Publiqué este fic para el cumpleaños de una amiga en otra página, es una pequeña serie de drabbles que en lo particular me gustan mucho. Pero ya que la cumpleañera también esta por esta página se lo dedicaré también xD...
Dedicado a Mi linda amiga, Mizuno ^^
DISCLAIMER: Los personajes no me pertenecen sino a CLAMP y Toei Animation.
CAPÍTULO 1. La noticia
—Yo… ¡no puedo más! —soltó finalmente. Acto seguido las lágrimas corrieron cual arroyo, mientras se desplomaba en la pared continua donde se recargaba su primo, colocando su antebrazo de por medio con su rostro.
¿Acaso era una tonta o una imbécil? No estaba segura de cómo referirse a si misma en aquél instante. Aún no lograba asimilar la locura que estaba por cometer en contra de su persona, precisamente ella: Meiling Li atropellaba su autoestima por una amiga.
—¡Maldición, Meiling! —exclamó su primo enfurecido —. Si lo amas porque lo dejarás prometerse con Tomoyo sin hacer nada, ¡esa no es la Meiling que yo conozco!
—No todos somos tan afortunados como tú, primo —le recriminó la chica. Las lágrimas que fluían por sus ojos se acrecentaron a causa del dolor de su antigua pérdida.
Recordó el momento que Syaoran había declarado su amor a Sakura, como ella se azoraba frente a su primo y el sufrimiento que había sido presenciarlo cuando creía amarlo.
Luego Eriol había acudido a consolarle por su pérdida, un par de años atrás justo al mismo tiempo en que entrará Tomoyo Daidouji a su vida.
—¿¡Cómo puedes estar segura de ello? —soltó sin poder disminuir la alteración que provocaba el sufrimiento de Meiling.
—Por qué ella es inteligente, educada, dulce, tiene una voz angelical y aunque yo tenga todas esas virtudes… son las de ella las que él reconoce como tales.
—¿Se lo has preguntado? —Syaoran trato de sonar comprensivo, al menos sabía que aún conservaba algo de su autoestima y eso le ayudaría a mantener la cordura.
—¡Por supuesto que no! Tomoyo es mi amiga, no puedo hacerle eso. Además… ella… se acaba de comprometer con Eriol.
Las lágrimas no buscaban detenerse, siempre había sido tan impulsiva. Por ello era de extrañar su flaqueza al decidir hacerse a un lado, dejando ir al chico de su vida con otra.
—¿Y tu dónde quedas, Meiling? —cuestionó su primo.
—En la parte donde espero a un nuevo amor que saqué a Eriol de mi corazón.
Syaoran no pudo evitar mirar a su prima con dulzura, podía sentir el sufrimiento de ella y casi podría jurar que el aroma a sal de sus lágrimas era más fuerte de lo usual, por ello decidió callar un poco para animarle.
—Eso no será justo ni para ti, ni para esa otra persona… —sugirió en el tono más cortes que se permitía al recordar a su amigo Eriol.
—¡Entonces me quedaré sola por el resto de mi vida!
Syaoran suspiró, su prima era una terca. Sería una grandiosa virtud, de no ser a causa de que casi siempre estuviese mal encausada.
—Eres tan infantil, Meiling.
La chica de cabellos oscuros le miro con cierto recelo, y haciendo un puchero que resultaba bastante acorde al calificativo que acababan de otorgarle. Luego, recobrando su compostura sacó una de sus más firmes miradas y contestar a Syaoran.
—A ti que te importa, si yo soy la que está decidiendo lanzar su vida por la borda —respondió con cierto sentimiento atorado en su garganta.
—Claro que me importa, porque eres mi prima y Eriol es mi mejor amigo —respondió Syaoran con una dulce sonrisa.
Meiling no atendió más a su primo, se perdió en mitad de su llanto y sus recuerdos, presente en cuerpo y ausente en su alma. El primero en brazos de su primo y la segunda en algún lugar desconocido de su tristeza.
