1.1

El timbre sonó por tercera vez en menos de medio minuto y la chica que se acercaba a la puerta, llave en mano, no pudo evitar bufar.

"Ya voy, ya voy" exclamó en tono alto y con una nota de molestia. ¿Quién era tan impaciente como para tocar tantas veces en tan poco tiempo? La expresión de irritación no abandonó su rostro mientras abría la puerta, pero se aplacó al ver de quién se trataba. ¿Y quién más podría ser? pensó con resignación al ver a la figura masculina en el umbral. Tenía el cabello largo, de un tono blanquecino y plateado, y unos ojos dorados bastante intensos. El fastidio que se dejaba ver en su expresión superaba el que ella misma había tenido segundos antes.

"Hola" lo saludó mientras lo invitaba a pasar, pero él no le correspondió el saludo. No le molestó la falta de cordialidad, después de todo, se trataba de Inuyasha. Él siempre era así.

Lo acompañó a la sala de estar, donde estaban los demás invitados -todos amigos de su novio- y lo vio sentarse. Suspiró con condescendencia mientras se acomodaba en el puesto que había estado ocupando, en el sillón junto a su novio. Esto era aburriiiiido. No porque los invitados le cayeran mal: Bankotsu era simpático (además de agradable a la vista); Koga era divertido, siempre contaba anécdotas graciosas; Hakkaku y Ginta eran... bueno, la palabra adorables les quedaba bastante bien. El caso es que se sentía un poco ajena a la situación. Era la primera vez que se juntaba con los amigos de su novio en un evento social y, a decir verdad, estaba bastante cohibida. Miroku era un buen anfitrión y, además, el centro de la atención al ser el homenajeado. Y ella era como un adorno en el medio de la plática de los muchachos. Con la llegada de Inuyasha, cuya capacidad de socializar era nula, esa sensación se mitigó. Al menos ahora no era la única descolocada. Además el hanyou era, de todos, el que mejor le caía. Por extraño que eso pudiera parecer. Intentó entablar una conversación con él y, aunque las respuestas eran breves o directamente monosilábicas, podría decirse que tuvo éxito.

El sonido que hizo su celular para advertirle que había recibido un mensaje interrumpió la pregunta que estaba por hacerle a Inuyasha. Abrió el mensaje y no pudo reprimir la sonrisa que sus labios formaron. Una palabra -"Puerta"- se dejaba ver en la pantalla.

Fue a atender con desesperada rapidez y se abalanzó alegremente sobre la pequeña figura que allí se encontraba.

"¡Cómo me alegra que vinieras!"


¡Hola! Ya sé que debería estar actualizando mi otro fic, pero estuve pensando mucho en hacer un UA y, bueno, aquí está el comienzo.

Les cuento que se me rompió la pc y también el celular, así que no sé cuándo podré volver a actualizar, de cualquier manera, ya tengo escrito mucho más de esta historia, que tendrá capítulos de longitud de drabble.

Bueno, saludos a quien lea esto!

xoxo

Tat