(SALUDOS)

Hola, hace mucho tiempo que no escribo, y esta es la primera historia que subo, espero que les guste :D

Disfruten …

Era un día normal en la gran mansión Smash…

Bueno a quien engañamos, los días en esa casa nunca son normales y ese no era la excepción.

Pero…ese día era diferente; había empezado de una manera mucho más rara de lo normal, si no se lo imaginan aquí les va una idea.

En la gran sala de la mansión pasando por alto las grandes ventanas, las elegantes alfombras y la majestuosa puerta de entrada, lo que más resaltaba de esa amplia habitación era un gran pero de verdad GRAN sillón semi circular color naranja. Era casi imposible que al entrar tu vista no pasara por aquel sillón que siempre estaba lleno de peleadores, ropa sucia, sobras de comida, etc...Pero hoy extrañamente por obra divina estaba limpio y vacío, excepto por 6 peleadores de la mansión. Y no eran más que: Peach, Link, Zelda, Marth, Samus y Ike; pero no estaban ahí por gusto, si no porque el director Máster Hand los mando a llamar no muy contento y ninguno sabía la razón.

—Chicos, ¿saben que hacemos aquí?—Pregunto un ingenuo Link.

—No, no tengo idea—Le respondió una rubia con coleta apoyando los codos en sus piernas y colocando la palma de la mano en su barbilla.

— ¿Ahora que hicieron?, si Máster nos llamo debe ser por que alguno de ustedes se metió en problemas—Comento Zelda cruzándose de brazos.

—Pues nosotros no hicimos nada. —Hablo Ike incluyendo en el comentario a Link y Marth. — ¿Y ustedes? —Agrego alzando una ceja.

— ¿Nosotras que pudimos haber hecho?, ¡ustedes son los de los problemas! —Defendió la princesa champiñón.

— Ay... ¡si claro! —Dijeron los 3 chicos al mismo tiempo.

— ¡Es cierto!, como la vez que Marth volteo la mesa mientras estábamos comiendo, la comida voló por todos lados—Argumentó Zelda.

—Y ustedes muy santas ¿verdad? —Preguntó burlón Marth. —Que yo recuerde gracias a un pequeño problemita con Samus, Máster Hand prohibió las maquinas expendedoras.

— ¡Pues gracias a Link ya no vamos a excursiones! —Gritó Samus.

—¡Ha!¡¿Y que tal cuando Zelda denuncio a los pokemons por estar desnudos?!—Declaró Ike.

— ¡Hay niños en plena etapa de desarrollo viviendo aquí! —Se defendió la castaña.

—Y si los hay… ¿porque Peach no recoge sus sostenes de la lavandería? ¡Llevan ahí meses! —Se quejo el héroe del tiempo.

— ¡Por culpa de Ike ya no nos entregan pizza a domicilio!

Gritos e insultos retumbaban por toda la mansión, hasta que la gran mano salió de su oficina; y si antes estaba molesto, ahora parecía un volcán en erupción.

— ¿¡Que está sucediendo aquí!? —Pregunto el guante.

—Lo mismo nos preguntamos nosotros, nos puede decir para que nos mando a llamar—Decía Ike con el mismo tono molesto del puño.

—Ustedes están en un gran problema, porque uno de ustedes rompió el tesoro más grande que tengo y la cosa por la cual daría mi vida—Tragando saliva al pronunciarlo. — Ustedes rompieron…—Hizo una pausa dramática para enfatizarlo. — Mi trofeo.

— ¿Usted tenía un trofeo? —Pregunto extrañada Samus, que al parecer hablo por todos ya que tenían la misma expresión que ella.

-— ¿Se puede saber de que era? —Cuestiono Marth.

— ¡Oh! bueno no me gusta presumir pero, ya que insisten…Fue en la primavera del 68,…Ahí estaba yo inspirado, cansado y hambriento no había comido nada desde el día anterior; mi estomago gruñía mas no le preste atención, me puse el traje e hice la mejor rutina de nado sincronizado en todo el condado. Ése fue el mejor día de mi vida. —Máster Hand estaba tan inspirado mirando al horizonte contando su historia. Realmente estaba hundido en el mar de recuerdos hasta que, naufrago.

— ¡HAHAHAHAHAHAHA! —Toda la sala se lleno de risas y burlas por la historia que relato el pobre guante, aunque no fue toda la historia sino solo una pequeña parte de ella.

— ¿Un guante? ¡Hahaha! ¿Haciendo nado sincronizado? ¡HAHAHAHAHA!—Ike comento casi sin poder respirar.

— ¿Que sigue? ¿Crazy practicando ballet? —Continuó Zelda con la burla.

Maste hand estaba con una cara de pocos amigos oliendo estiércol.

— ¡No le encuentro la gracia! —Dijo intentando dar fin a las risas y burlas, sin embargo, no funciono.

— ¡Hahahahaha! No es posible. —Apenas pudo decir la caza recompensas antes de caer al suelo con ambos brazos tocando su estomago.

— ¡CALLENSE! —Las ventanas de toda la mansión retumbaron al grado de casi romperse por tal grito y los 6 peleadores que estaban tirados en el suelo se levantaron como un rayo sentándose en el lugar que les correspondía.

—Así que…nado sincronizado ¿eh? Es un buen deporte. —El príncipe peli azul dijo intentando que el director no se molestara mas.

—Sí, siempre lo quise practicar. —Continuo el juego la princesa Peach

— ¡Es grandioso! —Mencionó Ike forzando una gran sonrisa y levantando ambos pulgares.

—Pff…Chicos, ¿qué les sucede? Es el deporte más estúpido que un guante pueda practicar. —Menciono Link a carcajadas, y obviamente no comprendiendo lo que sus amigos estaban haciendo.

— ¿Que dijiste? —Pregunto aun mas enojado el guante.

—Que es estúpido, osea ¿Un guante asiendo nado sincronizado?, por dios que perdedor... —Respondió así sin más.

—Empezare con el interrogatorio y el primero vas a ser tú- señalo al Hylian dándole una mirada fulminante. — ¡Sígueme!—Agrego caminando asía un oscuro pasillo que conectaba con la sala.

Link volteo a ver a sus amigos preocupado y se dedico a seguir la orden de su mayor. Y en cuanto entro a la oficina se puedo escuchar el cerrojo de la puerta.

El Héroe trago duramente mientras inspeccionaba el lugar. Una habitación amplia con repisas y libreros de diferentes tamaños. Las paredes de un elegante color crema en 3 de los 4 muros, ya que en una de ellas tenia grandes ventanas con cortinas color beige. Enfrente de estas un gran escritorio de madera de roble con 3 sillas, 1 elegante silla color blanco y enfrente de esta, del otro lado del escritorio unas no tan elegante pero del mismo color. Y en el suelo se apreciaba un brillante y lustrado azulejo de color marfil.

—Toma asiento—Ordenó el director sentándose en la silla detrás del escritorio.

—S-sí señor. — Tartamudeando camino torpemente asía su lugar.

—Link, Link, ¡Link!… Vamos a leer tu historial, veamos…Entre muchas cosas solo diré las más…"especiales". Por ti el gobierno prohibió que saliéramos de excursiones, tuvimos que quitar los dispensadores de jabón en los baños y la peor de todas, cuando casi me matas porque creíste que yo era el gemelo malvado de Crazy hand.

—Eso aun lo creo, ¡Gemelo malvado!

—Ah—Suspiro—Empezare las preguntas.

—Dime, donde estuviste el…

— ¡Yo no hice nada!

—Déjame terminar de hacerte la pregun…

— ¡Soy inocente lo juro!

—Solo quiero saber dónde estabas el…

— ¡Ya no aguanto más! ¡Yo fui quien lastimo a la ardilla del roble!

— ¿Qué? ¿Pero eso que tiene que ver con mi trofeo?.

— ¡Yo no quise lastimarla lo juro! —Grito mientras se hincaba y comenzaba a gatear asía la silla del guante. —Yo estaba tranquilo sentado en ese árbol ¡cuando esa pequeña ladrona bajo y me robo mi elote! —Volvió a gritarle ahora abrazando del director.

—Suéltame. —Gruñó intentando zafarse del agarre del rubio.

— ¡No quería lastimarla! ¡Solo quería mi elote devuelta! —Lloró incontrolable mente aún abrazado del guante.

—Link escucha, La ardilla no tiene importancia solo quiero que respondas las preguntas que te voy a hacer, ¿Ok? —Intentó calmar al rubio.

—S-sí—Dijo limpiándose las lagrimas de su rostro.

—Bien, ¿Donde estuviste la noche del martes?

—Amm…en mi habitación.

— ¿Y no saliste para nada de ahí?

—Mmm…no-murmuro sudando.

—No pareces muy convencido.

—Bueno tal vez si salí de ahí un poquitín.

— ¿Para qué?

—Bueno es que eh yo…fui al baño.

—Pero si en tu habitación hay un baño.

—Bueno lo que paso es que. Eh tenido un problema de irritación 2° grado y tenía que ponerme el ungüento, pero no quería hacerlo enfrente de Ike o Marth así que fui al baño del edificio.

— ¿Seguro que no destruiste mi trofeo?

—Seguro, si quiere le muestro que en verdad tengo irritado el…

— ¡NO! —Gritó y como acto de reflejo se levanto para evitar ver algo que nadie quería ver—Te creo.

—De verdad no me molestaría mostrarle mí…

—Termine las preguntas. —Se apresuró a decir. —Dile a Samus que pase.

—Bueno como diga…—Dijo volteándose y caminando asía la puerta. —Samus es tu turno. —Menciono estando ya afuera con sus amigos.

— ¡Aah!—Se quejo la rubia poniéndose de pie y caminado asía la oficina.