~* The Blood In Her Hands *~
Tu sangre es la pieza vital para mi mayor logro…. —
No voy a convertirme en un monstruo, un títere el que puedas utilizar a tu antojo —
¿Qué otra opción tienes? —
Asesinarte… —
Hace un bonito día en Numazu, una ciudad localizada al este de la prefectura de Shizuoka, Japón. Se localiza a un costado de la península de Izu, al noreste de la bahía de Suruga y a 130 km al oeste de Tokio. Una ciudad tranquila donde la gente puede disfrutar de la tranquilidad de las calles, de la brisa marina proveniente del mar y donde muchos turistas pueden realizar diferentes actividades recreativas acuáticas, donde además muchos inversionistas millonarios podían realizar sus negocios como el ampliar sus consorcios y sucursales hoteleras como es el caso de la familia O'hara o en la venta de material para el buceo, así como dar clases de natación entre semanas como lo hace la familia Matsuura pero había una familia en especial en ese ciudad que llevaba a cabo tradiciones desde hace milenios, que pasaban de generación en generación, la familia Kurosawa era conocida por ser la más respetada de toda la ciudad, tenía gran influencia en la política a nivel nacional además de que las 2 hijas asistían a Uranohoshi una preparatoria muy prestigiosa donde la mayor de las 2 Dia Kurosawa no nadamas la presidenta del consejo estudiantil de dicha preparatoria si no que era la mejor estudiante de todas, calificaciones inmejorables, reconocimientos por diferentes logros académicos que ha logrado, cursando el 3er grado de preparatoria, todo un ejemplo a seguir por muchas de las estudiantes.
Pero también una chica dura, tosca y a veces intimidante que se le consideraba antisocial por la forma de tratar a los demás, pero era buena jovencita con principios y disciplina, su hermana menor Ruby Kurosawa cursaba apenas el primer grado siendo realmente todo lo contrario a Dia, tímida, inocente, miedosa, ella por su timidez no podía socializar con las demás personas terminando siempre metiéndose en problemas, pero aun a pesar de todo eso, su hermana mayor la quería, la protegía de todo aquel que quisiera hacerle daño.
Dia era una chica pelinegra de tez clara con ojos color turquesa, su hermana era más pequeña y su pelo era rojo con 2 coletas, poseían el mismo tono de ojos y de piel, lo extraño es que ellas no tenían ningún tipo de parecido con sus padres, Nico Kurosawa un hombre que ha ganado millones de yenes en el mundo del espectáculo de las idol's promocionando y patrocinando a varios grupos como cantantes solistas era pelinegro, delgado con una mirada penetrante carmesí, su esposa la doctora y directora del hospital Kurosawa Maki, era muy dedicada a su trabajo, galardonada con varios premios por su trabajo altruista con personas de escasos recursos, padres ejemplares en toda la extensión de la palabra, pero algo aquí no cuadraba… el parentesco entre padres e hijas no era el mismo ¿En realidad Nico y Maki eran los padres biológicos de las pequeñas? eso era todo un misterio que nadie comprendía pero nadie trataba de cuestionarlo ya que sería meterse en camisa de 11 varas y lo que nadie quería era tener problemas de cualquier tipo con esa familia.
"Inhala y exhala, busca el equilibrio espiritual y trata de tomar la espada" — Eran las palabras de Dia quien estaba en el dojo de la familia sentada sobre sus rodillas vistiendo un kimono largo rojo con flores adornándole, con los ojos cerrados y sus manos posicionadas sobre sus rodillas — Tu puedes hacerlo Dia…. — Se decía a si misma que cuando vio en su mente un flashazo de color amarillo intento tomarlo, pero fue tan rápido que pudo hacerlo.
Al abrirlos un gesto lleno de frustración se formó en ella mientras chasqueaba los dientes apretando los nudillos sobre sus rodillas, siendo interrumpida por su padre quien vestía un kimono color negro quien se acercaba a verla con serenidad mientras mantenía sus brazos cruzados, esperaba un resultado favorable a su entrenamiento al cual ya tenía tiempo de haberla introducido y esperaba que hubiera buenos resultados esta vez, pero la menor no podía sentir más decepcionada de sí misma ya que por más que lo intentara no podía alcanzar lo que su padre llamaba "la espada sagrada de los dioses".
¿Aún no la logras alcanzar cierto? — Su padre se ponía de cunclillas tomando su hombro con una mano.
Lamento decepcionarte… otra vez… padre — No tenía el valor para verlo a los ojos después de fallar nuevamente.
Estas progresando… muy pronto lograras alcanzarla…. confió en que así lo harás — Le entregaba una Katana con una funda roja, y la empuñadura de un dragón en oro negro con un zafiro en la base de la hoja incrustada.
Padre…. pero aun… no soy digna de portarla… ¿Por qué me la das? — El hombre sonrió con calidez alborotando los cabellos de su hija.
Porque tu esfuerzo lo vale, tu dedicación día tras día, el no rendirte mi pequeña me demuestra que eres digna…. — Besando la frente de su hija lentamente se paró y se dirigió a la salida del dojo — Son 7:30 a.m. cámbiate y vete a la escuela Ruby te espera afuera —
Sonriendo asintió tranquilamente mirando la Katana la cual desenfundo mirando el reflejo de sus ojos turquesa en el filo metálico resplandeciente volviendo a ese determinado rostro lleno de fortaleza que siempre se le ha visto guardándola en su funda para irse a su cuarto rápidamente, darse un baño y ponerse el uniforme. Pasados unos minutos saldría hacia la entrada donde la menor pelirroja estaba tranquilamente mirando hacia el paisaje de las montañas un lugar donde se decía que seres místicos primordiales vivían, la versión que los lugareños saben es que estos seres son los protectores del bosque que hicieron un tratado con el hombre de protegerles a cambio de que preservaran la naturaleza pura de ese lugar pero… la historia que Dia sabia y gracias a que su padre se la inculco de pequeña era que esos seres eran monstruosidades que se alimentaban de sangre humana, mataban a las personas para sobrevivir sin importarles si entraban o no al bosque esas criaturas con tal de saciar su sed masacraban a inocentes.
Ruby…. vámonos… se nos hará tarde… solamente pasaremos a la tienda de Koizumi – kun para tomar un desayuno rápido y nos iremos a clase, no quiero llegar tarde o la sensei Nozomi va a darme una reprimenda de pesadilla — En realidad nunca llegaba tarde, simplemente sentía escalofríos de haber visto y saber cómo es que su sensei de Astronomía castigaba a quienes llegaban tarde, le tenía respeto, pero a la vez un profundo miedo.
Ne – chan… ¿Porque llevas eso? — Preguntaba curiosa la menor al mirar la Katana enfundada colgando de un brazo.
Padre me la dio como una medida de defensa personal, no quiere que sus princesas corran peligro y así podre protegerte de todo hombre que se te acerque — Sonrió la mayor de manera maternal y la menor tenía un brillo en sus ojos.
¡GambaRuby! —
Odiaba mentirle a su hermana menor pero la verdad era que la familia Kurosawa era una familia de cazadores de primordiales, donde el hijo mayor heredaba la espada del dragón sangrienta y se sometía al entrenamiento de la espada sagrada de los dioses para poder explotar el poder místico que esta arma poseía y por palabras de sus padres esta época del año era la cual en donde primordiales realizaban su masacre contra inocentes así que debía estar preparada por si alguna de estas criaturas aparecía de la nada. Al final las 2 caminaron tranquilamente unas cuadras arriba para encontrarse con una pequeña tienda de comida tradicional japonesa donde el plato más demandado por los comensales era el Onigiri que el dueño preparaba, Hanayo Koizumi un joven de 25 años de edad, castaño de ojos color violeta como los de su madre, un chico simplemente amable, cortes y tranquilo. Dia se sentía extraña con su compañía, se ruborizaba con sus atenciones, sus gestos tan galantes y dulces que a veces la idea de estar enamorada de él, le causaba disturbios emocionales en sus adentros, pero había 2 problemas: El primero, el mínimo le llevaba 8 años ya que ella tenía 17 años y el segundo, tal vez el más grave es que su padre nunca aceptaría que un hombre mayor que ella tuviera una relación íntima con su princesa, lo consideraba indigno, una falta grave a las costumbre familiares.
Dia – chan…. Ruby – chan…. ¿Ya se van a clases? — El joven al verlas entrar por la puerta y sentarse en la barra sonrió, el por su parte ya tenía 2 onigiri con una taza de verde acompañándoles.
Eh… si Hayano – kun…. solo venimos por el desayuno y nos iremos… descuida no te quitaremos mucho tiempo — Ante su mirada encantadora y misteriosa, esa sonrisa varonil ella había quedado fascinada que un rubor apareció en sus mejillas.
Ruby – chan… buenos días pequeña… — Saludo a la menor que se apegó a su hermana como era de esperarse con miedo — Jejeje ¿Aun me tiene desconfianza? —
No es tu culpa Hanayo – kun…. solo es que ella aun no puede desaparecer ese trauma de su infancia — Comían tranquilamente mientras trataba de disculparse con el chico,
Dia… no es necesario que te disculpes… lo entiendo…. es normal…. con una experiencia tan traumática siendo apenas una niña de 5 años, es muy normal que a todos los hombres les tema — Limpiaba algunos platos en el fregadero mientras su temple se mantenía inquebrantable.
Lo se… —
Un silencio incomodo reino en el ambiente, mientras las chicas terminaban de desayunar agradeciendo por la comida con una reverencia, el joven solamente se despedía de ellas en la entrada de su negocio mientras su mirada estaba centrada en la peli negra, una intrigante y extraña mirada que después de una risa inocente volvió a lo suyo entrando a su negocio. Por otro lado, las jóvenes llegaban a Uranohoshi, con al menos 10 minutos de adelanto antes de que las clases iniciaran, ambas se dirigieron a sus respectivos salones mientras Dia aún se mantenía pensativa en ese asunto de "la cacería de primordiales" era algo que desde pequeña le aterraba, pero con el tiempo entendió no de la manera más sutil posible que era el deber como la hija mayor de la familia proteger a las personas de Numazu del asecho de ellos tan metida estaba en sus pensamientos que se detuvo en seco al sentir unas manos tocar una zona muy delicada para una mujer, el cómo estas se movían lentamente como si palpara esa zona logrando que frunciera el ceño al punto de enfadarla de verdad volteándose para encarar a la causante de tal acto tan indecente tomándole por la corbata del uniforme mirándole con frialdad y casi rotundo desprecio.
La próxima vez que vuelvas a hacerlo… te juro que vas a lamentarlo Mari… ¿Esta claro? — miraba a una rubia de ojos del mismo color de su cabello sonriente y alegre haciendo la seña de amor y paz con su mano diestra.
It's Joke Dia — Oh si, cabe mencionar que era una chica de intercambio del extranjero.
Tus bromas… están llegando a hartarme… Mari…. en serio… deja de hacer eso — Trataba de no perder la paciencia con ella, pero esa chica era demasiado desesperante y lo que era peor, la única que podía competir académicamente con ella.
Sorry, Dia jejeje no volverá a pasar — Eso era como decir "No te preocupes cuando te descuides lo volveré a hacer como si nada" en eso su mirada quedo fija en la Katana que traía colgando — ¿Qué es eso Dia? —
No es algo que te importe… Mari… ahora vallamos a clase o Nozomi – sensei va regañarnos y en lo personal no quiero que me regañe por tu culpa —
Y sin más se alejó de la rubia dejándola tranquila mientras esta sonreía caminando detrás de Dia mientras se dirigían al salón de clases.
Continuara….
Nota del autor: Pues esta es la historia en la cual Dia va a ser la protagonista, ¿Qué tal le has parecido esto inicio? intrigante ¿verdad? jejejeje espero sus reviews con sus opiniones con esta introducción, pasando a otra cosa esta historia también está dedicada a las siguientes personas:
Etherealpain, LoveForNozomi, Alejandro Fretes y a todos los fangirl's de Dia Kurosawa, sin más que decir me despido que pasen buena tarde
