Es una historia AxI autoria de una de mis escritoras favoritas DuchessRavenque desafortunadamente abandono este foro en busca de una aventura como escritora profesional. Donde le deseo la mejor de las fortunas. Así que realice la traducción para que todas aquellas personas aficionadas a Hellsing que no leen fanfics en ingles puedan apreciar y disfrutar su trabajo…
Todo lo que sigue es de ella
Nota de advertencia: esta es una historia de embarazo masculino. Esta historia no esta fuera de personaje, ni es pervertida, grosera, rara o mala en ninguna forma. Es una historia seria que escribí solo para ver si podía poner a los personajes en esta situación. Si el asunto no es de su entero agrado, por favor sean tan amables de no leerla.
También, no estoy del todo segura cual es la manera "correcta" de lograr una preñez masculina. Lo he hecho de la mejor y mas plausible manera que he podido. Por favor no sean puristas y disfruten la historia
CAPITULO 1
Densas nubes de lluvia se arremolinaban sobre la mansión Hellsing. Disfrasado como un vehiculo lujoso, un carro blindado se detuvo frente a las puertas. Una afirmación silenciosa fue dada a los guardias, y las puertas de acero giraron para abrirse. El conductor, ligeramente cano a sus 60 años, manejo hacia al interior y se detuvo frente a la entrada principal.
Se paro fuera mirando hacia el cielo que se obscurecía. No habría luna esa noche, solamente relámpagos trazando su camino en el cielo. Talvez fue mejor que dejaran temprano la fiesta después de todo.
Cortésmente, abrió la puerta trasera y cedió el paso para permitir a su pasajera la salida. Espero, después se inclino hacia delante con aire curioso cuando nadie salio.
"¿Miss Hellsing?"
Envuelta holgadamente en un delicado chal de blanca seda, la mujer dentro se volvió hacia el y permaneció en silencio por un segundo, como perdida en un sueño miserable. Mirándolo, ella se vio a si misma.
"Lo siento, Walter," dijo, y salio del carro. El no le ofreció la mano para ayudarla a salir y no la necesitaba. Un par de zapatillas cerradas de altos tacones colgaban de una fina mano. En la otra había una pequeña marca roja, un recuerdo de cuando se araño a si misma al tener que rechazar y alejar la muy entusiasta mano que pertenecía al hijo de uno de los miembros de la convención. El estaba usando un reloj de oro demasiado recargado, causante del rasguño. Ella se paro bajo las nubes amenazantes, fuerte y alta como un soldado. Un relámpago cayó nuevamente, reflejándose en sus ojos azules.
Walter, la estudio de arriba a abajo, para después sacudir su cabeza ligeramente. "Otra noche fallida" dijo. "La reina no estará complacida, Miss Integrance". " Talvez no" replica la joven mujer "pero tampoco pienso que hubiese sido complacida si hubiese permitido a uno de esos imbéciles, chiquillos, hambrientos de poder dentro de las puertas de Hellsing". Dirigió una mirada a los zapatos que colgaban de su mano. Uno de ellos tenía una punta arruinada, resultado de los torpes bailarines que se pararon en su pie una de tantas veces que trataron de impresionarla con movimientos elegantes. Los lanzo de regreso al interior del carro y se dirigió rumbo a la mansión, descalza.
"¿Que desea que haga con estos?" pregunto Walter tras ella.
"Quémalos." fue la irritada orden. Walter miro a la figura desaparecer, el vestido de cocktail arremangado sobre sus rodillas y andando a paso largo como cualquier hombre orgulloso hubiese deseado. Sonrío, algunas cosas nunca cambian.
oOo
Integrance Hellsing hizo el camino hacia dentro de las puertas de la mansión y las cerro tras de si. Originalmente había intentado permanecer encerrada en su habitación, molesta, en un intento por olvidad la noche y proseguir con los asuntos habituales mañana. Pero tan pronto como empezó a subir las escaleras, los músculos de sus piernas gimieron en protesta. Pasar la noche pretendiendo que lo disfrutaba mientras portaba los nunca utilizados tacones altos había sido mas agotador que cualquier encuentro con un Median. Rechinando los dientes, Integrance se arrastro a si misma escaleras arriba.
No obstante, en vez de ir a su recamara, se encontró a si misma en la oscura oficina donde ella pasaba la mayoría de su tiempo desde la edad de 13 años. En su mente, conocía cada pulgada de la habitación, desde las paredes de piedra a las repisas llenas con material de investigación, el retrato de su padre en la pared y una lámpara posada en el escritorio de obscura caoba cubierto de papeles. En vez de encenderla, avanzo alrededor lentamente por instinto y encontró el cajón que estaba buscando al primer intento. De el saco una caja de cigarros medio vacía.
Un trueno retumbo en lo alto mientras ella sostenía el cigarro entre sus dientes y recorria las pesadas cortinas. Las nubes aumentaban su espesor. En cualquier segundo Londres seria golpeado por la negra lluvia. A Integrance no le importaba. Usualmente disfrutaba de la lluvia. Una sonrisa de desprecio se curvo en la comisura de su boca al imaginar a los pomposos "caballeros" tratando de llegar a sus vehículos entre la lluvia de manera apurada.
Bajo el cigarro, exhalo y observo el humo ondular en su camino hacia el techo, degustando el silencio. Una densa niebla rodeo la habitación, algo mas a lo que ella se había acostumbrado a una edad muy temprana.
"¿Como estuvo su velada, Miss Hellsing?"
Ella golpeo levemente las cenizas en un cenicero cercano. "Sirviente, si deseas hablar" dijo fríamente, "sal y mírame a la cara."
Hubo un momento de vacilación, luego la neblina disminuyo, dando paso a la alargada figura del vampiro residente de ese lugar. El estaba vestido de la manera usual, menos el sombrero y los lentes de sol. En su rostro había una mueca de autosuficiencia, que ella encontró un tanto molesta. "¿Vas a aturdirme con el echo de que predijiste que la noche seria un desastre?"
Alucard río entre dientes, sacudiendo su cabeza. "¿Ahora puedo imputar algo sobre mi amo?" pregunto astutamente y la rodeo. Ella no le dirigió la mirada, sabiendo que alentarlo en este estado de animo era solicitar problemas no deseados. "Tu cabello esta recogido"
"Obviamente"
"Siempre he odiado cuando usas tu cabello recogido. Se ve tan soso"
Integrance le dio la espalda. "Entonces deshazlo por mi" dijo ella, luego añadió al sentir la mano de él moverse hacia el cierre de su vestido, "el cabello, Alucard."
Ella lo escucho reír disimuladamente, y sintió su desilusión al ser sorprendido. Una fría brisa rozo por su cuello, masajeándolo, luego se movió hacia arriba tiernamente alrededor de su cráneo. Cada sofocante pasador en su cabello se sacudieron al exterior todos a la vez, y cayendo al piso con unas serie de suaves "clicks". Su rubia melena callo como una cascada hasta su cintura.
"Gracias" dijo, llevando el cigarro hacia sus labios nuevamente. Una mano enguantada atrapo la suya y le dio vuelta, revelando la marca del rasguño.
"¿Puedo aventurarme a adivinar como fue que recibiste esto?"
"Tienes razón. ¿Es tan visible?"
"No," replico, Alucard, aun sosteniendo su mano. "Tengo ojos agudos." El se reclino sobre ella. "Soy capaz de descubrir cada marca, rasguño, imperfección"— el tomo el cigarro fuera de su boca con su mano libre—"y perfección de mi amo."
Integrance retiro su mano de la de el. "Es suficiente," dijo severamente, alejándose. "Debo retirarme"
"La noche es joven, Miss Hellsing." Alucard dejo el cigarro en el escritorio y apunto al reloj de caja que se encontraba de pie, solo en la esquina de la oficina, escondido entre las sombras. "Son escasamente las once. En una noche normal, estarías en tu escritorio, despachando esos aburridos papeles hasta que Walter te ruegue que vayas a la cama."
Eso era cierto. Integrance suspiro. "Esta noche no tengo energía."
Alucard se movió frente a ella, entre su cuerpo y la puerta. " ¿Debes continuar atendiendo estas pesadas funciones, amo?" pregunto el seriamente. "Ellas te agotan mas de lo que desearía."
"No pretendas ser ignorante," Integrance, le espeto. "Sabes tan bien como yo que todas estas fiestas son llevadas acabo exclusivamente para mi beneficio. Es por orden de la reina y por petición de la Convención de los Doce que debo encontrar un cónyuge adecuado y producir un heredero para que dirija Hellsing tan pronto como sea posible."
"Amo, habas de ti misma como si no fueras mas que una común mula de cría."
"No hay ninguna diferencia en este caso."
"Si la hay," dijo Alucard firmemente, elevándose sobre ella. "No deseo tener a mi amo hablando sobre ello de esa manera. Además,"—El regreso al nivel de ella. Ella dio un paso hacia atrás pero el se movió mas cerca todavía—"eres joven. Hay bastante cantidad de buenos años por delante para que encuentres un pretendiente, especialmente ahora que la guerra termino."
"Tengo 26, Alucard. Por tradición debería estar casada a estas alturas"
"¿Desde cuando te preocupa la tradición?" El levanto una mano clara, entrelazando sus dedos en ella. Integrance ofendida retiro su mano de la de él. "Denten esto. Ya no soy una niña pequeña."
"No," dijo Alucard con una ligera sonrisa y movió su rostro cerca del de ella, probando la fragancia de su piel. "ciertamente ya no lo eres..."
Ella se aparto de su camino tan rápidamente que el casi tropieza. Recuperando la compostura, Alucard miro a Integrance moverse detrás del enorme escritorio y sentarse. No obstante, aun es su vestido de cocktail azul, ella irradiaba dignidad y autoridad detrás de ese escritorio como usualmente hacia, a pesar de su ropa. Ella encendió la lámpara.
"Voy a trabajar," declaro. "Porque, como tu dijiste, todavía es temprano y los casos de migración de los Medians no se analizaran por si mismos. Por consiguiente, te sugiero que vayas a divertirte en alguna otra parte."
Por un Segundo ella pensó que él iba a protesta, pero no lo hizo. En vez de ello, inclino la cabeza y la miro en una forma muy peculiar.
"Integrance, ¿verdaderamente te vas a sujetar a todo esto solo por un heredero?"
"Sabes que no tengo elección."
"¿Que hay de tu cuerpo virgen? Estas tan desesperada por continuar el linaje familiar ¿que lo pondrás a disposición del primer idiota de cabello engrasado que venga con una proposición?"
Si las miradas pudieran matar, Alucard estaría sumamente agradecido de que él ya estuviera muerto así como Integrance lo atravesaba repetidas veces con sus ojos azul acero.
"Primero que todo, vampiro," dijo con peligrosa lentitud "no deseo escuchar nunca que te refieres a mi cuerpo en ningún contexto. Segundo, si estas insultándome, te sugiero que te retires de mi vista antes de que te fuerce a tragar algo de plata por tu gaznate."
Para su sorpresa, el se inclino. "Me disculpo," dijo. "No deseaba insultarte. No obstante, deseo ofrecerte una alternativa."
"¿De que?"
"De ser capaz de producir un heredero de la familia Hellsing. Un heredero cuya sangre no este contaminada por esa escoria que no merecen lamer tu zapato. "
"Que estas insinuando, sirviente?"
"Si estas interesada, me buscaras," dijo Alucard burlonamente, fundiéndose entre las sombras. "Confío en que será una opción mas atractiva que la proposición que te dio la persona cuyo reloj te dio esa cicatriz esta noche."
Sintiendo que el color se le subía a las mejillas, Integrance instintivamente miro la marca que tenia en su mano. Rehusando a que el vampiro tuviera la ultima palabra, dijo ruidosamente antes de que hubiese desaparecido por completo, "Tal vez deba proponérselo a Anderson. Después de todo, ya no es un sacerdote."
La oportunidad de ver la cara de Alucard no tenia precio.
