Nota: Esta historia se ubica días después del episodio "Párchame si puedes", pero aún conserva la continuidad con los demás episodios.
Sábado 31 de Octubre del 2015, 05:35 PM.
Habían pasado años desde la última vez que los gemelos Thunderman se emocionaron por la llegada del Halloween, pues al tener ya 16 años, su atención se dirigía más hacia otras cosas de su interés, como las fiestas o salidas con sus amigos. Para ellos, los días en que salían disfrazados por las casas de Metroburgo a pedir dulces, habían quedado en el pasado. Incluso antes de que llegaran a Hiddenville. Pero para su hermanita Chloe, las cosas eran muy diferentes.
Era el primer Halloween en el que podría participar, pues a sus 4 años... o bueno, 7 meses de edad, el concepto era completamente nuevo para ella, y la idea de salir disfrazada a pedir dulces le resultaba muy emocionante. Ni siquiera le importaba volver a usar el mismo disfraz que usó días atrás en el cumpleaños de Harris, de hecho estaba feliz de volver a usarlo.
Ella estaba parada frente al espejo, viendo su disfraz de Halloween y Barb estaba terminando de anudar la pañoleta en su cabeza. Poco después escuchó esa tierna vocecita:
"Gracias mami." Dijo la pequeña, mientras través del espejo veía con una sonrisa a su mamá.
"Por nada cariño. Y de nuevo, perdónanos por lo de tu cabello linda, pero con el pañuelo casi no se nota." Dijo una apenada Barb, mientras posaba sus manos sobre la cabeza de su hija menor.
"No importa bebé, me gusta cómo se ve." Respondió Chloe, tomando una pose como de modelo en pasarela.
Barb no pudo evitar sonreír al ver a su adorable hija disfrazada de pirata. Pero aún había algo pendiente por hacer antes de que la pequeña heroína pudiera salir a pedir dulces por el vecindario.
"Entonces... ¿ya te decidiste?" Le preguntó Barb.
"No, creo que no." Respondió la pequeña cruzándose de brazos, pensativa.
"Bueno, pero recuerda que tienes hasta las 6:00 de la tarde." Le advirtió su madre.
"Si mami. Au revoir." Le contestó Chloe, justo antes de teletransportarse fuera de su cuarto.
En ese momento, Chloe tenía todo listo para ir a su primer "truco o trato", bueno casi todo, sólo le faltaba una cosa; su calabaza de plástico para los dulces. Entonces, gracias a su poder, en tan solo un parpadeo apareció en medio de la sala. Pero la pequeña no contaba con que Phoebe estaría ahí muy concentrada, viendo una película de Channing Tatum en la tele, y cuando vio a su hermanita aparecer en frente de ella y diciendo su nombre, su reacción no tuvo precio:
"¡Phoebe!" Exclamó la niña levantando los brazos alegremente.
"¡Chloe! Me asustaste." Contestó la adolescente, un poco sobresaltada.
"¿La encontraste?" Preguntó una impaciente Chloe.
"Claro que sí, aquí está. Es la misma calabaza que usaba cuando era niña y..." dejó de hablar por un momento, "...y Max y yo nos llevábamos bien..." pensó ella profundamente. De pronto volvió a la realidad y le entregó la calabaza.
"Gracias Phoebe." Le dijo mientras la tomaba, y justo después le dio un abrazo.
"Por nada. Oye y... ¿Ya decidiste?" Preguntó Phoebe con una gran sonrisa.
"No." Respondió la pequeña, con algo de duda.
La cosa era simple, originalmente Billy y Nora acompañarían a Chloe en su primer "truco o trato", pero como ambos pensaron que sería muy divertido usar sus poderes para hacerle una broma a la Sra. Wong, las cosas cambiaron drásticamente. Esa mañana, los niños se organizaron para que Billy tocara el timbre de la casa de Wong y saliera corriendo a súper velocidad una y otra vez, y mientras ella se distraía abriendo la puerta, Nora usaba sus rayos láser para derretir las calabazas de su jardín.
No importó que la dueña de la pizzería tuviera bien merecida la broma tras haberles arrojado harina desde el segundo piso de su casa, sólo por ir a pedir una pelota que cayó en su patio. Aún así, Hank y Barb decidieron que los niños merecían un castigo, es por eso que debían ir con ellos a una reunión de sus viejos amigos de la preparatoria, las cuales siempre resultaban muy aburridas. Billy y Nora no pudieron rehusarse.
Por esa razón, la responsabilidad de acompañar a Chloe recayó en alguno de los gemelos, y aunque ambos tenían planes para la noche, ninguno de ellos tuvo problemas para cancelar sus citas y llevar a su hermanita. Pero lo que ellos no se esperaban, era que se verían envueltos en una pequeña competencia en la que Chloe decidiría quién debía acompañarla. Y desde la mañana de ese sábado, ambos habían estado tratando de convencerla.
"Pues mejor decide pronto porque..." La adolescente trató de decirle que ya le quedaba poco tiempo, pero de pronto alguien la interrumpió.
"...porque se nos va a hacer tarde Chloe. ¿Adivina qué traje para completar tu disfraz?" Dijo de pronto Max, entrando desde la cocina.
"¿Qué?" Preguntó Chloe, muy emocionada.
"¡Un parche pirata!" Dijo Max con entusiasmo, antes de abrir su mano para mostrarle su regalo.
"¡Sí! ¡Un parche!" Gritó felizmente la niña.
"¡Max!" Le reclamó Phoebe un poco asustada, temiendo lo peor.
"Tranquila Pheebs, como si fuera a darle un parche malvado a nuestra hermanita." Le contestó con un tono sarcástico.
"Y bien... ¿Con quién quieres ir?" Preguntó el muchacho.
Pero Chloe seguía indecisa. Ella quiere mucho a sus hermanos mayores pero le es muy difícil decidir entre uno y otro. Phoebe siempre le daba buenos consejos para usar sus poderes, a veces jugaba con ella y también le leía cuentos antes de ir a dormir. Max por su parte, se divertía haciéndole cosquillas, la cargaba tomándola por sorpresa y jugaba con ella cada vez que la niña se lo pedía, sin importar que estuviera ocupado con su "crónica malvada".
Desde la llegada de Chloe, ella había visto cómo los gemelos se peleaban o se hacían bromas. Y sí, lo hacían de vez en cuando, pero a ella le parecía normal, incluso gracioso. Pero cuando llegaba a verlos juntos parecían llevarse bien, como buenos hermanos. Nadie podría decir que no se toleraban entre sí. Sin embargo, desde hace unos días la pequeña notó algo extraño en ellos.
Como a cualquier niño, a la Thunderman más joven no le gustaba ver pelear a la gente, y definitivamente no le gustó pensar que sus hermanos podían estar enojados por alguna razón, así que en ese momento se le ocurrió algo para ayudarlos:
"Si, ya sé con quién quiero ir." Dijo la pequeña pirata, mientras se ponía el parche en el rostro.
"¿Con quién?" Preguntó una curiosa Phoebe.
"Primero, prométanme que ya no van a pelearse." Les pidió Chloe, usando ese dulce tono de voz al que Brab y Hank difícilmente podían resistirse.
Las palabras de su hermanita causaron un leve suspiro en Max, y sin saber qué decir, solo pudo mirar a Phoebe directamente a los ojos, y esperar a que dijera algo.
"Pero... Max y yo... no estamos peleados Chloe." Le contestó Phoebe, para después compartir una mirada muy seria y llena de dudas con su gemelo.
Pero eso no fue suficiente para la niña, porque sin importar lo mucho que trataran de decirlo, ella sentía como si estuvieran enojados. No entendía por qué cuando Max entraba por la puerta de la cocina y Phoebe se encontraba ahí comiendo o haciendo su tarea, pasaban unos cuantos minutos y de pronto Phoebe se ponía de pié, fingía hacer algo en la cocina y después se iba a su cuarto. Tampoco sabía por qué cuando Max se cruzaba por accidente en su camino, él le sonreía un poco y luego bajaba la mirada para alejarse lentamente de ella
"¡Prométanlo!" Insistió Chloe.
La niña aún era muy pequeña para comprenderlo, pero últimamente había cierta tensión entre Max y Phoebe, tensión que nadie parecía notar.
"Okay, lo prometo." Phoebe aceptó, levantando su mano derecha como promesa.
"También yo." Max la secundó levantando su mano también.
No estaba equivocada, ellos ya casi no pasaban tiempo juntos, al menos no tanto como antes. Y era extraño, porque aunque todavía se hablaban como siempre, y para todos los demás las cosas parecían estar bien, lo cierto es que algo había cambiado desde aquel día. El día en que la pequeña vio a su hermana mayor salir de la guarida de Max, estaba muy molesta y Chloe no supo por qué. Para sus jóvenes ojos, seguramente sólo había discutido con Max. Pero cuando la adolescente caminó por la sala, su mirada no reflejaba enojo, sino tristeza, decepción. Chloe no trató de hablarle porque ella salió de la casa inmediatamente. Asumió que Phoebe estaba ocupada con eso que ella llamaba: "los adolescentes verdes".
"Elijo a... ¡ambos!" Exclamó la pequeña con mucho entusiasmo.
La expresión en la cara de los gemelos era todo un poema, no esperaban que su hermanita fuera a llevar a los dos, y en medio de tan incómodo momento sólo pudieron compartir varias miradas con las que parecían decirse más de lo que hubieran podido decirse con simples palabras. Pero en realidad no hacían falta, porque con solo contemplar directamente los ojos de Max, le resultó muy difícil hacer una simple pregunta:
"¿Estás... segura Chloe?" Le preguntó ella, haciendo un gran esfuerzo por dejar de ver a su hermano.
"Si." Contestó la niña sin siquiera pensarlo.
"Bueno, entonces creo que..." Trató de decir Max.
"...hay que irnos." Dijo Phoebe, completando justo lo que él iba a decir. Casi como si hubiera adivinado.
Entonces, Chloe tomó a Phoebe con su mano derecha y caminó junto con ella hasta donde estaba Max. Nadie podría saber que los latidos de Phoebe habían aumentado considerablemente desde que caminó hasta él, así que no dijo nada y solo vio cómo la niña le acercaba la calabaza de plástico a su hermano, esperando a que él la tomara.
"¿Quieres que te lleve la calabaza?"Preguntó el adolescente.
"Si." Asintió ella sonriendo.
Entonces Max la tomó y justo en ese momento, la niña se apoderó de la mano libre de Max para finalmente tener a un gemelo a su izquierda y al otro a su derecha. Por su parte, Max y Phoebe no podían evitar mirarse estando así de cerca, y por alguna razón que desconocían, sintieron algo extraño con la repentina situación a la que su hermanita los estaba arrastrando inocentemente.
"¡Vámonos!" Dijo muy emocionada la mini-pirata.
Finalmente, la niña caminó junto con sus hermanos hacia la cocina, lista para salir a pedir dulces al vecindario. Pero al mismo tiempo, Hank y Barb venían bajando las escaleras y alcanzaron a ver a Max y Phoebe a la distancia. Y fue solo por los muebles de la cocina que Chloe quedó completamente fuera de su vista, y estando tan cerca uno del otro, Barb malinterpretó la situación y creyó que sus propios gemelos estaban caminando tomados de la mano. Así que Barb corrió rápidamente para entrar a la cocina, llamándolos por sus nombres.
"Phoebe... Max... ¿Qué están...?" Les habló Barb un poco exaltada, haciendo que se detuvieran de inmediato, volteando con ella.
Sin embargo, cuando ella pudo ver a Chloe entre ellos, ahora todo parecía tener sentido.
"¿Qué?" Los gemelos dijeron al mismo tiempo.
"Nada... Emm... Chloe, ¿ya sabes quién te acompañará?" Preguntó ella, más calmada.
"Si mami, voy a llevar a Max y a Phoebe." Respondió Chloe, con una sonrisa que logró replicarse en el rostro de su madre.
"¿En serio? ¿Y ellos aceptaron?" Preguntó Hank entrando a la cocina, sin poder creerlo.
"Claro, bebé." Dijo la niña felizmente.
"Bueno, su padre y yo también ya nos vamos. Pero me da mucho gusto que decidieran ir juntos con su hermanita." Comentó Barb, muy orgullosa de ellos.
Max y Phoebe no habían dicho mucho desde hace un rato, pero si pudieron notar algo; sus padres estaban usando un disfraz para su reunión; Barb tenía un vestido rosa y en su cabeza había una brillante corona dorada. Hank estaba vestido con un overol, una camiseta roja y una gorra del mismo color. Si, iban vestidos ni más ni menos que como Mario Bross y la Princesa Peach. Al verlos detenidamente, los gemelos apenas pudieron contener sus risas.
Por suerte para ellos, en ese momento Billy bajó de las escaleras a súper velocidad, bajando a Nora de su espalda una vez que se detuvo completamente.
"¿Van a llevarse a Billy y Nora con ustedes?" Preguntó Max, después de que vio a los niños.
"Tristemente, si." Respondió Nora, sin muchos ánimos.
"¡Y sin disfraz! Esto es no es justo. ¿Por qué no podemos salir a pedir dulces como Max, Phoebe y Chloe?" Dijo Billy, igual o más aburrido que Nora.
"Porque ellos no usaron sus poderes para molestar a la señora Wong." Le dijo Barb con un tono molesto.
"Hoy no..." Dijo Max bajando la voz.
Repentinamente, una discreta sonrisa se dibujó en el rostro de Phoebe, quien tuvo que bajar la mirada para que nadie la notara.
"¿Qué?" Le preguntó Barb, creyendo haber oído algo sospechoso.
"Nada, olvídalo." Dijo rápidamente Max para desviar su atención.
Barb decidió ignorar su sexto sentido por ahora, porque cuando vio a su adorable hija menor disfrazada de pirata en su primer Halloween, decidió hacer lo único que una madre podría hacer en un momento así. Era ahora o nunca.
"¡Esperen! antes de irse déjenme tomarle una foto a Chloe. No se muevan." Dijo Barb sacando rápidamente su celular de su bolso.
Los gemelos se acercaron más a Chloe sin soltar sus manos, mientras Barb sostiene su celular, lista para tomar la foto. En un instante, la pantalla mostró la foto con su pequeña pirata en medio de sus hermanos mayores, los tres con una enorme sonrisa en sus rostros.
"¡Ay se ve adorable, Hank! ¡Mira!" Exclamó Barb muy emocionada, logrando poner una sonrisa en el rostro del ex-superhéroe.
"¡Tienes razón! Tenemos que ponerla en el álbum." Le dijo Hank, igual de emocionado que su esposa. Después de eso, volteó con Max y Phoebe, "Bueno, nos vemos más tarde. Y recuerda, cuida mucho a tus hermanas Max." Le dijo Hank con un serio tono de voz.
Max no dijo nada, solo asintió a lo que le pidió su padre. Y después se dirigió a la puerta principal junto a Barb y los aburridos niños.
Después de eso, volvió a compartir una sutil mirada con Phoebe, mirada que fue interrumpida por una ansiosa Chloe que empezó a jalarlos para dirigirlos hasta la puerta de la cocina. Y finalmente, con sus hermanos llevándose bien, su disfraz de pirata, su nuevo parche y su calabaza, Chloe estaba lista para ir a su primer "truco o trato".
Continuará...
