The legend of zelda no me pertenece, es de Shigeru Miyamoto y Nintendo, y sí es de alguien más, pues créditos para él, jajaja. Esto es un fanfic sin fines de lucro y esas weas.

Otra cosa es, que esto es un fanfic, así que no se tomen tan a pecho las cosas que vean, en serio, no se rompan la cabeza si ven alguna "locura" o "cosa absurda", jajajaja. Bueno rómpansela si lo desean, son libres de hacerlo. Sin más que agregar, comenzamos.
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Hace varios años, siglos tal vez, el destino, la casualidad, mera coincidencia, una probabilidad entre tantas, o cualquier factor que pudiera intervenir; provoco que se llevará a cabo una de las peleas más prematuras entre dos seres destinados a pelear, supuestamente, por la eternidad… reencarnando sin descanso alguno.

Abrió los ojos naturalmente, pues ya llevaba alrededor de 6 u ocho horas durmiendo. Se acomodó el cabello con el simple desliz de su mano sobre el, y bajo de su cama (un pedazo de tronco algo ahuecado para que pudiera dormir sobre el).

Miro hacia el suelo, encontrado sus botines de cuero (o algún material similar) y se los ajusto rápidamente. Entonces sintiéndose listo, salió de casa. Fuera ya le esperaba una chica pequeña de cabellera corta y color verde, con un atuendo del mismo color (un vestido largo, abrochado por alguna razón sobre su cintura, llegándole unos tres dedos encima de sus rodillas). Alrededor de aquella niña danzaba una especie de bola blanca alada.

El chico bajo y fue recibido con un abrazo, como todas las mañanas hacía ya algunos años. El correspondió y se separó delicadamente como de costumbre. Y ahí se quedó, esperando que ella le dijese algo.

Es tu cumpleaños número diez –sonrío junto a una grata risita-. Por lo que ahora puedes ir con él, adelante… y Link –sus mejillas se sonrojaron un poco, mientras desde su espalda deslizaba su brazo derecho, sacando de quien sabe dónde, un pequeño pedazo de pastel-, feliz cumpleaños –le dijo con voz tenue, al tiempo que le plantaba un beso en la mejilla y salía prácticamente disparada de ese lugar, dejando al chico absorto por aquello-.

Ella nunca le había dado un beso en la mejilla o alguna otra parte del cuerpo (desde que dejo de ser un bebé, pero eso él no lo sabe), durante los diez años que llevaba viviendo ahí, así que aquella escena sí que lo descoloco un poco; pero bueno, ella era su mejor amiga, así que no debía ser algo tan extraño… no obstante, siendo él tan perspicaz, deducía que algo no estaba del todo bien. O simplemente era, en ocasiones, un poco paranoico cuando algo nuevo le sucedía y no tenía explicación alguna para ello.

Comía lentamente el pedazo de pastel, dejando poco a poco aquellos pensamientos de lo sucedido hace unos minutos. El paso hacía su destino estaba libre, de alguna maldita manera estaba libre, y agradecía internamente que así fuera… verle la cara a aquel "tonto", sí que lo fastidiaba, siempre que deseaba acercarse a ese sitio.

Llegó hasta con el gran árbol, y se quedó parado esperando que éste despertara o algo similar. La verdad desconocía si aquellas cuencas en realidad estaban siempre abiertas o como rayos podía verlo con esos agujeros que simulaban ser ojos; y hablar con esa "boca".

Link –y el mencionado cayo de nalgas por la impresión, no esperaba que en realidad pudiera hablar tan naturalmente-. Hahaha, tranquilo, Link. Es la primera vez que "tú" –remarco esa palabra por alguna razón- y yo hablamos. Vaya recuerdos –desvarió un poco el gran árbol, sintiéndose nostálgico-. Disculpa, debes estar preguntándote "¿Qué rayos hago aquí?" ¿Por qué puedes hablar?" y un sinfín de cosas más.

–fue todo lo que dijo, cerrando la boca rápidamente, pues presentía que con esa simple palabra, aquel gran árbol le contaría todo-.

Link… tú eres parte de una leyenda tan antigua como el tiempo. Eres la reencarnación de un héroe que en la antigüedad fue castigado por alguna razón; razón que desconozco en realidad. Pero lo importante no es eso. Él dio su vida para proteger a las personas de aquel entonces, elevando las tierras hacia los cielos; pero quedándose él, junto a la diosa de aquellas eras, en el campo de batalla. Dando su mejor esfuerzo para someter a aquel maligno ser que había desatado el caos en aquel reino. No obstante, sus fuerzas no fueron suficientes para derrotar a aquel maligno ser, pero sí lo suficientes para debilitarlo, y que la diosa pudiera sellarlo, más no acabarlo, pues sus energías también habían sido consumidas en tan encarecida lucha. Héroe y Diosa, en sus últimos alientos, agradecieron por la ayuda mutua que se otorgaron en la batalla. El primero en irse fue el héroe, muriendo en los brazos de la diosa Hylia. Y ella, consciente de que el mal podría regresar, pues su sello sucumbiría en algún momento; hizo uso del poder que le restaba para que el alma de aquel valeroso héroe y la suya, pudieran regresar poco antes de que aquel ser se liberara de su prisión.

Link se encontraba muy interesado en aquella historia. Nunca se habría imaginado que su antiguo yo, hubiese sido un gran héroe.

Después de aquellos sucesos, si no mal recuerdo. Las personas que fueron salvadas en lo alto de los cielos, vivieron en paz por cientos de años, hasta que un día, una niña con un aura muy poderosa, y un niño de casi las mismas características, fueron engendrados por dos familias distintas. Aquellas personas, que de alguna forma supieron lo que paso con el antiguo héroe y la diosa; sabían que ahora que ellos habían nacido, algo sumamente peligroso les esperaría en el futuro. Pero vivieron felices aun sabiendo eso, y continuaron con sus rutinas diarias.

Aquel mal despertó y se hizo con la reencarnación de la diosa, una chica de nombre Zelda. Y Link, la reencarnación del antiguo héroe de nombre igual, fue en se búsqueda. A pesar de ir contra reloj, pero incluso dando todo de sí, no pudo prevenir el resurgimiento de aquel maligno ser… "El heraldo de la muerte", así se hacía llamar. Ambos sostuvieron una brutal batalla, pero en esta ocasión, el héroe Link se alzó con la victoria.

La espada Maestra, antigua arma que ya había sido utilizada por él, le otorgo una vez más su poder legendario, sellando ahora el alma de aquel maligno ser dentro de si misma; más no pudiendo prevenir la maldición que aquel maligno ser lanzo sobre el héroe… llevándolo a renacer una y otra vez, junto a él, para pelear eternamente, en lo que comúnmente se conoce como una lucha del bien contra el mal.

La espada Maestra no encerró completamente el alma de "El heraldo de la Muerte", él fue muy astuto y dejo una parte de su alma ser libre antes de ser absorbido y sellado por la espada de la leyenda. Y tú… Link, has estado peleando sin descanso desde tiempo inmemoriales.

No se supone que las "almas" puedan regresar una y otra vez a este plano de existencia, pero tú estás maldito, y la diosa Hylia reencarna junto a ti solamente porque se dijo a si misma que nunca permitiría que el héroe luchase solo.

Esta historia ha sido pasada de generación en generación por nosotros los "Árbol dekus", la verdad no sé desde cuando… hace muchos siglos. Y pienso que todos los héroes y princesas son unos inútiles.

Link abrió los ojos con asombro, pues no se esperaba ser ofendido, de alguna manera, por el gran árbol deku.

Link, mata a Ganondorf, la reencarnación del alma suelta que dejo "El heraldo de la muerte", y enciérralo en la espada Maestra.

El gran árbol deku, le explico exactamente lo que era un hyliano, y le hablo sobre algunas de las razas que habitan en el territorio de Hyrule. Le advirtió lo difícil que podría ser su misión, pues no todos los héroes lograban derrotar a Ganon o Ganondor, según la forma que mantuviera la reencarnación. Link entendió a la perfección lo que debía hacer, pero se cuestionaba si el momento era el adecuado, pues solamente tenía diez años ¿Cómo esperaba que un niño de diez años acabara con un sujeto con poderes malignos? Si no era siquiera capaz de levantar una roca que pesara la mitad de lo que él pesaba.

Volvió a su hogar, ignorando por completo los gritos de "feliz cumpleaños, Link" que sus amigos lanzaban. Maldiciendo en el camino al gran árbol deku, por la tarea que le imponía (así lo veía él).

Se había quedado dormido toda la tarde, y para cuando despertó era de noche (madrugada). Se acomodó pensando que hacer, y en un acto impulsado por el coraje que sentía, tomó su espada y su escudo y salió de su hogar, sin hacer mucho ruido.

Observo que todo estaba en absoluto silencio, por lo que le sería fácil salir del bosque Kokiri. Y así lo fue. Nada ni nadie le interrumpieron el camino. En su mirada había mucho odio y resentimiento. La espada la mantenía desenfundada, sujetada fuertemente con su mano izquierda, apretándola lo más que le era posible; "pobre de aquel que osara ponerse enfrente" pensaba lleno de rabia.

La espada cayó repentinamente de su mano. Link estaba pasmado. Lo que veía ante él no era más que una extensa llanura, con árboles por doquier y partes de "algo" (edificios) destrozadas. Unas extrañas cosas con varias extremidades, se encontraban cubiertas por tierra y pasto… y otra cosa que no supo que era.

Link recogió la espada, y ahora estando más calmado, por la impresión que le dio el paisaje, la enfundo tranquilamente. Comenzó a deambular. No obstante su mente le recordó el porqué de su escapada, y apretó los dientes una vez más.

Sin previo aviso, su mano derecha se agarroto, provocándole un intenso dolor, haciendo que gritara a todo pulmón en la extensa llanura, sin alguien que pudiese auxiliarlo. Llevo la mirada a su mano, y por un instante le pareció ver cómo un triángulo dorado desaparecía por completo de ella. No lo pudo observar del todo bien, y la verdad estaba muy confundido por aquello… sin embargo, algo en su mente, una especie de recuerdo, tal vez, le decía a donde debía ir. No iba a perder el tiempo buscando explicaciones o analizando sus probabilidades; simplemente haría caso a lo que su mente demandaba.

Viajo por un largo periodo de tiempo, alimentándose principalmente de frutas, y en ocasiones matando a ciertos animales. Bebía de lagos y ríos. En ciertos momentos se extrañó por no ver a otras "personas", pero aquello no era relevante en esos momentos.

Por fin, por fin llegaba a su destino. Desenfundo su espada y coloco su escudo en su mano derecha. Era hora de terminar con esta estupidez de una vez por todas. En el futuro probablemente podría cumplir con la parte más importante.

Pateo la puerta en dos ocasiones, logrando que cediera, permitiéndole la entrada a esa casa. Dentro lo observaban un hombre y una mujer mayores, de aspecto moreno, ojos rojos y cabellos de igual color; junto a ellos un niño de su estatura, probablemente tenían la misma edad.

El hombre estuvo a punto de hablar, pero una veloz flecha atravesó su garganta; la mujer sufrió el mismo destino, cayendo abruptamente sobre el cadáver de quien fue su marido. Ambos cuerpos tenían los ojos abiertos y veían al chico frente a él con "terror" en su iris sin vida. Link apretó los dientes, mirando al niño de piel casi obscura y apunto contra él.

El muy maldito había asesinado a sus padres.

Link aún mantenía su espada apuntando hacia ese chico. Quien bajo el arco lentamente, pues vio que la defensa que tenía aquel chico rubio era buena y probablemente no podría matarlo con una flecha.

Hehehe, al fin has llegado, héroe –le dijo con mofa, al referírsele como héroe-. Yo tuve una premonición, sabría que vendrías. Claro, no estaba seguro que vendrías tan pronto. Ambos somos aún unos niños y ya queremos ver la sangre de nuestro enemigo correr. Vaya destino ¿No? –le miro divertido, pues Link tenía un semblante confuso-.

Vamos, héroe, no pongas esa cara. No me digas que ahora te has arrepentido y no deseas matarme, eso no estaría bien ¿Sabes?, pues podría hacer muchas catástrofes en el futuro, una vez que aprenda a dominar bien mis poderes mágicos.

Dime, héroe ¿Aún deseas pelear contra mí? –Ladeo su cabeza un poco hacia la derecha, mostrándole una sonrisa burlona, para provocarlo-.

Te mataré –menciono secamente, asombrando al chico frente a él, quien se enderezo automáticamente ante aquella amenaza-.

Vas a ser el primero en conocer el poder del futuro soberano Ganondorf. Me hubiera gustado que también fueras el último, hehehehe –coloco su mano derecha a la altura de su pecho, mostrándole a Link la parte superior, donde una luz amarilla comenzó a surgir, mostrando un triángulo dorado, dividido en otros tres, donde el de arriba brillaba con una gran intensidad-.

Esté símbolo por alguna razón me da una fuerza increíble, y multiplica mis poderes mágicos, ¡Ha! –Extendió ambos brazos-.

La parte superior de la mano derecha de Link, también comenzó a brillar, mostrando el mismo símbolo que Ganondorf, solamente que el triángulo que brilla en él era el derecho. La explosión que causo Ganondorf al extender sus brazos, destruyó por completo su hogar, y arraso cientos de cosas que había en el camino, en un pequeño radio a su alrededor; excepto a Link, que por alguna razón ni siquiera fue empujado.

Vaya, al parecer tu triangulo te protegió de mi magia… interesante, me quedare con el cuándo te maté.

El primero en atacar fue Ganondorf, quien con un puñetazo hizo retroceder a Link, al impactar en su escudo. Lanzó otro golpe, al tiempo que saltaba, pero falló por completo. Su puño dio de lleno en el suelo, provocando una pequeña fisura, junto a un poderoso estruendo, en el mismo lugar.

Link sin perder la oportunidad, pues había esquivado perfectamente, lo pateo en el rostro con un puntapié. Ganondorf rodo al menos tres veces, por ese golpe. Link lo alcanzo y alzo su espada, dejándola caer sobre su oponente, en un tajo limpio, que corto parte de la piel del brazo derecho del chico de piel oscura.

Link alzo la espada una vez más, pero esta vez con la intención de encajársela en cualquier parte de la espalda, sin embargo Ganondorf, soportando el dolor de su reciente herida, se dio la vuelta y lo empujo con ambas piernas, logrando que Link perdiera el equilibrio y cayera de espalda. Dándose tiempo, ambos, para ponerse nuevamente de pies.

Ganondorf sentía la sangre escurrir por su brazo. Nunca se imaginó que así sería ser herido realmente. Alzo la mano izquierda, acumulando una pequeña cantidad de energía "electrizante" en su puño, y la lanzo sobre Link.

Link interpuso su escudo ante aquella energía, para protegerse, pero al ser impactado, la electricidad viajo a través del metal de su defensa, llegando hasta su brazo y provocándole contracciones por todo el cuerpo.

Ganondor aprovechó el momento, tomó su arco y una flecha, y disparo como pudo, debido al dolor de su brazo derecho, en contra de Link. Enterrándosela en una de sus piernas. Link apretó los dientes. El triángulo dorado de su mano brillo intensamente, aliviándolo del dolor provocado por la electricidad, y aminorando el mal en su pierna. Sin pensarlo saco la flecha de un jalón, provocándose una gran hemorragia, aunque eso no lo vio, pues su mirada se mantenía fija en Ganondorf, quien lo observaba sorprendido por su gran resistencia.

Link comenzó a correr hacía él, mientras su rival lanzaba más de aquella energía eléctrica, pero Link ahora las evadía, y por cosa de suerte, al intentar desviar una con su espada, la energía simplemente se desvaneció. Probablemente por la empuñadura, que al ser de madera no permitía que la energía se expandiera hasta su cuerpo. Eso le otorgó una gran ventaja, logrando llegar hasta su enemigo con suma facilidad.

Link enterró su espada en el pecho de Ganondorf, una, y otra vez. Ganondorf, lo golpeo en el rostro en varias ocasiones y le dio de lleno con una energía en el abdomen, al tenerlo encima de él. Link grito y se paralizo al instante, pero su espada ya había hecho su función, estando clavada justo en donde se sitúa el corazón de Ganondorf.

Link cayó al lado derecho de Ganondorf, mientras éste simplemente veía la empuñadura de la espada sobre su pecho. Link recupero el aliento, pero su corazón latía muy débilmente, y parecía hacerlo cada vez más lento.

Héroe… ¿Lograste tu cometido?

No –cerró los ojos, para concentrarse en su respiración, sabía que moriría en cualquier momento, pero por alguna razón no temía a ello-.

Cuando reencarnemos nuevamente, te mataré… y solamente tú caerás –sujeto con su mano izquierda la empuñadura de la espada que lo atravesaba, y ahí la dejo, apretándola, esperando que llegará el momento de su muerte-.

Link pensaba lo absurdo que había sido esto. No se imaginaba que Ganondorf, aquel ser reencarnado con el que debía pelear una y otra vez sin fin, fuera un niño también. Aunque si lo pensaba detenidamente, aquello había sido lo mejor. ¿Cómo esperaba vencerlo si hubiese sido un adulto? Supuso que se apresuró a los hechos, asombrado y confundido por haber conocido su destino de manera tan ¿"Precoz"?, si tan sólo el gran árbol deku se hubiera esperado más tiempo, o le hubiera dicho otras cosas. No importa. Había salvado Hyrule una vez más. Había logrado ser un héroe nuevamente; aunque probablemente eso nadie lo sabría, pues vivirían todos en paz por un largo tiempo. Y cuando esa paz acabara, seguramente su alma… maldita, desde tiempos ancestrales, regresaría para poner fin a ese malvado. "Ojala" pensaba, alguna de sus reencarnaciones, pusiera fin a esta estupidez de una vez por todas. Con ese último pensamiento, el pequeño Link, murió, abrazando su pequeño escudo de metal, acompañado del inerte cuerpo de su rival.

Bueno éste fue el primer capítulo. Probablemente haga más capítulos o solamente uno más, dependerá de la aceptación del fic. No me gusta hacer fics de varios capítulos, me aborrece, pero puede que simplemente lo vaya partiendo y así queden como varios capítulos, xD.

Amm, pues esté Fic, tendrá un Occ, basado en alguna chica de anime que me guste, jajaja. Sí, voy a destruir (modificar y/o cambiar) a algún personaje (femenino) de anime ya existente para complacer mis deseos. Y solamente será una, no meteré más personajes que no tengan que ver con TLOZ. A mí me tiene sin cuidado hacerlo, jajaja. Así que ni modo si eso les pesa de alguna manera (que no tendría porque, que absurdo). Ya pensaré en cual. Chao chao.

Pd: si parto la historia en capítulos serán como de esta misma extensión, algo cortos :v.