¡Hola lectores! aquí se presenta una historia sobre las bellas Haruka Tenoh y Michiru Kaioh, mi pareja favorita del ánime Sailor Moon. Este es mi primer fic y espero sea del agrado de las personas que lo lean, apreciaré comentarios constructivos para ir mejorando y así poder tomar sugerencias para desarrollar la historia.

¡Advertencia! Esta historia contendrá lemmon de acuerdo al avance que vaya teniendo, pero también será romántica y con un toque humorístico. En el inicio de cada capítulo que contenga lemmon, lo haré saber para quienes prefieran no leerlo.

Aclaro que los personajes que se mencionan en esta historia no me pertenecen, son propiedad de la mente maestra de Naoko Takeuchi y únicamente los utilizo con fines de entretenimiento y no con fines lucrativos.

Bien, sin más preámbulo, les dejo la historia de mis queridas Haruka y Michiru… Espero que se diviertan tanto como yo lo hago escribiéndola.

Todo comenzó la tarde de un domingo…

-Hola – dijo, mostrando una hermosa sonrisa

Pasaron casi 10 segundos para que la chica que tenía al frente pudiera responder

-Ho... hola... – respondió nerviosa y tímidamente, sonrojándose un poco de sus mejillas

Un incómodo silencio invadió, y luego…

-¿Tú eras quien interpretaba una hermosa melodía en violín?

No hubo respuesta…

-Lo siento, me llamo Haruka, mucho gusto. Supongo que no me respondes porque eres de las chicas que no habla con extraños. ¿Cómo te llamas? – dijo mostrando nuevamente su hermosa sonrisa

De nuevo sin respuesta

Al no tener una sola respuesta más que un breve y frío "Hola" Haruka comprendió que su presencia era mal recibida en ese lugar o al menos eso le daba a entender la mirada de la chica que sostenía el violín con ambas manos apretándolo con fuerza, así que con un poco de molestia y confusión decidió irse y dejar a la chica sola. Antes de irse pensó en preguntarle por qué se había molestado tanto con su presencia y por qué ni siquiera quiso responder a sus preguntas, si lo único que Haruka quería era saludarla y felicitarla por su gran talento para interpretar una melodía tan hermosa pero luego pensó que no tenía caso preguntárselo porque no conocía a esa chica, no era alguien que realmente le importara y sobre todo era alguien que jamás volvería a ver…. ¿o sí?...

No, no tiene caso – pensó Haruka – así que solamente optó por despedirse lo más "cordialmente" posible sin demostrar la molestia que había causado la actitud de la chica que no se dignó a responder a ninguna de sus dos preguntas

-Bueno, veo que quieres estar sola – empezó diciendo Haruka y luego de dos o tres segundos de silencio, continuó – entonces… no te molesto más. Lamento haber interrumpido tu fabulosa interpretación – concluyó, haciendo que las últimas dos palabras que había pronunciado sonaran con un poco de sarcasmo

-Cuídate, adiós - dijo esto alzando la mano derecha y empezando a caminar en la dirección por donde había llegado

La chica observó como Haruka se alejaba de ella y de pronto se escuchó un golpe seco, al escucharlo, la chica del violín bajó la mirada para encontrarse con su instrumento en la grama, después de todo el violín se había caído por culpa del sudor en sus manos a causa del nerviosismo que le había provocado el encuentro con Haruka, pero ¿por qué se había puesto tan nerviosa?

Ver el violín tirado en la grama hizo que la violinista por fin reaccionara por completo y rápidamente bajó a retomar su instrumento y a quitarle el poco de grama que había quedado en él. Cuando terminó de limpiar su instrumento desvió su vista en la dirección por donde se había marchado Haruka, y a lo lejos pudo observar que Haruka iba caminando con sus manos dentro de los bolsillos traseros del pantalón de mezclilla que llevaba puesto y con la cabeza levemente levantada dando la impresión que caminaba con la mirada hacia el cielo.

Cuando vio que la silueta de Haruka había desaparecido por completo, sólo pensó en lo tonta que se había visto al no responder nada, ni siquiera pudo responder cual era su nombre con un amable y sencillo "Mucho gusto Haruka, mi nombre es Michiru"… al darse cuenta de lo fácil que podía haber respondido se dijo a sí misma -Eres una tonta Michiru - poniendo la palma de su mano derecha en su frente y cerrando levemente sus ojos

Luego de su pequeño "autoinsulto" procedió a guardar su violín y a retirarse de la pequeña colina donde se encontraba y donde hacía algunos momentos había vivido la experiencia más nerviosa de toda su vida, sin imaginar que vendrían más experiencias igual o más nerviosas que esa…

Michiru volvió a su casa y luego de saludar a su familia, entró a su habitación, se cambió de ropa preparándose para dormir ya que el siguiente día empezaban sus clases en la preparatoria y quería descansar lo más que pudiera para iniciar el primer día de clases con mucha energía y llegar lo más temprano posible para que le diera tiempo conocer todas las instalaciones de su centro de estudios. Pero antes de irse a la cama, quiso contemplar el anochecer, así que se sentó en el balcón interno que tenía la gran ventana de su habitación, tomando sus piernas entre sus brazos y recostando su mejía izquierda en sus rodillas que ahora estaban elevadas. Se puso a contemplar el cielo nocturno que estaba adornado por una hermosa luna que iluminaba el jardín de su casa y las calles de una forma majestuosa. Admirando el bello anochecer y sin darse cuenta, Michiru empezó a recordar el evento que había vivido ese día en la pequeña colina con "aquel extraño" del que ya sabía su nombre y que sin pretenderlo, se escapó de su boca y pronunció casi en susurro – Haruka –

Flashback - (En la colina)

Desde hacía poco menos de dos años, debido a su escasa vida social, Michiru iba cada domingo por la tarde a una pequeña colina que se encontraba a unos minutos de su casa a practicar con su violín y a observar el atardecer que tanto le gustaba porque le hacía sentir relajada. La bella violinista sentía que en aquella colina podía dejar fluir cualquier pensamiento e inspiración que llegara a su mente sin ningún tipo de preocupación o interrupción.

Sin duda estar en ese tranquilo lugar y acompañada de su mejor amigo, el violín, hacían que cada tarde fuera un momento especial, único y personal para Michiru quien había definido esa pequeña colina como su propio paraíso ya que solamente ella llegaba a ese lugar, esto porque la mayoría o todas las personas que tenían acceso a esa colina, se quejaban de la cuesta muy empinada que tenía de manera que no se molestaban en intentar subir y preferían disfrutar solamente en la parte baja de dicha colina. Cosa que no le molestaba para nada a Michiru porque así podía disfrutar ella sola de la vista y nadie estaría interrumpiendo su práctica de violín, ni sus pensamientos.

Aquel domingo no era diferente para Michiru, la violinista se encontraba contemplando el atardecer desde su, autonombrado pequeño paraíso, sumergida en sus pensamientos y entonando las bellas notas de la melodía Romeo & Juliet con su violín. Esa escena de Michiru con su violín y ese hermoso atardecer era un momento mágico, verla acariciando ese instrumento de cuerdas con tanta dulzura y pasión mientras salían unas encantadoras notas, era digno de admirarse y a cualquier persona hipnotizaría tal escena.

De pronto esa bella escena se vio interrumpida por el crujir de unas hojas y unos lentos pasos que a pesar de no ser escandalosos, hicieron que Michiru se desconcentrara y dejara de entonar la melodía. Michiru con la miraba buscaba la dirección de donde provenían esos pasos pero no logró encontrarles ubicación debido a que ya estaba oscureciendo. Mientras ella seguía escuchando los pasos acercarse cada vez más, se preguntaba ¿quién era el intruso o intrusa que se había atrevido a llegar a aquel lugar que proclamaba como suyo? ¿Qué insolente persona llegaba a interrumpir sus pensamientos y su inspiración con el violín?

Pronto sus preguntas tendrían respuesta, ya que escuchaba que los pasos al parecer iban directamente a donde ella estaba parada. Con la mirada fija y molesta por la interrupción, Michiru solamente esperaba ver a esa persona para reclamarle de la manera más sutil y elegante posible por su interrupción e invasión.

Después de unos segundos más de espera, por fin, bajo la sombra de los árboles se empezaba a formar una figura y a medida que se iba acercando, ésta figura empezaba a tomar una forma más clara, hasta que estuvo lo suficientemente cerca para que Michiru pudiera observar que quién se había atrevido a interrumpir sus pensamientos y a desconcentrarla había sido un galante chico rubio que se acercaba con una enorme y bella sonrisa hasta quedar frente a Michiru, que parecía haber entrado instantáneamente a un estado de shock, como si hubiera visto a un fantasma o a la persona más bella que jamás había visto.

Pasaron unos cinco segundos y allí estaba ese "inoportuno joven", parado frente a ella con una enorme sonrisa de satisfacción, cual pirata que encuentra su tesoro más hermoso y que por mucho tiempo había buscado. Pero Michiru parecía aún estar en shock, su rostro no reflejaba ningún tipo de emoción a pesar de que segundos antes de que el rubio apareciera frente a ella, claramente se podía observar en su rostro que estaba molesta por la desconcentración que le había provocado el sonido de los pasos que se acercaban a ella.

La sonrisa de ese bello inoportuno le había hecho olvidar su enojo y no podía apartar su mirada de aquel hermoso rostro. A pesar de estar en estado de shock, un pensamiento y deseo lograron filtrarse en la mente de Michiru. Dicho pensamiento era que ese lindo rostro y esa perfecta sonrisa eran merecedores de estar en una bella pintura y su deseo era ser ella la persona que llevara a cabo esa bella obra de arte. Michiru deseaba con todas sus fuerzas pedirle al rubio que fuera su modelo para una de sus pinturas pero el problema de la violinista era que ninguna parte de su cuerpo reaccionaba ante su pensamiento. Sus labios estaban entreabiertos pero no podían moverse para poder manifestarle al chico parado frente a ella, su idea y deseo de retratarlo.

Los segundos y minutos pasaron, Michiru perdida en su pensamiento y deseo, no se percató que "el rubio" le estaba haciendo preguntas, solamente reaccionó un poco para decir un tímido "Hola" y de milagro logró escuchar que "el guapo joven" parado frente a ella mencionó cual era su nombre:

-Lo siento, me llamo Haruka, mucho gusto. Supongo que no me respondes porque eres de las chicas que no habla con extraños. ¿Cómo te llamas? –

A Michiru le tomó varios segundos poder procesar cada palabra que Haruka le estaba diciendo, su mente trabajaba a una velocidad tan baja que no obedecía lo que Michiru quería, no sabía cómo responder o cómo actuar. Su cabeza y su cuerpo estaban dominados a su totalidad por el nerviosismo que sin explicación alguna había invadido todo su ser.

Después de muchísimos segundos o de algunos minutos, Michiru parecía haber dominado los nervios que la apresaban, pero se dio cuenta que había sido demasiado tarde, "el rubio" de hermosa sonrisa ya estaba de espaldas a ella y se estaba retirando. Entonces, como si se tratase de un cortometraje, Michiruo repasó por su cabeza lo que acaba de ocurrir y se dio cuenta que había quedado como una tonta frente Haruka al no poderle responder más que con un frío y nervioso saludo.

-Eres una tonta Michiru – se dijo poniendo la palma de su mano derecha en su frente y cerrando levemente sus ojos

Fin del Flashback - (En la colina)

Después de haber revivido en su mente lo sucedido en la pequeña colina, con un poco de decepción y vergüenza por su actuación ante "el guapo desconocido" Michiru pensó que lo mejor era irse a la cama a dormir y no pensar más en lo sucedido, así que se puso de pie y con la mano derecha tomó la cortina para correrla y cerrar con seguro la ventana pero su intento por correr la cortina se vio interrumpido cuando Michiru nuevamente entraba a un estado de shock… ¡no podía ser cierto!... desde su ventana, gracias a la bella iluminación de la luna, pudo observar que frente a su casa pasaba Haruka caminando a paso lento con una sonrisa igual de hermosa que la que había mostrado en la colina y examinando el camino como si fuera la primera vez que pasaba frente a ese lugar

-No puede ser, el chico de la colina – dijo Michiru, claramente nerviosa y asombrada

Michiru pensó salir corriendo para hablarle, ofrecerle una disculpa por no haberle respondido en la colina, para decirle cual era su nombre, y ¿por qué no ser un poco atrevida? Pedirle que fuera su modelo para una de sus pinturas, esta vez no iba a permitir que sus nervios la dominaran.

Y así fue, Michiru venció sus nervios y salió corriendo de su habitación, bajó las escaleras para dirigirse a la puerta principal de su casa, quitó el seguro y abrió la puerta, cruzó la puerta y en cuanto dio unos tres pasos, sintió como una ráfaga de viento estremecía su cuerpo y fue entonces que se dio cuenta que por salir corriendo y no dejar que sus nervios la vencieran de nuevo, había salido únicamente con su vestimenta de dormir que consistía en un cómodo camisón de seda color azul marino con encaje en color beige sin mangas, que de largo le llegaba a mitad de sus muslos y que enmarcaba su escultural y bien formado cuerpo, sobra mencionar que obviamente Michiru no llevaba sus prendas "íntimas"; por lo que súbitamente se detuvo… ¿Cómo iba a presentarse frente a él vestida así? ¿Qué iba a pensar Haruka al verla de esa forma? Seguramente se burlaría de ella al ver que salía en "pijama" supuso Michiru, defraudándose un poco por no poder aclarar las cosas con "el rubio" y no poder verle de nuevo.

La bella violinista pensó en subir lo más rápido que pudiera a su habitación y colocarse alguna prenda que cubriera su cuerpo y volver a salir… pero analizó, acertadamente, que ya para cuando ella volviera a bajar Haruka ya habría terminado el recorrido frente a su casa a pesar de caminar a paso lento. Así que de nuevo con decepción caminó para su habitación, y fue a acostarse a su cama no sin antes echar un vistazo rápido por la ventana para ver si contaba con un poco de suerte y podía observar a Haruka de nuevo pero tal como había pensado, ya no había rastro ni sombra de "él". Sin más que hacer para remediar su patética actuación en la colina, Michiru decidió ir a su cama y descansar para tener suficiente energía en su primer día de clases, pero no logró dormir sin antes dar innumerables vueltas en su cama, recordando lo vivido en la colina y pensando en por qué se había puesto nerviosa con el rubio y sobre todo se preguntaba por qué de pronto sentía interés por volver a Haruka, nada de eso tenía sentido para ella. Justificó sus pensamientos, diciéndole a sí misma que seguramente se debía a los nervios que sentía por su primer día en la preparatoria, si eso debió ser… sus pensamientos cansaron su mente hasta que por fin cayó rendida ante el sueño y cansada de dar tantas vueltas en la cama.

Era la primera vez que caminaba por ese lugar y al encontrarse con esa colina no lo pensó tanto y decidió subir a la parte más alta de dicha colina para explorarla. A medida que iba subiendo escuchaba unas bellas notas que eran entonadas por un violín, así que inmediatamente inició la búsqueda del lugar exacto de donde provenía la melodía. Siguió avanzando pero justo cuando creía que estaba cerca de ver a la persona que interpretaba la melodía, el silencio invadió el lugar y el sonido del violín desapareció; pensó que a lo mejor se trataba de algún tipo de alucinación de su parte creyendo haber escuchado las notas del violín. Pero esto no detuvo su paso ya que se encontraba a muy pocos pasos de quedar en la cima de la colina.

Al llegar a la parte alta de la colina, su sorpresa fue enorme al encontrarse con una hermosa chica sosteniendo un violín, sin duda alguna ella era quien interpretaba la melodía que le había atrapado… Repentinamente sintió la necesidad de saber quién era esa bella chica, quería felicitarla y pedirle que siguiera interpretando la melodía…

Lamentablemente para Haruka las cosas no habían salido bien como lo esperaba, al parecer a la chica del violín no le había agradado nada su presencia y después de unos minutos procedió a retirarse con molestia ante la actitud descortés de la violinista.

-Era de suponerse, siendo tan hermosa tenía que ser engreída y desconfiada. No sé en qué estaba pensando cuando decidí saludarle y felicitarla – pensó Haruka mientras se alejaba de la chica que sostenía el violín

Retomó su camino de regreso a la parte baja de la colina con sus manos dentro de los bolsillos traseros de su pantalón de mezclilla, observando el cielo y dando un suspiro como de decepción.

Al regresar a la parte baja de la colina siguió su camino, explorando las calles y caminando sin rumbo. Haruka quien había llegado de su largo viaje el día anterior, decidió salir a caminar para conocer la nueva ciudad en la que estaría su nuevo hogar. A pesar del incómodo momento vivido con la violinista, Haruka creía que era un hermoso lugar y sintió que el corazón le decía que estaba en el lugar correcto, que algo bueno le traería esa ciudad.

Haruka caminaba y caminaba sin percatarse que lo había hecho durante todo el día, salió de su casa cuando el sol empezaba a manifestar su calor y sin darse cuenta de cómo ocurrió, entró la noche. Haruka decidió contemplar un poco más a la hermosa luna de aquella noche y bajó el ritmo de sus pasos, sintiendo como el aire fresco alborotaba un poco su cabellos rubios. Había decidido que ya era hora de regresar a su casa y mientras caminaba por las calles que le llevarían de vuelta a su residencia, pasó por una casa que tenía un lindo jardín, era una casa muy elegante y que sin duda por la fachada de ésta, podía suponer que pertenecía a una familia de un alto status económico.

Admirando el gran jardín que poseía la elegante casa, en su cabeza se coló el recuerdo de lo sucedido en la colina. Haruka se sorprendió al recordar ese incómodo episodio puesto que le había llegado de la nada a su mente y no encontraba el porqué lo había recordado, pero a pesar de eso, de manera involuntaria sonrió ante el recuerdo y prosiguió su camino de regreso a casa a paso lento. Pero al continuar su recorrido frente al bello jardín, una sensación extraña le invadió, era como si sintiera que alguien le observaba o que alguien le controlaba, sintió el impulso de buscar de donde provenía la o las miradas que sentía pero al desconocer por completo el lugar prefirió únicamente avanzar hasta salir de esa calle.

Haruka caminó unos metros más por las calles de la ciudad antes de llegar a su casa y pasó frente a una cafetería que quizá no era la más elegante de la ciudad, se veía sencilla pero sí muy acogedora, decidió pasar comprando un café para tomarlo mientras terminaba de llegar a su casa. Entró y ordenó su café, mientras estaba esperando que le entregaran su pedido, observó que en una esquina de la cafetería se encontraba una chica de rostro hermoso, cabello castaño y bellos ojos color miel a los que no se les podía admirar tan bien debido a que unas lágrimas salían de ellos… la curiosidad por saber qué le había pasado a la chica le invadió pero pensó que volvería a suceder lo mismo que en la colina y el encuentro con la violinista, no quería volver a sentir que incomodaba a otra persona así que prefirió no acercarse a la chica que no dejaba de llorar. Haruka se encontraba observando a la pelicastaña pero no se acercó, de pronto los ojos color miel se encontraron con los ojos de Haruka quien al sentirse al descubierto se sonrojó y solamente le brindó una tímida sonrisa en forma de saludo. La de pelo castaño se apresuró a secar sus lágrimas y le sonrió de vuelta, se levantó de la silla donde se encontraba y caminó hacia donde estaba Haruka, el rostro de la chica que antes estaba lleno de lágrimas ahora parecía lleno de alegría y las lágrimas se habían evaporado por completo, cosa que sorprendió mucho a Haruka.

Luego de unos segundos observándose, Haruka y la chica ojos color miel se presentaron formalmente

-Hola, mi nombre es Ann, mucho gusto – dijo la chica de pelo castaño, brindándole a Haruka una enorme sonrisa y un fuerte abrazo

Haruka se sorprendió por tan efusivo saludo y abrazo -¿por qué la bella violinista no pudo saludarme como esta chica? – pensó Hurka, sorprendiéndose por el hecho de haber recordado ¡de nuevo! a "la violinista" sin explicación alguna y rápidamente agitó su cabeza para sacar ese pensamiento de su mente que no tenía motivo alguno para colarse. Haruka dejó su pensamiento por un lado y reaccionó– Mucho gusto Ann, mi nombre es Haruka Tenoh – respondiendo con una de sus coquetas sonrisas y tomando su mando derecha para darle un beso en forma de saludo. Este acto sorprendió y encantó a Ann, sonrojándose por las mejillas, esto fue notado por Haruka y sonrió, ya que le gustaba ver cómo hacía sonrojar a cada chica que se lo proponía y hasta a las que no se proponía.

Ann luego de unos minutos insistiéndole a Haruka de que se sentara con ella en la mesa donde estaba, logró convencer a Haruka y se digirieron a la mesa. Conversaron unos minutos de cosas triviales para tomar confianza, hasta que Ann se atrevió a indagar más sobre Haruka, y le empezaba a hacer preguntas…

-Nunca te había visto por aquí, ¿eres nuevo en la ciudad? – preguntó Ann

- Sí y no – respondió Haruka moviendo levemente de lado a lado su cabeza, dejando un poco confundida a la joven de ojos miel – te explico – continuó Haruka – nací aquí en Tokio pero cuando tenía dos o tres años, mis padres y yo nos mudamos a Italia, desde entonces no había regresado a esta ciudad y por eso para mí es como si fuera una ciudad completamente nueva- terminó su breve explicación Haruka

-Entiendo- respondió Ann asintiendo con la cabeza – ya decía yo que nunca había visto un rostro tan hermoso como el tuyo – continuó diciendo sonrojándose de nuevo

Haruka sólo atinó a sonreír de lado, pensando en que de nuevo había conseguido su objetivo cada vez que conocía a una chica. Decidió cambiar el tema un poco, ya que aún continuaba con la curiosidad de saber por qué Ann estaba llorando cuando la vio por primera vez, entonces sin dudarlo más

-Oye, perdona que me meta en asuntos que no me incumben pero cuando estaba esperando que me entregaran mi café, vi que estabas llorando, ¿puedo saber el motivo de tus lágrimas?- se atrevió a preguntar Haruka

Ann bajó un poco la mirada pero respondió

-Bueno, en realidad es una tontería pero tuve una discusión con mi novio y me dejó sola aquí – respondió con un poco de vergüenza

-Discúlpame, no debí preguntar- se apresuró a decir Haruka con algo de pena

-Oh no te preocupes, ya no me afecta y a decir verdad creo que debo agradecerle a mi novio el que hayamos discutido y se haya marchado dejándome sola aquí – comentó Ann

-Y eso ¿Por qué? – preguntó Haruka con una mirada de confusión

-Porque gracias a eso, tuve la fortuna de conocerte- respondió Ann con una mirada un poco pícara, lo cual sorprendió a Haruka

-Gracias preciosa, para mí también ha sido una fortuna conocerte- respondió Haruka con una mirada coqueta, no dio tiempo a que Ann respondiera y continuó diciendo – Bueno preciosa, debo irme, he pasado todo el día fuera de mi casa, debo prepararme y descansar un poco ya que mañana debo ir a estudiar. Ha sido un verdadero placer conversar contigo, espero que podamos vernos otro día y que las cosas mejoren con tu novio y sino es así, aquí me tienes a tus órdenes – dijo Haruka de nuevo con coquetería y tomando la mano derecha de Ann para darle un tierno beso – Recuerda que teniendo unos ojos tan hermosos, no debes cubrirlos con lágrimas y menos si esas lágrimas son provocadas por alguien que no te valora – concluyó Haruka aún sosteniendo la mano derecha de Ann

Ann quedó sorprendida pero más que sorprendida, quedó hipnotizada por todo lo que Haruka le decía y le demostraba… su galantería, amabilidad, coquetería, elegancia pero sobre todo por su belleza. Haruka en tan sólo una pequeña charla con la chica de ojos color miel, había logrado "flecharla" y a Haruka le gustaba notar que lograba encantar a las chicas aunque nunca pretendiera tener nada serio con ninguna de ellas.

-Gracias Haruka, lo recordaré y no lloraré más por él, sobre todo ahora que te he conocido- respondió Ann, aún con el "hechizo Haruka" por su cuerpo

-Me alegra escuchar eso- dijo Haruka, poniéndose de pie y caminando hacia la puerta de la cafetería para salir.

Al estar en la puerta, la abrió y antes de salir por completo, giró su vista hacia Ann, le sonrió de nuevo y le guiñó el ojo derecho. Este acto hizo que Ann se sonrojara y diera un suspiro.

Cuando Ann vio que Haruka había salido por completo, recordó que no le había preguntado en dónde vivía o a qué colegio asistía. Rápidamente se puso de pie y salió a buscar a Haruka para pedirle cuánta información le fuera necesaria para volver a encontrarse con "él" pero al parecer Haruka tenía prisa por marcharse ya que al salir, no había rastro alguno de la dirección que había tomado, parecía como si el viento hubiera hecho que Haruka desapareciera. Ann se decepcionó un poco al no encontrar a Haruka y solo pidió al cielo que le ayudará a volver a ver al "hermoso rubio" para luego tomar su camino y dirigirse a su casa.

Haruka por fin había logrado llegar a su casa, después de un día… ¿cómo llamarle? ¿raro? ¿Divertido? ¿Loco? ¿Sorprendente?... En realidad a pesar de la situación incómoda con la violinista en la colina, el momento divertido y coqueto con Ann, el sustos de sentir que alguien le vigilaba con la mirada mientras pasaba por aquella elegante casa, y otras situaciones de menos importancia (para Haruka) como el hecho de coquetear con cada chica por cada diferente calle por la que caminaba y que éstas le hicieran caso, entregándole a Haruka su número de teléfono para que les llamase y causando uno que otro lío entre éstas chicas y sus respectivos novios…el día no había sido malo - creo que fue divertido mi primer día en mi casi nueva ciudad- dijo Haruka riendo con diversión – Ahora, ¿qué haré con todos estos números de teléfono?- se preguntó Haruka, con su dedo índice en su barbilla y con su mirada alzada hacia el techo – quizá en algún momento los utilice – dijo y procedió a guardarlos en una de sus gavetas de su buró.

Terminó de guardar los papelitos con números de teléfono y se dirigió hacia su closet para tomar una de sus pijamas y se la colocó para ir a la cama y dormir. El haber caminado durante todo el día y por varias calles de la ciudad, haría que cualquiera estaría muerto de cansancio y con dejar caer su cabeza a la almohada, inmediatamente entraría a un profundo sueño. Pero increíblemente Haruka no podía dormir, su mente no dejaba de dar vueltas y de pensar en cómo sería su nueva vida en la ciudad y cómo sería el nuevo colegio al que asistiría, tenía algún presentimiento de que quizá la experiencia en la nueva ciudad y en el nuevo colegio sería diferente a las demás ciudades y colegios donde había estudiado, pero ¿era un buen o mal presentimiento? Durante el día y el recorrido por la ciudad, no se había puesto a pensar en las preguntas que ahora se hacía y no había sentido presentimiento alguno sobre la nueva vida que ahora llevaría en esa ciudad.

Acaso ¿le preocupaba lo que las personas de esa ciudad pensaran de su personalidad? ¿le preocupaba cómo serían sus compañeros? ¿le preocupaban sus estudios?... no, nada de eso le preocupaba, en realidad a Haruka no le importaba lo que las personas pensaran sobre su vida, no escondía quién era pero no veía la necesidad de gritarlo a todo el mundo. Tampoco era una persona que le importara ser el centro de atención del salón de clases y mucho menos le preocupaba si le agradaba o no a sus compañeros de clase. ¿Entonces, le preocupaban sus estudios?... ¡claro que no! Pensó Haruka, si bien era cierto que no era un "cerebrito" y que no planeaba trabajar para la NASA, tampoco le costaba mucho estudiar. Sus promedios no eran excelentes o sobresalientes pero tampoco eran malos, estaban un poco por arriba del "bueno".

Preguntándose y respondiéndose, todo cuanto se le planteó en su mente pasó casi dos horas antes de poder conciliar el sueño y perderse en él….

Pero antes de dormirse profundamente, dijo internamente – Mañana será un gran día, nada ni nadie lo arruinará y creo que descubriré si mi presentimiento era bueno o malo-

Fin del primer capítulo