Durante toda su vida la pequeña Anna creyó ser una squib, era envidiable la facilidad que tenía su hermana Elsa de manejar la magia sin una varita de por medio sin duda llegaría a ser una gran bruja; no como ella, la pequeña Anna jamás demostró ninguna afinidad a la magia.
Sus padres siempre reían de lo distintas que eran sus hijas: Elsa tranquila y reservada, sacaba a relucir su inteligencia en casi todos los aspectos de la vida, en cambio Anna... bueno ella también tenía lo suyo, no es que no fuera inteligente de hecho todo lo contrario, la pequeña era brillante aún que no lo demostrara, prefería leer libros llenos de fantasía que hacer los deberes, su personalidad era alegre y divertida. Radiante como el sol.
Ambas fueron educadas en casa como la mayoría de brujos hacían antes de asistir a Hogwarts la escuela de magia y hechicería.
Su padre era el ministro de magia por tanto todos tenían altas expectativas puestas en sus hijas, expectativas que Elsa parecía cumplir a la perfección.
Su madre, alguien importante en el mundo muggle no le pareció problema que Anna no tuviera magia, todo lo contrario, al menos una de sus hijas podría continuar con la empresa de su familia.
Todos esos pensamientos se vinieron abajo un 24 de julio, cuando una carta de Hogwarts llegó.
La lechuza voló por las afueras de la amplia residencia y se plantó frente a la ventana del cuarto de las niñas.
Elsa,quien ya había terminado de cursar su segundo año en Hogwarts fue la primera en notarlo, confundida se dirigió a la ventana "¿Tan pronto llegó la lista de útiles?" Pensaba.
La abrió con delicadeza y comenzó a leer:
COLEGIO HOGWARTS DE MAGIA Y HECHICERÍA
Director: Albus Percival Wulfric Brian Dumbledore.
Querida Srta. Anna Arendelle.
Tenemos el placer de informarle de que dispone de una plaza en el colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Por favor, observe la lista del equipo y los libros necesarios. Las clases comienzan el 1 de septiembre. Esperamos su lechuza antes del 31 de julio.
Muy cordialmente,
Minerva McGonagall
Subdirectora
A continuación estaba todo el material que ocuparía para el primer curso.
Al percatarse de lo que decía la carta Elsa abrió los ojos como platos y corrió a la cama de su hermana.
-¡Anna!- grito mientras saltaba a la cama de su hermana.- ¡Anna despierta!
Elsa sacudió con impaciencia a su hermanita, está se levantó y miro a su hermana confundida.
-Usualmente yo soy la que te despierta. - mencionó Anna con un bostezo.
Elsa rió y le enseñó la carta.
Anna la tomó y comenzó a leer, su cara paso del cansancio al asombro con rapidez.
Miro a su hermana con la sorpresa tatuada en su rostro a lo que ella sólo rió.
-Anna, ahora estudiarás en Hogwarts conmigo.- exclamó Elsa con alegría.
Ambas se abrazaron.
-¡No soy una squib!- grito Anna al soltarse con muchísimo orgullo.
Sus padres abrieron la puerta de golpe.
-¿A que se debe tanto alboroto?- preguntó su madre.
Anna saltó de la cama y dando saltitos le mostró la carta a su madre.
Ella la tomo y leyó, al finalizar se la pasó a su esposo.
Este sólo sonrió.
-¡Mi niña es una bruja!- grito con júbilo levantando a Anna en brazos.
Elsa corrió para unirse al abrazo desde la seguridad del suelo.
Su madre se entristecio por un momento, su otra hija también se marcharía todo un año.
-¡No soy una squib!- volvió a gritar Anna con alegría.
Su madre río por lo bajó, si su pequeña era feliz entonces ella también.
Oficialmente ella sería la única en casa que no tendría magia.
Su padre redactó la carta confirmando la asistencia de Anna con rapidez y la envío ese mismo día.
Toda la mañana Elsa le relataba a Anna sobre lo maravilloso que era Hogwarts, su padre corroboraba las historias de Elsa y hasta se animó a contar las que el vivió cuando estudiaba ahí.
Al día siguiente su padre canceló todas sus citas para comprar todo lo necesario.
Algunas cosas como el uniforme y uno que otro libro los heredaría de Elsa.
-Te serán muy útiles.- dijo su hermana.- Están llenos de tips y anotaciones que te servirán mucho. Sobre todo en pociones.
Después de comer unos helados se encaminaron a Ollivanders para comprarle a Anna su varita.
La gente no paraba de observar a su padre y saludarlo, uno que otro incluso se acercaba a estrecharle las manos, lo cual retrasaba su ida.
-Papá podrías dejar de convivir con la gente. - dijo impaciente Anna.- Quiero comprar mi varita ya.- alargó la última sílaba.
-Anna.- reprendió Elsa.- No es su culpa ser uno de los mejores ministros.- dijo con orgullo.
Su padre rió. - ¿Que tal si ustedes se adelantan? Las alcanzaré enseguida.
-¡Si!- exclamó Anna dando pequeños saltitos.- Vamos Elsa.
Anna jaló a su hermana y comenzó a correr para llegar.
-¡Anna espera!- le gritó la mayor.
-¿Ahora que?- preguntó la menor molesta.
-Ollivanders está por allá. - dijo señalando la dirección contrario.
-Upsi.- rió Anna.
La carrera para llegar a Ollivaders comenzó nuevamente.
Anna llevó la delantera todo el camino arrastrando a Elsa detrás de ella.
Ya estaban casi en la puerta de Ollivanders cuando un chico salió de ahí.
-¡Anna cuidado!
-¿Que?
Demasiado tarde, Elsa desvió a su hermana y se soltó de su agarre consiguiendo que Anna frenará al percatarse.
Elsa no tuvo tanta suerte, al desviar a Anna perdió el equilibrio y chocó con el chico.
-¡Elsa estas bien!- escuchó la voz de Anna atrás de ella.
-Deberías tener más cuidado la próxima vez Arendelle.- dijo una voz familiar.
La levantar la vista observó el inconfundible cabello blanco.
-Frost.
Él le tendió una mano para levantarse.
Una vez de pie Anna brinco a ella para abrazarla.
-¡Elsa! ¿Estas bien?
-Si Anna estoy bien.
-¿Y tu quien eres?.- preguntó señalando al chico.
-Jack.- dijo él. - Jack Frost ¿Y tu?
Anna abrió la boca para contestar pero el se la tapo.
-No me digas. - colocó su mano en la frente de Anna.
-Eres Anna Arendelle.
-¿Cómo lo supiste?
-Se leer mentes.
-¡Elsa! ¿Tú igual sabes leer mentes?
-Claro que no Anna, y el tampoco.
-¿Entonces cómo. ..?
-Ya le había hablado de ti.
Anna miró a Jack para verificar esa información.
Él sonrió y asintió.- Es una aguafiestas verdad.- opinó
-A veces si.
Elsa río por lo bajó y rodeó los ojos.- ¿No querías ver tu varita Anna?
-¡Es verdad vamos!
Y así amabas hermanas entraron a la tienda.
Jack rió, no veía la hora de entrar a Hogwarts y convivir con ese par.
