Disclaimer: Xiaolin Showdown no me pertenece, es propiedad de Christy Hui.

Advertencias: Yaoi (Chico x Chico)

Pareja principal: Omi x Raimundo

Dedicado: A Silluevenperrosygatos

Objetivos del fanfic: Mostrar -con la mayor brevedad posible- cómo creo yo que sería la relación entre el dragón del agua y el dragón del viento.

Canciones escuchadas mientras escribía: Virginia - ¿Por qué te vas?

AVISO IMPORTANTE: NO robes este fanfic, si quieres que tus amigos lo lean enviales el enlace a este fic. No te apropies de algo que no te pertenece.

-.-.-.- Volveré -.-.-.-

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Era verano y los guerreros Xiaolin debían volver a sus casas con sus familias. Raimundo quería ver a sus padres, a sus hermanos y hermanas y a sus amigos de Río de Janeiro, pero sentía que dejando el templo también dejaba parte de su familia en el: Omi se quedaba.

Omi y él habían empezado a salir después de que una charla con el maestro Fung les diese el valor necesario para declararse -a ambos a la vez irónicamente- de eso hacía ya un mes y medio. Estaban muy enamorados y se notaba, aunque jamás se lo dijesen, además la relación tenía una complicación: nunca se habían besado porque Omi era muy cerrado con eso y sólo se abrazaban y se cogían de la mano. Lo más normal era ver al dragón del viento y al dragón del agua paseando cogidos de la mano, de hecho raro era el no verles de ese modo.

Llegó el día de la despedida. Rai y Omi estaban sentados en la misma entrada del templo sin mirarse, sólo estaban allí tranquilamente disfrutando de la presencia del otro.
Finalmente Rai se giró y tocó el hombro del dragón del agua.

—Omi, te voy a echar de menos —confesó el dragón del viento.

El otro chico le miró y con una sonrisa inocente le respondió.

—Es imposible que no me eches de menos, Raimundo —Rai le respondió con un golpe amistoso y después le miró algo triste.

—Van a ser casi tres meses sin vernos...

Omi le miró con pena: él también le iba a echar de menos.

—Pero volverás —dijo tratando de ser positivo. Raimundo sonrió ante la actitud de su compañero.

—Sí, volveré y te traeré algo bonito, pero sólo si eres bueno —dijo el dragón Shoku. Omi se emocionó ante la perspectiva de recibir un regalo y se le iluminó la mirada.

—Seré bueno, Raimundo, lo juro —dijo mientras las lágrimas luchaban por no caer de sus ojos.

—Y debes prometerme —soltó una lágrima —. que no llorarás cuando me vaya.

—Lo prometo.

Rai miró a su novio y le cogió de la mano, su objetivo era claro: quería besarle. No lo hizo porque notó como el pequeño se tensaba. En su lugar acarició con la punta de su nariz la punta de la de Omi.

—Sé bueno, Omi.

—Lo seré.

—Volveré muy pronto y Kimiko y Clay también. Protege el templo y al maestro Fung.

—Lo haré.

—Y a Dojo —añadió. El dragón del agua sólo pudo asentir.

Rai se levantó y recogió sus cosas, miró a Omi una vez más antes de ir al encuentro de Kimiko y Clay que le esperaban para ir al aeropuerto. No se giró para que Omi no le viese llorar.

Omi supo que se quedaría sin regalo en cuanto advirtió que Rai estaba a unos pocos metros y él ya estaba llorando. Simplemente no lo había podido evitar.

FIN

Notas de la autora: Bueeeno... era un drabble ¿Qué esperabais? Yo espero que os haya gustado mucho.

¿Review?

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