Disclaimer: Antes que nada, Dragon Ball pertenece a Akira Toriyama. Este fic esta hecho sin fines de lucro, disfrutenlo!!!

En este fic el padre de chichi esta muerto, adelante sabrán las razones,y la historia cambia un poco, todo sucede antes de la llegada de Raditz, pero al contrario de la historia original, Piccolo y Goku mantienen una relación amigo-enemigo antes de que todo pasará, ya verán porque… esta es una loca idea que me venia haciendo ruido desde hace unos años, pero no sabía como plasmarla, aun dudo que me quede como quiero, pero ya veremos… ustedes me dirán si queda o no:)

Porque te amo…

Capitulo I

Chi chi corría desesperada por el bosque de la montaña Paoz, sus recuerdos al fin habían sido revelados por Piccolo, estaba devastada¿como se atrevía a devolverle esos recuerdos cuando el mismo se los había quitado¿Cómo podía decirle esas cosas cuando el mismo la había alejado?

No entendía como Goku, su amado esposo y la persona en quien siempre confió, le escondiese semejante secreto… los odiaba.

Cayó de rodillas, no tenía fuerzas para levantarse, ni siquiera para llorar… no podía ver por el torrente de lágrimas que sus ojos emanaban mientras intentaba ocultar su rostro acongojado y asustado con sus pequeñas manos, ahora llenas de barro y rasguños. Se levantó con torpeza y se metió a un árbol hueco, necesitaba descansar, porque definitivamente no iba a poder dormir después de semejante noticia. Con la poca fuerza que le quedaba se recostó y se dejó llevar por los recuerdos que seguían fluyendo cruelmente sin tener alguna manera de detenerlos.

Mientras tanto en la casa de los Son, un preocupado y colérico Goku paseaba de arriba abajo como león enjaulado mientras sostenía a su primogénito, quién lloraba por la ausencia de su madre. Preocupado porque su esposa había huido y no había podido dar con su paradero, ya que de todos sus recuerdos tenía que recordar primero la forma de esconder el Ki -maldita sea Chi, donde te metiste- pensó con dolor mientras intentaba inútilmente de localizarla, se sentía un estúpido por haberle ocultado a su esposa un pasado que tenía derecho a saber, pero que la razón de ocultárselo no eran precisamente por protegerla… si no por algo que nunca había experimentado hasta que la volvió a ver, junto a el. Y rabia por que esa persona era precisamente la causante de todo el dolor de su mujer y ahora ponía en juego el bienestar de su familia.

Dejó caer una lágrima mientras abrazaba con fuerza a su retoño, quién ahora dormía pacíficamente en sus brazos, lo miró con tristeza y en ese momento vio el enorme parecido que tenía con ella… sonrió y con cuidado lo llevó a la cuna. Después se sentó en el sofá de la sala y miró hacia la ventana con anhelo, esperando que ella regresase. Sus ganas por ir a buscarla eran enormes, pero el arrepentimiento que tenía no lo dejaba avanzar… seguramente le odiaba, como no hacerlo… no se había acordado de ella hasta ese día, no le había importado su existencia… hasta ese día… el día en que se había enamorado como un idiota… de ella.

Piccolo buscaba por todos lados, volando, corriendo, nadando, sintiendo, preguntando… no sabia que más hacer, era como si la tierra se la hubiese tragado.

-Maldito el día que te enseñe a esconder tu ki- decía más para si mismo que para alguien en particular.

No había sido su intención causarle ese dolor, más no se arrepentía de haberle devuelto esos recuerdos dolorosos, la quería de vuelta, como debió haber sido siempre, cuando se enteró de su embarazo el mundo se le vino en cima, al verla ignorante de todo, sonriendo y amando a un hombre que no la merecía, sin saber su realidad, todo eso lo atormentaba, necesitaba que ella le disculpase y que volviese con el, como en los viejos tiempos, cuando eran solo ella y el.

-Chi-chan¿Donde demonios estás?-dijo en un suspiro mientras aumentaba la velocidad, solo esperaba que no hubiese recuperado su habilidad para volar, porque de ser así sería más que problemático encontrarla. El la conocía mejor que nadie, cuando no quería ser encontrada simplemente desaparecía, ni el mismo podía dar con ella, esa siempre había sido su mejor técnica.

Chi chi abrió los ojos con pesadez, se levantó y salió del árbol, aspiró aire fresco y miró hacia el horizonte… sonrió, no le habían encontrado, Piccolo debería estarse dando de topes por haberle enseñado esa técnica, al recordar eso sonrío orgullosa pero después bajó su mirada y suspiro-Piccolo…sama- cerró sus ojos con fuerza, los recuerdos venían sin detenerse, se sintió mareada y con sed. Como conocía perfectamente ese bosque se dirigió al río, al llegar ahí se sentó en la orilla y con sus manos tomó un poco de agua para después beberla, se acordó de su pequeño Gohan, seguramente tendría hambre, debía volver a casa cuanto antes.

Sin embargo no se levantó, una presencia conocida la observaba desde unos pocos metros, ella ni siquiera volteo, una manzana rodó hacia su mano, ella la tomó más no la comió, solo la observaba mientras sonreía-no me gustan las manzanas-dice ella con un suspiro-cuantas veces tendré que decírselo Piccolo-sama… a veces pienso que lo hace para molestarme- termina la chica mientras da un pequeño mordisco a la fruta.

-No seas quisquillosa muchachadi que me tomé la molestia de buscarte algo-dice el hombre verde con un tono distante, pero con una sonrisa y una mirada triste.

-No era necesario, yo sola puedo conseguir mi propia comida-contesta la chica mientras degustaba su manzana, pero aun sin mirarlo- después de todo, usted me enseño como hacerlo¿o no confía en sus enseñanzas?- esto lo dice con un tono risueño y sarcástico.

-¿Dónde diablos te metiste? Estuve buscándote toda la noche, tu marido no pudo salir porque no había quien cuidara a tu hijo… ahora ese pobre niño debe de estar hecho una furia por el hambre y tu aquí perdiendo el tiempo-contesta Piccolo más que nada para ver la reacción de la muchacha, quién se levanta y voltea a verle con seriedad.

-A eso iba, el que usted y mi marido sean los culpables de todo este embrollo no incluye que mi pobre Gohan tenga que pasar penurias-contesta mordazmente la chica mientras caminaba hacia Piccolo y pasaba de el sin dirigirle otra mirada.

-Estas a varios kilómetros¿recuerdas como volar? – dice el Namek sin voltearla a ver.

La chica no contestó, pero siguió caminando, Piccolo la tomó en brazos antes de que ella dijese nada y sin importarle los gritos y patadas que la muchacha le daba-BAJEME!!! PUEDO IR YO SOLA!!!

¿PERO QUE SE CREE USTED?

-¿Te acuerdas de todo?- dice con tranquilidad mientras la pegaba más a su cuerpo, ya iban muy alto y si la mujer todavía no recordaba como volar no quería arriesgarse a que cayese y se estampara contra el piso, Goku acabaría por matarlo, porque según sus cálculos el rencor que le tenía ese hombre en esos momentos no podía ser considerado normal para alguien de la tierra, inclusive para el propio Saiyan.

Chichi miró hacia la montaña, donde estaba su hogar- mmm

-¿Qué significa eso¿Los tienes o no mocosa?- pregunta el guerrero con desdén y zarandeandola un poco para que reaccionase.

-¿Qué haría usted si así fuese?-dice la mujer mientras jugaba nerviosamente con uno de sus mechones azabache.

-¿Porque me preguntas eso? Además, lo que planees hacer ahora es tu decisión, yo simplemente te devolví tu pasado, creo que era lo más justo -le contesta secamente Piccolo.

-mmm… tiene razón "señor Piccolo", después de todo usted me dejó con él… sin importarle nada más-contesta la chica con frialdad- supongo que la vida que me eligió era la mejor decisión…por lo menos para usted-esto último lo dice en un tono tan bajo que Piccolo apenas y lo alcanzó a escuchar.

-Claro que… si no estás… a gusto… podrías…-contesta inseguro Piccolo con la mirada fija al frente.

Chi chi ignora el comentario pues justo llegaban a la casa donde un angustiado marido esperaba en el jardín, Goku miraba a anhelante a su esposa e inmediatamente miraba a Piccolo con desdén, tenía al pequeño Gohan en sus brazos, aferrándose al niño que al ver a su madre reía y agitaba sus manitas queriendo alcanzarla. Chichi baja de los brazos de Piccolo y se acerca a Goku quién le miraba como esperando alguna reacción.

-Buenos días… -dice la mujer mientras tomaba a su hijo y entraba a la casa sin contestar ninguna de las preguntas que los ojos de su marido generaban.

Goku y Piccolo se quedaron a fuera, el primero esperando una respuesta por parte de la mujer y el segundo preocupado por el resultado de dicha respuesta, porque después de todo la verdadera chichi se había olvidado de él hacia muchos años.

:) Bien gentes! Espero sus comentarios, si les agrada la trama le seguiré a la historia y si no, pues también jajajaja… en fin, espero les haya gustado y tratare de actualizar con regularidad.

Nos vemos.