EWE- Spoilers DH

Hola a quien esté del otro lado. Bienvenida al mundo que cree dentro del mundo previamente imaginado por JK Rowling. Espero que lo disfrutes tanto como yo.

Aclaración: en esta ficción no han muerto Fred Weasley, ni Nynphadora Tonks ni Remus Lupin.

Admiro a JK Rowling, pero me parece que algunas muertes en Harry Potter y Las Reliquias de la Muerte han sido innecesarias, por eso decidí hacer esta ficción sin tener en cuenta algunos hechos escritos por ella. Por eso también exceptúo el epílogo.

La finalidad de esta ficción es darle un nuevo "epílogo" a la novela original, obviamente, siendo el centro de la misma Draco y Hermione.


Hermione Granger repetía mentalmente los pasos a seguir para finalizar una operación de Comercio Internacional. Era la primera entrevista de trabajo que tendría luego de su primer año universitario.

Había pasado un año de la guerra y el Mundo Mágico estaba volviendo a su curso normal. Hermione siempre había soñado con ser medimaga; estaba convencida de que ayudar a la gente era su destino y su deseo, pero después de las heridas que la batalla final había dejado en su corazón, no se sentía lista para enfrentar ninguna imagen que implicara sangre o sufrimiento. Por eso se interesó en la economía. Curar un negocio nunca sería lo mismo que curar a una persona, había menos riesgos.

Vivía en un departamento en Londres mágico, lindando Londres Muggle. Quería estar cerca de sus padres, a quienes había devuelto la memoria luego de un mes de finalizada la guerra. Con el ajetreo que le siguió a ésta, no pudo dedicarles mucho tiempo, o no tanto como los tres deseaban, lo que la impulsó a decidir mantenerse cerca de ellos.

Sus amigos continuaban con sus vidas, siendo ahora el peor enemigo del trío, la prensa. Una vez finalizada la batalla los medios se abalanzaban sobre ellos en busca de respuestas. El amarillismo era uno de los principales protagonistas de estos tiempos. A fin de escapar de él, Harry, los Weasley y Hermione se habían tomado unas largas vacaciones financiadas por el Ministerio, al mando del cual se encontraba actualmente Kingsley Shaklebolt.

Luego de estas, Harry y Ron se enlistaron en la Academia de Aurores, donde fueron rápidamente aceptados, salteando una o dos pruebas de ingreso. Ambos habían intentado convencer a Hermione de que siguiera el mismo camino, pero nuevamente, era más de lo que ella podía soportar. De todas maneras, la distancia profesional era antagónica con la cercanía personal, ya que luego de todo lo sufrido, definitivamente la amistad era irrompible entre ellos. Este hecho había sido probado por Hermione luego de intentar un amorío con Ron que había durado el lapso de las vacaciones, para acabar antes de que ambos siguieran sus caminos. Obviamente, la amistad seguía intacta, ya que ambos ponían todo su empeño en mantenerla así. A quienes no les había sucedido lo mismo era a Harry y Ginny, quienes luego de la guerra habían retomado su relación, y Hermione estaba segura de que la estabilidad y el amor era lo que el destino tenía preparado para ellos.

Las ofertas de trabajo habían llovido ante Hermione una vez finalizada la guerra, ya que luego de su valentía y su amistad con Harry Potter, su inteligencia era su rasgo más conocido. Aún así, no había aceptado ninguna de ellas, ya que a su entender, sería irresponsable de su parte abalanzarse sobre el mercado laboral con su escaso conocimiento, sobre todo teniendo en cuenta que luego de la guerra, la economía estaba en crisis. Por eso había decidido terminar por lo menos el primer año de su Licenciatura en Ciencias Económicas y Empresas Mágicas, y después, tal vez, aceptar una oferta de trabajo.

Pues esa oferta no tardó mucho en llegar, y allí se encontraba, en el gran hall de la consultora de negocios W&M Magic Solutions que requería sus servicios. No estaba segura de ser la persona adecuada para el trabajo, pero estaba dispuesta a poner lo mejor de sí. La guerra le había enseñado a Hermione a relajarse y a disfrutar más de algunos momentos de su vida. Estaba dispuesta a correr el riesgo de fallar. Estaba segura de que su reputación era lo suficientemente fuerte como para soportar un error laboral, aunque sonara soberbio viniendo de ella.

La entrevista fue y vino sin nada interesante, ya que el supuesto jefe estaba más interesado en saber detalles de la guerra y de su amistad con Harry Potter que de su historial académico. Hermione fue inmediatamente aceptada y el lunes siguiente sería incorporada a la empresa.

No estaba segura de que le gustara que el mundo le abriera las puertas sin antes preguntar quién era, pero tenía confianza en sí misma, y sabía que se esmeraría para realmente merecer el empleo. De lo contrario, las malas lenguas no esperarían en tratarla de facilista.


La semana transcurrió rápidamente para Hermione entre preparativos para su trabajo, expectativas y reuniones con sus amigos, quienes estaban algo preocupados por ella porque había explotado su primer año universitario, ya que había rendido todas las materias que le correspondían y la mitad correspondientes al año siguiente. Aunque era una actitud muy propia de ella, todos estaban seguros de que no era necesario sobre exigirse.

El domingo anterior a su primer día laboral fue tomado por Hermione como una oportunidad para actualizarse con la economía del mundo mágico y Muggle. El último también le interesaba, porque además de ser el mundo de sus padres, también estaba en crisis. Obviamente, en menor medida que el mágico; Londres Muggle había sufrido los destrozos de la guerra, los cuales habían sido adjudicados a catástrofes naturales. El ministro Muggle tenía reuniones periódicas con Kingsley, de quien además recibía importantes ayudas económicas soportadas por el ministerio. Lógicamente, solo el trío y los más allegados al ministro de la Magia contaban con esta información. La prensa solo tenía algunos detalles -la mayoría de ellos irrelevantes- de la ayuda que el ministerio estaba otorgando. Sabiendo que carecían de información completa y picante, los reporteros acampaban a diario frente a la casa y la oficina del ministro, en busca de alguna pista que pudiera ser parte de la tapa de la edición matutina. Tal era el hambre de noticias que en dos o tres ocasiones Hermione había amanecido con un cuerpo entero de reporteros frente a su puerta, a lo cual debían sumarse las cuatro historias amorosas que se le habían adjudicado con compañeros de la Universidad.

Las persecuciones eran parte de la vida diaria de Harry, si por la prensa fuera, a esta altura del año ya tendría dos hijos.

Hermione nunca olvidaría su indigestión al ver el titular de aquella mañana a principios de año que aseguraba que Ginny estaba embarazada de Harry. Recuerda haber estado tomando café y haberlo escupido todo sobre el periódico para luego seguir atragantada durante cinco minutos. Se había dirigido inmediatamente al número 12 de Grimmauld Place y había sentado a Harry antes de informarle lo que la prensa había comunicado.

- ¡Hola Hermione! –había exclamado Harry con sorpresa al ver a su amiga en su puerta a las 07:30 de la mañana. – Sucedió algo?

- Eh… no… bueno, sí. ¿Puedo pasar?

- Sí, por supuesto. Lo siento.

Hermione se había apresurado al interior y con el periódico en mano se dirigió a la cocina, con Harry siguiéndola de cerca. Una vez que hubieron llegado, Hermione se había sentado y le había pedido a Harry que hiciera lo mismo. Éste la había mirado con intriga, pero nunca desconfiaría de Hermione, y las aventuras que habían compartido juntos, le habían enseñado a no abalanzarse sobre ella con miles de preguntas.

- Quiero que tomes aire profundamente y que escuches con atención, ¿de acuerdo? –Había pedido Hermione.

- Sí… claro…

- Harry, la prensa dijo en la edición matutina que estás esperando un hijo con Ginny. No sé si es verdad. Si lo es, la información se ha filtrado, y te mataré por no decirmel… - Hermione simplemente no había querido continuar porque su amigo le había arrancado el periódico de las manos y su mirada estaba pasando rápidamente por las cortas líneas de la primera plana.

- Voy a matarlos. –Era todo lo que Harry había dicho. Luego se había levantado, transfigurado su ropa en algo decente para salir a la calle y había dejado a Hermione sola en su cocina.

La segunda ocasión que esta noticia había sido escrita ya no había sido tan sorpresiva y la gente simplemente la había ignorado.

En fin, los diarios no eran lo más creíble en el mundo actual, ni mencionar a las revistas del corazón, pero no por eso podía dejar de comprarlos y leerlos. Había que saber leer entre líneas y sonsacar la poca información útil que brindaban.


El día lunes Hermione amaneció más temprano de lo necesario, pero los nervios no le permitieron permanecer en la cama. Se duchó, desayunó y se preparó para el gran comienzo. Partió hacia su destino con el tiempo suficiente como para llegar media hora antes aún yendo caminando.

Fue recibida por el señor Winston, el mismo que la había entrevistado y quien era el jefe de su sector. En realidad, los tiempos exigían todo de las consultoras, de manera que los sectores estrictamente divididos de antaño eran ahora un gran grupo que colaboraba como podía para responder a las inquietudes de sus clientes.

El día transcurrió para Hermione empapándose de información, reteniéndola toda en su mente. La lista de clientes era inmensa, y la lista de los problemas de cada uno de ellos era aún más larga que la anterior. Hermione fue asistida por Maggie y Jack, quienes hacía quince y veinte años, respectivamente, que trabajaban en la empresa. Ambos eran hijos de Muggles y tenían una excelente relación laboral, y unidos por el miedo que sufrieron durante la guerra y por trabajar ahora en el mismo sector (al igual que el resto de los empleados), lo laboral pasó a personal, y eran actualmente una pareja de cuarenta y tantos años. Ambos acogieron a Hermione y, además de enseñarle, se dedicaron todo el día a elogiarla por su rapidez mental, aún careciendo de experiencia.

Para el mediodía, Hermione supo que junto con ella habían entrado otros dos jóvenes, Mike Alley y Roger Incam; lo cual aliviaba a Hermione, ya que, aunque ambos eran algo mayores que ella, también eran inexpertos en el área. La hora del almuerzo fue relajante para todos y colaboró para que los nuevos empleados se integraran al ya formado y maduro grupo laboral.

- Estoy segura de que más de uno aquí te aceptará rápidamente. –El comentario de Maggie sorprendió a Hermione por completo.

- ¿Por qué lo dices? –La expresión inocente de Hermione realmente convenció a Maggie, a lo que esta respondió:

- Los nuevos jóvenes están en este momento teniendo una guerra de miradas para probar quién de ellos te devorará primero. –Maggie rió deliberadamente ante la expresión atónita de Hermione y agregó, -Ya no eres una niña Hermione. Los hombres lo notan también.-

Después de dar el golpe de gracia, Maggie siguió comiendo como si la conversación no hubiese existido y Hermione miró a su alrededor comprobando que ésta tenía razón, por lo que se excusó y se dirigió al baño a cerrar un botón de su blusa y a alargar su pollera. No quería dar una mala impresión en su primer día de trabajo. Quería que primero la miraran por sus ideas, no por su escote. En cuanto a la falda, no había mucho por hacer. En realidad no era corta. Llegaba a sus rodillas, y comparado con sus otras compañeras, Susan y Annie, que hacía dos años trabajaban allí, ella estaba íntegramente cubierta.

Susan y Annie le habían agradado, pero por algún motivo no le generaban confianza. La forma en que miraban al mundo, y las sonrisas falsas que echaban por los pasillos despertaban un par de alertas en Hermione. Aún así, ella estaba dispuesta a ignorarlas siempre y cuando fuera posible. En todo caso, su relación solo debía ser laboral.


- Padre, juro que seré capaz de hacerlo. Sé que cuentas con el personal y la ayuda externa suficiente para entrenarme en poco tiempo y ponerme a cargo de una de las empresas -

- Draco, debes comprender que la guerra solo dejó crisis y malas críticas para los Malfoy, y las empresas no son juguetes ni medios para obtener insumos a precio de costo.

- Sabes que no quiero dirigir la empresa de insumos de Quidditch por eso… Realmente quiero crecer en el ámbito económico e integrarme a los negocios familiares. Sólo piensa que soy usuario de insumos de Quidditch. Si me entrenas puedo aportar buenas ideas. Sabes que hacen falta si queremos comenzar la nueva temporada con números positivos.

- No has hecho nada para merecerlo durante todo el año. En vez de interiorizarte y presentarte en las juntas semanales, te has tomado unas largas vacaciones

- Él las necesitaba Lucius. –Intervino Narcissa por primera vez.

- Padre, lamento tener que recordarte que sí pude hacerme cargo de varias de tus funciones mientras estabas en prisión. No lo olvides. –Draco aún tenía pesadillas por sus vivencias de los tiempos de guerra. Haber tenido al señor Tenebroso en su casa, en el mismo comedor en el que actualmente se encontraban, había dejado grandes secuelas en el joven, y las imágenes de las muertes y torturas no podían ser borradas de su mente -aún luego de la remodelación y redecoración de su madre-, así como nunca sería borrada la marca que llevaba en el brazo.

- No lo olvido, Draco. –La frase fue acompañada de desdén, y luego aflojó su mirada y respiró hondo antes de dirigirse a su esposa. – Y también nosotros necesitábamos vacaciones Narcissa, y sin embargo aquí estuvimos, poniéndole la cara a todo lo que se nos vino encima.-

- Hagamos un trato padre. –Ante esto, Lucius dirigió una mirada helada a su hijo, pero luego de la guerra, Draco Malfoy rara vez temía a su padre. –Asistiré a todas las reuniones que tú propongas durante el tiempo que tú quieras, no superior a tres meses. Luego de ese período estaré al frente de una de las empresas junto a ti, y a partir de ahí, veremos cómo continua la historia.-

- Lucius, él merece esta oportunidad. La guerra también lo azotó a él, y ahora está dispuesto a tomar responsabilidades. También es una oportunidad para ti. Podrías descansar, creo que es algo que ambos merecemos, tu mismo lo has dicho. –Draco amaba a su madre. Hacía un mes que conversaba el tema con ella y estaba seguro de que pondría una o dos fichas a su favor. De todas maneras, evitó intercambiar una mirada de complicidad. Sabía que su padre la notaría, como también sabía que después de esta intervención sus deseos serían cumplidos.


N/A: Espero que les haya gustado!

No sé ustedes, pero yo suelo juzgar una historia por los reviews que tiene antes de leerla. Espero que colaboren con ellos. Me parecería inútil seguir esta ficción si no hay nadie para leerla. Si la leíste y te gustó, por favor, hacémelo saber, pero sobre todo, me interesa una crítica constructiva, ya que es la primera vez que escribo en Fanfiction