Plitewa... una aldea situada al oeste del mundo, alejada de todo mal, pero a la vez, dependiente de las legiones, que a cierta edad, 13 para especificar, los niños de Plitewa, se forman en legiones, en busca de Mirra, la energía que les mantiene alejados del miasma. Uno de los nuevos muchachos que tendrían que ir a la legión, era Genarox. Genarox se dirigía al centro de la aldea, donde estaba el gran cristal, al cual se le estaba agotando la ultima cantidad de energía. El gran patriarca de la aldea, llamó a todos los chicos y chicas de 13 o 14 años, para que fueran al centro.
-Ay... Que sueño... -Decía Genarox, allí, escuchando al patriarca, que preparaba su discurso.
-Hoy, muchachos y muchachas, como todos los trhiaos (cada 4 años), se formará la legión, que irá en busqueda de la energía... -Hablaba el patriarca. -Venid, a los que nombre. Venid aquí, Genarox, Domivat, Fany, Kintchitche y Christian.
Los nombrados fueron hacia el patriarca, con sus espadas desenvainadas, apuntando al cristal.
-Sois los elegidos, para ir a por la mirra... Que la suerte os acompañe, elegidos. -Dijo finalmente el patriarca.
Los elegidos, se dirigieron a la salida de la aldea, donde estaba un enorme carro a caballo. Se subieron en el, y comenzaron a despedirse. La gente se despedia con pañuelos, o saludando. Con frases como "adiooos, que tengáis suerte" o "que los dioses oss brinden protección". Los elegido se alejaban, poco a poco... Genarox miraba un pequeño diario, en el que comenzó a escribir la historia de esta aventura... Esta historia...
Lejos ya de Plitewa, los aventureros seguian el camino, subidos en el carro, contentos, contemplando los paisajes que los entornaban... Domivat, se acercó a Genarox.
-¿Sabes a donde hay que ir primero? -Le preguntó.
-No...- Negó. -Pero hay un mapa con todo el recorrido... -Le contestó indicando a un mapa que tenía en su mano Chris.
Domivat corrió hacia chris y le cogió el mapa.
-Vamos a ver... -Dijo mirando el mapa.
El mapa estaba dividido en 4 continentes. Akleider, Calfiter, Isbrend y Windwenor. El primer camino les llevaba a Calfiter, su capital, Calafas... El reino de los humanos, escondido entre las montañas. Actualmente era un reino abandonado, destruido por la guerra del Áctryok... Allí había una gran fuente de mirra, custodiada por los guardianes de Calafas, seguramente maldecidos... Por lo que serían hostiles. Kintchitche llevaba las riendas, y comenzó a ir más deprisa, al ver que comenzaba a llover.
-¡Tenemos que acampar en algún lugar, asi no podemos seguir! -Gritaba.
