El Potterverso pertenece a J. K. Rowling.
Este fic participa en el Minirreto temático de marzo de La Copa de la Casa del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black. Me tocó escribir sobre un personaje de mi casa -Gryffindor- al azar, y me tocó Iain Claverdon, para el que se me ha ocurrido una historia la mar de interesante. Lástima que el máximo fueran cuatrocientas palabras.
Vendetta
o—o
Tragas el vómito que sube por tu garganta y respiras hondo, tratando de tranquilizarte. No es la primera vez que haces esto, y si quieres terminar lo que empezó cuando apenas contabas tres años tampoco será la última.
No estás atado, pero nunca te has sentido menos libre. Eres una marioneta que sólo puede obedecer las órdenes de la voz ronca y basta de Alecto Carrow. La ropa, dice, y tus manos tiemblan pese a que no lo tienen permitido al desabrochar la camisa de la bruja.
Llega un momento en que no tienes que prestar atención; un punto en el que es igual que con el resto. Los movimientos son automáticos y cierras los ojos, deseando estar en cualquier otra parte. Deseando que llegue mañana y que ser el juguete de la mortífaga durante esta noche te sirva para ir con el resto a una misión; para, quizá, encontrar a alguien de la Orden y hacerles pagar por lo que le hicieron a Neil.
Neil. Eras tan pequeño cuando murió que su recuerdo ni siquiera es nítido; son risas difusas, abrazos que el tiempo ha vuelto cada vez menos cálidos. Era tu hermano, y murió por culpa de la Orden.
Pero claro, ¿a quién le importa eso? Él y sus amigos estaban haciendo el gamberro, y esos asesinos con cara de santurrones no se molestaron en comprobar que no fueran realmente mortífagos, sólo jóvenes que volvían de una fiesta algo achispados. Además, tuvieron la osadía de atacar a los buenos. No deberías protestar por la pantomima de investigación tras la muerte de Neil, su novia y una amiga; bastante afortunada es tu familia con la indemnización que el Ministerio os dio para asegurarse de que mantuviéseis la boca cerrada.
Como si el dinero fuese a devolverte a tu hermano.
Duele saber que Neil no va a volver. Duele ver cómo a tu madre se le humedecen los ojos cada vez que mira una foto suya. Duele la incertidumbre de no tener ni siquiera un rostro al que odiar.
Por eso tu orgullo está reducido a nada mientras obedeces las órdenes de Alecto. Por eso cambias acceso a las misiones importantes por sexo. Por eso no harás distinciones cuando encuentres a la Orden.
Por eso los matarás a todos.
Notas de la autora: El fic tiene 379 palabras. Y tengo que escribir más sobre Iain, porque es un encanto.
En fin, ¿qué os ha parecido?
