Disclaimer: La trilogía de "La hija de humo y hueso" no me pertenece, corresponde a su brillante autor Laini Taylor.
Dedicado a mi Nee-chan, por la simple y sencilla razón de siempre estar a mi lado en las buenas y en las muy malas.
IMITACIÓN.
"Amar y ser amado, es una locura, son deseos de besos dulces aunque sean aparentados".
Imitation Black
Cuando logré abrir los ojos una bailarina luz amarilla iluminaba la cueva y hacía que el frio fuera soportable. Quise levantarme pero todo el cuerpo me pesaba con un dolor punzante; me miré las manos…están completamente desgarradas… ¡Ya lo recuerdo!...estaba a punto de morir y… el ángel me salvo...
Lo busco por la cueva, y no me sorprende el ver, que es él la fuente de luz y calor.
-Me salvaste…- mi voz suena clara gracias al eco de cueva. Levanta la vista despacio y sus ojos son como dos brasas encendidas.
-Lo hice por ella…- me dice con tono serio.
-Gracias…- me sorprende que mi voz este cargada de decepción.
Se acerca despacio y puedo examinar de cerca su figura imponente.
-Los kirin son criaturas hermosas…-me mira detenidamente y puedo sentir como su mirada me quema la piel –Me recuerdas mucho a…ella- su voz salió casi como un susurro, sé muy bien que se refiere a Madrigal –Ambos huelen a la tierra mojada por la lluvia de verano…- esbozó uno sonrisa cargada de tristeza.
Sus manos llenas de marcas, entrenadas para matar…están temblando… ¿Acaso tanto amas a Madrigal, que su recuerdo te hace temblar?
Casi como un instinto (estúpido) con las manos ensangrentadas y adoloridas logro rozar las suyas.
-Gracias…- no sé que más decir, mi mente se ha ido de fuga.
Encorva la espalda y recarga la frente en mi hombro, siento los ligeros espasmos provocados por su llanto, sus lágrimas no son frías, son cálidas…
La guerra es terrible, realmente rompe en mil pedazos incluso a los guerreros más fuertes.
-Soy tan débil… no pude salvarte…-
-Por supuesto que lo hiciste, de no ser por ti estaría muerto… te debo la vida… Akiva…-
Levanta la cabeza y sus ojos están enmarcados por las lágrimas…como puede ser que el sufrimiento haga que alguien se vea tan hermoso…
-Perdóname Madrigal…- mi corazón se detuvo cuando escuche esas palabras…él solo me ve como una mala copia de Madrigal…
Su llanto se detiene cuando su rostro se acerca al mío; tan cerca que puedo oler el calor de su cuerpo… y como un instinto cierro los ojos…
Sus labios rozan los míos… solo un suave roce bastó para que todo el fuego de su cuerpo recorriera el mío, instalándose en mi corazón…depositándose en un sitio en donde dolía. Sin entender porque aquello me lastimaba.
-Te llevaré donde Karou…-rompió el silencio y cuando abrí los ojos de golpe, él no me dedicó mirada alguna.
Mis alas estaban demasiado lastimadas para volar, así que recorrí el cielo nocturno en sus brazos, algo en mi pecho dolía, podía escuchar mis latidos claramente en mis oídos… pero no entiendo la razón…. Y estoy seguro que nunca voy a entenderla.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
FIN
