Un cuervo con otra bandada

Prologo: Recién empollado

Hinata. El nombre de esta chica está relacionado con el sol, y como el sol es su personalidad.

A pesar de su personalidad tan alegre y sociable ella es discriminada en su barrio ¿Por qué? Preguntaran ustedes. Por ser como es, su personalidad bien podría hacerla pasar por un hombre, no juega con muñecas, prefiere embarrarse en el barro, no teme antes de agarrarse a puñetazos con alguien, no se confundan, no es violenta, pero es algo… temperamental, si, esa es la palabra que busco, es fácil de molestar, pero tiende a usar primero las palabras diciendo todo lo que piensa. Ahora, hay un pequeño problema, Hinata… es una enana, incluso para su edad, cosa que la hace endemoniadamente tierna. Oh, disculpen, no he dicho su edad, Hinata tiene 6 años, y tiene su primer "Crush" Digamos que admira al pequeño gigante, un jugador de Voleibol que vio en la televisión.

Hinata apenas pudo, pidió una pelota de voleibol a su madre, está, encantada con la idea de que su niña hiciera deportes se la regalo, aunque siempre pensó que era un capricho, que lo abandonaría apenas se aburriera, ¿Extraño verdad? Su propia madre desconocía de la tenacidad por la que muchos años más tarde sería reconocida.

La primera vez que tuvo la pelota en sus pequeñas manos se maravilló, la textura, la forma, todo le encantaba, copio los movimientos que vio en la TV, se colocó en posición para recibir, fallando estrepitosamente, la pelota reboto en su cara provocando un sangrado nasal. Decidió de esa manera que lo mejor sería intentarlo en una zona abierta en que la pelota no cayera directamente en su cara, fue a un parque cercano, se sorprendió al ver a un chico rubio alto.

—Patético—Hinata realmente no tenía idea si esa palabra se la decía a los abusones que molestaban a un chico de pecas o a al chico en sí, aunque realmente no le dio más vueltas a eso. Simpatizando con el sentimiento de ser agredida, corrió a por los matones, estos al verla, se rieron, o al menos lo hicieron hasta que vieron como la enana salto encima de uno y lo golpeo usando la pelota de voleibol, que, al ser nueva estaba bastante dura, eran niños, no estaban acostumbrados a que las niñas atacaran, mucho menos a que alguien les hiciera frente, a lo más, estaban acostumbrados a unas regañadas. Se espantaron y huyeron.

Hinata gritaba improperios mientras saltaba agitando su balón. Balón que fue arrebatado de su mano por el chico alto.

—Tú, ¿Juegas voleibol? ¿Siendo así de enana?— A Hinata se le crisparon los pelos, por alguna razón que desconocía se enfadó, pero aun así, debía admitir la verdad.

—Aun no, empezare a practicar hoy, tengo la oportunidad… y, ¡Mi altura no tiene nada que ver contigo gigante! ¡Mi nombre no es "enana"! ¡Es Hinata! Repite conmigo Hi~na~ta~— El chico de pecas hasta ahora estaba aún sentado en el suelo donde lo habían dejado los matones, pero como mínima muestra de cortesía a las personas que lo defendieron se paró, limpio y presento.

—Soy Tadashi Yamaguchi, gracias por la ayuda de antes, un placer conocerte Hinata, y emm… Disculpa, ¿Quién eres?— En respuesta el chico alto empezó a lanzar la pelota al aire y atraparla a la vez de un chasquido de lengua.

—Kei Tsukishima— Chico alto, rubio ¿Perfecto para toda chica? Por supuesto que no

—Tsukishima, preguntaste por el voleibol, ¿Sabes jugar?—El chico en cuestión finalmente dejo a un lado un poco, solo un poco de su personalidad, esto, debido al cariño y respeto que tenía a su hermano.

—Mi hermano me enseño, de hecho es el As de su equipo— Tsukishima siempre ha sentido respeto, admiración y orgullo por su hermano, el que le preguntaran por él, lo hace sentir importante, imponente, mucho más que por su tamaño.

— ¡Wow, tu hermano es sorprendente Tsukishima!— Tadashi se deslumbraba de lo genial que era ese chico, deportista, valiente, en resumen ¡Era genial!

—No es para tanto…—Sus palabras que intentan ocultar lo orgulloso que se sentía no lograba engañar a ninguno de sus 2 interlocutores.

—Oye, oye, ¿Podrías enseñarme a jugar?— Hinata no perdería la oportunidad de aprender, sin importar si odiaba al chico, sin importar tener que pedir ayuda, sin importar que se burlara de ella.

— ¡A mí también! —Yamaguchi al darse cuenta de su arrebato se retrajo a sí mismo, como un intento de ser más pequeño que lo que es, y agrego con voz pausada, apenas entendible—Por favor… digo, ¡Olvídalo! Ay, que vergüenza—De todo corazón Yamaguchi se arrepentía de sus palabras.

—Está bien—Secretamente a Kei le gustaba tener nuevos amigos con los que poder jugar voleibol. Siempre ha tenido solo a su hermano, no es que no le guste, pero el voleibol es un deporte de 6, no de 2. Claro, pueden hacer pases, pueden recibir, pero no podrán jugar equipo v/s equipo. ¿Qué clase de deporte en equipo es ese?

— ¡¿En serio?! ¡Genial! ¡Muchas gracias!—Hinata no podía dejar su exaltación. Realmente pensó que le dirían que no. No tenía muchas esperanzas al respecto (Aunque no por ello se fuera a rendir)

—Bueno ¿Que saben del voleibol? — Esperaba que bastante, realmente no quería tener que explicar todo.

—Nada— Bueno, de Yamaguchi lo podía esperar, no parecía una persona deportiva

— ¡Hacen zas, y luego pas, y luego pam! — ¿Qué clase de explicación era esa?

—Entonces ¿No saben nada de nada? — Su paciencia tiene un límite

— ¡No! — A Tadashi le hace mal juntarse con Hinata, se le está pegando su entusiasmo. O al menos eso demuestra al decir eso al unísono con ella

—Esto requiere a profesionales, no parece que la enana vaya a entender rápido, y tu Yamaguchi, no pareces ser muy deportista— Para la desgracia del pecoso, Kei no miente, realmente nunca le han llamado la atención los deportes, pero gracias al vóley es posible que tenga su primera interacción social que no tenga relación con perder dinero o denigre su integridad.

—Ya te dije que no soy "enana" es Hi-na-ta, el que tiene problemas para entender las cosas eres tu— Honestamente, Hinata no podía dejarlo pasar ¿Verdad?

—En fin, vamos a mi casa, con algo de suerte mi hermano estará desocupado y les podrá enseñar, y si no, de todos modos tenemos una red—Ante estas palabras Hinata salto a abrazarlo usando brazos y piernas, mientras que Tadashi se cohibía repentinamente, es que nunca ha ido a la casa de un amigo, ¿Eran amigos? Eso creía, después de todo, era la primera vez que alguien tenía esas confianzas con él, suponía era amistad.

El camino, Kei esperaba fuera silencioso, tarde se dio cuenta que eso sería imposible con una Hinata a su lado, hacia preguntas sin parar, normalmente las respondía Yamaguchi con una paciencia infinita, Tsukishima no entendía de donde salía esa paciencia, pero agradecía no tener que participar en la conversación más allá de unos cuantos asentimientos de cabeza. Aun así, por alguna extraña razón, no quería ponerse sus audífonos, le gustaba escucharlos hablar, quizá fuera porque a diferencia de la mayoría de los otros niños, ellos se interesaban por el vóley, quizá simplemente le gustaba el sonido de sus voces, quizá solo estaba curioso, no lo sabía con certeza.

Tadashi al estar frente a la casa de Tsukishima se sintió fuera de lugar, y se arrepentía de aceptar ir, su madre se preocuparía si llegaba muy tarde, solo le dio una hora para estar en el parque (aunque en realidad la casa de Tsuki estaba muy cerca del parque), quizá retarían a Tsukishima por traer invitados sin avisar, pero si se iba ahora que había aceptado podrían tomarlo de maleducado, que difícil era ser Yamaguchi.

En cambio Hinata, estaba maravillada, tenía 2 nuevos amigos, podría aprender a jugar vóley y como extra defendió un alma inocente (Tadashi) de unos abusones, este auguraba ser un buen día.

Mientras tanto, Akiteru Tsukishima estaba impactado, Kei ¿Tenía amigos?

—Enséñales a jugar voleibol, son un asco—Akiteru tuvo una triste sonrisa en ese momento, era consciente de la admiración de su hermano por el debido al deporte (O tal vez fuera al revés) Pero era un problema que su vida rondara alrededor de eso

— ¡Déjamelo a mí!— Inmediatamente fue a buscar su pelota, vio que los niños tenían una, pero así podrían practicar recepciones, él y Kei se las lanzarían.

— ¿Seguro es tu hermano? Sus personalidades no me calzan—Tadashi no lo diría nunca en voz alta, pero estaba de acuerdo con Hinata.

—Cállate—Para Kei su hermano era su orgullo, su admiración y su sueño, que sean distintos no lo cambiara. Él amaba a su hermano.

Finalmente, con pelotas en mano, comenzaron con la "practica" que sería más bien un test, para ver sus habilidades, eran niños, realmente a Akiteru Tsukishima no le generaba problema tener que enseñarles desde 0, se sentía todo un profesional enseñándoles de hecho, el tema es que tenían 0 habilidad, veía potencial, sin dudarlo un segundo, pero de momento ninguno de los 2 lo había desarrollado, Hinata aun tenía esperanzas de crecer, pero mientras tendría que aprender a arreglárselas saltando, de momento su entusiasmo e inagotable energía serían sus armas, suerte pequeño saltamontes, alcanza alturas donde solo existen el sol y la luna. Yamaguchi no era atlético, si se esforzaba tal vez podría llegar lejos, no era alto, pero tampoco bajo, no tenía fortalezas, pero tampoco debilidades demasiado fuertes, era normal.

—Bien, es todo por hoy, vengan cuando quieran, nuestra casa es su casa—Akiteru es, era y será muy liberal, ¿Qué más daba que los conoció hoy? Le fascinaba que su hermanito tuviera amigos, más aun, uno de ellos era una chica, era un logro que ni en sus más locos sueños sucedería.

— ¿Podemos venir mañana?—Hinata no se veía cansada sorprendentemente, a su edad no debería tener resistencia.

—No te invites sola—A pesar de decir eso, a Kei Tsukishima no le desagradaba la idea, sus días eran monótonos, si vienen podrá jugar más voleibol y eso es lo que le importaba.

— ¿Eso es un no?—Yamaguchi lamentaría que no pudieran venir más, el chico se convirtió en su admiración (Saco su lado más valiente en solo una tarde, ir a casa ajena sin avisar era algo que nunca espero) en cambio, Hinata se ganó su respeto, ella era lo contrario de Tsukishima, ella podría sacar lo mejor del que se convirtió en su ídolo, lo presentía, y no dudaba de ello un segundo.

—No he dicho eso— Tsukishima podía responderle como quisiera a la chica, ella era molestosa, no le afectaría nada de lo que dijera, pero Yamaguchi era otro cuento, daba incluso lastima decirle que no, el actuaba más sumiso que ella, con razón lo molestaban siempre.

— ¡Viva! Nos vemos mañana entonces—Y así, Hinata tomo su balón, saltando, destilando alegría se alejó, emitiendo un halo de luz del sol cegando la oscuridad de la noche.

—Nos vemos Tsuki—Yamaguchi también se retiró, solo que más lento, no queriendo olvidar la dirección de aquel que es su nuevo objetivo a seguir.

— ¿Quién te ha dado permiso para llamarme así?— Aunque lo susurro, el reclamo le salió desde el corazón, mas, sin la intención de que realmente sea recibido.

—Cielos, ¿Y? ¿Desde hace cuánto los conoces? Nunca hablaste de ellos—Akiteru realmente iba a hacer un interrogatorio profundo respecto a los misteriosos amigos de su hermanito.

—Desde esta tarde—Y Tsukishima respondería todo con gusto.

— ¿¡Eh?!—Ahitera, definitivamente tenía un hermano problemático, suerte con ello.

Desde ese día, entrenaron todos los días sin excepción, ya sea estuviera lloviendo, nublado o soleado, estuvieran cansados o no, también se dedicaron a enseñarle a Hinata materias básicas, ya que un día cualquiera descubrieron que era terrible estudiante, en cambio Tsukishima y (Sorprendentemente) Yamaguchi eran niños genios, Akiteru, quien muchas veces actuaba de "mamá gallina" del grupo (a pesar de estar en segundo de secundaria y los menores en primero de primaria) los hizo empezar a estudiar media hora juntos antes de entrenar, porque para sus retoños era más importante el deporte que sus notas, por lo tanto entrenaban hasta dormirse, como consecuencia no tenían tiempo para hacer los deberes, y él sabía que esa costumbre les haría mal en el club al que entraran en secundaria, ya que si no tenían las notas necesarias, podían perderse partidos.

Yamaguchi y Kei al estar en la misma primaria eran más cercanos, y de algún modo implícito decidieron que consentirían a Hinata, ya que más de alguna vez esta se quejaba de no estar en la misma primaria que ellos, que era injusta la vida y muchas más cosas que realmente no le interesaban a Kei, pero aun así, con la simpatía que por motivos de fuerza mayor empezó a sentir por ella, empezaron a consentirla, si Hinata quería ver un partido lo veía, si quería un helado lo obtenía, si se quería quedar a dormir a la casa de Tsukishima, ella y Yamaguchi se quedaban, nadie podía negarle nada, era cansador, pero al final del día todos quedaban satisfechos.

Esto se repitió a lo largo de los años, al menos hasta el tercer año de primaria de ellos.

Para ese momento, nuestros protagonistas ya tendrían 9 años y Akiteru comenzaba la preparatoria, por lo tanto tenía 16 años.

A Akiteru aún le duele lo que causo.

Resulta, que Akiteru fue el As de su equipo por toda la secundaria, un gran logro para toda persona con conocimientos del deporte.

Pero, cuando entro a Karasuno, todo se quebró, despertó de una fantasía en la que él era un excelente y dotado jugador, ni siquiera pudo entrar en el equipo como regular, ¿Qué le diría a sus retoños?

Por eso continuo diciendo que lo era y ponía excusas para que no fueran a ver sus partidos, aún no sabe porque su hermano y Yamaguchi fueron a verlo.

Recuerda el shock que vio en los ojos de su hermano, recuerda ver a Yamaguchi intentando tranquilizarlo, e intentando que un niño al lado de ellos se callara, aunque claro, eso lo recuerda como parte del paisaje, para él, la decepción que vio en los ojos de su hermano a pesar de estar en lados opuestos de la cancha, fue una marca que destino uno de las mayores pesadillas que presencio.

Ese día, Yamaguchi acompaño a Kei a su casa, cuando Kei y Akiteru estuvieron frente a frente no se dijeron nada.

Pero cuando llego Hinata a la casa, el infierno se desato.

— ¿Cómo estuvo el partido?—Era una pregunta inocente, ella no tenía idea.

—Fue…ganamos—Lo dijo con una sonrisa torcida y triste, era la verdad, el equipo gano, pero él no fue parte de la victoria.

— ¡¿Puedes dejar de mentir!?—El grito descoloco a la chica, Kei Tsukishima en los 3 años que lo conocía, nunca, jamás había gritado.

— ¿¡Que te pasa Tsukishima?!—Inocente Hinata, no conoce la situación.

— ¿Por qué mientes? ¿Sabes? Da igual, renuncio al voleibol—Tsukishima hizo oídos sordos, y se encerró en su habitación

— ¡Tsuki!—Yamaguchi lo llamó, pero no lo siguió, en cambio, le explico lo sucedido a una confundida Hinata, no quería que la amistad se rompiera por algo como eso.

—Iré a hablar con el— Mas, Hinata no se rendirá fácil, sabe cuánto ama Tsukishima el vóley, no permitirá que lo abandone sin importar que, porque…Tsukishima sin el vóley no es Tsukishima.

Mientras, Akiteru se maldecía, demasiado cobarde para ir tras su hermano, demasiado culpable como para interferir, de momento solo pidió amablemente a Yamaguchi que se retirara.

— ¡Tsukishima!—Hinata no pidió permiso, abrió la puerta y entro. Kei no tenía la costumbre de cerrar la puerta, todos respetaban su espacio.

—Cállate—Tsuki, luego de su arrebato lucia más calmado, pero eso no engaña a Hinata, sabe que sigue destrozado, solo que Kei era muy buen actor.

—No abandones—Tsukishima se levantó perezosamente de la cama en la que se había recostado y resoplo.

—Metete en tus asuntos, después de todo, solo era un club ¿Por qué se esforzó tanto por un pasatiempo? Patético—Kei realmente no tenía ganas de hablar de eso con una de las personas más importantes en su vida, no quería que viera ese lado lamentable de él, porque él lo sabía, era patético abandonar ahora.

—No era solo un club, eran un equipo—Kei estaba exasperándose de nuevo, cosa que no era buena.

— ¿Y tú qué sabes? Tu primaria no tiene club, nunca has estado en un equipo— Ahora que lo pensaba, debía dejar el club de su primaria.

— ¿De qué diablos estás hablando? Tú, yo y Yamaguchi somos un equipo ¿No? No estoy segura de entenderlo todo, pero al menos yo me esfuerzo por mí y por ustedes— Kei no tenía como rebatir eso.

—Patético—Kei no lo pensaba, el realmente valoraba a Hinata y a Yamaguchi, de hecho y halo había convencido, ellos eran un equipo, el club era una excusa para poder jugar juntos, ellos tenían su propio club privado, mas, esa respuesta Hinata la tomo de otro manera.

— ¿Patético? Bien, pues abandona, me da igual, algún día te demostrare que no da igual el vóley, ¡Más te vale no abandonarlo! — Kei iba a preguntarle a que rayos se refería, pero Hinata ya se había ido.

Akiteru fue rápido a su pieza, no tardo ni un minuto desde que Hinata se fue.

— ¿Qué rayos le dijiste?—Kei se tomó su tiempo en levantarse, y sentarse frente a su computador, antes de responder.

—Nada, por cierto, era mentira, no abandonare, no lo hare por alguien tan patético como tú—Kei seguía guardándole rencor, le mintió, sin motivo alguno. Destruyo el ideal que tanto perseguía.

—Entonces… ¿Por qué Hinata estaba llorando?—Kei alejo los audífonos que estaba por ponerse al escuchar eso, ¿Hinata estaba llorando? ¿Por qué? Obtuvo lo que quería, el no abandono… a menos que esta vez haya tomado demasiado en serio lo que dijo.

—Me disculpare mañana cuando venga—Mas, ese mañana, nunca llego.

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Ciao~ Soy nueva en este fandom, es una idea que tengo rondando en mi mente desde hace mucho tiempo, creo que este prologo es de lo que más tiempo me he tomado en escribir, y aun así no se adecua demasiado en lo que quería hacer, como habrán notado es un FemHinata! Nunca he escrito algo que cambie el sexo de un personaje, espero no haberlo hecho muy OoC, eh, los personajes no son míos, si no de su respectivo Autor o autora, no recuerdo quien creo Haikyuu! Pero en todo caso es una pag de Fanfictions, es claro que no es nada mío, supongo que Felih Navidah atrasada y feliz año nuevo adelantado.

Ciao ciao~