Capítulo 1

            -¿Te gusta Sirius Black?

            Aquellas palabras distrajeron a Elisa. Le estaba hablando su amiga. Pero no conseguía recordar de qué. Sin darse cuenta, había estado todo el rato mirando a Sirius fijamente. Elisa se volvió hacia Katrina, su amiga del alma.

            -¿Cómo dices?

            -Que si te gusta Sirius.

            -No –contestó ella automáticamente.

            -Elisa. Hace ya seis años que nos conocemos. Vamos cada día juntas a clase. Estoy segura de que te gusta ése chico.

            -Pues estás equivocada. Sólo somos amigos. Puede que... hasta sea mi mejor amigo, pero nada más.

            -Ya –asintió Katrina incrédula. Ya llegaría el día en que confesaría...

            Cuando terminó la clase, la profesora McGonagall les dio una buena reprimenda por haber estado hablando casi todo el rato. Al salir, Elisa vio que Sirius la esperaba, tras haberse despedido de sus amigos –que no se habían ido sin hacerle una buena burla-. Katrina fingió haber visto a alguién y les dejó solos.

            -Pues si que tenía prisa tu amiga... –dijo Sirius al verla salir corriendo-. ¿No me tendra miedo, verdad?

            Elisa frunció el ceño.

            -Oh, ya sabes como corren los rumores en el colegio. Temía ser seducida por el chico más ligón del colegio –dijo Elisa sarcástica.

            Sirius no pudo evitar una sonrisa de satisfacción.

            -Sí, bueno, lo sé. ¿Sabes que a veces no son del todo falsos los rumores? Tienen algún fundamento real.

            -El tuyo, por ejemplo, es la excepción que confirma la regla, ¿no?

            -Muy graciosa.

            Entonces fue Elisa la que sonrió.

            -Bueno, ¿qué querías?

            -Tengo problemas con astronomía. ¿Me ayudas?

            -¿Cuánto me pagarás?

            -Te invito a una merienda en la tres escobas.

            -Mmm... no suena mal.

            -¿Entonces, me ayudarás?

            -Está bien.

            -No te pases, ¿eh? Para el año que viene me gustaría tener mi propia casa y tengo que ahorrar –le advirtió Sirius a Elisa, cuando ya hubieron cogido mesa en las tres escobas para tomar algo.

            -¿En qué quedamos, me invitas tú o ahora te tengo que invitar yo para que puedas ahorrar?

            -Invito yo, pero pide poco, por favor.

            -¿Qué quieres que pida? ¿Un vaso de agua, quizás? –dijo ella con ironía.

            -Eso no estaría mal.

            -¿Dónde están tus modales, Sirius? –le preguntó la voz de James, Potter, que acababa de entrar junto con el resto de sus amigos.

            Sirius miró con enfado a su amigo.

            -No te metas dónde no te llaman. Fíjate, por allí va Lily.

            -¿Dónde? –dijo James, alarmado, intentando hacer algo con su alocado pelo.

            -Fuera –le informó Remus Lupin, que estaba dentras suyo.

            James salió corriendo. Llamó a Lily y ella le ignoró. Fue hasta donde estaba ella, le sujetó de un brazo para retenerla y ella le propinó un sonoro guantazo.

            -Guau. Eso duele –comentó Sirius, con una sonrisa en los labios.

            -No te burles de tu amigo –le sermoneó Elisa sonriendo también.

            -No entiendo por qué después de tanto tiempo, no se da por vencido.

            -Así es el amor –suspiró Elisa, con un sonrisa enigmática.

N.A.: Tras muchos meses de deliberación, decidí cambiar el primer capítulo, corto chato y feo. No sé si el cambio será para mejor o para peor. Me gustaría que me daráis vuestra opinión. Ya puesta, lo puedo volver a cambiar, aunque me costará un poquillo.

            La secuela de la ravenclaw ya va por el noveno capítulo –la magia está en tí-. Si os gusta este primer capítulo, llegáis a terminaros la historia de una ravenclaw, ya sabéis que podéis continuar con la magia.

            Bueno, esto es todo...

Ciao!

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