El último adiós
Estaban todos reunidos, como en los viejos tiempos solo que esta vez el motivo era uno muy diferente. Amigos y familiares estaban congregados en el cementerio principal de Funbari. Todos callados y con caras demacradas por el llanto y el cansancio. Se había ido para siempre, sin siquiera preverlo, tan joven y con un gran futuro por delante.
Se encontraban presentes en la misa de despedida en el más absoluto silencio, solamente roto por algún que otro gemido y sollozo desconsolador.
Algunos tenían tiempo de no verse, incluso años, y la triste realidad es que un funeral los había unidos a todos de nuevo.
El viento soplaba fuerte, las nubes grisáceas hacían del día mucho más triste de lo que ya se presentaban y entre el silencio de la muchedumbre el ataúd fue elevado para introducirlo en aquel horroroso agujero donde el cuerpo sin vida de un ser querido yacería para la eternidad.
Algunos no daban crédito a lo que veían, simplemente se encontraban en completo shock. Pero aquella persona lo veía todo como algo natural. No lloraría, no serviría de nada puesto que no volvería a la vida, ahora le tocaba ser fuerte y seguir adelante sin la persona que le daba sentido a cada día de su vida.
En cuanto el ataúd toco fondo los pequeños sollozos y suspiros se convirtieron en llantos desconsolados y desgarradores. La arena empezó a caer cubriendo aquella caja de madera y cada uno de los presentes se fueron levantando para darle el último adiós a tan entrañable persona.
No lloraría, se había prometido no llorar, pero entre la tristeza de la gente y la propia, el muro que había creado se fue rompiendo poco a poco. Vio como el último grano de arena calló y una lágrima traicionera se escapó de sus ojos y vagaba por su mejilla libremente.
Este era el ciclo natural de las cosas: nacemos, crecemos, nos reproducimos y morimos. Unos antes y otros después pero todos tendremos el mismo final.
Y, para terminar con el funeral, una lápida gris y austera fue clavada en la arena con un nombre en el centro.
Yoh Asakura
Buenas a todos!
Lo se, podréis matarme luego, ahora dejadme que me explique. Formatee mi pc y se me borraron todos los inicios de esos fics que tengo ahí inconclusos y ahora mi musa esta de vacaciones permanentes por eso aun no he subido nada pero actualizare, no se cuando, pero lo haré.
Ahora bien, aquí os traigo este drabble un poco triste y trágico pero no se, se me ocurrió un día yendo para la residencia donde imparto mis practicas. Espero que os guste y no matarme que un soy muy joven para morir. Sin mas que decir, nos seguimos leyendo. Bye!
By: Seyram Asakura
