Hola a todos ! he regresado con una nueva e inquietante idea, ahora si prometo terminarla y tomarme el tiempo para escribir con más constancia. Espero que les guste y ya saben los personajes no me pertenecen, yo solo juego con ellos y mi mente :3
Entre tus brazos, el olvido y la guerra.
.:.ólogo.:.:.
"El tiempo es infinito, es misterioso, un hombre puede intentar entenderlo en su afán por entenderlo todo, pero nunca llegará a burlarlo.
Toda acción que cometamos es un camino hacia nuestra condena, hacia nuestro destino"
En un lugar donde el tiempo es infinito y la vida se confunde con la muerte. Donde los confines del tiempo están encerrados, donde la inmortalidad se hacía presente se encontraban Zeus y su séquito de dioses del Olimpo.
El Olimpo, el lugar más majestuoso jamás antes imaginado, un paraíso celestial. Largas y transparentes cascadas de el agua más pura rodeaban un costado de este y se perdieran por un momento detrás de las impresionantes y majestuosas ruinas y dividiéndose en pequeños riachuelos que fluían vivazmente a través del paraíso y caían a los pies de los dioses reunidos en el centro del Olimpo, el lugar donde se reunían a discutir, planear e imponer el destino de la humanidad a gusto.
El centro del Olimpo era sin duda un lugar muy imponente con altos tronos de colores vivos acorde a cada uno de sus ocupantes, adornados con piedras preciosas y arbustos de las flores más perfectas a su alrededor.
Se sentía una extrema tensión en el ambiente, el aire vibraba con anticipación. Los dioses discutían consternados e iracundos todos y cada uno de ellos proponiendo un castigo cada vez más tortuoso para ser aplicado a aquel hombre en el que un día confiaron y admiraron, aquel ser que irrumpió con la voluntad de Zeus y traicionó la confianza de sus dioses y casi hermanos.
-¡Es un traidor! ¡No podemos dejar que salga impune después de habernos desobedecido, merece la muerte!- exclamó iracundo Ares, dios de la guerra.
-No podemos dejar que un ser inferior se haya burlado de nosotros, sobre él caerán mil y una maldiciones- declaró Hermes, el mensajero de los dioses.
-¡Es un traidor!-
-¡Condena Eterna!-
-Merece hacerle una visita a Hades y pagar la ira de los dioses-
Los dioses exclamaban y proponían furibundos cada uno más ofendido que el otro, haciendo un escándalo impresionante, los cielos retumbaban, la tierra temblaba y las aguas se sacudían intranquilas en el mundo humano.
-¡EXIGO SILENCIO!- exclamó la voz más magistral e imponente que había en el Olimpo, Zeus, haciendo que todos los dioses temblaran de impresión y hasta el más mínimo sonido desapareció en cuestión de milésimas de segundos. –Tomad todos asiento y discutamos esto con sabiduría y calma- y tomó asiento en su inmenso trono dorado.
-Sabemos que debido a su traición él no puede seguir bajo nuestra protección ni amparo, su traición fue un insulto para nosotros, pero tenemos que entender que no podemos condenarlo como si fuera un simple humano, tenemos que ser justos y discutir sobre su situación.- espetó Zeus.
-¡Todo es culpa tuya Hera, solo a ti se te ocurrió criar un hijo de humanos como si fuera uno de los nuestros, debiste haber abandonado a aquel bebé cuando te lo encontraste, mira ahora lo que ha hecho!- gritó furioso Ares.
-No creo que debes exagerar Ares- respondió la aludida, Hera, con calma y seguridad en su voz, la diosa madre y esposa de Zeus.- Fue mi decisión criarlo y darle un hogar, fue mi decisión y no me arrepiento de nada, a pesar de lo ocurrido sé que merece un castigo pero no voy a dejar que lo condenen como al peor de los criminales, a fin de cuentas yo lo considero mi hijo- finalizó Hera con voz autoritaria que no daba lugar a reclamos.
-Pero…- la idea de Ares fue interrumpida cuando Hera le envió una mirada envenenada, dejándolo frío.
-Tienes razón madre, no podemos tomar decisiones apresuradas ni dejar que lastimen a mi hermano aunque haya cometido severa falta, merece castigo pero no vamos a dejar que lo lastimen- respondió Afrodita mirando a su madre, hija de Hera y Zeus, sentada en su peculiar trono plateado con decoraciones en tonos rosados, fucsias y dorados con flores rodeando el trono por completo.
Atenea, la diosa de la guerra y estrategia apoyó el comentario de Afrodita.
-¡¿Hermano? ¡JA, Abre los ojos Afrodita de una buena vez y entiéndelo, ÉL no es tu hermano, simplemente es un humano!- exclamó Poseidón.- Tiene que entender que con los dioses no se juega y no vamos a dejar que, solo por ustedes…- dijo mirando a Hera, Afrodita y Atenea.- Ese humano siga desobedeciéndonos y haciendo las cosas a su gusto.-
-Tiene que ser castigado en efecto- asintió Zeus.- Pero también tenemos que tener en cuenta que ÉL también nos trajo alegría y orgullo a todos nosotros cuando se enfrentó a millares de ejércitos que planeaban destruir Grecia y ganó diversas batallas en nuestros nombre, repito una vez más debemos ser justos.-
Algunos dioses asentían recordando la gran valentía de aquel hombre, otros por su lado veían injustificable su traición.
-No podremos ponernos de acuerdo así- declaró Hefesto.
-Es verdad necesitamos que ÉL nos explique y así decidir su castigo. ¡Dejad que pase!- Impuso Zeus.
Las puertas del Olimpo de abrieron dando paso a aquel hombre que traicionó a quienes llamó familia una vez.
Un hombre alto de cuerpo bien formado con todos sus músculos bien definidos, de facciones perfectas, con aire de seguridad y orgullo. Con cabello cobrizo libre y salvaje que caía sobre su rostro dándole un aspecto tremendamente atrayente, ojos profundos color esmeralda que invitaban a perderse en ellos, labios perfectos y una gran sonrisa ladina en sus labios.
Se abrió pasó al centro donde se encontraban los dioses a espera de juzgarlo.
-Dioses, un placer verlos de nuevo- respondió aquel perfecto espécimen humano criado por dioses con una gran y gloriosa sonrisa ladina en sus labios y ninguna señal de arrepentimiento.
-Te esperábamos- respondió Zeus con un asentimiento ante aquel humano que llegó a considerar como hijo.
-Edward.- susurró Hera con el corazón en la mano.
Decidme que les pareció? sugerencias y comentarios delen al botoncito verde n.n! besos samii
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