Esta historia es el resultado de la inspiración el clase de química, espero que les guste. Creo que constara de tres episodios. Y el tercero se sabrá todo. A no ser que ustedes saquen sus propias conslusiones, que podrán ser o no correctas.


INCERTIDUMBRE PASAJERA

1. MALFOY

Malfoy. Viviría con su nombre en las venas. MALFOY. El nombre sonaba poderoso en la habitación.

Aún recordaba su característico olor, su supremacía con respecto del mundo… Su pelo rubio… Sus

ojos… Su ira… Su tosco toque… Sus bruscas palabras…

Tenía que vivir con el recuerdo de sus manos.

Harry y Ron lo habían aceptado. Golpeando y despotricando. Pero sólo les quedaba una única dirección.

La comprensión. A pesar de que su vida estaba sentenciada, la luz al final del túnel apareció… Como si de una vela se tratara… Alguien… Dios quizás… Había encendido aquella vela e iluminaba el camino oscuro, que se le había presentado. Olvidando todo cuanto sabía de la vida y renació de sus cenizas.

La noticia fue grande. Y también mal recibida. Nadie la entendía. A excepción de Molly. Molly con su rollizo cuerpo y su mente chapada a la antigua… La entendía… O por lo menos lo intentaba… El dar a luz a un equipo de pelirrojos ayudaba a la causa.

Ron se mantenía esquivo. No lo entendía… Del todo.

La había ayudado… La quería… La necesitaba… Pero no comprendía su actuación. Él hubiera borrado todas las pruebas. Todos los indicios y los no indicios. Con el tiempo ella hubiera olvidado… Pero su decisión hacía de ese olvido algo imposible. Durante el resto de su vida, le vería la cara… Todos los días… Sonriéndole… Cuidándole … Y de verdad le ponía furioso. Pero no era decisión de Ron, sino de ella.

Harry en cambio….Fue otro caso. No es que se presentará ocioso a la labor, pero al menos no intervenía en las decisiones. Harry habría pateado medio mundo si ella se lo hubiera pedido. En cambio se veía mirándola descansar, sonriendo o teniendo alguna pesadilla. Cosa habitual últimamente. Callada. Silencioso. Así era Harry. Apreciaba su silencio, Mucho más que los consejos de Molly. Él con una sola mirada la daba todo y ella no pedía más que verlo sonreír, cuando Molly soltaba una retahíla de advertencias. Con Harry el miedo no existía. Se veía con él… Paseando… Y realmente le gustaba el sabor de ese futuro… Porque sabía que sería verdad.

Y ella… Ella se pasaba todos los días leyendo… Intentando no martirizarse… Consiguiéndolo a veces.

Aprovechaba el tiempo, el poco que le quedaba. Antes deque su vida parara de repente y empezará casi al mismo tiempo.

El colegio había acabado. Y se sentía aliviada de ello. Por primera vez. No tendría que volver a Howgarts en septiembre. No tendría que verle más la cara. No tendría ni que volver a oírlo, NI siquiera su nombre. Y se sentía tan bien por todo eso. Es verdad que tenía miedo. Un miedo que le paralelizada la respiración, haciéndola dificultosa… Todo podía acabar mal si se lo proponía… Pero por delante tenía un mínimo de dos años de entrenamiento. Eso la tranquilizaba y la hacía fuerte.

Molly interrumpió sus pensamientos.

- Querida, ¿quieres una taza de té?

- No, gracias Molly. Preferiría un chocolate. - Y la sonrisa suavizó la petición.

- ¡Claro!- Se apresuró la mujer rolliza a la cocina.- ¡Un chocolate para la niña guapa!

- ¡Oh! ¡Gracias mamá! No sabías que me tenías en tan alta estima.- Dijo la pequeña de los Weasley al entrar en la cocina.

- ¿Qué tal , Ginny?- Preguntó su madre, al mismo tiempo que abría un armario en busca de las tazas.

- ¡Genial!- Contestó la pelirroja irónica.- Teniendo en cuenta de que mi novio es peor que mi hermano… La cosa no anda tan mal.

- ¿Qué ha hecho Harry esta vez?- Cuestionó la castaña, buscándola con la mirada.

- Sabes muy bien lo que Harry Potter hace cuando se trata del sexo femenino, Hermione. Creo ser mayorcita para tomar mis decisiones.

- Eres mujer ¿no?- Preguntó Hermione. La pelirroja afirmó con la cabeza.- Suficiente para tomar por ti las decisiones.- Hermione encogió los hombros, como queriendo decir que sólo le quedaba aceptarlo. Pero Ginny no parecía conforme con ello. Dispuesta a luchar por su causa, abrió la boca, pero su madre apareció por la puerta con una bandeja que contenía las tazas de chocolate.

- ¡Aquí tenemos la merienda!

- Mamá no me vas a callar con un chocolate… Estoy Harta de no poder hacer lo que quiero. ¡Ni tú me dices lo que tengo que hacer!

- Lo siento, cariño, no lo hago porque esa función se la relegué a Harry y creo que por el momento lo está haciendo bien.

- Lo estaba, mamá, lo estaba. Ahora ha perdido puntos.

- Ginny.- Interrumpió la tercera mujer de la casa.- No vas a conseguir nada. Lo único que te queda es pasar de lo que te dice.- La aludida abrió desmesuradamente los ojos, sorprendida.- Sí, no te deja otra opción. A mí no me la dejaron.- Sonrió satisfecha con su argumentación.

Aquella noche se oían gritos de discordia en la planta baja de la casa. Hermione se asomaba a la ventana, no haciendo caso a los alaridos. Demasiado ocupada estaba con sus gritos internos, aquellos que poco a poco iban saliendo a la superficie. De momento la cosa iba bien, pero no debía bajar la guardia. No tardarán en aparecer. Y esos gritos eran imposibles de callar.

Se iba quedando dormida, al igual, que las voces.

Llegó un momento en que solo veía oscuridad y de nuevo de la nada, aquella vela se encendía al final del túnel. Tenía que ir hacia ella. Esa era su salvación. Pero el camino era oscuro. Demasiado. Caviló cierto tiempo, hasta llegar a la conclusión de que parada no hacía nada. Y empezó a caminar.


Espero sus reviews, que bien sabe Dios que ayuda a seguir adelante. GRACIASSS