Nota de la Autora: Esta idea nació después de leer varias historias de viajes en el tiempo y una mente agotada que debería tratar de enfocarse más en sus exámenes que en soñar despierta.
De cualquier manera, me gusta probar nuevas ideas. Espero que no sea demasiado rara, si lo es… bueno, al menos me divertí con ella ^_^
Espero que ustedes también. ¡Disfrútenla!
Nota de la Traductora: Bueno, qué puedo decir, leí esta historia y me encanto, así que pedí el permiso de la autora para traducir su historia, y me lo concedió. Actualmente cuenta con cuatro capítulos. Y para aclarar, yo no soy la autora es Kai Maciel, y pueden encontrarla en inglés con el nombre de Savior, si están interesados en leerla en su idioma original.
Disclaimer: Naruto pertenece a Masashi Kishimoto. Esta historia pertenece a Kai Maciel
Muerte y Nacimiento
死と誕生 (Shi to tanjō)
El momento en que todo quedó en silencio, Uzumaki Naruto supo que él estaba muerto.
A penas hace unos instantes, el chico rubio había estado rodeado por desesperación, terror, dolor y caos. El final del mundo fue ensordecedor, la tierra misma se quebró y estalló en llamas y lava, el viento era caliente y poderoso, el cielo se había oscurecido y el trueno rugió. Pero lo que preocupó más a Naruto fueron los gritos.
Todos estaban chillando, llorando y gritando. Había dolor y terror en cada voz, pero nadie fue capaz de evitar la violencia y destrucción que Tobi había comenzado. Ni Tobi mismo, ni Naruto, ni Sasuke, quien estaba justo detrás de él, ni Kakashi, ni los Kages… nadie.
La última cosa que Naruto recordaba era la explosión de rojo, negro y amarillo que se tragó el mundo. Recordó mirar los ojos llenos de lágrimas de Sakura y luego el horrorizado rostro de Sasuke antes de que la explosión los atrapara. Él no estaba seguro, pero podría haber jurado que él había saltado encima de Sasuke en un instintivo intento por protegerlo. No podía recordarlo con claridad; tal vez él sólo lo había imaginado.
El mundo se hizo añicos como el cristal. La realidad misma fue distorsionada y rota. No había límite entre el mundo de los vivos y los muertos, ni presente o futuro, ni humanos ni bestias con cola. Todos se habían desvanecido en el olvido.
Él sintió un breve momento de dolor y luego nada. De repente, el mundo estaba en silencio y oscurecido. Todo había terminado, todo se había ido.
Todos estaban muertos.
"Si estoy muerto… entonces por qué siento el suelo debajo de mi" pensó el chico rubio.
Naruto se encontró yaciendo en algo frío y abrió sus ojos. Sorprendido, por decir menos, el adolescente se dio cuenta de que estaba en alguna especie de cámara redonda blanca.
"¿Qué…? ¿Qué diablos?" preguntó Naruto, su voz haciendo eco a través de la brillante habitación cuando se levantó. "¿Dónde estoy? ¿Qué pasó?"
Naruto odió sentirse confundido y estar perdido sólo hizo las cosas más frustrantes. Tratando de calmarse, el rubio cruzó sus brazos sobre su pecho y cerró sus ojos. Sólo un segundo más tarde, todo volvió a él.
"La explosión… ¡No!" Naruto se dio vuelta. "¡Chicos! ¿Dónde están todos? ¡Sasuke! ¡Sakura-chan! ¡Kakashi-sensei! ¿Dónde están? ¿Hay alguien allí?"
No importó cuántas veces gritó los nombres de sus amigos, camaradas y aliados, Naruto sólo podía escuchar el sonido de su eco en esa maldita habitación blanca que estaba comenzando a enojarlo.
"¿Dónde están? ¿Dónde están todos?"
"Ellos no van a responderte."
Con sus ojos azules muy abiertos por la sorpresa, Naruto se dio vuelta y encontró un anciano que no reconoció. Aunque era viejo, el adolescente tenía que admitir que se veía bastante fuerte con sus elaboradas túnicas y su bastón dorado.
"¿Quién eres?" preguntó Naruto, su cuerpo tensándose y listo para la batalla.
"Relájate, Uzumaki Naruto" dijo el anciano bondadosamente. "No soy tu enemigo."
"¡Hmph! ¿Se supone que debo confiar en ti?" gritó Naruto.
"No… pero no voy a atacarte. Deseo hablar contigo" dijo el hombre tranquilamente antes de sonreír. "No es de extrañar que Kurama se lleve bien contigo. Los dos eran bastante enérgicos."
Naruto parpadeó y sus músculos se relajaron. "¿Cómo conoces a Kurama?"
"Lo conozco desde hace mucho tiempo… mucho antes de que tú o tus padres nacieran, en realidad."
Naruto se dio cuenta de la falta de presencia que él siempre tenía con él desde que podía recordar. Era una sensación extraña y le tomó un rato entender lo que había perdido. ¡El Kyuubi! ¡Kurama! ¡Se había ido! ¡Estaban separados uno del otro por primera vez!
"¿Dónde está Kurama? ¡No puedo sentirlo más!" preguntó Naruto.
El hombre bajó sus ojos y su sonrisa se desvaneció. "Me temo que Kurama fue destruido… él está muerto. Al igual que las otras bestias con cola y cada ser viviente en el mundo. Están muertos, como tú."
Los ojos azules de Naruto se abrieron mucho y su labio tembló. Sabía que él estaba muerto, recordó morir. Pero escuchar que todos los demás estaban muertos también… era demasiado abrumador.
"Están muertos… todos están muertos" gimió el chico, mientras sus rodillas cedían. "Yo… fallé… ¡Le fallé a todos! ¡Todo es mi culpa! No pude protegerlos… y ahora… se acabó. ¡Todo se acabó!"
El anciano se arrodilló frente al chico llorando. No lo tocó o trató de confortarlo, porque entendía su dolor y remordimiento, sus sentimientos de ser incapaz de salvar a aquellos que amaba.
"¿Qué clase de salvador soy?" continuó Naruto a través de sus sollozos, golpeando el piso con sus puños. "¡No pude salvar a ni una sola persona! ¡Nadie! El mundo entero se ha ido porque yo…"
"No fue tu culpa, Naruto" dijo el anciano.
"¡Cállate! ¡Tú no entiendes! ¡Yo debí haber sido capaz de detenerlo! ¡Ese maldito maniático! ¿Por qué? Todos creyeron en mí. ¿Por qué no pude salvarlos? ¿Por qué todo fue mal?" Naruto pensó en sus padres, sus amigos y todas las personas que habían creído en él, a quienes él había jurado que salvaría a todos, que él haría un mundo mejor.
Su mamá y papá, quienes murieron protegiéndolo y creyendo que él sería un salvador algún día; Jiraiya-sensei, quien pensó que él iba a terminar su búsqueda de paz, los Kages, Tsunade Baa-chan y Gaara, Nagato, Itachi, Iruka, la abuela Chiyo, Sakura-chan, Kakashi-sensei, todos sus amigos y camaradas de Konoha que lo llamaron un héroe, todos aquellos ninja que murieron en la guerra para protegerlo, y Sasuke, quien nunca llegó a salvar de su odio. Él había fallado a todos.
El anciano sólo pudo mirar y observar el corazón del joven romperse con todo ese dolor. Este niño estaba llevando el honor y carga de un salvador en sus hombros y, a pesar de que él había muerto y todo su futuro y sueños habían perecido con él, lloraba por los otros y no por sí mismo.
Este niño podría ser exactamente lo que él había estado esperando: alguien sin egoísmo, honesto y preocupado, pero también valiente y fuerte. Un simple niño que había sido capaz de unir a las naciones con su corazón de oro, convirtiendo a crueles enemigos en amigos, que llevaba una voluntad de acero de todos aquellos que conocía y el poder y los nombres de las Nueve Bestias con Cola y sus Jinchūriki.
"Naruto… si hubiera una manera de traer a todos de vuelta, de salvar sus vidas… ¿Qué harías?" preguntó el anciano con cuidado.
El rubio levantó su cabeza inmediatamente, las lágrimas todavía corrían por sus mejillas pero sus ojos brillaban con esperanza. "¿Hay una manera? ¿Lo dices en serio? ¡Dime cuál es!"
"Paciencia. Es mucho más complicado de lo que piensas."
"¡Sólo dime!" insistió Naruto, casi agarrando al anciano. "¿Puedes hacerlo? ¿Puedes ayudarme a salvarlos?"
El anciano esperó unos segundos, mirando profundo en el corazón del joven. "Sí, hay una manera. Puedo hacerlo, pero no solo…"
"¡Puedo ayudar!" interrumpió el rubio. "¡Haré lo que sea que pidas, Kami-sama!"
"¿Eh? Yo no soy Dios, muchacho" dijo el anciano. "Yo solía vivir en tu mundo hace mucho tiempo. Las personas pensaban que yo era un Dios también debido a mis poderes. También traté de convertirme en un salvador y morí. Pensé que había hecho todo bien, pero… no fue suficiente. Dejé muchas cosas sin terminar y eso también hizo que el mundo se desvaneciera. Sabía que pasaría algún día, así que he estado esperando que otro salvador llegue."
Naruto se levantó y miró al anciano con una gran sonrisa en su cara. "¡No tienes que esperar más! ¡Haré todo lo que necesites, Jii-chan! ¡Si eso trae a todos de vuelta, entonces haré lo que sea!"
Los ojos del anciano se volvieron solemnes. "¿Incluso si viene con un alto precio?"
La sonrisa de Naruto se desvaneció. "¿Precio?"
"Como dije, puedo traer al mundo de vuelta a la existencia pero eso requerirá un sacrifico. No voy a mentir y decir que es algo pequeño… es un precio muy alto de tu parte."
Naruto parpadeó pero sus ojos nunca dejaron el rostro del anciano. "¿Qué tipo de sacrificio?"
"Tu propia existencia."
Naruto palideció y sintió su boca cercarse. "¿Qué? ¿Mi existencia? ¿Qué quieres decir con eso?"
"Quiero decir que si estás de acuerdo en hacer esto, pondré todo de vuelta a un cierto punto en el tiempo, excepto tú" él respondió suavemente, estudiando la expresión sorprendida del chico. "Traeré de vuelta al mundo y su gente, pero tú no existirás más. Sería un mundo donde Uzumaki Naruto nunca nació. Tu vida por las suyas, es tu elección."
Naruto estaba desconcertado, no sabía qué decir. ¿Un mundo donde él no existía? Eso significaría que todos los que él amó iban a vivir sin él. Él nunca sería parte de sus vidas.
"Puedes elegir, Naruto" dijo el anciano. "Puedes pasar al otro reino o puedes traer a las personas de vuelta a la vida a cambio de tu existencia. Es tu elección solo y no hay vuelta atrás, así que piensa sabiamente."
"No hay necesidad de pensar" dijo el rubio, sus ojos azules llenos de determinación. "Hice mi elección. Puedes borrarme, Jii-chan."
"¿Entiendes lo que estás diciendo? ¡Uzumaki Naruto no existirá! ¿Estás de acuerdo con que el mundo exista sin ti? ¿Puedes dejarte a ti mismo de lado por ellos? ¿Incluso por aquellos que no se sentirán agradecidos por tu sacrificio?"
Naruto sabía que el anciano estaba hablando de Sasuke, pero su sonrisa y su decisión no vacilaron un poco. "Con mucho gusto daría mi vida por ellos. Claro… estaría mintiendo si dijera que no me entristece que no estaré con ellos más. ¡Sin embargo, ellos estarán vivos y eso es suficiente bueno para mí!"
El anciano miró profundo en los ojos de Naruto y vio la honestidad en sus palabras. El muchacho estaba sonriendo genuinamente a la idea de que él podía salvar a los que amaba y el mundo, sin desesperarse por el terrible precio.
"Eres un muchacho extraordinario, Uzumaki Naruto" dijo, levantando sus manos y poniéndolas juntas. Inesperadamente, todo se volvió luz y un enorme poder explotó del cuerpo del anciano. "Traeré de vuelta tu mundo y su gente. Esperemos que esta vez, el futuro sea más brillante."
Naruto sonrió y miró sus manos; estaban desvaneciéndose en luz con el resto de su cuerpo. También podía sentir su conciencia desaparecer. No era doloroso, se sentía como ir a dormir.
Justo antes de que él se desvaneciera, los últimos pensamientos de Naruto fueron sobre sus amigos y todas las personas con las que él había hecho lazos en su corta vida. Estaba contento de que había sido capaz de salvarlos después de todo, pero también triste porque él no los vería de nuevo.
"Si tuviera un deseo… sería pasar más tiempo con ellos" pensó, una sola lágrima corriendo por su mejilla cuando Uzumaki Naruto se desvaneció de la existencia.
El anciano fue capaz de sentir los pensamientos del adolescente y sonrió amablemente. Definitivamente él era especial y no se merecía ese cruel destino. Por lo que, el anciano utilizó más de su poder restante para dar al nuevo planeta una mejor oportunidad de cambiar el futuro y, con suerte, evitar los anteriores errores de algunas personas.
Sin embargo, eso no dependía de él más.
23 de Julio, Konohagakure
Uzumaki Kushina estaba sentada en la mesa de su sala de estar, frotando su vientre en crecimiento. Ella no podía creer que en menos de dos meses, se iba a convertir en madre y finalmente sostendría a precioso bebé en sus brazos.
Cuando el doctor confirmó que el bebé era un niño, ella se encontró imaginando cómo se vería. Un niño de ella y Minato, de la Habanera Sangrienta y el Rayo Amarillo de Konoha… su hijo sin duda iba a ser asombroso.
"¿De qué te estás riendo, Kushina?" preguntó Minato, colocando una cálida y gentil mano sobre su hombro antes de sentarse en una silla junto a ella.
"Me estaba preguntando cómo se va a ver Naruto" dijo ella con una sonrisa. "Digo… él es un niño que tú y yo concebimos juntos. Estoy tratando de imaginar lo que él iba a heredar de mí."
Minato rió y colocó su mano en el vientre de su esposa embarazada, tenía que admitir que esos pensamientos habían cruzado por su mente.
"Espero que heredé tu cabello" dijo el Cuarto Hokage.
Como siempre, Kushina se ruborizó. "¡Yo no he pensado en eso! Pero ahora que lo mencionas, me gustaría que él tuviera tu cara."
"¿Eh? ¿Mi cara?"
"Claro, te veías afeminado cuando eras un niño pero te volviste muy guapo después de pocos años. Espero que Naruto saque lo mejor de nosotros."
"Entonces él no tendrá tu personalidad" bromeó Minato. "No creo que el mundo pueda con dos tú."
"¿Qué? ¿Qué hay de malo con mi personalidad?" gritó Kushina, mientras su esposo cuidadosamente se alejaba de su alcance. "Soy una persona fuerte, segura y alegre. ¡Naruto sería bendecido al heredar eso de mí! ¡Eres demasiado pasivo, Minato! ¡Nuestro niño será muy impresionante como su mamá!"
El Yondaime sólo podía reír. "Supongo que tienes razón…"
"¡Maldición tienes razón, tengo la razón! ¡Ya lo verás! Él…"
Sin una advertencia, Kushina se puso pálida como un fantasma y cayó de su silla. Minato la atrapó en sus brazos y la jaló contra su pecho, sus ojos muy abiertos con sorpresa y preocupación.
"¡Kushina! ¿Pasa algo malo?"
La Jinchūriki de cabello rojo comenzó a jadear y gemir del inmenso dolor que atravesó su cuerpo como cientos de kunai. Sus preocupados ojos azules miraron nerviosamente su estómago, de donde venía el dolor.
"Mi-Minato… el bebé… el bebé…" ella gimió, agarrando su adolorido vientre. "Duele… ¡Duele mucho! ¡Algo está mal con el bebé! ¡Algo está mal con Naruto!"
"Por favor… mantente en calma, Kushina" dijo Minato, aunque su corazón estaba corriendo dolorosamente con pánico. "Iremos al hospital ahora. Llamaré al Sandaime. ¡Va a estar bien! ¡Naruto va a estar bien!"
Cuando Minato levantó a su esposa en sus brazos, finalmente notaron la enorme piscina de sangre que estaba creciendo bajo Kushina.
A pocos kilómetros de distancia, otra mujer también estaba gimiendo y llorando de dolor mientras un grupo de tres parteras trataban de aliviar su dolor y calmarla. A pesar de que era su segunda vez, Uchiha Mikoto todavía estaba sorprendida con el dolor del parto.
"¡Puedo ver la cabeza!" dijo una de las parteras. "¡Por favor siga pujando, Mikoto-sama!"
Mikoto había cerrado su boca para prevenir otro grito. Su largo cabello negro se extendía por la cama y se pegaba a su sudorosa frente, su rostro estaba retorcido por el dolor y esfuerzo. Había estado en veinte horas en labor de parto ya, ni siquiera el nacimiento de Itachi había sido tan largo.
Pero entonces de nuevo, este embarazo había sido un poco diferente. A diferencia del primero, ella había decidido no saber el sexo del bebé. Ella quería que fuera una sorpresa. Su Itachi ya había demostrado ser un niño excepcional e iba a ser un gran líder del Clan Uchiha, por lo que esperaba que la vida de esta segunda criatura sería mucho más fácil y despreocupada.
Los dos hombres de su vida, su esposo y su hijo, estaban esperando al otro lado de la Mansión y una partera iba a llamarlos justo después de que el pequeño naciera.
Itachi estaba tan emocionado de convertirse en un hermano mayor. Ella no podía esperar para ser capaz de sostener a sus dos hijos. No importa si su hijo pequeño era un niño o una niña, ella ya había pensado en nombres para cualquiera de ellos.
"Sólo un poco más. ¡Usted puede hacerlo, Mikoto-sama!"
Mikoto empujó con toda la fuerza que tenía y, por un momento, sólo sus gemidos podían ser escuchados en la habitación. Entonces ella escuchó un pequeño gemido, seguido por el inconfundible llanto de un bebé.
"Felicitaciones, es un saludable niño" dijo la más joven de las parteras con una gran sonrisa en su cara, mientras limpiaba al pequeño recién nacido.
Mikoto levantó su cabeza y sintió las lágrimas en sus ojos cuando la partera le llevó su bebé. Con cuidado, la mujer de cabello azabache sostuvo a su segundo hijo por primera vez, maravillada por lo hermoso que era. Tenía el cabello azabache al igual que el suyo y, a pesar de que él estaba llorando, parecía el bebé más hermoso en el mundo entero.
"Hola Sasuke" dijo ella con ternura, empujando el cuerpo del bebé contra su pecho y llamándolo por el nombre que ella había escogido para él por primera vez en su vida. "Finalmente llegue a verte."
Sasuke continuó llorando al lado de su madre, mientras ella sonreía y frotaba su espalda. Cuando la partera tuvo que llevarlo a limpiar, Mikoto casi se reusó porque ella quería abrazarlo por siempre.
"¿Cómo te sientes, Mikoto?" la más mayor de las parteras, una mujer de mediana edad con mucha experiencia, preguntó con una sonrisa a pesar su expresión cansada.
"Feliz" respondió Mikoto, apoyándose en las almohadas. "Agotada… pero muy feliz."
"Lo hiciste maravillosamente. Deberías estar orgullosa de ti misma."
Mikoto estaba a punto de agradecerle cuando otra contracción la hizo gritar de dolor y sorpresa.
"¿Pasa algo malo?" preguntó la partera, mirando instantáneamente el canal de parto de la joven madre.
"Yo… sentí otra contracción…" dijo Mikoto, gimiendo cuando otra atravesó su cuerpo. "¿Qué está pasando? Esto debería haber terminado. Esto… nunca pasó antes… qué… ¡AH!"
La mujer más mayor miró el todavía abultado vientre de Mikoto y su cuello uterino dilatado. Con cautela, sintió el abdomen de la mujer más joven y sus ojos negros se abrieron mucho cuando sintió una enorme masa. Décadas como una partera le dijeron lo que ella todavía no podía creer, sin embargo, un vistazo al canal de parto de Mikoto rápidamente confirmó lo que ella sospecho.
"Mikoto-sama, lo siento pero usted no puede descansar todavía" dijo la mujer mayor, posicionándose para el difícil trabajo que estaba por tener.
"¿Qué… qué quieres decir?" preguntó Mikoto, temblando con dolor. "¿Qué está mal conmigo?"
"No es usted, Mikoto-sama, es su tercer hijo" dijo ella, mientras los ojos de Mikoto se ampliaban. "Está teniendo gemelos."
"¿Gemelos? Hay… ¡Ah! ¿Otro bebé?" preguntó ella. "¿Cómo es posible? ¡Nadie vio nada en el hospital!"
"Estoy viendo al bebé justo ahora, así que puedo decirle que es posible" dijo la partera frunciendo el ceño. "Este va a ser un poco más difícil. El bebé viene de nalgas, por lo que va a necesitar más ayuda para salir."
La expresión de Mikoto pasó de la incredulidad al miedo en un segundo. "¿De nalgas? ¿El bebé estará bien?"
"Nos aseguraremos de ello."
La partera más mayor llamó a las otras dos y Mikoto se encontró empujando y gritando de nuevo. Ella todavía no podía creer que estaba teniendo un tercer bebé, pero eso no importa. ¡Ella no iba a dejar que este muriera!
Durante lo que pareció una eternidad, Mikoto gritó y gimió mientras la partera trataba de dar vuelta al bebé dentro de su vientre de los pies primero a la cabeza primero. Mikoto honestamente pensó que ella y su bebé iban a morir, no podía soportarlo más, y el bebé no salía. Estaba tan cansada que cuando el dolor finalmente se calmó, ni siquiera escuchó el llanto del recién nacido por primera vez. Después de limpiar el sudor de sus ojos, Mikoto finalmente escuchó el poderoso grito del bebé.
"Dios mío, este es un luchador Mikoto-sama" le dijo la partera, limpiando al infante en agua tibia y una toalla limpia. "¡Mírelo! Después de toda esa lucha y él todavía grita como un guerrero listo para la batalla."
La partera colocó al recién nacido en las manos de Mikoto y la joven mujer miró al infante llorando en inmenso alivio y amor. El niño era la copia al carbón de Sasuke; eran idénticos como dos gotas de agua. Sin embargo los sentimientos que ella tenía por este bebé eran diferentes.
Los bebés podían ser gemelos, pero ella ya podía ver que tenían diferentes personalidades justo después de su nacimiento. Sasuke había llorado suavemente y parecía tranquilo en sus brazos, mientras que este pequeño bebé sorpresa estaba gritando a voz a cuello, como si él estuviera anunciando su inesperada llegada al mundo entero.
"Hola" dijo Mikoto al bebé. "Lo siento por no saber que ibas a venir también, pero estoy contenta de que lo hicieras."
El bebé todavía estaba llorando pero se calmó un poco, mientras su madre lo abrazaba más cerca de su pecho. Poco después, él estaba dormido profundamente.
Minutos después de que la partera había traído a Sasuke a Fugaku e Itachi, ella había sido llamada con urgencia por las otras debido a que algo inesperado le había ocurrido a Mikoto. El Líder Uchiha quería saber qué estaba mal con su esposa, pero nadie le dijo nada.
Itachi, quien estaba sosteniendo a su hermano recién nacido con bastante habilidad para un niño de cinco años, miró a su padre con preocupación en sus ojos negros. Él no dijo nada, pero ambos temían que lo peor había ocurrido a Mikoto.
Eso fue por qué, cuando las tres parteras finalmente salieron, él no esperó por sus respuestas y entró a la habitación de su esposa. Para su consternación, Mikoto estaba sentada sobre su cama con una gran sonrisa en su rostro cansado y ella tenía algo en sus brazos… otro bebé.
La feliz madre sonrió a su sorprendido esposo antes de volverse hacia Itachi. "Itachi, dámelo." Pidió ella, señalando al bebé que él sostenía. "Y ven aquí también. Hay otro hermano que necesitas conocer."
Itachi caminó lentamente hacia la cama de su madre y le entregó a Sasuke con cuidado. A pesar de que sus brazos estaban cansados, Mikoto sostuvo a sus hijos gemelos felizmente.
Itachi todavía estaba mirando a su inesperado hermano, con más que curiosidad en sus jóvenes ojos, era completa incredulidad. Si alguien miraba de cerca, verían mucha más madurez de la que se esperaba en un niño de cinco años, incluso si él era un prodigio.
Los ojos de Itachi habían visto mucho, aunque no en esta vida. Él todavía estaba tratando de entender qué había pasado después de que él había regresado al más allá cuando había forzado a Kabuto a liberar el Edo Tensei.
Justo ahora, miró a Sasuke y este bebé que no se suponía que existiera.
"¿Itachi? ¿Quieres decir hola a tu otro hermano?" preguntó Mikoto felizmente ignorando los pensamientos de su hijo mayor.
Itachi miró atentamente a su nuevo hermano, quien se veía exactamente como Sasuke. No sabía por qué este bebé había nacido, pero no pudo evitar sentir calidez en su pecho cuando lo miró. Aunque era extraño, sintió como si lo conociera.
Lentamente, Itachi se inclinó hacia el gemelo de Sasuke y acarició su delgado cabello azabache.
Una hora más tarde, ambos bebés fueron colocados en una cuna mientras su madre dormía en su cama, junto a ellos. En su sueño, Sasuke tocó la mano de su gemelo y sus dedos se entrelazaron.
Nota de la Autora: ¿One-short o continuación?
Como dije, es diferente. ¿Esto debería ser un one short o debería continuarlo? Hmm…
¡Por favor díganme lo que piensan! Me gustaría conocer sus teorías de lo que acaba de ocurrir.
¡Nos vemos!
Nota de la Traductora: La conversación de Kushina y Minato me recordó a mis padres. Mi madre decia que quería que yo me pareciera a ella, pero que no heredara sus dedos... Bueno, no ocurrió, me paresco a mi padre, y tengo sus dedos. Algo parecido sucedio con mi hermano mayor XD... Consejo: cuando vayan a tener un hijo, no pidan que se paresca a alguien, ni que no herede sus defectos, porque nada sale como se quiere. :)
Espero que les haya gustado!
