Los personajes no son mios, son la de fabulosa S. Meyer. La trama si es mia.. :)

Contiene Lemmon! Ya estan advertidos.


Mujer realizada

Capitulo 1: "¿Qué estoy haciendo?"

Estas loca… ¡Estas demente!

Mi mente se regocijaba auto insultándome. Yo, Isabella Swan, una mujer vuida con 31 años de edad y dos hijos, tenía una vida totalmente hecha.

Soy totalmente independiente, vivíamos en California, trabajo como profesora de universidad dando las clases de literatura avanzada, mi hijo mayor, Aaron, tenía 11 años y la menor, Allie, 7. Vivía solamente con ellos, tenía una vida realizada… Solo me faltaba encontrar al hombre correcto…

Solo faltaba ese detalle, siempre me decía a mi misma que cualquier hombre quisiera estar con una mujer realizada como yo, y había recibido muchas ofertas, de polvos, de compromisos, hasta de casarme con ellos, pero sabia perfectamente que lo hacían por la fortuna que me había dejado James, mi ex marido. El había muerto seis años atrás en un accidente de tráfico. Ya estaba recuperada y el dolor había sanado.

Durante esos seis años no he encontrado "el hombre ideal". Yo quería que mis hijos lo aprobaran, y lo quisieran. Que no lo vieran como el reemplazante de su padre, porque nunca seria así. Nadie les remplazaría a su padre.

Bueno, ¿de donde viene todo esto?... Hace cinco meses todas esas expectativas se habían ido a la mierda.

Si, era una mujer realizada, deseando encontrar al hombre ideal… entonces ¿Por qué tenia a un chiquillo en mi cama?

Si…uno de mis estudiantes, el chico mas guapo que había visto nunca, con su cabello broncíneo totalmente despeinado, cosa que le hacia ver sexy, esos ojos esmeraldas, con esa miranda profunda te dejaban sin aliento, sus rasgos parecían cincelados en piedra, pero a la vez tan suaves y perfectos, sus cejas y pestañas gruesas pero no desagradablemente, lo hacían ver mas varonil y esos labios… esos labios carnosos y suaves que con un solo roce te dejan viendo estrellas y esos dientes tan blancos que eran perfectos…

Su majestuoso cuerpo trabajado, no era exagerado, pero podía ver claramente sus bíceps, sus fuertes brazos, sus abdominales, esa V de la pelvis que me derretía, sus increíbles piernas de corredor, ese pecho tan duro que lo cubría un suave bello broncíneo, sus grandes manos y largos dedos de pianista.

Edward Cullen, ese es su nombre. Hijo de un prestigiado doctor aquí en California y la más destacada diseñadora de interiores. Esme y Carlisle Cullen. El tenía un hermano, tres años mayor que el de 26 años, Emmett. Edward tenía 23 años de edad. Tenía toda su juventud por delante para echarse todos los polvos que quisiera con todas las mujeres que quisiera, entonces, ¿Qué hace en mi cama? ¿Qué hago yo en la del?

Ahora lo tengo a mi lado, durmiendo con una sonrisa en sus labios sonrojados e hinchados por el acto que acabábamos de realizar unos minutos atrás. Lo tenía abrasándome posesivamente por la cintura y yo descansaba mi cabeza en su hombro, teniendo una vista de su mentón y su perfecto cuello.

¿Por qué no lo alejaba?... Simplemente no podía. Ya que con solo tocarme me desvanecía a sus pies… Había tratado desde tres meses sin éxito alguno. No sabía exactamente que era, pero el tenia un efecto en mí. Con solo ver ese majestuoso tatuaje que le cubría su espalda, me derretía, con que mordiera mi lóbulo de mi oreja, me excitaba y con que entrelazara mis dedos con los suyos, me mojaba.

Nunca nos habíamos dicha nada, ni un te quiero y mucho menos un te amo. Si estaba el te extrañe y el te deseo.

¿Cómo lo conocí? Simple.

Hace ocho meses estaban iniciando las clases aquí en la universidad. Me acuerdo que una tarde de lunes me encontré con Alice, mi mejor amiga, para tomarnos un café en una de las cafeterías que rodeaban la universidad. Estábamos charlando cuando Alice me hablo.

Flash back

- Bella, no voltees, pero unas cuantas mesas mas atrás, hay un hombre – Alice río tontamente mirando de soslayo a la mesa, entonces volvió a mirarme – bueno… un niño que no deja de verte – volvió a reír.

- Estas imaginando cosas, Alice.

- No… te lo aseguro… Bella, ¿es uno de tus alumnos? – pregunto.

Me hice la tonta y espere unos segundos para que no se hiciera notorio. Cuando no soporte más a Alice, cuidadosamente y como si fuera casualidad gire mi rostro hacia donde Allie me indicaba.

No, no era uno de mis alumnos, pero WOW… Es el chico más hermoso que he visto en mi vida. Su cabello cobrizo lo tenia ligeramente desordenado al viento, los ojos verdes y podía ver perfectamente que el día de hoy no se había afeitado. Le parecía ver mayor unos cuantos años. Quizás tuviera unos 20 a 24 años. El solo me observaba directamente, sin avergonzarse si nada, ¡ni siquiera pestañaba!

- No, no lo conozco – gire nuevamente mi rostro hacia Alice, quien me miraba acusadoramente – no me mires así, de verdad no lo conozco.

- Te creo… ahora ve y follatelo – ordeno Alice demasiado alto mirando a aquel chico.

La carcajada que salio de mi boca fue mas de sorpresa, me pillo desprevenida.

- ¡Alice, estas completamente loca! – chille entre carcajadas, al parecer muy fuertes, ya que todos me observaban. Mis mejillas rápidamente se sonrojaron con un rojo furioso.

- Quizás… pero se cumplirá mi palabra – tomo un sorbo de su café.

- Si claro… adivina.

Seguí molestándola y riéndome fuertemente de ella.

Fin Flash Back

No sabía cuanta razón tenia… Esa fue la primera vez que la vi, dos días después lo vi en unas de las butacas del gimnasio, charlando con unos de los deportistas de la escuela. Me senté a charlar con la profesora de finanzas, Caroline, frente a el, mientras me comía con la mirada prácticamente.

En los días que le siguieron a la semana, me lo pase encontrándomelo. En los pasillos, en las mañanas, en la hora de almuerzo, al final de clases… Uf.

La semana que siguió, estaba caminando luego de la hora de almuerzo para darles mi clase a los de ultimo año que se licenciaban en Literatura, cuando uno de los chico mencionó mi nombre.

Flash Back

- ¡Bella! – grito aquél muchacho que reconocí como Tyler Crowley.

Acostumbraba a que mis alumnos me llamaran por mi nombre y me trataran de tu, no de profesora y el horrendo usted.

- Hola, Tyler

Lo salude amablemente y como es mi costumbre me acerque a saludarlo, pero me paralice al percatarme de que a su lado estaba el. Sin pensarlo dos veces seguí caminado hasta que quede lo bastante cerca de ellos.

- Hola, Bella. Sabes tengo una duda acerca de la teoría de la ultima síntesis, ¿me podrías ayudar?

- Claro, aunque no nos toca clase hoy, ¿o si?

Comencé a asustarme, ¿Qué día era hoy? Yo lo recordaba como martes. Hoy no tenía clases con los de cuarto año. Solamente con los de segundo año y los que se licenciaban…

No pude seguir pensando, mis ojos se encontraron con unos bellos ojos esmeraldas. De nuevo me comía con la mirada y yo no podía concentrarme. Sentía millones de mariposas que se instalaban en mi estomago. Me sonroje. ¿Por qué demonio debe mirarme así?...

- OH, no es que… Como sabes estudio administración de empresas y hoy tenemos una prueba y entrara lo último que vimos ayer por la tarde en tu clase. Si te soy sincero ayer no lo comprendí, pensaba pedirte ayuda mañana en clases, pero nos avisaron hoy en la mañana sobre esta prueba – se encogió de hombros.

- No hay problema – le sonreí mirando mi reloj – aun quedan treinta minutos.

Me senté a su lado, dejándolo a el entre los dos. Me concentre en la tesis y se lo explique claramente. Entendió luego de unos diez minutos para luego comenzar a preguntarme mas cosas que según el no había entendido. Finalmente comprendí que no entendió nada en la clase completa, pero no me molestaba ayudarlo. Me encantaba hacerlo. Cuando le quedo todo claro, me levante.

- Gracias Bella, de veras – agradeció de corazón.

- No te preocupes, es mi trabajo… Nos vemos Tyler… Hasta luego – le dije al chico, que aun, se encontraba a su lado. El me sonrío torcidamente.

Desde ese momento esa era mi sonrisa favorita… ¡Lo siento Aaron, Allie!

Fin Flash Back

Luego de ese día, Tyler vino a mi corriendo diciéndome que gracias a mi había aprobado el examen.

Los días siguientes lo vi acompañado de una señorita, que conocía como Tanya Denali. Andaban perfectamente de la mano para todos lados. Era normal que un chico guapo, estuviera con una chica guapa… Aunque no sabía por que, moría por ir y quitarlo de su lado. Según lo que me charlaban mis alumnos, ella era una golfa. Se había metido ya con media universidad y con Tomas, ex profesor de entrenamiento físico.

Dentro de esa misma semana, me entere de que también se había involucrado con el profesor de literatura en medicina, por lo que el director, el pelao, como era conocido, me dijo que yo sustituyera esa clase, ya que entre mis estudios estaba ese ramo.

Acepte y me encamine al salón J 3.

Flash Back

Esperaba de todo al entrar, reclamos, silbidos, pifias, etc.… de TODO, menos lo que me encontré en ese momento.

En la puerta del salón se encontraba la bella pareja besándose apasionadamente en la puerta. Ella estaba aprisionada contra esta y el recargándose en ella, manteniendo las manos en sus caderas. La sangre me hirvió y mire mi reloj, solo faltaban cinco minutos, así que decidí actuar.

Camine hasta la parejita, cosa que tendría que hacer quisiera o no, y me coloque frente a esta. No se percataron de mi presencia, por lo que tuve que soltar un Ejem, para que me tomaran atención. Ambos me observaron confusos, ella con desprecio y el sorprendido. Les hice un gesto con mis manos para que me dejaran pasar al salón murmurando un disculpen, agriamente, y el se alejo, dándome la entrada, aunque eso significaba acercarme demasiado a el, ya dejaron espacio reducido.

No dije nada más y entre al salón. Todos se sorprendieron porque quizás pensaron que regañaría a la parejita, pero como no les tome atención y los silbidos comenzaron a volar por el salón.

- Chicos… Lamentablemente el profesor Kraus no podrá seguí dándoles esta clase por razones laborales.

- ¿Qué sucedió? – pregunto una muchacha bajita.

- Eso no puedo mencionarlo…

- ¿Cuál ES TU NOMBRE? – gritó emocionado otro chiquillo.

- Bueno, soy Bella Swan, y seré su profesora esta clase.

- ¿Solamente de esta? – pregunto uno de los alumnos haciendo un puchero.

- No lo se – dije riendo suavemente.

- Pero, tenia entendido que usted – eso fue como un balde de agua fría.

- Ag, no me traten de usted,… de Bella y tu. Por favor – les rogué.

Todos rieron Supe que me llevaría bien con esta clase.

- Ok, pero tenia entendida que tu – marco bien la palabra, cosa que sonreí - hacías clase solamente a los de licenciatura en literatura, clases de publicidad y a los de administración de empresas – argumento una chiquilla que conocía perfectamente.

Lauren Mallory, su padre me había insinuado cosas. ¡Viejo asqueroso!

- Si, se suponía, pero resulta que también estudie esto – fui cortante y clara.

Entonces pude ver que toda la atención se puso en la puerta, en donde aun estaba los tortolos. Nunca soportaba algo así, menos con mujeres como ellas. Suspire.

Mire nuevamente el reloj y la clase ya había comenzado, por lo que me acerque a la parejita, para cerrar la puerta, y me sorprendí al notar como el quería entrar y ella no se lo permitía, ya que jalaba de su mano para que no se quedara en esta clase.

- Por favor, les pediría que tomen asiento o simplemente se marchen, interrumpen la clase – me mantuve seria. Sin embargo no los mire a ninguno a la cara.

Todo dentro del salón era silencio presenciando la escena. Unos cuchicheaban que los echaría. Tenia ganas de hacerlo, pero los dejaría elegir.

- ¡Amor, quédate conmigo! – rogó Tanya jalando de su brazo, tratando de llevarlo fuera del salón. El la miro irritado.

- Tanya no puedo, ahora suéltame – pidió educadamente jalando sutilmente su brazo.

Me estaba dando cuenta que debía ponerle un nombre hasta que me supiera el verdadero de el. Mire su rostro y decidí ponerle el chico Crayola, ya que el verde de sus ojos me hacia recordar los lápices de mi hija cosa que solo pude apreciarlo una vez en un lápiz de crayola.

- ¡Vamos!... así me acompañaras a casa – dijo ella. Era claramente una invitación.

Algunos chicos dentro del salón comenzaron a reír, otros a silbar y a decir "yo te acompaño" y otros simplemente bufar.

- No, Tanya – dijo firmemente el chico Crayola.

- Vamos, se que quieres.

Ya no podía seguir perdiendo el tiempo. Bufe desesperada. Me acerque más a ellos. El salón volvió a quedar en silencio.

- Señorita Denali, el caballero ha dicho que no, así que su fuera muy amable deje de armar un escándalo y déjeme hacer mi clase.

Ella me observo con rabia comprimida, tiempo atrás, había sido yo la que la encontró con el profesor Tomas en una de las duchas del gimnasio, aunque no fui yo quien los acuse, yo los descubrí y les lance un millón de improperios, sobre todo a ella.

El chico crayola me miraba sorprendido y con un brillo especial en los ojos, pero desvíe mi mirada de el esperando.

Gracias a Dios lo soltó y el se encamino al salón. La mire mientras le cerraba la puerta, en su cara sin decirle nada.

- Bien… alguien podría decirme cual fue la última síntesis mencionada, por favor.

Una señorita levanto su mano y la clase continuo normal.

Fin Flash Back

Al día siguiente, el pelao, me comunico que la clase había sido un éxito así que me quedaba con la clase y que mi sueldo aumentaba… ¿Cómo resistirse?

Pasaron dos clases mas, la novia no lo dejaba en paz, el se reía en silencio, nos hacia perder 15 minutos de clase, no respetaba a la autoridad, no hice nada hasta que en la tercera clase no aguante, lo sentí mandándose mensajitos, seguramente con ella. Lo eche del salón, se resistió, pero a fin y a cabo se marcho rezongando.

Le comente a mis colegas este hecho y dijo que era extraño, ya que el nunca se comportaba así. Ellos mencionaron ese día como el niño Cullen, aunque aun no tenia oportunidad de saber su nombre.

Hasta ese día.

Flash Back

Faltaba diez minutos para empezar las clases con el año de medicina. Esperaba concientemente que el chico Crayola, fuera soportable.

Camine hasta la entrada, al parecer mis suplicas fueron escuchadas… ¡Gracias Dios!, quise decir, pero no tuve tanta suerte.

Cuando puse mis queridos pies dentro del salón me encontré con la escenita del año.

Ella estaba sentada sobre MI escritorio, con EL entre las piernas. Se besaban y no les importaba dar un espectáculo como ya lo hacían. Todos le miraban y ponían cara de terror al ver que yo camina hacia donde ellos. Esto rebalso el vaso, sobre todo cuando note que el tenia una mano bajo la falda y la otra bajo su blusa.

No se percataron de mi presencia. De nuevo.

- Si fueran tan amables – les dije furiosamente.

Ella giro su cabeza y me observo al mismo tiempo que el "retiraba" sus manos de ella y se alejaba un paso. Ella bajo de la mesa. Y se arreglo las ropas. Me daba asco poner mis cosas en ella, por lo que las deje en la silla. Ellos no dijeron nada, solo caminaron hasta la puerta, donde se volvieron a besar apasionadamente.

Camine hasta Ángela Weber, mi mejor estudiante y le pregunte como se llamaba el chico.

- Edward Cullen, Bella - asentí con la cabeza.

Gracias.

El chico hizo como si nada, se despidió de Tanya y se sentó en su puesto, como siempre. Eso no lo iba a aguantar. No iba a pasarme a llevar. Quizás las primeras clases lo permití, pero ya no. YA NO. La sangre me hervía, pero, sin embargo conserve mi calma y serenidad de siempre

- Señor Cullen – mencione con voz firme, autoritaria y fría, el levanto la vista y me observo – fuera – le ordene apuntando la puerta.

- Pero… pero ¿por que? No he hecho nada – alego. Eso hacia que me enojara más aun.

- Por lo mismo… ¡Fuera!

El se levanto mirándome, tratando de intimidarme… ¡Como si lo consiguiera! Lo seguí hasta la puerta, apropósito todos en el salón estaba en silencio. Nadie hablaba ni mencionaba nada. Miraban la escena asustados y un tanto divertidos.

Camine detrás de el. Había algo que dejarle en claro a este niño.

- Espérenme un segundo – mencione antes de abrir la puerta.

El salio enojado, Salí detrás de el y cerré la puerta tras de mi. Me coloque mis manos en mis caderas, cosa que el noto y su mirada se encendió. Me volvió a comer con la mirada, literalmente. Una mirada llena de lujuria.

Concéntrate Bella.

- Mire Señor Cullen, seré muy clara con usted – si quería conseguir algo lo mejor era ponerse firme desde el principio, ¿no? – no lo dejare entrar mas en mi clase.

- No lo entiendo – dijo suavemente lleno de confusión.

- Hasta que no arregle sus… problemitas y escenas para nada agradables con su novia, no lo dejare entrar mas – fui nuevamente firme.

- Pero, profe… déjeme entrar – suplico. ¿Profe?

- Cuando arregle eso podrá entrar, esta clase no lo hará.

Con eso me adentre al salón, sin cerrar la puerta saque mí cabeza por ella y le grite.

- Cuando lo arregle, vaya a mi oficina, Señor Cullen.

Regrese al salón y todos me veían serios. Nadie hablaba y supuse que estuvieron así de calladitos para poder escuchar lo que pasaba allá afuera. Me encamine hasta el escritorio, saque unos pañuelitos húmedos desinfectantes de mi bolso, que las tenias por alguna "emergencia" de mis hijos, y pase uno sobre todo el escritorio. Puse cara de asco cuando pase mi mano en el lugar donde había estado su trasero. Muchos rieron y comenzaron a hacer bromas ligeras. Me reí con ellos y comencé la síntesis.

Fin Flash Back

Me estremecí al recordar besándolo con esa perra de esa manera. Bueno, luego no lo vi más en todo el día. Al día siguiente me lo encontré detrás de las butacas, casi en las mismas condiciones que en el salón, solo que esta vez ella se encontraba arriba de el. Me marche sin decir nada para dejarlos "tranquilos". Ya que no era nada agradable estar sexualmente frustrada y ver estas escenas me… provocaban efectos pudorosos.

Si, en ese tiempo estaba sexualmente frustrada, había pasado mucho tiempo después de mi última relación sexual en ese tiempo. Un año exactamente, y es que con dos hijos, una carrera y ser una ama de casa, el tiempo se me iba por completo y en las noches terminaba exhausta y me dormía inmediatamente. Agradecía tanto a Heidi por cuidarme a los niños…

Como decía, tener que ver estas imágenes y mas encima con un Dios griego personalizado no era nada fácil. Sabia que no era correcto pensar así en el, pero no podía controlar las fantasías en mi cabeza, corrían solas.

Parecían tener pies propios. Pero lo que mas me tenia sorprendida era que no sabia lo que me sucedía cuando mi miraba de esa forma. Como comiéndome con la mirada poco a poco.

Luego de ese día, no lo vi mas hasta el lunes que vino, ya que eran días festivos. Cuando llego el lunes y sobre todo cuando llego la hora de hacerles clase, estaba un tanto estresada. No había descansado bien, y eso que si había echo muchas cosas como para terminar agotada, salir con los niños; ya saben ir al cine, al centro comercial, a los juegos infla-bles, a las atracciones mecánicas, etc.… Sin embargo, durante esos tres días de descanso, despertaba en las noches toda empapada de sudor, pero sobre todo con un terrible dolor en mi entrepierna.

Estaba teniendo sueños húmedos con el. Y lo único que pensaba e ese momento era "Quizás debería comprarme un nuevo vibrador…"

El día lunes no apareció en mi clase y agradecí aquello. Seria muy peligroso verlo, sobre todo si con su novia montaban una nueva escenita. Salí temprano ese día de la clase, ya que el pelao me llamaba a su oficina. Pero jamás me imagine encontrarme lo que me encontré.

Flash Back

Pasaba por uno de los baños del pasillo más alejado del campus, en dirección al pelao, cuando sentí ruidos de dudosa procedencia que venían desde el baño. Parecía un llanto.

Quise asegurarme de que todo estuviera bien, así que camine hasta la puerta de los baños, que abrí cuidadosamente, pero de pronto fui abrumada al escuchar nuevamente los gemidos, pero estaba vez más alto. Esos gemidos no eran de llanto, eran de placer, del placer más grande en esta tierra.

Mi curiosidad aumento considerablemente y entre a los baños. Recuerdo que me quede estática, no podía despegar la vista de ese hermoso trasero que se contraía con cada estocada.

Los pantalones los tenia en sus tobillos, debajo de esta estaba las braguitas de la chica, que tenia las piernas envueltas en la cintura del chico, subí aun mas mi mirada

Y descubrí la increíble y fuerte espalda del chico. Ella tenía sus manos en sus hombros. Subí aun mas mi mirada y me paralice nuevamente, ese cabello lo reconocería, a pesar de haberlo visto unas cuantas veces. Era nada más y nada menos que Edward Cullen. Quise saber quien era la chica, y ella pareció leerme el pensamiento, ya que apoyo su barbilla en el hombro de el, mientras el besaba su cuello. Mantenía los ojos cerrados y pude ver que trataba de Lauren Mallory. Otra golfa de la universidad.

- Eddy estooy cercaa – gimió la chica y supe que era momento de irme.

Mi cuerpo había reaccionado, sobre todo al ver su trasero contraerse, soltarse y volverse a contraer con cada estocada que daba. Estaba totalmente mojada, deseaba ser esa chica, deseaba ser yo la tocada por esas fuertes pero grandes manos.

En ese momento Lauren abrió los ojos y comenzó a besarlo. Me di media vuelta, no se como, ya que mi cuerpo no respondía las instrucciones que daba mi cerebro, entonces dispuse a salir…

- ¡Mierda!... ¿Bella, ere-es tuu? – dijo Lauren y pude ver como el volteo a mirar, pero yo estaba de espalda y ni siquiera respondí. Salí corriendo de allí y me metí en los baños de los profesores.

En ese momento, mi respiración era errática. No podía sacar la imagen de su trasero de mi cabeza. Quizás era una depravada, pero no me importaba. Necesitaba una ducha… ¡NO! Necesitaba un hombre urgente o por ultimo un vibrador.

Moje mi cara y cuello con agua fría y respire profundamente al salir. No me tope con nadie gracias a Dios. Luego de la charla en la oficina del pelao, me fui directo a una tiendo de juguetes para adultos. Me avergüenza admitir que compre un vibrador y una de esas lencerías que tienen vibrador incluido y tu solo tenias que presionar un botón para que este comenzara a moverse en tu interior. Era perfecto.

Al llegar a casa, y hacer lo correspondido, con los niños durmiendo, descargarme toda la tensión de la tarde. Claro no era lo mismo que si estuviera un hombre en esta cama conmigo, como si estuviera el conmigo…

¡Mierda! Concéntrate Bella, es uno de tus estudiantes. ¡Es ilegal!

El día siguiente iba preparada con mi súper juguete entre mis piernas, solo porsiacaso. Últimamente estaba encontrándome sorpresas al respecto con Edward Cullen. …

Martes, hoy tenia casi toda la mañana libre, por lo que me dedique a planificar las siguientes cuatro clases para cada uno de mis cursos. Estuve ocupada en eso toda la mañana, de pronto mi celular vibro. Alice.

- Ey, Bells.

- Alice, ¿Cómo estas?

- OH, muy bien y se que tu también… ¿puedes escaparte un momento?

- Si, ¿sucede algo?

- No, solo quiero que charlemos, ¿si?

- Si, donde siempre, ¿verdad?

- Donde siempre, a la hora de siempre – colgó

Ag., hablar con ella siempre había sido así. Hablaba diciéndote todo lo que quería decirte, y al terminar te colgaba. Nunca supe en todos estos años de amistad de donde sacaba tanta energía si era tan pequeñita... Cuando llegue al café ya estaba ahí. Era de esperarse.

- Hola, Alice

- Hey, Bella – nos saludamos con un pequeño abraso y un beso en la mejilla - ¿quieres algo?

- Mm… solo un capuchino, gracias.

Alice le pidió al mesero dos capuchinos. Entonces se dispuso a mirarme con los ojos entrecerrados.

- Cuéntamelo todo, depravada – pidió.

- ¿Que?

- No te hagas la tonta, sabes que te tiraste a aquel chico.

- ¡NO!... Alice ¿Cómo dices eso?, Nunca haría algo así, es mi estudiante, ¡por Dios!

- ¡OH, vamos! ¡Como si no lo quisieras!

- Alice, de veras, no ha pasado nada… - trague en seco, recordando las experiencias extrañas que ese chico me ha hecho vivir.

- No te creo – pronuncio enojándose.

- No tendría que mentirte, no lo hice cuando me dijiste que me acostara con tu compañero de trabajo, menos lo haría ahora. Solo… créeme y si algo pasa, serás la primera en saberlo.

Alice pareció pensárselo. Al parecer la convencía, ya que se dejo que fantasear con el hecho de que me había acostado con el chico Crayola, alias Edward Cullen.

- ¿Y como se llama? – pregunto de pronto.

- ¿Quien?

- ¡EL CHICO! – grito. Muchas personas nos observaron.

- Cállate Alice… OK, este bien te lo diré…Edward Cullen.

- ¿Cullen? ¿hijo del Dr. Carlisle Cullen y Esme Cullen? – parecía sorprendida.

- No lo se… pero estudia medicina, así que… eso creo.

- Wow… grandes padres, ellos son amorosos, Bells.

¿Los conoces? – le pregunte sorprendida.

- Aja… ¿recuerdas cuando quise remodelar mi casa? – asentí – bueno, contacte a Esme Cullen, tiene una empresa de remodelaciones y bueno… un día nos encontramos y me presento a su esposo, el Dr. Carlisle Cullen.

Eso me dio mucho que pensar. Si tenía unos padres ejemplares, con grandes oficios y al parecer muy respetados, ¿Por qué echar al vacío esa reputación acostándose con cualquier niñita que se le cruzase?... Seguramente eran las hormonas de chiquillo que aun tenia.

Parecidas a las tuyas, Isabella.

Odiaba esa molesta voz en mi cabeza que me recordaba mi odiosa frustración sexual. Al rato de charlar con Alice, me marche hacia la universidad.

Cuando entre, me dirigí de inmediato a mi oficina, aun quedaba dos horas y media para entrar a clases con los de publicidad. Me puse a ordenas unos cuantos exámenes y trabajos. Cuando termine aun quedaba mucho tiempo y debía admitir que estaba aburrida. Cerré los ojos, pero la imagen de su trasero vino a mi mente. Mierda, estaba comenzando a mojarme nuevamente… Necesita a alguien, ¡NO!, LO NECESITABA A EL.

Cerré la puerta de mi oficina con llave, me senté en la silla, y comencé a jugar con el maravilloso juguete entre mis piernas, pero no dio resultado. Ni siquiera llegue al maldito orgasmo que tanto deseaba. Solo podía pensar en un chiquillo – hombre - de cabellos cobrizos.

Salí a recorrer el campus, no era correcto lo que me estaba sucediendo. Debía dejar de pensar en el, de esta forma, claro, ya que lo vería en clases, hasta que se graduara. No debía sentir este deseo carnal por el, por su cuerpo, por sus fuertes brazos, por esas grandes manos y esos suaves y poco predecibles labios carnosos.

¡Mierda!, lo has vuelto a hacer Isabella.

Maldita voz…. Me senté en una de las bancas que estaban frente a la cancha de básquetbol. No parecía haber nadie, por lo que me senté y mire hacia todos lados. No había casi nadie, estaban todos almorzando.

Un sonido llamo mi atención proveniente de la cancha. Mire hacia allá pero desee no haberlo hecho. En ella estaba el chico Crayola, sin polera, debería agregar, con una pelota entre sus manos, encestando. No sabia lo que me ocurría, pero sabia que si o si ese chico iba a ser mío, aunque fuese una vez. Era la imagen más excitante que había visto. Tenía pequeñas gotitas de sudor en su increíble y bien formado pecho. El hueso de su pelvis la tenia tan bien formado, que con solo verlo, me mojaba. El era mi modelito principal, mi modelito prohibido.

De pronto apareció la "amorosa", nótese el sarcasmo, de Tanya Denali, quien lo copio sorpresivamente de la espalda y le beso con desesperación, mirándome con uno de sus maliciosos ojos abiertos.

¿Ella sabría que… la había engañado?

Bueno, seguramente no le importaba. Sabiendo que ella hacia lo mismo y el ni se inmutaba por este hecho, seguramente el tampoco.

No lo aguantaba más. Así que me pare y me fui de aquel lugar, entrando nuevamente a mi oficina.

Cuando ya tenía que ir a clases, me dispuse a ir directamente, no quería otras "sorpresitas" con el Sr. Cullen.

Gracias a todos los santos el jueves no me encontré con nada indecente, por así llamarlo. El viernes nos tocaba clase y el apareció en la puerta de la clase, pero acompañado por ella. Solo le dije que debía ir a mi oficina mas tarde. El acepto y se marcharon.

Ya eran las cinco cuarenta y le había pedido a Alice que pasara a recoger a mis hijos al colegio. Al parecer no iba a parecer por aquí, así que me puse a ordenas mis cosas para marcharme.

*tok, tok, tok*

¡Mierda!

El estaba aquí. Murmure un "adelante" mientras me sentaba detrás del escritorio y fingía planificar unas clases. Lo primero que vi fue su cabeza cobriza asomarse por la puerta.

- OH, Sr. Cullen, pase – le dije. El asintió y entro, cerrando la puerta detrás de el. Tomo asiento en frente mío y se quedo observándome.

- Disculpe, Bella… - lo interrumpí.

- ¿Disculpe?, ¿acaso no escuchaste que no me gustaba que me trataran de usted? – dije en medio broma, medio serio.

- OK… Bella, de verdad quería disculparme contigo, por… por mi comportamiento tus últimas clases.

-No dije nada y me quede observándolo atentamente.

- Debo admitir que no fuiste muy...

- ¿respetuoso? - completo.

- Si, respetuoso, responsable, moralista, un tanto confianzudo… ¿Quiere que siga? Ya que siempre lo he visto en situaciones comprometedoras con señoritas de esta institución. No se preocupe no diré nada, puede confiar en mi, pero yo necesito confiar en usted que eso no volverá a ocurrir – o al menos en mi presencia, quise agregar.

- Le aclare que no diría nada, ya que puso cara de perrito enjaulado. Me miro intensamente mientras parecía procesar la información.

- De acuerdo Bella, de verdad lo siento.

Me limite a asentir.

- OK, desde ahora podrás entrar a mis clases… - di el tema por zanjado – Ah, lo olvidaba, mañana hay examen coeficiente dos, prepárese es de pregunta y contrapreguntas – sonreí satisfecha.

- Pero… ¡he faltado a tus ultimas tres clases! –se defendió.

- No es asunto mío.

El se agarro el cabello, nervioso. Verlo así, le provoco algo raro en si, le entro la urgencia de ayudarlo cosa que nunca hacía con mis alumnos. Ellos debían saber afrontar sus decisiones u hechos y aprender a vivir con ellas. Yo no podía estar ayudándolos. No después nadie los ayudaría. Pero no podía negar que este alumno algo provocaba en ella, ya que no podía dejarlo así…

- Gracias por avisarme y por dejarme entrar a clases, Adiós Bells.

Me estremecí por como me llamo, me gustaba como sonaba mi nombre en sus labios. Se levanto de su silla, pero al mirar su cara se veía realmente preocupado. Debía hacer algo, debería ayudarlo. Mi lado bueno, por así llamarlo gano y tome su muñeca, aguantando que una corriente eléctrica pasara por todo mi cuerpo y esta cargara el ambiente.

- Espera… ¿De verdad estas tan preocupado por el examen?

- Si, no me gustaría reprobar un ramo por la estupida de Tany... por estupideces – se corrigió. Yo sonreí.

- Demuéstralo

- No sabría como… pero realmente me gusta estar con tigo Bells,… en tu clase quiero decir. Eres una gran maestra y muy sen… muy aplicada, te ves bien enseñando y realizas las clases realmente comprensibles.

- Ag.… - con esos halagos me convenció, sin mocionar que yo estaba totalmente roja.

Me levante y fui hacia mi estante ya que allí estaba mi bolso, comencé a buscar el cuadernillo de repaso en el, pero con lo nerviosa que aun estaba por su presencia, este se cayo, desparramándose todo en el suelo.

- ¿Nerviosa? – pude escucharlo que me preguntaba y por su tono, estaba sonriendo.

Lo ignore, y rápidamente agarre todo y lo tendí dentro de el, no debo decir que estaba completamente roja. Tome mi cuadernillo de planificaciones y se lo tendí.

Lo que mas me impacto era ver como me desnudaba con los ojos y no parecía avergonzarse.

No hago consideraciones, pero tu caso es… especial. No dirás nada o sufrías las consecuencias. Ahora tómalo y estudia. Quiero mañana a las cinco mi cuadernillo de vuelta, ¿de acuerdo?

El solo asintió, tomando el cuadernillo, rozando sus dedos casualmente con los míos. Entonces dejándome sin aliento se levanto, acercándose felinamente hacia mí y beso mi mejilla, susurrando un "gracias" en mi oído, con sus labios rozando mi lóbulo de la oreja.

Fin Flash Back


Hola.. aqui estoy de nuevo con esta historia... hehe..

Todo comenzo luego de ver una pelicula... La verdad no se como se llama, pero se basa en una mujer mayor el cual esta embarazada. Aunque ambos se enamoren, no pueden evitar sentir la fuerte atrccion fisica que los domina.

Bueno, niñas... espero que les guste la trama..

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Un beso,

Scarleett Cullens