Estaba sentada. Junto a la ventana. No aguanté más y eché a llorar. No era capaz de asimilar todo aquello en tan corto tiempo. Mi padre tenía una grave enfermedad y me tenía que mudar a Nashville, a una residencia que nos cedían. De modo que mi padre pudiese ingresar en un centro especial para su enfermedad, donde podrían sanarle. Era poco probable salvar su vida, pero debíamos hacerlo, por él.
Tengo que dejar toda mi vida aquí. El instituto, mis amigos. Yo encajo aquí, es el sitio donde nací y donde pensaba pasar el resto de mi vida. Y ahora qué. Todo esto se ve reducido a cero. Como cuando coges un agua, que se va escapando entre tus dedos. Además dejaré aquí a Gale. Gale es todo. Nací prácticamente a la vez que él. Y para mí es como un hermano. Me apoyo en él para todo. Salimos siempre que podemos para disfrutar de las calles de Medford. Para mi dejar a Gale quizás sea lo peor de mudarme. Y lo mejor de todo es que aún no le he dicho nada.
De modo que tengo que dejar quince años de mi vida aquí. Triste ¿eh?. Pero es por mi padre. Y eso hace que de algún modo me anime. Sé que allí estará mejor. Me iré definitivamente allí el día 7 de Junio. Uno de los peores días de mi vida. Hoy estamos a 23 de Mayo. Hoy es el día de decírselo a Gale. Le he llamado esta mañana para que me viniese a buscar a las cuatro y media.
La hora se acerca, y no sé aún como decírselo. Me sudan las manos. Lo que hace que me sea imposible hacerme una simple coleta. El pelo largo, negro, me agobia. Miro el reloj. Son las cuatro y cuarto. Me esperará al lado de la tienda de artículos de surf, en la playa. Cambio mis viejos calcetines de estar por casa, y me pongo unas chanclas. Voy al espejo, me secó las manos en los pantalones, y me recojo el pelo con mi coletero rosa preferido. Dice Gale que me queda muy bien, resalta con mi pelo oscuro y brillante. Y salgo. Me queda una calle, y cada vez que doy un paso, mi corazón aumenta la velocidad. Le veo. Me paro. Mi corazón no puede latir más fuerte. Creo que me voy a marear. Siento presión en el pecho, y un fuerte dolor de cabeza. Quizá sea el sol que pega demasiado fuerte, y los nervios. Me tambaleo, ni siquiera soy capaz de mantener mis piernas firmes. Gale corre a por mí. Me coge justo cuando estoy a punto de caer al suelo. Oigo como grita mi nombre, ''Kate, Kate!''Ya no recuerdo más de ese momento.
Nuevo capítulo próximamente.
