Disclaimer: los personajes no son míos, son de la increíble SM y la historia… tampoco es mía jeje es de la increíble y una de mis favoritas películas de todos los tiempos 'Si yo tuviera 30'
Summary: Lo único que desea Bella Swan en su 13° cumpleaños es ser guapa y popular. Tras una experiencia humillante en su fiesta de cumpleaños, Bella desea tener una vida nueva dejando de lado a su único y verdadero amigo Edward Cullen. Milagrosamente su deseo se hace realidad: de la noche a la mañana pasan 17 años y ella despierta convertida en una mujer de 30.
Nota autora: hola volví! Pensé en hacer esta historia como un OS pero encuentro que quedaría muy larga asique la hare en capitulo pero con la universidad con suerte tengo tiempo para sentarme a escribir asique sé cuando volveré a sentarme de nuevo a hacerlo para actualizar… tratare de que sea pronto! Espero que les guste! Besos!
PD: la película está ambientada en el año 2004 por lo tanto la historia también
Si yo tuviera 30
-Tú eres la siguiente –dijo el fotógrafo mientras enfocaba la cámara para tratar de captar mi mejor ángulo… si es que tenia uno –puedes girarte un poco a la derecha Isabella
-Soy Bella –corregí frustrada una vez más
-Mira aquí Isabella no lo voy a repetir –volvió a decir el fotógrafo del anuario
-¡Soy Bella! –grite exasperada y claramente el tipo me saco la foto justo en ese momento.
Cuando recibí la foto no lo podía creer, otra foto más horrible para el anuario, toda despeinada y mostrando mis horribles frenos además de mi cara de rabia. Cada año era peor. Por cierto soy Bella Swan una chiquilla de 13 años, una más del montón en la escuela del pequeño pueblito de Forks. Como ya se habrán dado cuenta no soy de las populares, los frenos, el corte de pelo y los ojos cafés totalmente comunes no ayudan mucho, ser la mejor amiga de Edward Cullen 'el gordito, sabelotodo y parte de los idiotas del anuario' tampoco ayuda mucho pero yo lo adoro, el ha estado conmigo en las buena y en las mala, pero eso no quita el hecho de que me encantaría ser una de las 7.
Las 7 son las chicas más populares de la escuela, liderada por Tanya Denali, una diosa en persona. Rubia, alta y delgada los traía a todos babeando detrás de ella. Ya quisiera ser yo una de ella, tener al equipo de futbol americano detrás de mí y por sobre todo a Mike Newton, el hermoso mariscal de campo.
-Hola, sonríe –interrumpió mi mejor amigo poniendo su cámara frente a nosotros para sacarnos una foto
-Eddie vamos, no mas fotos –sonreí cansada, yo era la única con el derecho de tratar a Edward con Eddie, el odiaba que le dijeran así, bueno excepto yo
-Tienes 13 años, hay que documentarlo –se justifico antes de que aparecieran las siete frente a nosotros, haciendo que todos les abrieran el camino, todo el mundo las respetaba, si no era por admiración era por temor
-¡Hola Tanya! –salude efusiva
-Hola Bella –sonrió Tanya –Hola topo ¿Cómo va tu cueva? –Dijo mirando a mi amigo quien la ignoro como siempre lo hacía -¿Y tus fotografías? –pregunto mirándome a mi
-Horrorosas –conteste ocultándolas
-Las mías no están tan buenas –se encogió de hombros Tanya antes de mostrarme unas fotografías impecablemente perfectas
-No es cierto Tanya, están geniales –rebatí –Eres súper fotogénica
-Te veré en la puerta –me dijo Edward cansado de las siete, siempre ha pensado que están sobrevaloradas además que siempre lo han tratado mal por ser gordo
-Haz lo que quieras, ella no necesita que le expliques el mundo –se rio Tanya y una vez que se fue me pidió que habláramos en privado –Le dije a Mike Newton que todas iríamos a tu fiesta de cumpleaños y dijo que nos acompañaría
-¿Enserio? –no podía creerlo Mike lindo hermoso precioso Newton iría a mi fiesta de cumpleaños
-Es una lástima que no vayamos –agrego Tanya –porque esa era la idea, la maestra de ingles lo arruino con su propuesta de trabajo grupal y Mike se ofreció a ayudar al equipo asique tampoco ira
Lo pensé por un rato, si era un trabajo lo que impedía que este año fuera el mejor cumpleaños de toda la vida, bueno pues, yo era una estudiante aplicada –Yo podría hacer su trabajo –ofrecí finalmente
-Fabuloso –sonrió Tanya –nos vemos esta noche
Una vez más caminaba a casa con mi Edward no solo éramos mejores amigos de la escuela si no que hemos sido vecinos toda nuestra vida, somos casi como hermanos
-No puedo creer que invitaras a las clones –refunfuño Edward
-¡Son mis amigas! –me defendí por enésima vez
-Las siete chicas no son tus amigas –agrego Edward
-Algún día seré parte de ellas –dije ofendida
-No puedes ser una de ellas, son siete, de ahí el nombre. No puedes ser la octava chica, es matemáticamente imposible –recalco Edward –Además tu eres única, ellas no son originales –me sonrió mientras doblábamos en mi casa
-No quiero ser original Edward, quiero ser genial –finalice ganándome una mirada cansada por parte de Edward
-¿Quieres skittles? –sonrió Edward sacando el paquete sagrado de dulces de nuestra amistad
-Son para niños –fruncí el seño
-Exacto –me miro con suficiencia Edward mientras me daba un par de gomas –Arrivederci –se despido en italiano
-Au revoir –me despedí yo en francés como siempre lo hacíamos.
Comencé a arreglarme antes de que llegaran los invitados el ritmo de Jessie's Girl de mi cantante favorito Rick Springfield, un poco de rubor y sombra no le hacen mal a nadie.
-Hola amorcito –entraron sin golpear la puerta para variar mis padres, Charlie y Renne, el primero con una gran cámara filmadora
-¿Qué hiciste cariño? –Se sorprendió mi madre -¿Te pusiste un brasier?
-¡Váyanse! –grite echándome a mi cama no podía creer lo entrometidos que podían llegar a ser mis padres, los amaba, pero esto era el colmo
-¿Qué te sucede cielo? –pregunto Charlie
-Le preocupa su imagen, vete –susurro mi madre lo suficientemente alto como para que yo escuchara –Todo va a estar bien Bella
-¡No lo está mamá! ¡No tengo nada! –Grite –esto es fatal
-No es fatal cariño, es realista –sonrió mi madre mientras me sacaba el relleno de papel higiénico que me había puedo para tener un poco mas de pechos
-Odio mi vida –finalice
-Que no te veas como esas chicas de la revista Poise no quiere decir que no seas hermosa a tu manera Bella –me sermoneo mi madre mientras me sacaba el maquillaje
-No quiero ser hermosa a mi manera, quiero ser como ellas –exclame mostrándole las fotos de mi revista favorita con las modelos más hermosas que había visto -30 coqueta y prospera, porque los 30 años son la mejor etapa de tu vida –leí en voz alta –quiero tener 30 –dije ganándome una gran carcajada de Renne
-Ya los cumplirás –dijo entre risas –pero ahora eres mi hermosa niña de 13 años –dicho esto se levanto dejándome de nuevo con mi privacidad y apenas se fue repose el papel higiénico que ella me saco
Cuando ya estaba lista baje al sótano a ver que todo estuviese en su lugar, la decoración, la comida y las cosas para beber. Finalmente solo quedaba esperar a que llegasen los invitado asique me puse a bailar al ritmo de Michael Jackson con la increíble canción de Thriller, si había una coreografía que me sabia, me salía bien y no moría por mi torpeza en el intento era esa. Estaba tan metida en el baile que no me di cuenta cuando Edward llego ganándome una gran susto.
-Feliz cumpleaños Bella –sonrió Edward desde las escaleras con una gran caja
-Hay por dios Edward –grite -¿Qué es eso que traes?
-Esta es la primera parte de tu regalo y después viene la otra –sonrió dejando la gran caja encima de la mesa –recuerdas que siempre has querido la casa de ensueño de Barbie –asentí sin entender mucho a donde iba todo esto –bueno decide hacerte tu propia casa den ensueño de Bella Swan –sonrió sacando una casita rosada de muñecas de la caja con la mitas abierta para poder ver todo lo que tenia adentro
-Es mi regalo –susurre perpleja –¡Ay Eddie! –sonreí, sin duda tenia al mejor de los mejores amigos de todo el mundo
-Si –se rio –Aquí estas tu dándote tu baño de burbujas con tu revista favorita –comenzó a mostrándome el cuarto de baño que tenia luz y todo con una muñeca dándose un baño, pero la muñeca tenía mi rostro pegado y con una revista Poise en sus manos –ahí está tu dormitorio con un súper estéreo y todos los discos que han salido –sonrió –los buenos –agrego riéndose –y ahí está el vago de Rick Springfield tocando su guitarra en el sofá y ahí estoy yo en la escalera para vigilar que el patán no te ponga las manos encima… ah y casi lo olvido –dijo sacando un paquetito de su bolsillo –aquí dice 'este es el polvo de los sueños y sabe lo que hay en tu corazón, tus sueños se harán realidad' –finalizo echando el polvito brillante encima de la casa y yo a punto de llorar de felicidad hasta que el timbra rompió nuestra burbuja
-Ay ya llegaron –exclame levantándome rápidamente –Y ahora que –dije con nerviosismo viendo que casette podía poner –ay dios mío, Edward voy a guardar esto sí –mencione atropelladamente mientras tomaba la casa de ensueño de Bella Swan y la guardaba en el armario –para poder bailar, pon música –finalice mientras subía corriendo a abrir la puerta y justo a tiempo porque mi padre iba a abrir la puerta -¡Oye prometiste quedarte arriba! ¡Fuera! –Lo empuje fuera de la puerta –Hola la fiesta está abajo –y no alcance a terminar la frase cuando todas las siete me estaban entregando una por puna sus chaquetas de jeans y vi como llegaba en su descapotable, bueno el descapotable de su hermano, el bellísimo Mike Newton
Ahí estábamos todos en el sótano, podría decir que todo estaba bien… pero no lo estaba, a Edward se le ocurrió la gran idea de poner una canción que nadie conoce y bailarla el solo, si es que a eso se le podía llamar bailar, mientras todos los miraban con cara de asco
-¿Qué es eso? –exclamo Tanya mirándome incrédula
-No lo sé –respondí avergonzada –es de Edward –me encogí de hombros
-Lo siento topo –dijo Tanya una vez que saco la música de Edward entregándole el casette –la mayoría manda –finalizo con una sonrisa irónica
-No saben de música –bufo Edward –ustedes están perdidos
-Fenómeno –replico Tanya
-Robot –contraataco Edward acercándose a mi –Iré a casa a buscar mi teclado – me aviso
-Haz lo que quieras, no necesito que me expliques el mundo –respondí usando la misma frase de Tanya y aunque me dolió, si quería ser de las siete tenía que empezar a demostrar que Edward no era lo único que tenía en mi vida y lo logre, me gane las risas de todos los presentes, pero una mirada triste e incómoda de mi amigo.
-Tengo una idea chicas –sonrió pícaramente Tanya mientras hablaba –juguemos a siete minutos en el paraíso, tu primero porque eres la del cumpleaños –me dijo Tanya mientras se saca su pañuelo para ponérmelo en los ojos
-¿De qué se trata el juego? –pregunte ingenuamente
-Entras al closet, un chico afortunado entra y hace lo que quiere contigo… durante siete minutos –finalizo Tanya –y ¿Quién crees que quiere ir primero? –Me susurro al oído mientras me empujaba hacia el closet y yo preguntaba quién era –Mike Newton
-No te creo –exclame
-Antes de que me olvide, ¿y la propuesta de nuestro proyecto? – pregunto Tanya
-Sobre la mesa
-Genial y no espíes. Quiero decirte que a Mike le encanta ir a la segunda base –me reto Tanya antes de cerrar la puerta
Dicho esto comencé a sacarme los papeles que tenía en los pechos, si de verdad quería ir a segunda base no iba a pasar esa clase de humillación. Me senté y espere a que llegara mi príncipe, estaba ansiosa por esos siete minutos con él. De repente sentí como se abría la puerta del closet, mi corazón se acelero repentinamente, si dios quería iba a tener mi primer beso en mi cumpleaños con Mike Newton, no le podía pedir más a la vida. Mike se acerco y entrelazo sus manos con las mías, sentía que estábamos hechos el uno para el otro, sin duda encajábamos perfectamente y una escalofríos comenzó a recorrer por mi espalda y cuando sentí su aliento cerca para besarme no pude evitar exclamar
-Oh Mike
-No soy Mike, soy Edward –reconocí la voz aterciopelada de mi mejor amigo
-¿Tu qué haces aquí? –Exclame quitándome la venda -¿Dónde está Mike?
-No está, todo el mundo se fue –me respondió perplejo Edward
Me levante del suelo en shock, no podía creer que todos se hayan ido de mi fiesta -¿Qué hiciste? –pregunte inmediatamente a Edward, antes de que el llegara todo estaba bien –Algo hiciste
-¡Nada! Solo traje mi teclado –me grito Edward
-¡Fuera! –grite devuelta empujándolo fuera del closet
-¡Oye oye oye! Espera Bella, déjame explicarte –gritaba Edward desde afuera pero yo ya no lo escuchaba
Como podía ser tan tonta, odiaba mi vida. Yo lo único que quería era ser una de las siete, quería ser popular y bella y Edward no me ayudaba con eso. Todo era tan injusto
-Te odio, me odio, odio a todo el mundo –grite y me volví a poner la venda en los ojos –Quiero tener 30, quiero tener 30, quiero tener 30, ser coqueta y prospera –golpee mi cabeza contra el muro –quiero tener 30, ser coqueta y prospera –seguí repitiendo y golpeando contra el muro hasta que me quede dormida.
