¡HOLA!
PUES EME AQUÍ DE NUEVO... LES PIDO UNA GRAN DISCULPA POR HABERLAS TENIDO TAN ABANDONADAS, LA VERDAD ES QUE NO SABÍA MUY BIEN QUE ESCRIBIR, LA INSPIRACIÓN ME ABANDONÓ POR UN BUEN TIEMPO, ADEMÁS DE QUE SE PRESENTARON ALGUNOS PROBLEMAS A NIVEL FAMILIAR...
ESTA VEZ LES TRAIGO UNA HISTORIA UN TANTO DIFERENTE, PARA LA CUÁL ME HE INSPIRADO EN UNA PELÍCULA DE NETFLIX, QUIZÁ MUCHAS LLEGUEN A SABER INMEDIATAMENTE DE CUÁL SE TRATA, AUNQUE DESDE LUEGO, HABRÁ CAMBIOS EN LA HISTORIA, EN FIN, ESPERO LES GUSTE ESTA HISTORIA
YA POR ÚLTIMO, LOS PERSONAJES DE CANDY NO ME PERTENECEN, ESTE FIC ES ÚNICAMENTE PARA FINES DE ENTRETENIMIENTO.
CAPÍTULO 1
-Candy, pequeña, despierta de una vez o llegarás tarde!
-Cinco minutos más… -exclamó somnolienta.
William Albert Andrew no fue capaz de contener la sonrisa que asomó a sus labios.
Candy siempre había sido una dormilona.
-Vamos cariño, Archie estará aquí en cualquier momento y yo debo marcharme pronto a la oficina…
Candy dió dos vueltas en la cama y finalmente se despertó tratando de orientarse…
De pronto se sobresaltó cuando miró su celular… era veintiocho de agosto, lo que significaba que era el primer día de clases de su primer año en la preparatoria.
Rápidamente entró en la ducha, luego rebuscó en su armario en busca de su uniforme escolar dándose cuenta con horror de que la prenda no estaba por ninguna parte.
-Papá ¿has visto mi uniforme? -gritó desde su habitación.
-No cariño. -respondió Albert desde la cocina.
Entonces Candy recordó que su ropa había sido enviada recientemente a la lavandería, por suerte, tenía un uniforme de repuesto, fue a su armario, y se hizo con la prenda, rápidamente se vistió y fue al espejo a comprobar su apariencia…
Ahogó un grito cuando se dió cuenta que la falda estaba irremediablemente rota, lo que significaba que estaba en verdaderos problemas…
Resignada, trató de encontrar una solución, rebuscó una vez más en su armario en busca de algo qué pudiera usar, al fondo de su armario, localizó su uniforme de la secundaria y se lo puso… por desgracia el tiempo transcurrido había dejado algunos cambios en su cuerpo que hacían que el uniforme le quedara más bien pequeño y ajustado…
La falda apenas le llegaba a la mitad de los muslos, y la blusa apenas disimulaba el contorno de sus pechos rápidamente.
Echó una mirada a su apariencia… no estaba para nada satisfecha, se sentía completamente fuera de lugar, pero tendría que conformarse, agradeció que al menos la secundaria y la preparatoria llevarán un uniforme tan similar, y que al menos podría utilizar la blusa de su uniforme de repuesto y disimular un poco el desastre.
Bajó al comedor justo a tiempo para ver que Archie, su mejor amigo, ya se encontraba cómodamente instalado en el comedor sirviéndose un plato de frutas y una taza de café…
-Supuse que tardarías eternidades así que yo… -dijo Archie despreocupadamente, pero se quedó mudo en cuanto vio a Candy y su vestimenta…
-Candy…
Ella le lanzó una mirada de advertencia que lo hizo callar de inmediato.
En ese momento Albert volvió de la cocina, el pobre casi se desmaya de la impresión al ver a Candy ataviada de aquella manera…
-Mi ropa aún está en la lavandería… -respondió tímidamente al notar la mirada reprobatoria de su padre.
Albert maldijo en voz baja… la próxima vez, recordaría recoger la ropa el mismo.
-Creo que es hora de irnos. -dijo Archie, un poco incómodo con la situación.
Candy estaba a punto de decirle a Archie algo, pero lo olvidó de inmediato al ver el auto de Archie...
-Wow, esta vez Stear si que se lució.
-dijo Candy echando una apreciativa mirada al camaro color amarillo aparcado en la acera.
Archie sonrió con satisfacción, su hermano le había obsequiado el auto con motivo de su cumpleaños número 17.
-Tener un hermano mayor tiene sus ventajas. -dijo con una sonrisa.
A sus veintiun años Stear, el hermano mayor de Stear había hecho una fortuna considerable gracias a su colaboración en Comunicaciones Grandchester y asociados de la cuál sus padres, y el padre de Candy eran socios.
-Sí tan solo mi padre fuera la mitad de generoso y me diera un auto.
Archie resopló.
-Sabes bien que si te decidieras a aprobar el examen de manejo, Albert te daría uno...
Candy hizo un puchero, a veces lamentaba que Archie la conociera tan bien, pero eso era normal, Archie y ella habían sido amigos prácticamente desde su nacimiento…
Sus madres habían sido amigas inseparables, por lo que su amistad era mucho más fuerte que cualquier otra, Archie había estado ahí para ella siempre, no era de extrañarse que su cariño rayara en la hermandad.
Cuando la madre de Candy recien había muerto, Archie prácticamente se había mudado a casa de Candy para no dejarla sola en ningún momento.
-Estás muy callada ésta mañana. -observó Archie.
-Eh… yo… yo… no es nada, sólo estaba pensando en el proyecto que nos encargó la señorita Pony…
-Diablos… no he pensado en nada en absoluto… -dijo Archie.
-debemos resolverlo ya…
-¿Te parece si nos reunimos por la tarde? -preguntó Archie, y Candy asintió.
-llegamos… -Anunció Archie, bajando del auto rápidamente para ayudar a Candy.
-¿Crees que podré pasar desapercibida? - dijo Candy, que empezaba a sentirse cada vez más incómoda con su ropa.
Archie la miró preocupado.
-Tal vez… si nos apresuramos, entraremos al salón sin que nadie nos preste atención.
Cruzaron el estacionamiento sin ningún contratiempo, sin embargo, al llegar a la explanada, Candy vio con horror que había un gran número de chicos reunidos allí…
Archie se dio una palmada en la frente.
-Por supuesto, ¿cómo pude olvidar el discurso de bienvenida?
Candy ahogó un grito… ella también lo había olvidado… el primer día reunían a todo el alumnado y el director o algún alumno de último grado daba la bienvenida al nuevo curso, ese año, se había invitado a un conocido alumno de la institución...
-Terry… murmuró Candy...
Archie apretó los puños.
-Ese bastardo…
Candy no podía estar más pálida…
Terry Grandchester… estaba por demás decir que era lo último que Candy necesitaba ese día… Terry era hijo del socio mayoritario de la compañía en la que los padres de ambos chicos colaboraban, ademas además tenía las notas más altas de todo el real colegio San Pablo, era un deportista nato y para rematar, era primo de Archie...
-Tranquilízate. -dijo Candy a Archie al darse cuenta de que su amigo apretaba los puños.
-No puedo… sabes cuánto lo desprecio… Acaso has olvidado todo lo que pasamos en nuestra infancia por culpa de sus burlas…
Por supuesto que Candy lo recordaba, Terry siempre los trató como un par de niños pequeños, especialmente a ella, a quién no paraba de gastarle bromas pesadas acerca de las pecas de su rostro y más tarde por la falta de busto… sin embargo, a pesar de lo mucho que le molestaba, Candy había aprendido a tolerarlo, pero al parecer, Archie estaba menos dispuesto a hacerlo, así que decidió entrar en acción.
-Archie, tranquilízate, no es… - dijo Candy a punto de decirle que exageraba, pero se lo pensó mejor, sabía que Archie no lo tomaría nada bien.
Archie la observó por un instante.
-No me digas que tú también formas parte de su club de fans… -dijo con tono acusador
-No, por supuesto que no, sólo… sólo pienso que no deberías darle tanta importancia, es todo… -dijo ella tratando de sonar lo más natural posible…
Aunque por supuesto, Archie no sospechaba cuan cerca estaba de la verdad…
Pues ya desde pequeña, Candy se sentía atraída de alguna manera hacía Terry, incluso en ocasiones le provocaba para que éste le gastara alguna broma, más tarde, cuando comenzó a fijarse en los chicos, se dio cuenta de que el castaño era sin duda el chico más atractivo que jamás hubiera conocido, pero a diferencia de las demás chicas, ella nunca lo admitiría… y es que por ningún motivo deseaba que Archie se enfadara con ella, puesto que conocía de primera mano la enemistad que existía desde siempre entre ambos chicos, además estaba segura de que Terry jamás la encontraría atractiva, él solía tener a su alcance a las chicas más lindas y ella no deseaba agregarse a la larga lista de espera de chicas que morían por tener un amorío con Terry.
-¿Sucede algo? -fue el turno de Archie de preguntar al verla tan pensativa.
-No… yo…
Pero su conversación se vio interrumpida, cuando uno de los chicos del equipo de fútbol intentó meter la mano bajo la falda de Candy.
Ella estaba aterrada y sorprendida a partes iguales, por lo que no fue capaz de reaccionar, hasta que vió como Archie se abalanzó a toda velocidad sobre el chico.
-Archie! -gritó Candy, temiendo que algo pudiera pasarle a su amigo...
El chico era grande y musculoso, Archie era más bien delgado, y aunque no tenía una mala condición física, definitivamente no tenía nada que hacer contra aquel chico.
-Por favor, detengan la pelea, suplicó Candy, pero nadie pareció escucharla, por el contrario, la mayoría había formado un círculo alrededor de los guardias implicados, esperando el comienzo de lo que sería una masacre…
Candy cerró los ojos cuando el musculoso tomó impulso para dar el primer puñetazo…
Esperaba con angustia que todo terminara pronto, sin embargo se quedó paralizada, cuando vio que aquel tipo grandulón estaba en el piso con un agudo dolor, pues Terry le había sacado todo el aire del estómago.
Candy abrió los ojos como platos al reconocer a su salvador...
-Nadie pidió tu ayuda. -dijo Archie, muy cabreado.
Terry sonrió de forma arrogante y se aproximó al tipo que yacía tirado en el piso…
-la próxima vez no sólo será el aire, le dijo en un tono amenazador que nadie más escuchó, luego cómo si nada, se marchó de ahí sin dirigir una sola mirada ni a Candy ni a Archie, que lo miraba como si quisiera asesinarlo.
Después del incidente, la mañana transcurrió de manera relativamente tranquila, nadie se atrevió a comentar nada, y Candy lo agradeció.
Sin embargo, antes de finalizar el día, Candy fue llamada a la oficina del director…
No le sorprendió ver a Terry y a Neil Leagan, (el chico del incidente) quién se limitó a apartar la mirada rápidamente.
-señorita Andrew… entiendo que por la mañana hubo un inconveniente que la involucra a usted y a los caballeros aquí presentes…
-Bueno yo… lo siento, no quise… es sólo que verá… -dijo Candy intentando disculparse, después de todo, si ella no hubiera estado usando aquella falda tan reveladora, entonces no sé habría suscitado ningún accidente…
-Leagan es un cerdo… -dijo Terry.
-Señor Grandchester. -reprendió el director, pero Terry hizo caso omiso.
-Él señor Leagan, intentó tocar de forma indebida a la señorita Andrew…
-Viatiendo de esa forma… murmuró por primera vez Neal Leagan…
El director pareció meditar las palabras del chico, e incluso mostró cierta simpatía…
-Señorita Andrew, sabe muy bien que ese no es el uniforme escolar…
-Lo sé… yo… hubo un inconveniente con mi ropa ésta mañana y yo… bueno no tuve más remedio que utilizar mi viejo uniforme…
Terry estaba que ardía de rabia, pero no dijo nada más, se limitó a escuchar el sermón que el director les dio a los tres, y salió de la oficina.
Candy fue la última en salir, no estaba dispuesta a volver a toparse con Neil, además, tenía que pensar una forma de volver a casa, puesto que esa tarde, y seguramente Archie ya se había marchado.
Grande fue su sorpresa cuando al llegar a la salida se topó con Terry, que esperaba junto a una motocicleta.
-Te llevaré a casa. –le dijo a Candy.
-Creí que… es decir… puedo ir andando…
- ¿Y tener que involucrarme en otra pelea para salvaguardar tu honor? No, ni de broma… -dijo, y le tendió a Candy un casco, ella se cruzó de brazos e hizo un puchero, pero, consciente de que no tenía muchas opciones, tomó el cascó y se montó en la motocicleta sintiendo que el corazón le latía a mil.
