Amor en tiempos de oscuridad.

Capitulo 01: Esperanza.

Día 63:

04:30 am. Todo sigue normal como en los últimos días, es un poco extraño ya que los ataques cesaran de un rato para otro y eso no es normal. Si algo hemos aprendido todos en lo que va, es que los caminantes nunca se cansan, no mueren de hambre y por sobre todo no tienen razocinio. ¿Qué habrá pasado para que todos desaparezcan de la noche a la mañana? No tengo la más minima idea pero mientras todos respiran aliviados yo no lo estoy para nada. Intento ver un poco a través de esta oscuridad que nos rodea pero me es imposible, la niebla es cada vez más espesa y si fuera por mi no me adentraria en el bosque aunque me ofrezcan toda la comida del mundo o una ducha de agua caliente, aunque no me vendria mal volver a sentir el agua caliente recorrer mi cuerpo y poder relajar mis musculos.

El silencio de alguna manera me perturba, muchos de aquí lo disfrutan y es entendible, intentar dormir aunque sea un poco y que al cerrar los ojos lo único que escuches son los gruñidos de los caminantes no dan muchas ganas de conciliar el sueño, pero ahora que no se escuchan se que es maravilloso poder dormir y descansar de manera que tu cuerpo se sienta reconfortado. En mi caso por más que quiera no lo puedo lograr, siempre que quiero cerrar los ojos y hacer que mi mente se desconecte de todo este caos sigo escuchando los gruñidos de esas cosas, por más que quiera no puedo y siento que ya se hicieron parte de mi, no deberia ser asi pero más no puedo hacer.

Dejo mi arma a mi lado por un momento y al instante me arrepiento, a lo lejos puedo ver que hay movimiento entre los arboles, un animal no puede ser ya que hace semanas no vemos uno en su estado natural, creo que la mayoria ya desaparecieron asi que lo descarto. Rapidamente vuelvo a tomar mi arma y apunto en donde veo los movimientos de los arbustos, por un momento pensé que era un caminante y estoy más que preparada para pegarle un tiro justo en la cabeza pero no espere ver lo que salió de entre del bosque. Tres personas apenas se podían nantener en pie, uno de ellos trae en sus brazos a un pequeño, no puedo diferenciar si es niña o niño pero la verdad en este momento es lo que menos me interesa, el otro de ellos trae a una mujer que a penas y puede caminar. Los apunto con mi arma y la que trae al pequeño se da cuenta por lo que se hecha a correr hacia mi, no puede alcanzarme ya que un enorme muro nos separa y yo estoy en lo mas alto, el que la sigue intenta caminar mas rapido pero el tener el peso de la mujer no se lo permite pero de igual manera lo intenta. Antes de que se acerquen más les grito.

- ¡NO SE MUEVAN! - en tanto escuchan mi grito frenan asustados - No nos dispares porfavor - dice él de manera desesperada - Necesitamos ayuda, nuestra amiga esta herida - inmediatamente miro a la mujer que ahora esta sentada en el suelo.

- ¿La mordieron? - pregunto y es lo que mas me interesa saber, si la respuesta de ellos es afirmativa no dudare en pegarle un tiro, no puedo arriesgarnos, ninguno de ellos responde - ¡¿LA MORDIERON!? - grito esta vez y mis compañeros de turno se dieron por alertados.

- No, no la mordieron. A ninguno de nosotros - dice la mujer levantando una de sus manos intentando que me tranquilice.

- ¿Quinn? ¿Que sucede? - pregunta Eric una vez que esta a mi lado, no hace falta que le responda ya que se da cuenta de las personas que estaban afuera - ¿La mordieron? - me pregunta y se que esta preocupado igual que yo, no podemos arriesgarnos a abrirle la puerta a alguien infectado. Yo solo niego con mi cabeza - ¿Entonces que esperamos? No podemos dejarlos ahi afuera menos si tienen a un niño - no digo nada y se que tiene razón pero por algun motivo la mujer que esta en el suelo me llama mucho la atención, solo puedo distinguir su cabello castaño y largo pero por culpa de la noche no puedo ver más.

Mula esta esperando abajo a Eric y es la que vigila en caso de que algun caminante aparezca y yo deberia estsr haciendo lo mismo pero hay algo que no me deja despegar mi mirada de la mujer que ahora es cargada por mi compañero. Reacciono una vez que escucho que las puertas se cierran nuevamente. Mila sube a donde estoy y me mira preocupada.

- ¿Te encuentras bien? - me pregunta pero no le respondo - Quinn - me llama esta vez tocando mi brazo a lo que yo reacciono - ¿Estas bien? Te veo muy palida - me dice y muevo mi cabeza intentando despejarla de todos los pensamientos que se me pasan por la mente.

- Si, estoy bien Mila, no te preocupes - le digo regalandole una sonrisa y asi se tranquiliza un poco.

- ¿Que les habrá pasado? - pregunta, a lo que solo levanto los hombros, la verdad es que tambien me interesa saber que fue lo que les paso pero en estos momentos no creo que quieran hablar de eso.

- Estoy segura de que mañana sabremos que fue lo que les paso y como nos encontraron - dije poniendo mi arma en mi hombro y dandome la vuelta para volver a la vigilancia - ¿No termino ya tu turno? - por lo que tenia entendido ahora tendria que estar Mike cubriendo su turno y ella deberia estar en casa descansando.

- Ahora voy a casa, Mike ya esta cubriendo el punto de vigilancia - me dice apuntando en donde estaba Mike que al sentirse observado nos saluda levantando una mano - ¿Tu ya vas a descansar? - pregunto de vuelta.

- Deberia pero Luciano me pidio que lo cubriera ya que necesitaba pasar tiempo con su familia asi que el cubrira el mio mañana - no me desagrada la idea de pasar la noche vigilando ya que hace mas o menos una semana que no puedo conciliar el sueño mas de dos horas, asi que mejor aprovecho ese tiempo haciendo algo productivo.

- No te acustumbres a no descansar mira que necesitamos estar con las energias recargadas - siempre necesitamos estar asi pero no puedo hacer nada para dormir, ni siquiera contar ovejas me sirve. Es como si me faltara algo para poder descansar.

- No te preocupes Mila y ve a dormir mira que si no duermes andaras de malhumor y nadie te soporta, pobre Julen que tiene que soportar todo eso - digo riendo y solo me gano un golpe el brazo, si que tiene la mano pesada. Sin decir nada mas se fue sin antes mostrarme su lengua cual niña pequeña. Si algo me gustaba de Mila es que a pesar de todo lo malo que nos rodea, de alguna manera hace que todo psrezca mas sencillo, su forma de ser hace que todos nos contagiemos de esa buena vibra sin importar lo que vaya a pasar en el dia.

Asi dieron las 07:00 am. Y nada a cambiado, el resto de la noche transcurrio de manera normal. Escucho unos pasos detras mio y ya se de quien se trata, su manera de tararear es inconfundible y no es que los demas tambien lo hagan es simplemente que lo hace de una manera especial, dandole su toque a cada cancion que pasa por su mente.

- Buenos dias Lu - lo saludo de manera amistosa regalandole una sonrisa.

- Buenos dias preciosa - me devuelve el saludo, siempre a sido asi de cariñoso con todo el mundo - Por lo que me contaron tuviste una noche movida - era obvio que se iba a enterar nada mas despertarse.

- A sido interesante - digo - No todos los dias te encuentras sobrevivientes sin salir de estos muros.

- Tienes razón - dice recibiendo el arma que le ofrezco - De lo que me perdi - rió ante su reacción.

- Bueno Lu, ire a descansar un poco - o por lo menos lo intentaria - Nos vemos en un rato - dije dandole un beso en la mejilla.

- Descansa preciosa - se despide el esta vez - No te quedes por ahi dando vueltas, mira que debes dormir un poco - al parecer me descubrieron.

- Lo intentsré Lu, pero no te prometo nada - dije dandome vuelta para caminar a mi casa.

Cada vez que miro como van pasando las casas mientras camino se me vienen tantos recuerdos a mi mente, cuando iba y regresaba a casa despues de la Universidad, cuando esperaba con ansias poder ver a mi madre despues de un dia de clases, cuando llegaba a casa y veia a mi madre en la cocina y podia sentir el olor de la comida recien hecha, el abrir la puerta y tener encima a una pequeña bolita de pelos moviendo su colita contenta por mi llegada. Me da tanta tristeza saber que esos tiempos ya no volveran, que nunca mas tendre a mi madre a mi lado, que ya no escuchare su risa o sus regaños, sus abrazos efusivos que en esos tiempos me molestaban tanto pero que ahora son los que mas extraño. Tengo que aprender a superar su muerte, tengo que acostumbrarme a su ausencia, tengo que entender que ya no esta mas conmigo. Este lugar ahora es mi hogar, son aproximadamente diez casas dentro de los muros que antes de que todo esto pasara era un barrio exclusivo por lo que eataba todo cerrado, nadie podia entrar ni salir sin pasar por seguridad que es donde estaba haciendo guardia, ahora ya no es como antes ya que con el pasar de los dias fueron cerrando mucho mas levantando un muro con madera y todo lo que sirviera para frenar el avance de los caminantes. Al rededor de dos semanas desde que todo empezo y de andar vagando por las calles encontre este lugar y me recibieron con los brazos abiertos, me dieron proteccion y un nuevo comienzo entre todo este caos. Robert se tranformo en un padre para mi, vio mi lealtad por haberme dado un hogar y sabe que no voy a defraudarlo.

Paso por fuera de la casa de Robert y hay algo que me atrae a querer entrar. En la ventana de la casa veo a un pequeño niño que nunca habia visto por lo que deduzco que es el que llego anoche y es precioso, su pelo rubio y lleno de ondas en todas direcciones se ve bastante gracioso por lo que sin darme cuenta sonrio, su piel blanca ya se puede distinguir y anda con una ropa distinta. Reacciono una vez que escucho el sonido del timbre, se que no deberia estar aqui pero la curiosidad me mata y cuando ya estaba por retomar mi camino a casa siento que abren lentamente la puerta, que unos ojitos azules que se asoman curiosos al igual que los mios.

- Hola - me saluda con voz tierna, por lo que veo debe tener unos custro años.

- Hola pequeño - le devuelvo el saludo poniendome a su altura y el abre mas la puerta dejandome ver mucho mejor el interior de la casa y a el.

- No soy pequeño - dice frunciendo su entrecejo - tengo cinco - me muestra una de sus manitos con sus dedos levantados - ¿Tu quien eres? - para tener cinco años es bastante despierto y hablador.

- Me llamo Quinn - me presento regalandole una sonrisa - ¿Tu como te llamas? - pregunto y el solo mirarlo me da ternura.

- Dylan - responde, iba a seguir hablando pero alguien nos interrumpe.

- ¿Que haces Dy? - escucho que dice una voz femenina detras del pequeño - Sabes que no puedes hablar con extraños - dice a modo de regaño poniendolo detras de ella intentando protegerlo de mi.

- No fue su culpa - digo al ver la carita de tristeza que puso Dylan - Me llamo Quinn - me presente ofreciendole mi mano para saludarla, la cual tomo un poco dudosa.

- Brittany S. Pierce - dice ella aun mirandome de manera desconfiada y la entiendo, yo menos confiaria en una persona a la cual recien conozco y que me apunto con un arma la noche anterior.

- Mucho gusto - era mejor que me vaya - Espero que el lugar sea de su agrado - Ella solo asienta, no puedo negar que es linda, tiene el cabello rubio y unos ojos azules profundos, es alta y de tes blanca, se parece demasiado con Dylan asi que a lo mejor pueden ser familia - Que esten bien. Adios Dylan - me despedi del pequeño y el agito su manito. Estaba a punto de irme cuando alguien me llama.

- Quinn, querida - me saludan.

- Hola Robert - dije dandole una sonrisa. Robert es ya un hombre de edad, su pelo esta ya bastante canoso y su sonrisa amigable nunca se pierde independiente de la situación que estemos pasando - ¿Está todo bien? - siempre a sido preocupado por las personas que tiene bajo su mando.

- Si, todo bien - respondi - solo pase a darle la bienvenida a los nuevos inquilinos - es lo único que digo aunque tambien tengo un poco de curiosidad por los recien llegados.

- Que amable de tu parte - dice - Aprovechando que estas aqui queria hablar de algo contigo - y cuando pensé que mi curiosidad no podía ser más Robert hace que crezca - ¿Me acompañas a mi despacho porfavor? - dice y sin mas empieza a caminar, yo solo lo sigo de cerca sin decir nada más. Una vez que llegamos me hace una seña para que tome asiento mientras él hace lo mismo.

- ¿En que puedo ser útil? - pregunto un poco inquieta ya que él no dice nada.

- La verdad es que si, bueno siempre eres bastante útil - yo solo queria que me dijera lo que tenia que decirme - Bueno, como sabes anoche se unieron cuatro personas más a la comunidad y si te soy sincero no se como los acomodare - la verdad no me estaba gustando mucho para donde iba la conversación. Yo solo asenti esperando que siguiera hablando, y lo hizo sin antes soltar un suspiro - Iré al grano, me estaba preguntando si ellos podrian quedarse en tu casa ya que vives sola y tienes bastante espacio - sabía que me iba a salir con algo así pero no pensé que me sorprendería tanto.

- ¿Por que me lo estas pidiendo a mi? - pregunto trantando de que recapacite - Sabes que Santana y Maribel también tienen bastante espacio en la casa - queria creer que ese argumento podria hacer que cambie de opinión aunque por su cara sabia que no era así.

- No creas que no lo pensé pero bien sabemos como es el caracter de las Lopez y no me gustaria tener problemas con ellas por la convivencia - dice y vi que no tendria otra alternativa que aceptar, pero eso no significa que no pelearia.

- ¿Y si hablo con ellas? - le di una opción a ver si la aceptaba.

- ¿Recuerdas como se pusieron cuando les pedí que recibieran en casa a Luciano y su familia? - claro que lo recuerdo y hasta amenazaron con irse y todos sabemos que Robert no aceptaria una cosa asi.

- ¿No tengo otra opción cierto? - pregunte ya resignada a aceptar, no me quedaba de otra.

- La verdad no y sabes que estare muy agradecido - lo sé, pensé - Ya conociste a Brittany y Dylan - asiento - en la segunda planta están Rachel Berry y Finn Hudson - se me formo una sonrisa inconcientemente al saber por fin el nombre de la morena que vi anoche casi moribunda, la preocupación volvió a mi.

- ¿Ella esta bien? - pregunte y sé que Robert se dio cuenta de mi tono preocupado.

- Si, ya esta mucho mejor. Solo estaban cansados y hambrientos - empezó a contarme logrando captar mi atención completamente - Es normal después de pasar una semana afuera luchando por sobrevivir a los caminantea - ¡¿Una semana!? Wow y con un pequeño a cuestas - Lo sé - dice leyendo mi mente - es sorprendente la fuerza que tienen para no haber muerto en el intento - bastante fuerza y amor por sus propias vidas diria yo - Ya tienen que estar por bajar - dice y ni cuenta me habia dado cuenta de que ya estabamos de regreso en la sala.

Estuvimos esperando unos minutos a que bajaran mis nuevos compañeros de casa y era inevitable no quedarme observando a Dylan, como jugaba con una hormiga que habia pillado en algun lugar de la casa. Podía ver que a pesar de todo lo que tuvieron que pasar esa semana fuera, conviviendo practicamente con esas cosas él no perdía su inociencia y su capacidad de ser feliz aunque sea con un bichito que intentaba escapar de sus manitos que le tapaban el paso evitando que se vaya, como le salia una risa nerviosa cada vez que la hormiga se pegaba a sus deditos tratando de caminar encima de ellos, pero hubo otra cosa que me llamo bastante la atención y es que la misma mirada que tenia Dylan la compartía Brittany, esa mirada soñadora, feliz, inocente y divertida era la que ella tenia en este preciso momento. ¿Como hacen para ver tan colorido cuando afuera es todo gris? Me encantaria poder saber la respuesta a eso. Me iba a acercar a ellos para ver que era tan emocionados cusndo escucho que alguien va bajando las escaleras. Rapidamente me puse al lado de Robert lista para conocerlos pero no me habia esperado algo como eso, la morena que anoche habia llegado casi inconciente hoy esta radiante, puede que exagere un poco pero verla un poco mas recuperada, valiendose por si misma, caminando de manera tan agraciada y elegante hizo que mi corazón sufriera un salto, esa sensación de que tu corazón se salta un latido haciendo que una electricidad recorra tu cuerpo formando un cosquilleo de la cabeza a la punta de tus pies y cuando pensé que nada podía ser mejor que eso vi su sonrisa, calida y sincera en donde te muestra alivio y agradecimiento. Una vez que llego a nosotros me di cuenta de que es mucho más pequeña que yo, bueno no tan pequeña pero si quisiera abrazarla tendria que agacharme un poquito, tenia ganas de aplaudir al cielo dandole las gracias a lo que sea que hay ahí por mandar a un ser tan hermoso como ella. No sabia que me habia quedado embobada mirandola hasta que sentí un golpe en mi brazo y vi que habia sido Robert que a esta altura me miraba bastante divertido, lo único que hice fue agachar la mirada y sonrojarme como nunca antes lo habia hecho, hasta que escuche que Robert hablaba.

- Ella es Quinn - me presentó viendo que yo era incapaz de hacerlo - Se quedarán en su casa - yo solo asentí atreviendome a levantar la mirada dandome cuenta de que Rachel me miraba sonriente - Quinn - me llama y yo lo mire - Ellos son Rachel Berry y Finn Hudson.

- Mucho gusto - dije dandole la mano primero al grnadote con cara de tonto asustado para luego ofrecerle mi mano a Rachel y cuando la sentí entre la mia una corriente electrica atravesó mi mano subiendo por todo mi brazo haciendo que la quitara de manera brusca y cuando pensé que no podia sentirme mas avergonzada mi cuerpo me traicionaba pero no fuí la única por que ella tuvo la misma reacción que yo.

- Llevalos a que se acomoden Quinn - fue la orden que dio Robert - Debo ir a hacer una ronda a ver que todo este marchando bien - solo asentimos todos y emprendimos el camino hacia la que seria nuestro hogar compartido de ahora en adelante. Nadie dijo nada en todo el camino, no es que quede lejos tampoco pero el que más disfrutaba de todo era Dylan que se dedicaba a correr y saltar de un lado a otro.

Era increible pensar que hace un dia atras mi pensamiento de compartir mi vida con alguien era nula, desde que mi madre dejo este mundo decidí que no queria a nadie cerca mio por el miedo que me da el solo pensar en que puedo perderlos asi como ese caminante me arrebato a mi madre. Pero ahora, miro a Dylan corriendo de un lado a otro, apuntando a las mariposas que pasan cerca, como Brittany va cantando bajito pensando que nadie la escucha, cuando todos estamos pendientes de la letra, como Rechel y Finn se mantienen al margen pero de igual manera mas tranquilos. No se que vinculo tendran ellos, si seran novios, amigos o simplemente conocidos pero de todas maneras lo que sean a mi no me debe por que importar, es mejor asi. Una vez que llegamos a la casa abro la puerta dejando que ellos entren primero, a pesar de que es una casa grande no esta llena de lujos como pienso debio haber estado. Cuando Robert me contó como habían encontrado alguna de las casas era para reirse, las personas dueñas de las propiedades se llevaron la mayoria de sus cosas, creo que incluso hasta lamparas y lo encuentro tonto la verdad, ¿De que te serviria una lampara en medio de la nada? Obviamente en algun momento la electricidad se iba a ir y esas cosas serian innecesarias, pero en fin, cada loco con su tema. Les hice un pequeño tour por lan casa para que la vayan conciendo y cuando subimos a la segunda planta tuve algunoa dilemas en como repartiriamos las habitaciones, una obviamente era la mia que estaba cerca de la escalera, al lado derecho habia otra un tanto pequeña, al lado izquierdo habia otra, esta si del mismo tamaño que la mia, frente a esa se encontraba el baño que tendria que ser compartido por que solo hay dos, este y el de la primera planta pero ese no tiene ducha, y al final del pasillo estaba la ultima habitación igual del mismo tamaño. De alguna manera ibamos a tener que arreglarnos.

- Esta es mi habitación - dije señalando la que estaba al subir las escaleras - hay tres habitsciones más por lo que deberan elegir entre ustedes con cuales se quedan - entre ellos se quedaron mirando pero no espere ver a Dylan y Brittany correr desesperados abriendo todas las puertas, menos la mia, a ver con cual se quedaban, yo solo sonreí - Supongo que ustedes compartiran habitación - dije segura sin pensar primero, a lo mejor y no son nada y yo aqui metiendo la pata.

- No seria mala idea - dice el gigante mirando a Rachel con la que supongo es su sonrisa ¿coqueta? mas bien pareciera que le esta dando un espasmo, como si no pudiera mover las facciones de su cara de manera sincronizada.

- Sigue soñando Hudson - dice pasando a su lado para ir a la habitacion que estaba a la izquierda frente al baño - Yo me quedo con esta - dijo al ver que Dylan y Brittany ya habian elegido la de la derecha y la estaban disfrutando, solo escuchaba sus risas agitadas. A Finn no le quedo de otra que tomar la que quedaba.

Al ver que todos entraron en sus habitaciones hice lo mismo sacandome al fin mis zapatos, deje mi arma debajo de la almohada y mi cuchillo encima de la mesa de noche, no sabia que mi cuerpo mecesitaba tanto el poder sentir el suave colchon de la cama debajo mio, pero de repente me senti cansada, solo queria tener un momento de silencio y cuando pude relajarme los recuerdos de lo que paso durante la noche empezaron a ocupar mi mente. No sé por que estoy sintiendo todo esto pero no me gusto la manera en que llegaron, tan vulnerables y cansados, al conocerlos al fin me di cuenta de que nunca mas queria verlos asi, bastante ya han sufrido y no dejare que vuelvan a sufrir algo asi otra vez, de eso estoy segura. Por primera vez en tantos dias pude darme el lujo de conciliar el sueño pero no pensé que una intrusa morena se colaria en ellos haciendo que los brazos de morfeo me reciban con una sonrisa en la cara.