Para alcanzarte

"A primera vista"

Tomoyo Daidouji descendía del lujoso automóvil ayudada por el chofer.

- "Gracias" – musitó al hombre pulcramente uniformado.

Respiró profundo, encontrándose nuevamente frente a su hogar, una esplendorosa mansión ubicada en el mejor sector privado de Tomoeda. Sonrió para sí misma antes de empezar la marcha hacia la entrada seguida muy de cerca por el chofer que traía sus maletas.

Entró en la residencia sin mucho alboroto, nadie parecía haberse dado cuenta de su presencia, hasta que una de las amas de llave que pasaba por el lugar casi deja la charola con las tazas de té regadas por el piso de la impresión al ver a la hermosa joven.

Tomoyo posó un dedo sobre su boca en señal de silencio, sonrió divertida mientras la mujer mayor se olvidaba de la charola colocándola sobre la mesa más cercana y se dedicó a subir las maletas de la muchacha después de escuchar su orden.

- "No te preocupes, yo me encargo" – le había dicho la chica mientras tomaba el objeto – "sube mis maletas, por favor".

La mujer obedeció y después de brindarle una cariñosa sonrisa de bienvenida, se retiró de inmediato.

La joven de largo cabello negro se adentró en una de las salas al escuchar voces provenientes de ésta, podía escuchar claramente a dos mujeres hablando y uno de los timbres de voz lo reconoció perfectamente.

Entró con la charola y se encontró con las dos personas totalmente concentradas en una conversación, tanto, que no se percataron de la presencia de ella.

- "Parece que ya a llegado el té" – habló una cuando por fin notó a Tomoyo, le extrañó mucho que esa chica fuera la que trajera la merienda pues no parecía pertenecer a la servidumbre.

- "Muchas gracias Mariko" – replicó la otra con una bondadosa sonrisa – "puedes dejarlas en la mesa" – continuó sin siquiera mirarla.

- "Como diga, señorita" – rió divertida.

Las voz tuvo la virtud de sobresaltar a la mujer que parecía ser una de las dueñas de la casa.

- "¡¿Tomoyo?!" – preguntó incrédula.

- "Hola" – sonrió – "¿cómo has estado, Kaho?".

La joven no respondió a la pregunta y rápidamente aprisionó en un cariñoso abrazo a la morena.

- "¡Que alegría verte! ¿cuándo llegaste?" – le preguntó – "¿por qué no me avisaste para ir por ti?" - se separó de ella con un leve gesto de reproche.

- "He llegado hoy e inmediatamente he venido para acá. Y no te comuniqué mi llegada porque quería que fuera una sorpresa".

- "Y vaya que me sorprendiste" – sinceró – "me estaba preocupando tu retraso... hasta llegué a pensar que no vendrías".

- "¿Cómo?, y perderme la boda de mi hermana ¡jamás!" – replicó con dulzura y con un cariño que no podía disimular.

La pelirroja sonrió una vez más, mientras hacía una rápida pero concienzuda inspección a su hermana menor. Estaba más linda que nunca... el haber estado todo un año estudiando diseño en Francia le habían sentado de maravilla.

- "Kaho" – llamó la otra mujer que se encontró totalmente olvidada por su interlocutora justo cuando la chica de ojos azules irrumpió en el lugar – "creo que hoy no podremos terminar nuestra charla" – sonó comprensiva – "arreglaremos detalles mañana ¿de acuerdo?".

- "Claro Megumi, discúlpame".

- "No tienes nada por que disculparte" – sonrió – "como siempre lo he dicho: la familia es lo más importante" – se despidió de las muchachas con cortesía.

- "¿Quién es ella?" – quiso saber Tomoyo.

- "Es la organizadora de la boda".

- "¡Vaya!, espero que no se enoje cuando me entrometa en su trabajo" – comentó – "porque de que voy a meter mis manos en los preparativos de tu boda... no hay duda" – bromeó, aunque más que eso parecía una afirmación.

La amatista movía su cabeza en todas direcciones como buscando algo.

- "¿Dónde esta Yukito?" – preguntó por fin.

- "Salió con Touya a probarse el esmoquin".

- "¿Y como te sientes?" – la muchacha arrastraba a su hermana a uno de los muebles para charlar.

- "Muy feliz" – respondió con un leve rubor.

- "Me lo imagino, al fin ese lento de Touya se decidió a dar el gran paso".

- "Ayudado por algunas amenazas de parte tuya" – rió de buena gana.

- "¿Yo?" – repuso fingiendo sorpresa – "que quede claro que también Yukito y Sakura intervinieron en eso" – pareció divertida.

- "No lo dudo... y hablando de Sakura ¿no quieres ir a visitarla?" – sugirió dando en el blanco de su hermana.

- "Por supuesto, me encantaría" – sonó emocionada.

- "Vamos entonces".


- "¿A sí?" – el recién llegado de Inglaterra escuchaba atentamente las noticias de su amigo, acababa de llegar a Japón dispuesto a quedarse una larga temporada, todo, producto de la multinacional puesta por su padre en ese país.

- "Sí. El hermano de Sakura se casa y como me acabas de decir que no tienes nada que hacer hasta que se inaugure la multinacional, ¿por qué no me acompañas al evento?".

- "Me encantaría, pero ¿no se molestará la familia de tu novia?".

- "Para nada, Sakura estará encantada, además, Kaho ya me había dado luz verde para invitar a alguien de mi entero gusto".

- "Pues siendo así, encantado de acompañarte" – sonrió.

Eriol Hiragizawa aceptó la invitación de su mejor amigo, nada mejor que ir a una fiesta para empezar en un nuevo hogar. Pareció complacido ante la idea de conocer gente nueva, seguramente en esa boda habría muchas personas distinguidas, siendo Shaoran de tan excelente posición y teniendo en cuenta que su novia era la hija de un prestigioso y aclamado arqueólogo... no tenía duda que solamente la seleccionada crema innata asistiría a ese evento de tal magnitud.

- "¿Y cuándo podré conocer a la novia?" – dudó el inglés – "quisiera presentarle mis respetos y felicitaciones, antes de asistir a su boda así como así".

- "Esta tarde pienso acompañar a Sakura a recoger su traje de dama, Kaho estará en la boutique encargándose de todo, como siempre, ahí podrás conocerla".

- "Me pongo entero a tu disposición" – repuso de buena gana – "tan solo espero que el tiempo que pase aquí sea de lo mejor".

- "¿Y cómo esta Nakuru?".

- "Muy bien, me alcanzará más tarde... aun tuvo que cerrar algunos tratos".

- "Ojalá llegue antes de la boda de Touya, para que pueda acompañarnos".

- "Seguro que sí, ella sabe negociar como ninguna" – rió.

El apuesto joven de cabello castaño, fijó sus espejos ámbar en su reloj de pulsera, recordó que tenía que hacer unas pequeñas diligencias antes de recoger a su novia y partir por su vestido.

- "Tengo que salir a arreglar unos asuntos ¿me acompañas?, cuando terminemos nos iremos directamente a recoger a Sakura".

El muchacho asintió ante la petición y se encaminó con su amigo.


Las mujeres reían con algarabía, compartiendo una pequeña porción de pastel. Sakura estaba feliz de tener de vuelta a su mejor amiga.

- "¡Vamos Sakura!" – exclamó la morena – "siempre venía a pasar las vacaciones con ustedes".

- "Sí, pero no era lo mismo que tenerte todos los días" – objetó la castaña.

- "Tan solo fue un año y ya estoy de vuelta".

- "Espero que por mucho tiempo".

- "Lo mismo deseo yo, créeme".

- "¿Dónde se habrá metido Kaho?, dijo que solo iría a saludar a su prometido y que regresaría a tomar el té con nosotras" – Tomoyo hizo la aclaración.

- "Ya sabes como son los saludos de Kaho y mi hermano, más ahora con todo esto de la boda... Touya simplemente no puede quitarle las manos de encima".

- "Tienes razón" – la chica de profundos ojos azules, contenía una risita – "ya me imagino a los dos tórtolos".

- "Yo me imaginó a Kaho, ¿pero a mí hermano?... es difícil visualizarlo en un plan cariñoso".

Daidouji no pudo evitar reír ante el acertado comentario de la chica.

- "Se nota que Kaho anda muy feliz por tu regreso, creo que tu presencia es lo único que le faltaba para completar su alegría".

- "Muchas gracias Sakura" – la voz de la joven sonó súbitamente cálida – "no sabes lo feliz que me siento al estar de nuevo con toda la gente que me quiere" – agradeció una vez más – "y dime, ¿cómo van tú y el joven Shaoran? ¿habrá alguna otra boda en puerta?".

Las mejillas de la chica se encendieron con ese comentario, cosa que le causó mucha gracia a su interlocutora.

- "¡¿Pero que dices?!" – estaba roja a más no poder – "no creo que lleguemos a esos planes todavía".

- "¿Por qué no?, los dos se quieren mucho eso me consta, además, podría asegurar que Shaoran ya no se aguanta por hacerte la pregunta".

- "¡Hay Tomoyo!" – se avergonzó aun más – "no digas esas cosas".

La japonesa contenía la risa a duras penas, su amiga siempre había sido así... y más en cosas del amor.

- "¿Y tú, Tomoyo?" – preguntó para desviar el tema y controlar su sonrojo – "¿conociste a algún chico en Francia que te robó el corazón?".

- "Conocí a muchas personas, sí. Pero no establecí ninguna relación con algún muchacho, tal parece que el amor se me resiste" – sonrió, tratando de darle humor a sus palabras.

- "No me gusta que hables así" – se lamentó la castaña – "eres una chica muy linda y estoy segura que muy pronto encontraras a un hombre maravilloso".

- "¿Cómo Shaoran?" – bufó la diseñadora, logrando una vez más avergonzar a Kinomoto.

Cuando Daidouji se disponía a seguir con la charla del matrimonio, la conversación se vio interrumpida por los próximos a establecer nupcias.

- "Lamento interrumpir" – replicó la pelirroja – "pero ya es hora de ir a la boutique a ver como van las cosas, pero más importante aún a recoger tu vestido, Sakura".

- "Claro" – asintió la susodicha – "Shaoran prometió venir a buscarme, así que las alcanzaré allá".

- "Por supuesto... ¿vamos Tomoyo?".

- "En un momento hermana" – se excusó, mientras se despedía de Sakura – "aprovecha de llevarlo allá para insinuarle algo de tu propia boda" – le susurró divertida a la muchacha.

- "¡¡Tomoyo!!".


Shaoran llegó puntual por ella como siempre, la chica se alegró al ver que el muchacho que acompañaba a su novio no era otro que Eriol Hiragizawa. Un hombre al que ya había tenido la oportunidad de tratar en varias ocasiones cuando ella acompañaba al joven chino a sus negocios, o cuando simplemente iban a visitar a su amigo a su país natal, Inglaterra.

- "Sakura, como siempre es una dicha volver a verte" – saludó el inglés con naturalidad.

- "El gustó es mío, Eriol".

- "Escuché que tu hermano va a casarse".

- "Sí, espero que puedas asistir a la boda".

- "Iré con mucho gusto".

Después de cruzar un par de palabras más, el trío partió para llegar al lugar convenido.

Al instante se encontraron con Kaho, que ultimaba detalles con las costureras. El joven Eriol presentó sus felicitaciones a la novia y alabó el buen gusto del cuñado de Shaoran. Poco tiempo después llegó Yukito Daidouji, el hermano mayor de la próxima a casarse, momento de aparición que el inglés aprovecho para dar sus saludos y presentaciones al mismo.

La actividad empezó, y por lo pronto, Sakura se encontraba dando opiniones sobre los vestidos y apreciando adornos para algunas otras cosas.

Shaoran se disculpó con su amigo por tener que dejarlo un minuto solo, pero su presencia era requerida por Yukito para probar en él, el traje que ya casi estaba completo.

- "Ve a dar una vuelta por ahí" – habían sido las palabras del chino.

¿A dónde podría dar él una vuelta?, sí se encontraba en una enorme Boutique, específicamente en el sector de novias, rodeado por toda clase de vestidos y accesorios para ceremonias. Simplemente no encontraba un lugar en donde podría recaer su atención.

Pese a todo, se encaminó por los pasillos cercanos del lugar cuidándose de no alejarse mucho del lugar en donde estaban sus amigos.

Fue entonces que al doblar en una esquina, la vio...

La mujer más hermosa que pudo haber visto en su vida se encontraba frente a él luciendo un esplendoroso velo de novia. La chica se contemplaba en uno de los tres espejos que la rodeaban, parecía un ángel, su delgada figura y su rostro de porcelana parecían tener el balance perfecto en su persona, su largo cabello azabache caía como una brillante seda negra sobre sus hombros, todo encajaba perfecto en aquella mujer.

No pasó mucho tiempo para que la chica advirtiera la presencia del hombre al escuchar un ruido proveniente del mismo lugar. Se sobresaltó, posando su mirada en el joven... se quedó quieta desde su posición observando al apuesto hombre frente a ella. Los profundos ojos azules del desconocido parecían haberla hecha presa de algún encantamiento pues no dejaba de analizarlo, de cabello corto y negro con reflejos azules, rasgos masculinos y varoniles, utilizaba unos sofisticados anteojos y vestía elegantemente ese cuerpo perfecto y tentador.

- "D-Disculpe" – uno de ellos articuló palabra por fin – "no quise asustarla".

- "No se preocupe, no lo ha hecho" – sinceró, pues en efecto no lo había logrado, más bien había quedado de alguna manera sin palabras.

- "Ese velo le queda muy bien" – comentó Eriol volviendo a ser el de antes – "será una novia muy hermosa, su futuro esposo estará complacido".

La muchacha aun tenía el velo en la cabeza y ante el comentario se lo quito al instante, negando con la cabeza.

- "No. Este velo no es mío... es de mi hermana, es ella la que se casa".

- "Pues muchas felicidades a su hermana" – sonrió feliz al descubrir que no era ella la novia.

- "Muchas gracias" – correspondió a la sonrisa – "creo que mejor me voy, tengo que seguir ayudando con los preparativos" – se excusó al sentirse pequeña ante la mirada tan profunda de ese hombre.

- "Pase usted" – le dio paso libre, para que pudiera retirarse del lugar".

Tomoyo pasó al lado del inglés sonriendo una vez más como despedida, mientras el joven la veía alegarse de su camino.

Sonrió al encontrarse solo y agradeció una vez más a su suerte por haber hecho que acompañara a Shaoran hasta aquella Boutique.

- "Vaya que era hermosa" – replicó para sí, antes de emprender el camino de regreso con sus amigos.

Notas de la Autora: Tomen esto como un pequeño prólogo, espero que la historia los haya cautivado y sobre todo los haya dejado con ganas de leer más.

Esta pareja me encanta, es de mis favoritas en CCS además de S y S claro , venía pensando este fic desde hace algún tiempo, pero no me había animado a escribirlo hasta ahora, espero no haber decepcionado.

Gracias de antemano a los que leyeron este primer vistazo de la historia.

Espero recibir todas sus dudas, comentarios, sugerencias, felicitaciones, o lo que quieran, en los Reviews!!! pero sino... pueden escribirme personalmente

Nos lleemos en el próximo capítulo.

Saito Ryuzaki