Obligaciones
Miki Cho
Capítulo 1: Compromiso
- ¡Abuelo¿¡No hablarás en serio?! – gritó un joven, de origen chino, azotando la puerta que había estado cerrada antes de que llegara él; detrás suyo, una mujer alta y morena le había seguido y se mostraba atenta a cualquier palabra.
- ¿Sobre qué tema, Xiao Lang? – un anciano con aire serio le contestó, de forma tranquila y severa, sentado en una butaca y sin despegar los ojos del viejo manuscrito que tenía en las manos.
- Sabes a que tema me refiero, abuelo; sobre el hecho de que se me ha comprometido con "alguien"¡sin yo saberlo y sin dar mi consentimiento! – acabó gritando la última frase, lleno de rabia.
El anciano siguió sin levantar la mirada hacia su nieto, se quedó un momento callado, como analizando la situación, a la vez que intentaba mantener la concentración en la lectura, sin embargo habló dirigiéndose a la mujer que se hallaba de pie detrás del chico.
- Explícaselo tu, Ieran, por favor –
- De acuerdo – la mujer avanzó un paso hacia el que era su hijo menor y tomando aire, empezó a hablar – Xiao Lang, tu eres el único heredero legítimo a la mayor parte de la herencia de los Li, tus hermanas, cómo sabes, no tienen ése privilegio, tu si, por ser hombre; lo único para lo que sirve tu matrimonio es para salvar la herencia, ésa es la única condición que pone tu abuelo, que te cases para que puedas heredar, el abuelo quiere estar seguro de que el clan Li seguirá con futuras generaciones. –
- ¡Para eso están Shiefa, Futie, Fei Mei o Fanren! – la interrumpió Xiao Lang
- Hijo, ya sabes que el mandato importante es para los varones... –
- ¡Pues ya es hora de que piensen un poco en las mujeres, madre! –
- Xiao Lang, si no quieres hacerlo ni que sea por mí, hazlo por la familia, hazlo para que tu puedas tener un futuro asegurado y que no tengas que quedarte en la calle, ésa es la única condición que ha impuesto tu abuelo, te lo vuelvo a repetir, no hace falta que veas a la chica... – hizo una pausa, tomando aire - a tu mujer, más de lo suficiente... –
- Madre, es que no es sólo eso, piensa que después tendremos que tener hijos, cómo tu bien has dicho, "futuras generaciones", seria cómo tener a un niño con una desconocida¡y ni siquiera nos hablaríamos!. Los padres no hacen eso, que yo sepa. –
- Pero hijo, no es que sea una completa desconocida... Ella es hija de un empleado de la empresa de la familia, y debo decir que ése hombre merece todo nuestro respeto y nuestra confianza... –
- Es decir, que a la vez les solucionamos la vida¿verdad¡Así podrán disfrutar de la herencia de los Li¿Ahora vas de alma caritativa, madre? –
- ¡A mi no me hables así! – la mujer estuvo a punto de alzar la mano contra su hijo, pero se contuvo – Ellos tienen problemas económicos, y cómo su padre y yo tenemos una buena amistad, he decidido ayudarles, y tu abuelo está de acuerdo. Xiao Lang, su madre está enferma, y ya tienen suficiente para los gastos del hospital... -
- Xiao Lang – interrumpió el anciano – Te recuerdo que estás en la misma situación que pasamos tu abuela y yo -
- Bien, pero ahora los tiempos han cambiado, ahora es diferente –
- Eso no importa, harás lo que te diga, porque es lo que más te conviene Xiao Lang –
- Eso ya lo veremos, abuelo –
El chico salió de la habitación dando un portazo y se dirigió hacia los inmensos jardines que rodeaban la gran casa, necesitaba despejarse.
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- Sakura, hija, tu madre y yo hemos de decirte algo – un hombre de mediana edad miró a su hija de ojos verdes y luego giró la vista hacia su esposa, que tenia un semblante triste, como de arrepentimiento
- Dime – la chica se apartó un mechón de pelo castaño, sonriente, dispuesta a escuchar lo que fuera que sus padres tenían que decirle. No estaba en absoluto preocupada, últimamente todo le había ido de fábula y no parecía que fuera a cambiar: acababa de terminar el instituto, había echo ya el ingreso para la universidad y su madre parecía que empezaba a recuperarse del tratamiento pasado en el hospital, en su casa se respiraba la felicidad en el aire, hasta ése momento.
- Sakura, cómo sabes, no estamos muy bien económicamente hablando, y bueno, tu has hecho muchos esfuerzos para poder pagarte la universidad, pero no es suficiente –
Sakura miró la expresión seria y a la vez melancólica de su padre y supo que algo andaba mal.
- Papá¿que sucede? –
- Hija, de momento hemos ido aguantando cómo hemos podido, pero nos han aumentado el precio de la hipoteca... –
- ¿Y eso qué quiere decir¿Qué nos echan a la calle? – la chica casi hizo un ademán de levantarse
- No exactamente, Sakura – ésta vez la mujer que estaba sentada también frente a su hija, habló – Verás, no tenemos suficiente cómo para pagar la deuda y con lo del hospital...bueno, nos dan un mes para pagarla, pero no llegamos a la cantidad que piden –
- Tu madre y yo no queremos dejar nuestra casa, y verás¿te acuerdas de Ieran Li? –
- Si, es la directora de la empresa Li¿no? –
- Exacto, bien, ella y yo nos conocemos desde jóvenes y se enteró de nuestro problema –
- ¿Quiere ayudarnos? – Sakura se levantó con esperanza en sus ojos
- Si, pero pone una condición – dijo la madre de la chica muy seriamente
- ¿Cuál? –
- Quiere que te cases con su hijo – la mujer miró a su hija a los ojos
- ¿¡QUÉ?! Estás de coña¿verdad mamá? Es una broma. Mirad, esto no hace gracia ¿vale? – la chica castaña había empezado a dar vueltas por el comedor, nerviosa.
- Hija, no es broma, lo sentimos, pero es la única solución que nos queda –
- ¿¡Y no podéis pedir un préstamo cómo la gente normal?! –
- Es que...el banco ya no nos presta más – Nadeshiko Kinomoto bajo su mirada al suelo, profundamente arrepentida de tener que contarle eso a su hija –
- ¿Y Touya? –
- ¿Qué pasa con Touya? – Fujitaka miró a su hija, extrañado por un momento.
- ¿Él lo sabe? – Sakura necesitaba hacer ésa pregunta para saber si su hermano tampoco estaba enterado del asunto o si ella era la única engañada.
- Si, él lo sabe –
Los ojos de la chica se abrieron sorprendidos, así que ella era la tonta del pueblo.
- ¿Y qué ha dicho? –
- Se opone firmemente. Pero no podemos hacer otra cosa Sakura, además, los Li tienen dinero y podríamos salir del paso con eso –
La chica se quedó un momento pensativa, no podía tirar su vida por la borda, aunque por otra parte, no podía dejar a sus padres tirados, por mucho que trabajara y por mucho que hiciera, sabría que no tenía nada que hacer, porque no podía hacer nada, aunque se negaba a aceptar la realidad.
- No necesitamos el dinero de nadie, no iré a la universidad y buscaré trabajo, con eso haremos algo... –
- ¡Sakura! – recriminó Fujitaka Kinomoto
- ¡Queremos que vayas a la universidad! – Nadeshiko hizo un ademán de levantarse, pero las fuerzas le fallaron, tuvo que apoyar su brazo en la mesilla que tenía delante para no caer y empezó a toser.
- ¡Mamá! – Sakura corrió hasta agacharse al lado de su madre y la miró con preocupación, Fujitaka abrazó a su esposa, asustado.
Sakura se sintió muy mal, no quería que su madre se pusiera peor, ahora que habían avanzado tanto, hacía meses que le habían diagnosticado un tumor maligno, y tuvieron que hacer esfuerzos sobrenaturales para buscar un buen hospital dónde Nadeshiko había pasado casi medio año ingresada, entre terapias y tratamiento, casi al borde de la muerte; hacía pocos días que le habían dado el alta, dando instrucciones a toda la familia sobre cómo cuidar de ella, ahora que el tumor había sido erradicado, pero las fuerzas aún no habían vuelto a su débil cuerpo.
Pensó que si no podían hacer nada, y ella era la única que podía tener la solución, haría un esfuerzo, sobretodo si con eso podía evitar que su madre se pusiera peor y volviera a recaer. Decidió que era mejor tirar su vida y su libertad por la borda si con eso podía darle una vida a su madre.
- No estamos en el siglo doce, pero lo haré –
- ¿Qué? – la pareja levantó la mirada sorprendida
- Que acepto, aunque estoy muy disgustada, y, tengo que decirlo, muy cabreada. Aunque supongo que os lo imaginaréis. Pero no quiero que quién quiera que sea mi "prometido" me haga la vida imposible, así que intentaré evitarlo lo máximo que pueda, excepto cuando tenga que aguantarlo, claro –
- ¡Sakura! – Nadeshiko Kinomoto abrazó a su hija llorando, sabía el sacrificio que ella asumía, y le sorprendía que lo hubiese aceptado, pero apoyaría a su hija en lo que fuera, aunque para ello tuviera que aguantar muchos disgustos.
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Shaoran caminaba furioso, había ido al bosque que quedaba detrás de la mansión Li. La casa quedaba en la parte alta de la pequeña ciudad de Tomoeda, dónde su familia se había instalado hacía años; ya que vivían en la parte montañosa de la ciudad de Tomoeda, los terrenos de los Li estaban rodeados por zona boscosa, aunque no quedaban aislados puesto que a cinco minutos a pie ya habitaban otras personas.
El chico solía perderse por ése bosque cuándo estaba triste o cómo en ésos momentos, furioso hasta la médula. Cómo estaba solo, iba soltando algún que otro comentario ofensivo en voz alta, sin importarle nada. Estaba seguro que la chica en cuestión, estaría encantada en cuanto le dijesen la noticia: nada más y nada menos que Shaoran Li¡y encima rico! Ninguna tonta de ésas esperaría más, al menos esperaba que no fuera fea, que fuera tonta le importaba un pimiento, con las tontas es más fácil tratar, haces lo que quieres con ellas.
¿Cómo sería ésa Sakura Kinomoto? Recordaba haber oído su nombre alguna vez, pero no recordaba haberla visto. Recordaba a su padre, eso si, un hombre bastante alto, y amable, o al menos eso aparentaba, siempre con la sonrisa en los labios.
El chico descartó ésa idea más tarde, de camino a casa, ése hombre era un egoísta, sobretodo si dejaba a su hija en manos del primero que pasaba por allí.
Cuándo atravesó la puerta del salón, ya era de noche, y su madre estaba sentada en uno de los sillones, esperándole.
- ¿Ya has reflexionado? –
- Si –
- ¿Y bien? –
- ¿Qué edad tiene? – fue lo primero que se vino a la cabeza, no quería que por culpa de un capricho familiar, la gente acabara acusándolo de pederasta.
- Dieciocho años – respondió la mujer con serenidad
"Cómo yo" – pensó el chico
- ¿Y se supone que la conoceré o algo así? Al menos¿pronto? –
Ieran Li no pudo evitar sonreír, al fin su hijo había acabado aceptándolo
- La semana que viene hemos quedado en vernos, vendrá con sus padres –
- ¿Vendrá aquí? – el chico volvió a hacer una mueca de desprecio y enfado¡Dios¡si es que ahora tendría que aguantarla hasta en su casa!
- Si Xiao Lang, vendrá aquí. Más vale que seas, o al menos, aparentes, ser educado –
- Eso si me sale, madre, porque dudo que pueda aguantar mucho –
- Pues aguanta –
Hubo una pausa, en la que Shaoran permaneció pensativo y su madre, expectante, cómo esperando.
- ¿Y qué pasa si no acepto? –
- El abuelo dice que dará el mando al clan Shang, ellos aún viven en Hong Kong y son unos de los favoritos para el mandato de la empresa a nivel internacional –
- ¿Qué? – ni hablar de eso, Shaoran Li odiaba a ésa gente, tan sólo se movían por el dinero y no se preocupaban de nadie más, y si alguien se interponía en su camino, lo aplastaban, literalmente hablando. No dejaría que la empresa de su familia, y su Padre, cayera en manos del clan Shang – Ni hablar -
Shaoran soltó un bufido y salió en dirección a su cuarto soltando rabietas, la verdad, a partir de ése instante su vida sería lo peor.
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- A mi me gustaría aclarar algunas cosas... – dijo la chica mirando muy seriamente a sus padres
- Habla Sakura –
- ¿Podré ir a la universidad? –
- ¡Claro! Ieran no ha puesto ningún problema – explicó su padre, un poco más tranquilo – Podrás hacer lo que quieras, tendrás libertad absoluta, bueno, excepto en lo de tu matrimonio, claro... – al acabar la frase, Fujitaka acabó bajando la mirada y se sacó las gafas tapándose los ojos con las manos, parecía estar a punto de llorar.
- ¡Papá! Papá, no te preocupes, me intento hacer la idea, no te pongas así, al menos no tendré que dejar de ver a la gente que quiero, ni dejar de hacer las cosas que me gustan¿verdad? –
- No hija, no tendrás que dejar de hacerlo – Fujitaka miró a su hija con los ojos rojos e intentó sonreír, aunque sólo le salió una mueca torcida.
- Pues no te preocupes – dijo la chica levantándose
- Hay otra cosa, Sakura... –
- ¿Qué? – ella se asustó un poco, aunque después pensó que ya nada podría sorprenderle cómo lo de aquella tarde.
- La semana que viene... hemos quedado en que nos veremos, con Ieran Li, y su hijo –
Sakura abrió más los ojos, sorprendida. ¡Conocería a su "prometido"! Más bien, "al niñato ése", pensó.
- Bien, pues iremos – dijo intentando aparentar tranquilidad – Me voy a dormir –
- Hasta mañana, ve a darle a tu madre un beso –
- Claro papá, adiós –
Fujitaka observó con tristeza cómo su hija se alejaba, en verdad lo sentía en el alma, y se creía el peor hombre del mundo.
A pesar de intentar conciliar el sueño, ésa noche ningún miembro de la familia Kinomoto pudo dormir.
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A la mañana siguiente, Sakura llamó a su mejor amiga alegando que tenía que decirle algo de extrema urgencia, y aunque Tomoyo Daidouji insistió e insistió, Sakura no dijo nada, tan sólo hora y lugar de reunión.
Cuando Sakura llegó al templo Tsukimine, Tomoyo ya estaba allí esperándola.
- Bueno Sakura, dime¡me tienes en ascuas! –
- Bien, Tomoyo... – empezó la chica muy seria y tomando aire - ...antes de nada quiero que no te enfades, ni que chilles, ni que... –
- ¡Vale¡Vale¡Lo he pillado¡Dime! –
- Voy a...casarme –
Tomoyo se quedó en blanco, mirando a Sakura, y después se echó a reír.
- Sakura¡ésas bromas no se hacen¿Y con quién será¿Con Shaoran Li? – dijo entre risas
- ¿Quién te lo ha dicho? – Sakura ya empezó a enfadarse con su madre por llamar a la madre de Tomoyo, prima de Nadeshiko, y contárselo todo
- Mierda...es verdad – Tomoyo, al ver que Sakura no se reía, le entró un fuerte shock y tuvo que sentarse en uno de los bancos que había cerca
- ¡Coño¡Claro que es verdad¡Yo no mentiría sobre eso! –
- Sakura... – miró a la chica de ojos verdes - ¿con Shaoran Li? –
- Si...no me lo recuerdes... –
- ¿Por qué¿Qué tienes en la cabeza? – Tomoyo ya estaba indignada, no entendía nada y menos que su prima quisiera casarse con un chico cómo él.
- ¡No ha sido culpa mía! La verdad...es que es un acuerdo entre familias... Me caso con él a cambio de que él nos saque de las deudas en las que estamos metidos... –
- ¡Pero tu eres tonta, Sakura¡Tendrías que habérmelo dicho! Ahora mismo llamo a mamá para que pague todo eso y... – la chica empezó a buscar en su bolso su teléfono móvil
- No – Sakura puso una mano sobre la de su prima, que la miró entre desesperación y enfado – No quiero que lo hagas, les he prometido algo a mis padres, y tengo que hacerlo, no quiero que mamá se ponga peor de lo que está después de haberse recuperado un poco por fin... –
- Sakura... – Tomoyo no pudo evitar echarse a llorar al hombro de su prima mientras Sakura hacía lo mismo, había derramado demasiadas lágrimas, pero nunca se acababan.
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- ¿¡Con Sakura?! – un chico moreno y con gafas se levantó de su asiento sorprendido mientras algunas personas de la cafetería en la que se encontraba con su mejor amigo, giraron la cabeza para mirar que pasaba.
- Ssshhh – Shaoran hizo señas a su amigo Eriol Hiraguizawa para que se callara y se sentara otra vez - ¿La conoces? –
- ¡Claro! Es la mejor amiga de Tomoyo –
- ¿De tu novia? – Shaoran Li ya no podía creer en las casualidades – Mierda... –
- Tío, en serio¿y no podéis hacer nada para deshacer esto¡Sakura estará destrozada! – Eriol bajó la cabeza, no podía ser que a Sakura le pasara esto ahora, ya había vivido suficientes cosas ése año.
- Pues no, además, seguro que está encantada. ¡Se casa con un tío de pasta¿Acaso eso no es lo que todas quieren? – el castaño ironizó, había ya tanta ironía en su vida que¿porqué no hurgar un poquito más en la herida?
- Dices eso porque no la conoces. Sakura no es así, es más, hasta ahora ni se acordaba de que existías –
- Claro, pero ya verás como ahora las cosas son diferentes... Irá a por todas y no me dejará en paz –
- Si crees eso, allá tu. Tomoyo querrá matarte por esto... – Eriol pensó en su novia, si ya no le caía bien Shaoran porqué según ella, "es un creído", ahora las cosas se pondrían bastante peor.
- No es mi culpa – Shaoran miró por la ventana cómo caían las primeras gotas de lluvia, ni se había fijado que hubiera nubes. Ahora entendía que el cielo se sentía cómo él, asqueado y con ganas de joder a la gente.
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Sakura y Tomoyo corrían hacía la casa de ésta última a resguardarse de la lluvia. Llegaron totalmente empapadas por la lluvia torrencial que había empezado a caer.
Tomoyo había convencido a Sakura para quedarse a dormir en la mansión Daidouji, ella y su madre no tenían problemas económicos y, si su madre se enteraba de lo que pasaba en casa de los Kinomoto, le echaría una buena bronca a su prima Nadeshiko.Sonomi Daidouji ya había pagado casi todos los costes del hospital, hasta que acabo convencida por su propia prima para que lo dejara y no pagara más, Sonomi había dejado en secreto una sustanciosa suma en el hospital para que su querida prima tuviera todas las comodidades y las mejores curas posibles.
La hija de Sonomi no pudo evitar mirar de reojo a Sakura mientras recuperaban el aliento ya en el porche de su casa, a resguardo de la lluvia. No podía creer que Sakura hubiera aceptado casarse con Li, ella lo había visto un par o tres de veces, cuando había quedado con Eriol Hiraguizawa, su novio¡pero Sakura ni lo conocía!, al menos, no personalmente. Ése chico de pelo rebelde y ojos color chocolate se había ganado su buena reputación: cuando Tomoyo había pasado parte de la tarde junto a él y Eriol, sólo pudo comprobar que era un engreído y un "chulito" al que le gustaba que miraran, y que era el centro de atención y reunión de parte de la población femenina de Tomoeda.
En el fondo tenía la esperanza de que Sakura, al conocerlo, rompiera todo contacto con él.
Una vez en la habitación de Tomoyo, ésta estaba inquieta; no sabía si decirle la verdad sobre Li a la chica, o guardárselo y empezar a formular preguntas. Se decantó por la segunda opción.
- Sakura – formuló su nombre muy bajito, pero lo suficiente cómo para que la aludida la oyese
- Dime – la menor de los Kinomoto estaba intentando centrarse en mirarse las uñas, nada más que cómo distractor de sus males.
- ¿Cómo crees que es Shaoran Li? – la morena lo dejó ir de golpe y sopetón, le habían salido las palabras solas.
La chica de ojos verdes la miró fijamente y sorprendida¿a qué venía ésa pregunta?
- Pues si se supone que tiene dinero... un pijo egoísta, maleducado, mimado... – se quedó pensativa unos segundos antes de acabar - ...¡y con un Porsche! – al terminar acabó sonriéndose a si misma, al menos no había perdido el sentido del humor...
Tomoyo no pudo evitar reírse al imaginarse a Shaoran Li con un Porsche, en realidad, no sabía ni si tenía coche. Sakura también se echó a reír contagiada por la risa suave de su prima, al fin pudo olvidarse de sus problemas durante unos minutos.
Aquella noche, abrazada a su prima, Sakura durmió un poco más tranquila, pero no toda la noche, acabó decidiendo aquella noche que se centraría en la universidad y que eso ocuparía la mayor parte de su tiempo, al menos durante cuatro años tendría más cosas en qué pensar; sin embargo, en el instante antes de dormirse, volvió a su mente el hecho de que no era libre, y sin querer un lágrima escurridiza resbaló por su mejilla.
Notas de la autora: Aquí estoy de nuevo, se que se han escrito mil y una cosas de éste tema, pero no ha sido por plagio por lo que he escrito esto, simplemente pensé que me gustaría escribir algo así. Así que aquí lo dejo, no sé cada cuándo subiré, pero no dejaré la historia a medias, eso seguro.
Besos! Eowyn.
