Ya desde hace algún tiempo desde que Ash ingreso a la escuela, las visitas a la casa de cierta rubia se hacían cada día más frecuentes, la razón... Ambos entrenaban, tanto Ash para hacer más fuerte a su equipo como Lillie para tener más confianza para tocar a los pokemon al mismo tiempo tratar de fortalecerse junto a shiron para ser una buena entrenadora, y con el pasar del tiempo todo rendía sus frutos.
Un día después de un duro entrenamiento, decidieron darse un pequeño descanso.
-Cada día Shiron y tu se hacen más fuertes, puede que un día lleguen a superarnos. - decía el azabache entrando a la habitación de la rubia-
-Tampoco exageres Ash, me veo muy lejos de estar a tu nivel. - decía entrando y cerrando la puerta- si que estoy agotada... -no tardo mucho en percatarse que tanto ella como su pokemon se habían ensuciado bastante. -creo que tomaremos un baño.
-Bueno, creo que me iré así podrás estar más en privado...
-Espera. - lo detuvo la chica- aun debemos hacer la tarea que nos pidió el profesor, no te vayas, no nos tardaremos. - dijo así para sacar una muda de ropa del armario y entrar al baño de su cuarto para ducharse.
Mientras el azabache esperaba se puso a ver los alrededores de la habitación de su compañera, desde sus peluches hasta sus libros empezó a buscar algo con que matar el tiempo...
-Ash, ¿me oyes?.-dijo lillie desde el baño- si es así ¿me puedes traes el shampoo de shiro?
-¿Donde lo encuentro?...
-Hay una botella en el último cajón del mueble.
Sin más que hacer el entrenador se puso a revisar donde le dijeron que buscará... Pero sin saberlo, terminó encontrando otra cosa.
Al abrir dicho cajón, en vez de encontrar el shampoo, terminó observando detenidamente lo que eran las prendas íntimas de la Rubia.
-¿que es esto?. - dijo cuando tomó uno de los sujetadores y lo veía detalladamente. -es muy pequeño..
-Ash, ¿de paso podrías...? -la chica abrió un poco la puerta para pedir otra cosa, cuando se fijo lo que tenía su compañero en la mano, solo pego un grito en el cielo.
El grito fue tal que todo el personal de la mansión fue a ver que sucedía y al percatarse de la escena, las cosas fueron de mal en peor.
En solo cuestión de minutos Ash recibió toda clase de ataques de diferentes pokemon, por si fuera poco en minutos se convirtió en el más buscado de la región por acoso sexual... Ahora vivirá una vida como prófugo de las justicia
