rana en la laguna. Hasta que lo logró.

Na… nanana… —Comencé a tatarear con ritmo, Aline me miró con cara extraña pero con una sonrisa—. And you're so surprise, he doesn't run to. Catch your ash, everbody always wants to kiss your trash…

And you can't help him, no one can. And now that he knows —Coreó ella divertida, chasqueando los dedos—. There's nothing to get, will you still place your bet… Against the neighborhood threat…

—Es increíble que esta canción siga escuchándose —Reí sonoramente, ella me acompañó.

Más allá, entradas las montañas, perdimos señal con las radiodifusoras, y la estática se apoderó de la radio. Otra vez el silencio. Me sentí abrumado por él, me recordaba a la soledad de mi celda.

—Qué extraño… —Dije cuando el auto comenzó a dar señales de tener una falla eléctrica o algo parecido.

—¿Qué sucede? —Preguntó Aline preocupada aferrándose a la manilla de la puerta como si presintiera algo. No la culpaba después del hecho traumante que paso.

—No es nada, tranquila —La tranquilice para que no tuviera una crisis nerviosa o alguna cosa peor—. Creo que es el motor… la batería o algo…

La luz del tablero eléctrico comenzó a titilar y el auto dejo de responder al acelerador, deteniéndose paulatinamente ayudado por los frenos del vehículo que accioné de inmediato. Nos detuvimos en la berma mientras el sonido de la tierra siendo compactada con el peso del vehículo nos dio un indicio de que estábamos lejos de nuestro destino.

—Esta maldita cafetera —Gruñí abriendo la puerta, me acerqué a la parte delantera y levante el capo del auto. Pero al parecer no era el problema, no había humo, ni vapor, ni siquiera fuego—. ¿Qué sucedió? ¡Estúpido auto!

—¡Hey! —Llamó mi hermana—. El auto no tiene la culpa de no le eches gasolina.

«Gasolina… gasolina» Esas palabras resonaron como eco en mi mente, mis neuronas no hacían contacto y no formulaban respuesta alguna para esa aseveración «¡Gasolina! ¡PERO SI LLENE EL ESTANQUE ANTES DE SALIR!»

—No puede ser… —Miré el tablero muerto, efectivamente no había gasolina—. ¿Tanto hemos viajado?

Mi hermana sólo se encogió de hombros.

Fastidiado, me dirigí al maletero y extraje de allí un bidón para traer gasolina, sólo esperaba que hubiese un pueblo cercano.

—Escucha Aline, iré por gasolina, quiero que te quedes aquí. Cierra puertas y ventanas… y no me importa lo que ocurra, no salgas del auto — Le advertí, los años me habían vuelto tan paranoico por lo que el exceso de cuidados con mi hermana realmente rayaban en lo ridículo—. ¿Has entendido?

—¿Por quién me tomas? —Preguntó enojada—. Ya no tengo seis años…

—Con o sin seis años, no salgas del auto —Dije como ultimátum, ella sólo subió la ventanilla y bajo el seguro de la puerta haciendo una mueca de burla antes de que yo me marchara.

Conforme con la acción. Caminé por lado de la calzada cargando el bidón en mi mano derecha y subiendo el cierre de la chaqueta con mi mano libre para meterla luego en el bolsillo de la misma. Oculté mi mentón hasta la altura de la nariz mientras el vapor salía a cada exhalación.

No supe cuánto había caminado, estaba concentrado en no perder el ritmo para que el frío no hiciera estragos en mi mente, más de los que provocaba en mi cuerpo. Las piernas no me respondían de lo mejor.

Más adelante del camino que parecía nevado y cubierto por la neblina blanca y espesa pude divisar un cartel. Gastado por el tiempo y corroído por las termitas.

WELCOME TO

SILENT HILL

«¿Silent… Hill?» Algo me llevó a quedarme quieto por unos segundos. Dude, quise volver al auto con mi hermana. No fue buena idea venir. ¿Acaso no me estaba oyendo? La cobardía me apresó unos instantes antes de que mis músculos reaccionaran para luego seguí adelante. Una brisa fría recorrió el lugar con un silbido aterrador. La madera del letrero crujió al moverse y las cadenas en las que se sostenía chirriaron. Apreté los dientes, era un ruido desagradable.

Me adentré un poco más en la avenida. La niebla tenía algo seductor, como si me llamara «¿Qué? ¿Llamarte la neblina?» Sacudí mi cabeza alejando los pensamientos. Caminé más y más, absortó del aparente estado de abandono de la ruta.

El pavimento agrietado como si algo lo hubiese levantado desde abajo, maleza verde, mala hierba amontonándose en los rincones. Las líneas amarillas del tránsito apenas se distinguían.

Más adelante otro cartel de señalización.

SILENT HILL HISTORICAL SOCIETY - 0.01 mi./15 mts.

TEXXON GAS - 0.02m mi./40 mts.

ROSEWATER PARK - 0.03 mi./50 mts.

PLEASANT RIVER - 45 Mi./73 Km Country

«Texxon Gas, justo lo que necesito» Eché a correr, cuarenta metros no era mucha distancia. Crucé la calle observando el poco corrientoso brazo del lago. Un poco más avanzado pude ver el nombre de la calle.

NATHAN AVE.

Corrí más rápido pasando de lado la Historical Society, faltaba poco. Adelante el cartel alzado de la gasolinera. Encerrado en círculo rojo que más que nada era un recurso de publicidad.

TEXXON GAS

Parecía una gasolinera de carretera. Con dos dispositivos de combustible y lo peor era el precio. Demasiado elevado. Jadeé cansado por la carrera mientras caminaba hacia el local. Aún con esperanzas de encontrar algo de vida adentro abrí la puerta. La campanilla anunció mi llegada y para luego la puerta cerrándose detrás de mí.

El lugar estaba desolado. Dejé el bidón encima del largo mesón que servía como barra de servicio. El sitio estaba polvoriento, como si nada, ni nadie lo hubiera limpiado nunca. Las sillas tapizadas de cuero rojo no eran tan brillantes con la apelmazada capa de polvo encima. Las maderas habían perdido el brillo. De los rincones pendían blancas telas de arañas con esqueletos de insectos atrapados en ellas «Hasta las arañas abandonaron este sitio, el punto es por qué»

—¿Hay alguien aquí? —Pregunté por mero reflejo, cortesía, le llaman algunos—. Necesito gasolina

Como era de esperarse nadie me respondió. Pero aún mantenía la esperanza. Me encogí de hombros y volví por mi bidón. Si nadie me atendería, yo me atendería sólo.

Salí. Alcancé la manguera y apreté el gatillo, no salió nada. Una vez más. Pero nada.

—¡Maldición! —Gruñí en alto lanzando la manguera al suelo—. ¿Dónde conseguiré gasolina?

—Hay otra en la intersección de Ellroy Street y Bloch Street —Dijo una voz femenina saliendo detrás del otro dispensador—. Aunque dudo que tengan gasolina. Se acabó hace bastante tiempo… Bienvenido a Silent Hill, cariño

—¿Abbie? —Más que una pregunta era un aseveración de sorpresa, ella ¿Aquí?

—Qué ironía que nos volvamos a encontrar… y precisamente en este lugar, Drew…

La vida nos había puesto el uno al otro frente a frente nuevamente.

—Y dime ¿Qué haces aquí? —Pregunté extrañado—. ¿Dónde está todo el mundo?

—No lo sé —Respondió escuetamente deteniéndose enfrente de mi—. No sé qué hago aquí, ni donde está todo el mundo. Simplemente desaparecieron.

—¿Desaparecer? Okay, eso me suena a una mala película de terror —Contesté—. Y tú pareces de lo más normal. Mírame a mí, llevo diez minutos aquí y siento unas ganas tremendas de irme, es más, fue un placer volverte a ver, pero tengo que marcho…

—Drew —Llamó cuando pasé por su lado—. Ya no hay salidas

—¿Qué? —Me di la vuelta lentamente, ella hizo lo mismo—. ¿De qué estás hablando?

—De esto… —Sonrió doblando los brazos a la altura de su cintura mostrando el lugar—. La soledad materializada

—¿Soledad materializada? —Repetí alzando una ceja—. Abbie, no entiendo lo que dices, y ni quiero entender. Esto tiene pinta de ser una broma

—Sé que ahora no lo entiendes —Se giró un poco señalándome con el dedo—. Con el tiempo, entenderás…

—Ah… —Dejé que el aire saliera lentamente colocando mis manos adentro de mi chaqueta, el bidón fue olvidado en el suelo de concreto—. Oye, si consumes drogas o algo, bueno, que pena por ti eh… pero yo tengo una vida y una hermana, así que tú y tu "soledad materializada" pueden quedarse aquí si lo desean. Pero si… aceptas mi ayuda, puedo sacarte de aquí

—¡Llevo años en este sitio! —Explotó de pronto, me sorprendí levemente—. ¡No hay salidas! ¡No hay entradas! ¡No hay… nada…! ¡Sólo la neblina, las cenizas!

—Abbie tranquilízate… —Intenté calmarla colocando mis manos en sus hombros—. ¡Tranquila!

—¡No! ¡No me pidas que me calme! —Se removía inquieta tomando entre sus manos algunos de sus lisos cabellos rojos—. ¡Aléjate de mí! ¡Alexander tenía razón, no entiendes! ¡Maldita sea!

—¡Abbie basta! —Comencé a forcejear con ella, pero se resistía, como una niña pequeña haciendo una rabieta—. ¡Abbie! ¡Abigail!

De pronto sentí una punzada dolorosa en mi pecho.

—A-bbie…

Mi voz se congeló. Como si cada célula de mi cuerpo quisiera reaccionar pero no podían. Los gélidos e inexpresivos ojos verdes de Abbie estaban clavados en los míos. Dios, dolor… El ardor carcomiendo la zona izquierda de la parte superior de mi torso. Podía sentir el filo del cuchillo enterrado en mi piel, en mi carne. En lo más profundo de mi ser. El mango de madera chocando contra mi chaqueta, mientras Abbie seguía tratando de hundirlo más. Luego, el desgarro.

Así como entró. Salió. Dejando una estela sangrienta. El vapor de agua flotando alrededor.

—Abbie… —Caí al piso de boca fundiéndome en el charco de sangre caliente. Mi cuerpo no reaccionaba, mis ojos abiertos de par en par, absorbiendo las últimas imágenes de mi vida, la calle, la neblina, los zapatos de Abigail, un cuchillo ensangrentado cayendo al pavimento de la calle ¿Tu vida en un minuto? No, nada de eso. Yo diría: lo que no pudiste hacer en toda tu vida—. Aline… lo s-siento

Cerré los ojos lentamente. Un grito ensordecedor, escandalizado y todo era lento. Como si el tiempo quisiera que mi mente sufriera un poco más. Una muerte rápida no tiene gracia.

—"Lo ha sacado de su playera, ella, la pelirroja"

—"Dios mío… ¡Una ambulancia!"

—"Padre nuestro, que estas en los cielos… santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino…"

—"¡Ayúdenlo por amor a Dios!"

—"…perdona nuestras ofensas como nosotros perdonamos a los que nos ofenden…"

—"¿Está vivo? ¿Y la ambulancia? ¡Rápido!"

—"… y líbranos del mal…"

«Amén…»

To be Continue


N/A: Chan! Este es el primer capítulo de otra de mis historias, nació una calurosa tarde de verano en lo único que pensaba era que en Silent Hill debería hacer mucho frío xD. Yay… tenemos nuevo protagonista con un pasado muy, muy, muy pero muy oscuro junto a su linda y "poco gruñona" hermana XD. Okay, por el momento va lento… es que está un poco congelado pero va ira progresando créanme, aunque ya haga un asesinato ¬¬. Por cierto, la canción que cantan Drew y Aline en el auto es "Neighborhoos threat" de Iggy Pop

Además decir que las distancias aproximadas en el segundo cartel que encuentra Drew, son netamente creadas por mí, es decir que puede que las distancias sean más o menos, pero como Silent Hill entrega poca información turística tuve que ingeniármelas sola para encontrar la cantidad de metro y/o millas correspondientes (Recuerden en se utiliza la milla más que el metro) Y coloqué también el "metro" por un cuestión geográfica y de internacionalidad (Por lo menos aquí en mi país hay carteles que tienen las dos unidades de medición)

Espero que les haya gustado. Dejen Comentarios plis!

Un beso, saludos y cuídense!