Disclaimer: One Piece es propiedad de Eiichiro Oda y bajo ninguna circunstancia pretendo robar su creación. Esta es solo una historia creada basándose en su obra.

NA: Bueno, aquí estoy, escribiendo un fanfiction yaoi de One Piece. He de aclarar que esta historia es para una fujoshi muy especial que esta cansada de no poder leer yaoi del bueno. Así que me he ofrecido a escribirle uno. Espero que no resulte tan malo como me temo que saldrá…


Capítulo 1 –

Urraca ladrona

El Sunny navegaba a merced de las olas y el viento, dejándose llevar hasta su próximo destino. Tras partir de su aventura en Thriller Bark y de que Brook se uniese a la pequeña tripulación pirata, las cosas estaban calmadas. Demasiado calmadas. Luffy correteaba por todo el barco deseando encontrar cualquier cosa que le quitase el aburrimiento, pasar una semana entera en un entorno tan pequeño sin un estimulo continuo era una tortura para el capitán. Y toda tortura para el capitán, se volvía una tortura para el resto de la tripulación, de un modo u otro.

–¡Luffy! ¡Deja de pintar las paredes! ¡Estas gastando toda la tinta! –Gritaba Nami totalmente desesperada. Apunto de probar por cuadragesimal vez si podría partir su cráneo a puñetazos aun siendo de goma, vio como su capitán decidió que la biblioteca necesitaba una nueva capa de pintura, a base de tinta.

–¡Pero Nami! ¡Ya he gastado toda la pintura que quedaba en las balas de cañón! ¡Solo me quedaba tinta! ¡Ademas, con tanta tinta seguro que te inspira a dibujar! ¿A que si? –Sonrisa burlona en cara, siguió pringando las paredes con tinta.

–¿Balas de cañón? ¿No me dirás que… Has pintado las balas de cañón…?

–¡Claro! ¡Sorprenderemos a todos cuando vean balas de cañón de colores! ¡Nadie se espera una bala de cañón rosa!

–Luffy, tu...

Los sucesos que acontecieron después no pueden ser narrados, y cualquier testigo de la escena negara todo lo sucedido. Lo único que se sabe a ciencia cierta, es que la cabeza de Luffy salio disparada por una de las ventanas, alejándose varios metros del barco, para regresa rápidamente al resto de su cuerpo, impulsándolo por la puerta hasta el mástil.

–¡Eh! ¡Nami! ¡Vigila lo que haces que no quiero tener que reparar el barco otra vez! –Grito Franky desde alguna parte del interior del Sunny.

–¡Díselo a Luffy, que ahora habrá que volver a pintar toda la biblioteca! ¡Y nos hemos quedado sin pintura por su culpa!

–¿¡Queréis callaros!? ¡Estoy intentando dormir! –Se oyó desde los altavoces del puesto vigiá.

–¡Ey, Marimo! ¡No le respondas así a Nami y deja de dormir! ¡Deberías estar atento por si ves una isla! –Otro grito, esta vez desde las cocinas. En un parpadeo Zoro y Sanji iniciaron una pelea de insultos, cada uno desde una parte del barco, a pleno grito y sin deseos de moverse de sus puestos.

Salida de la nada, Robin se acerco a Nami, que estaba ordenando los libros caídos tras su enfrentamiento con Luffy, el cual había desaparecido, seguramente para molestar a algún otro miembro de la banda.

–Pelean como una pareja de enamorados, ¿no te parece, Nami?

–¿Tú crees? Esos dos no podrían pasarse ni treinta segundos sin intentar matar al otro o por lo menos, insultarse. Lo mejor que he llegado a ver es a Sanji quitarle el queso en la comida de Zoro. ¡Y eso ya les llevo a una pelea!

–Bueno, ¿pero a que fue adorable? Hasta podría decirse que es su modo de quererse.

–Robin, deberías dejar de leer esos libros, están empezando a meter ideas muy raras en tu cabeza.

–Ya veremos…

La conversación fue cortada con un grito de emoción salido de su capitán. Un grito que solo podía significar algo peligroso y terrorífico, algo que…

–¡PÁJARO!

El retumbo de múltiples cuerpos cayendo al suelo debido a la impresión no se hizo esperar. Era lo mas absurdo de toda la semana, pero al menos no era peligroso, así no molestaría a nadie y…

–¡VOY A VOLAR SOBRE ÉL!

No hizo falta nada mas. El recuerdo de todas las veces que Luffy intento algo semejante inundo a todos, y enloquecidos, salieron al exterior para evitar volver a perder a su capitán por los cielos. Un graznido ensordecedor les recibió al salir. Un pájaro enorme paso volando sobre el Sunny, zarandeándolo debido a los fuertes vientos creados por sus alas.

–¡Mirad! ¡Me montare en él y volare hasta la próxima isla!

–¡Idiota, no puedes montarse en ese bicho! ¡Va a destrozar el barco! –Fue la respuesta de Zoro, el primero en reaccionar. –¡Hay que cortarlo!

De un rápido movimiento practicado, saco sus 3 espadas y salto, directo hacia el pájaro para poder rebanarlo. Como poseído por el mismísimo demonio, la bestia alada aplaco a Zoro y con un solo movimiento, se trago sus espadas.

–¡¿Pero que haces imbécil?! –A su lado apareció Sanji, que propino una poderosa patada al pájaro.

–¡Ese bicho se ha tragado mis espadas! ¡Tengo que ir por ellas!

–¿Y como vas a hacer eso? ¿Dejando que te coma, imbécil?

–¡Si es preciso! –Un fuerte viento tumbo a todos, el ave vatio sus alas impulsándose hacia los cielos, escapando rápidamente.

–¡Luffy! ¡Ese pajarraco se ha tragado mis espadas! ¡Hay que ir tras él! –La suplica podía hacerse notar en la voz de Zoro. Si perdía la espada de Kuina, no podría perdonárselo jamas. Con una simple mirada, Luffy asintió rápidamente.

–¡Nami! ¡Vamos a perseguir ese bicho! ¡Sanji, quiero comerme ese pájaro!

A una toda la tripulación se puso en marcha y puso rumbo en la dirección que había tomado el ave.

–¿Por qué demonios se ha tragado mis armas? ¡Como lo pille pienso destriparlo! –Las quejas, insultos y maldiciones no cesaban de salir de la boca de Zoro.

–Creo que era una urraca, probablemente el brillo del metal ha debido de atraer su atención. Seguramente lo este llevando a su nido. –Contesto Robin tranquilamente. La única respuesta por parte de Zoro fueron mas maldiciones contra el pájaro.

–Ahora que estas desarmado eres como un tiburón sin dientes, marino. Totalmente inofensivo. –Sanji se rio de su propio chiste, deteniéndose solo al ver que Zoro no respondió, una mirada triste cubriendo su cara. –¡Demonios, idiota, ya las recuperaras, ahora deja de hacer el vago y empieza a ayudar!

Todos dejaron de hacer lo que hacían por un instante, era la primera vez que Sanji decía algo para animar a Zoro, aunque estuviese cubierto en insultos.

–¡Callate Ceja rizada, sigo pudiendo patear tu culo aun sin mis espadas!

–¡Ja! ¡Ya te gustaría, borracho!

Y el mundo volvió a la normalidad. Pero aun podía verse la sonrisa de superioridad de Robin Hacia Nami, con un pequeño susurro: "Te lo dije."


Bueno, y aquí acaba el primer capitulo. Ya se que aun no ha habido nada de Yaoi, pero oye, me lo quiero tomar con calma. Ya ira habiendo mas en los siguientes capítulos. Y bueno, gracias por aguantar leyendo hasta aquí, y… ¡Hasta la próxima!