Sleeping Beauty
Ok primero que nada este es mi primer fic GENDER BENDER al estilo ICHIRUKI, así que por favor sean buenos conmigo.
ADVERTENCIA: BLEACH y LA BELLA DURMIENTE no me pertenece, sino que les pertenecen a sus respectivos dueños; KUBO TITE-SENSEI y WALT DISNEY.
NOTA: Puede haber algunos cambios en la historia que nada que ver con la película. Y también un poco de OOC (Out Of Character *Cambio de Personalidad*)
NOTA II: En este fic aparecerán HISSANA y MASAKI.
Ok ahora si pueden disfrutar de su lectura.
Capítulo 1: Dones, Maldición, Salvación
Hace mucho tiempo en el reino de Karakura, gobernaban el rey Isshin Kurosaki y su joven esposa; la reina Masaki Kurosaki. Ambos eran muy queridos por su pueblo, pero, había algo que la pareja de gobernantes no tenían. Un heredero al trono. Después de mucho tiempo de espera, la reina Masaki le dio a su pueble una heredera; una princesa con el nombre de Ichigo.
Isshin llamo así a su primogénita porque sería "la que protege" a todo aquel que estaría en problemas. El bautizo se llevó a cabo al día siguiente; los reyes dieron una gran celebración por el nacimiento de su princesa que invitaron a todos los nobles de los reinos vecinos y hasta su pueblo también fue invitado a la celebración.
Dentro del castillo había una hermosa decoración desde los tonos más claros hasta los más oscuros, había también una hermosa decoración de elegantes y llamativas flores y hasta bufones para entretener a los invitados. En ese momento a cabo de unos minutos después un heraldo apareció mientras se colocaba unos centímetros alejado de los dos reyes y con voz firme dijo.
– Sus reales majestades; el Rey Byakuya y su esposa la reina Hissana. Y su alteza; el príncipe Rukio.
– Byakuya, amigo mío. Me alegra de que hayas venido a la fiesta de mi hija. – dijo alegremente Isshin mientras recibía con los brazos abiertos al noble de cabellos negros.
– Por nada en el mundo me lo perdería. Un Kuchiki no debe de faltarle al respeto a un noble. – aclaro Byakuya.
– Masaki muchas felicidades. Tu hija es un encanto. – felicito Hissana a su amiga Masaki.
– Muchas gracias Hissana. Pero miren que tenemos aquí, el príncipe Rukio. Vaya cuanto ha crecido. – dijo Masaki a su amiga mientras observaba de pies a cabeza a un niño de alrededor de uno años de edad que traía consigo un regalo para la recién nacida.
– Rukio. Hijo. ¿No vas a ver a tu prometida? – pregunto cariñosamente la pelinegra a su hijo.
–¿Prometida?– pensó confundido el niño mientras arqueaba una ceja.
– Ven Rukio, quiero presentarte a una personita. – comento la reina Masaki mientras llevaba al príncipe Kuchiki hacia una elegante cuna. – Rukio, quiero conozcas a Ichigo. Tu prometida.
–¿Ella es? Vaya que es muy fea. No, ni pienso casarme con esa cosa monstruosa. – pensó mientras miraba con extrañeza a la bebé quien dormía plácidamente en su cuna. En ese momento el heraldo comenzó a anunciar otra cosa más llamando la atención de todos.
– Sus honorables excelencias, las tres ilustres hadas; la buena hada Rangiku, la buena hada Orihime y la buena hada Hiyori.
En ese momento en el que el heraldo hablo un destello luminoso alumbro la sala de eventos, de allí bajaron tres hermosas jóvenes con unos elegantes vestidos y además con alas en sus espaldas y unas varitas en mano.
La primera en bajar fue Rangiku; ella tenía el cabello cobrizo, tez un tanto blanca, ojos grises, y de un cuerpo bastante voluptuoso que dejaba a la imaginación de cualquier hombre. Ella usaba un vestido color rojo carmesí.
La segunda fue Orihime; ella tenía el cabello anaranjado cobre, tez blanca, y bueno también ella tenía un cuerpo bastante súper dotado, ojos grises y de una personalidad cálida y alegre. Ella usaba un vestido color verde pasto.
La última fue Hiyori; tenía el cabello güero pálido, tez bastante clara, ojos cafés y una personalidad orgullosa y a la vez misteriosa. Ella usaba un vestido color azul fuerte.
Las tres comenzaron a volar con elegancia hacia donde estaban los cuatro reyes junto con el príncipe y la princesa, al llegar allí lo primero que hicieron fue en ver a la tierna recién nacida. Rangiku y Orihime se les ilumino el rostro al ver a la divina criatura descansando en su cunita, mientras que Hiyori simplemente la observo con cariño y calidez como una hermana mayor a su nueva hermanita.
– Es un encanto. – dijeron al unísono las tres hadas, se alejaron unos centímetros de la cunita de la niña mientras se arrodillaban ante los padres de la recién nacida y de los otros invitados junto a su hijo.
– Sus majestades.
– Cada una de nosotras dotara al bebé con un raro don, que en suma serán tres. – hablo la mayor de las hadas mientras recibía la aceptación de Isshin y de su esposa. Rangiku llego a la cuna de Ichigo y comenzó a recitar su regalo. – Princesita. Mi don para ti será la belleza.
Un don especial la belleza sin igual. Rojos labios cual carmín y la fragancia del tierno jazmín.
– Gentil princesita. Mi don para ti será una gloriosa voz. – dijo Orihime, luego de que su compañera terminara con el regalo que le hizo a la pequeña.
Un don encantador, una melodiosa voz. Que le envidia el ruiseñor, su vida entera será una canción.
– Dulce princesita. Mi don para ti será…
En ese momento en que Hiyori iba a decir el don a la pequeña Ichigo, una ventisca helada y pesada apareció en el salón asustando un poco a los invitados. En eso las puertas del castillo se abrieron bruscamente mientras que estas chocaban con brusquedad contra las paredes de piedras, algunas de las decoraciones de aquel lugar volaban de un lugar a otro debido a la fuerte ventisca que había entrado.
Isshin y Masaki estaban confundidos. Byakuya ocultaba a su hijo y a Hissana detrás de él mientras que Rukio se aferraba a su madre buscando protección. Rangiku, Orihime y Hiroyi estaban aturdidas y preocupadas. En ese momento un relámpago apareció de la nada mientras que éste chocaba contra el suelo haciendo que una llamarada color verde eléctrico resplandeciera el salón de fiestas.
Una vez que aquella llamarada se estaba consumiendo se podía ver una figura espectral y oscura, para en ese entonces la llamarada se apagó, dejando ver a una joven de mirada dorada, tez blanca como la de un cadáver, cabello morado-azulado sujetado con una coleta por un listón rojo, en su cabeza se podía apreciar una corona que tenía la forma de dos cuernos que parecía como los de un dragón y finalmente su vestimenta era totalmente negra con algunos toques color morados. Y en su mano se podía apreciar un bastón con una esfera negra y que además en este había un cuervo posado en ésta.
– Es Senna. – exclamo bajo Orihime.
– ¿A que vino esa aquí? – gruño molesta Hiyori, a ella nunca le agrado a Senna desde el momento en que ella y sus amigas le conocieron.
– Shhh, Hiyori. – Rangiku le callo tratando de que aquella "invitada" no la escuchara.
– Pues sí que esta es una reunión brillante Rey Isshin. – dijo Senna mientras miraba con frialdad a los reyes y a los invitados. – La realeza, la nobleza, la plebe y… jajaja, que singular hasta la gentuza. – aquella joven se burló lo último cuando observo a las tres hadas, que estaban en la cuna de la bebé, claro que para Hiyori al escuchar eso la molesto. Pero antes de que ella comenzara en darle su merecido Rangiku y Orihime la detuvieron. – Realmente me sentí apenada de NO recibir invitación.
– Es que no te queríamos, Senna. – dijo burlona y orgullosa Hiyori mientras le sonreía con burla a Senna.
– ¿QUÉ NO ME… – en ese momento la ojidorado se controló antes de liberar su toda su furia contra los que estaban allí. – Jo, dios que embarazosa situación, esperaba que todo se debiera a un descuido. Pero en tal caso será mejor que me vaya. – fingió en un tono ofendido mientras se retiraba de aquel lugar, pero en ese momento fue detenida por Masaki.
– No… ¿No se siente ofendida excelencia? – pregunto avergonzada y a la vez un poco asustada la esposa de Isshin.
– ¿Yo? ¿Por qué majestad? – pregunto con burla Senna a la reina. – Y para demostrarlo mi buena voluntad yo… también concederé un don a su hija. – en eso una macabra y siniestra sonrisa apareció en los labios de aquella chica mientras observaba divertida como las tres hadas protegían el cunero de la princesa. – ¡Oigan todos ustedes! La princesa si crecerá adoptada con gracia y belleza… podrá ser amada por cuantos las conozcan… pero… ¡Al cumplir los 16 años antes de que el sol se ponga, se pinchara el dedo con el uso de una rueca y MORIRA!
– ¡Ay, no! – exclamo Masaki asustada mientras corría a la cuna de su hija para después cargarla y aferrarla a su pecho. Senna rio macabramente en ese entonces observando con justicia aquellos que la humillaron, pero, en especial a Isshin y Masaki.
– ¡Detengan a esa hechicera! – ordeno con furia Isshin mientras que todos sus guardias se abalanzaron contra ella… pero…
– ¡ATRÁS ESTUPIDOS! – exclamo la bruja mientras que aquella llamas verdosas eléctrico la rodearon, haciendo que todos los guardias que la querían acechar se alejaran para evitar quemarse.
Solamente los ecos de aquella risa macabra y diabólica inundaron ahora el salón de fiestas del que alguna vez estaba lleno de felicidad. Una vez que todo volvió a la "normalidad", Masaki aún tenía aferrada a su hija con ella mientras que su esposo miraba con profundo odio y maldad a aquel lugar donde estaba aquel demonio de Senna. Byakuya miro a su mujer y a su hijo tratando de ver si ellos se encontraban bien.
– No se desesperen sus majestades. – tratando de calmar Rangiku a los dos reyes. – Hiyori aún tiene un don para ella.
– ¿Entonces puede deshacer ese horrible hechizo? – pregunto Isshin esperanzado pero luego aquella esperanza se consumió cuando escucho lo siguiente.
– No señor. – respondió Hiyori en un tono decepcionado.
– Los poderes de Senna son grandes alteza. – replico Rangiku.
– Pero puede ayudar en algo. – agrego Orihime mientras le daba ánimos a Hiyori cuando la empujo hacia los dos reyes.
– P-pero… – dijo nerviosa la pelinegra.
– Haz lo que puedas querida. – la animo Orihime.
– Si, inténtalo. – dijo la pelicobrizo.
– Dulce princesita, si por ese desdichado embrujo te ha de herir el huso de una rueca en un dedo, que haya un rayo de esperanzada el don que te concedo y NO con la muerte, solo el profundo sueño la fatal profecía se cumplirá y de ese sueño hechicero despertarás al calor del primer beso de amor. – con esto último Hiyori termino de recitar aquel don, que tranquilizo un poco a los reyes.
Pues desde hoy triunfará el amor...
Pero el Rey Isshin temeroso no obstante por la vida de su hija, ordeno a que todas las ruecas de hilar del reino fueran quemadas ese mismo día, y la real orden se cumplió de inmediato. Una gran columna de fuego fue consumiendo rápidamente todas aquellas ruecas de hilar mientras que los espectadores veían algunos tranquilos, preocupados y además tristes como aquellas llamas de fuego quemaban aquellas ruecas.
Capítulo 2: El Plan
Mientras tanto en el salón de se podía ver a una hermosa mujer de cuerpo voluptuoso con una mirada fruncida y a la vez preocupada desde la ventana al ver como aquella montaña de ruecas de hilar estaban siendo quemadas. Rangiku soltó un suspiro cansado mientras se masajeaba la puente de su nariz. Estaba un poco estresada por todo lo que había pasado el día de hoy.
– Simples váratelas de nada servirá. – dijo en ese momento Rangiku a sus amigas mientras se volaba directamente hacia ellas.
– Ven a tomar una buena taza de té Ran. – dijo Orihime tranquila mientras hacía aparecer con su varita dos tazas y un tetera, mientras que Hiyori también lo hacía. – Estoy segura de que todo saldrá bien.
– Ja, para Senna una hoguera no será un obstáculo. – comento casi de forma burlona y seca Hiroyi a sus compañeras.
– Claro que no, pero, ¿Qué podríamos hacer? – replico la pelicobrizo.
– Pues… tal vez si la pudiéramos entrar en razón. – insistió Orihime mientras servía el té a sus dos amigas.
– ¿A Senna? – pregunto incrédula la güerita.
– Bueno, no ha de ser todo tan mala ¿No? – respondió inocentemente la pelinaranja.
– Ja, claro que lo es. – dijo Rangiku.
– Me daría gusto en convertirla en un sapo barrigón. – gruño Hiyori mientras comía con brusquedad un par de galletas.
– Hiyori, no está bien que digas esas cosas. – le llamo la atención Orihime.
– Además… eso no podría ser, nuestros poderes no son para ser el mal. – aclaro la mayor de las hadas.
– Solo son para ser el bien y traer felicidad y alegría. – agrego la segunda voluptuosa.
– Pues eso a mí me haría feliz. – refunfuño la ojicafe mientras bebía de un solo tragón el té.
– Debe de haber otra manera. – musito la voluptuosa del grupo mientras pensaba con claridad, en ese momento una sonrisa apareció en sus labios mientras miraba a sus compañeras con algo de diversión. – La hay.
– ¿DEBERAS? – exclamo Hiyori.
– ¿Cuál es Rangiku? – pregunto emocionada Orihime.
– Voy a… – en ese momento Rangiku callo mientras hizo un seña a sus compañeras. – Shhh, shhh, recuerden que las paredes tienen oídos.
En ese momento la mayor del grupo comenzó a verificar si no había algún chismoso en la costa, pues, con todo esto que paso con Senna ya ni saben si dejo allí algún secuaz sin vergüenza.
– Siéguenme. – susurro la primera hada voluptuosa.
En un movimiento utilizo Rangiku utilizo su varita para transformar su tamaño humano a la de un insecto. Orihime al verla transformase en esa forma también le siguió la corriente mientras seguía a su compañera en algún lugar seguro para esconderse. Cuando las dos pasaron junto a Hiyori, quien estaba revisando por debajo de una mesa, ella observo a sus dos compañeras que se metían en un joyero de llave.
La güera reviso por última vez si no había moros en la costa antes de que cambiara su tamaño, una vez que la ojicafe hizo aquella transformación se fue directamente al joyero junto con sus amigas mientras que aquel objeto se cerraba entre sí y con cerrojo. Ya una vez dentro de ese lugar Rangiku comenzó a contarles a Orihime y a Hiyori su plan.
– La convertiré en flor.
– ¿A Senna? – pregunto Hiyori esperanzada mientras se imaginaba a su rival transformándose en flor y ella arrancándole sus pétalos felizmente.
– Jaja, no Hiyori a la princesa. – respondió la pelicobrizo a su amiga mientras que la güerita frunció su ceño.
– Ay, si sería una hermosa flor. – comento Orihime mientras se imaginaba a la princesa Ichigo transformada en una hermosa rosa, clavel o una flor de cerezo.
– ¿No lo ven? Una flor no se puede pinchar un dedo. – exclamo con alegría Rangiku mientras veía emocionada a sus compañeras.
– Porque no tienen verdad. – dijo la pelinaranja mientras que Rangiku asentía.
– Estaría completamente segura. – en ese momento cuando el plan ya tenía éxito, la sonrisa de Hiyori que tenía en ese momento se borró al instante mientras que un voz seria y justa le dijo lo siguiente a sus amigas.
– Hasta que Senna enviara una nevada.
– Si, jajaja… ay no. – Rangiku se le borro rápidamente la sonrisa del rostro y también aquella imagen de una Ichigo convertida flor totalmente marchita por el invierno.
– Recuerda que ella siempre te arruina tus más bellas flores Ran. – la segunda voluptuosa comenzó a consolar la mayor de ellas, mientras recordaba como Rangiku siempre sembraba en su jardín sus flores favoritas y después Senna cuando se enteraba de ello enviaba una ventisca para arruinar su hermoso jardín.
– Tiene razón, y es precisamente que quiere que hagamos. – refunfuño la pelicobrizo.
– ¿Qué será que se le escape a esa? Se la sabe todas. – gruño con rabia Hiyori mientras fruncía más su ceño.
– Te equivocas Hiyori, Senna no sabe nada del amor, ni de la calidad, ni de la bondad, ni de la satisfacción de ayudar a otros. – en ese momento cuando Rangiku escucho todo eso que decía su amiga se le ilumino el rostro y el foco. – A veces pienso que ella no es muy feliz.
– ¡Eso es! – exclamo el hada mayor mientras que sus dos amigas la miraron raro. – Está claro, como eso es de lo único que ella no entiende no podría esperar, jejejeje. Vamos, vamos chicas tenemos que planearlo cuidadosamente. – Orihime y Hiyori se vieron algo confusas mientras escuchaban Rangiku su plan. – Si la cabaña del leñador, la que está abandonada desde luego. Isshin y Masaki se opondrán, pero si le explicamos que no hay más alternativa…
– Explicar que Ran. – pregunto la pelinaranja confundida.
– De como tres bondadosas campesinas van a cuidar a una "huerfanita" en medio de la selva. – explico la pelicobrizo a la pequeña hada.
– Oh, que almas tan caritativas. – exclamo Orihime mientras se imaginaba a esas tres campesinas cuidar de la princesa.
– ¿Y quiénes son ellas? – pregunto Hiyori sin emoción.
– Den la vuelta. – ordeno Rangiku, mientras que los dos hadas se voltearon y se vieron reflejadas en un espejo mientras que el hada mayor les había cambiado su atuendo de su verdadera identidad a una de campesinas.
– Oh, pero si somos nosotras. – Orihime se miró maravillada mientras se revisaba cada detalle de su vestuario de campesina.
– ¿Las campesinas nosotras? – Hiyori miro con horror su reflejo, pues, su vestuario le agradaba pero lo único que NO toleraba era aquel color ROSA.
– ¿Y cuidaremos del bebé? – dijo emocionada la pelinaranja mientras se imaginaba como ella cuidaba a la princesita.
– ¿Y porque no? – sonrió divertida Rangiku.
– ¡Oh, me encantaría! – exclamo Orihime. Mientras tanto Hiyori aún seguía viéndose en el espejo mientras fruncía su ceño al verse vestida con ropas color rosado, en un abrir y cerrar de ojos la chica cambio el color en azul.
– Bueno si, pero tenemos que alimentarla y… – en ese momento la interrumpió la segunda voluptuosa de su amiga.
– Y bañarla, y vestirla, y arrullarla para que duerma, oh, seria delicioso.
– ¿pero deberás crees que podemos? – pregunto la güera a la otra voluptuosa.
– Si los humanos pueden nosotras también. – respondió con orgullo Rangiku.
– Además tenemos nuestra magia que nos ayudara. – añadió la ojicafe con orgullo, en ese momento antes de que el hada mayor se fuera saliendo del joyero alcanzo a escuchar lo que dijo su compañera.
– Bueno eso sí. – asintió Orihime.
– ¡Eso no! ¡Nada de magia! Guardare las varitas de virtud ahora mismo. – dijo Rangiku mientras se dirigía hacia sus compañeras para después quitarle a Orihime su varita. – ¡Ah, y mejor nos deshacemos de las alas ahora mismo! – añadió mientras desaparecía las alas de la pelinaranja. – ¿Y viviremos como simples mortales, durante 16 años? – pregunto en shock la pobre Hiyori tratando de evitar a que le quitaran su varita. En ese momento cuando ella trato de huir volando, Rangiku desapareció sus alas mientras que la güera caía en un pequeño cojín. – Espera, no sabremos hacerlo. No hemos hecho nada sin la ayuda de la magia. – Es precisamente por eso que Senna no sospechara. – dijo Rangiku mientras correteaba a Karin mientras que ella se ocultaba detrás de Orihime.
– ¿pero quién lavara y quien cocinara? – pregunto la güera temiendo a que le pusieran los labores domésticos.
– Ya lo veremos. – dijo el hada voluptuosa de Rangiku.
– Yo cuidare del bebé. – comento Orihime rompiendo el hielo.
– Dame esa vara Hiroyi. – Rangiku voló mientras intentaba quitarle la varita a su amiga, pero, en ese momento Hiyori utilizo por última vez su magia haciendo desaparecer las alas de la voluptuosa.
– Vamos ahora, a decírselo a sus majestades enseguida.
En ese momento Rangiku salió del joyero mientras que utilizaba su varita para volver a su forma humanoide, justamente cuando el hada voluptuosa se iba corriendo de la emoción de la nuevas buenas se le había olvidado que sus amigas aún seguían en el tamaño de una hormiga. Si no fuera por los gritos de sus amigas llamándola a gritos ya las hubiera dejado, una risa nerviosa y a la vez una gotita de sudor cayo de su nuca cuando volvía a sus compañeras a la normalidad. Después de tantas horas de que Rangiku, Orihime y Hiyori pudieran convencer a Isshin y a Masaki sobre la protección de la princesa Ichigo, el rey dio acepto la propuestas de las tres hadas. Y así fue cuando el rey Isshin y su esposa Masaki vieron por última vez con pena y tristeza como su más valioso tesoro desaparecía en las tinieblas de la noche. Las puertas del jardín trasero del palacio se abrieron cuidadosamente mientras que Rangiku se asomaba cuidadosamente si no había moros en la costa, Orihime quien tenía a la pequeña princesa la acurruco sobre su pecho para brindarle protección y calor debido a la fría noche que se podía sentir en ese momento.
El hada mayor dio la señal a sus dos amigas de que podían seguir mientras que ellas dos voltearon a ver con tristeza a los dos reyes despedirse de ellas pero más de su hija, se podía ver a unas cuantas distancias las lágrimas de Masaki mientras se aferraba a su esposo evitando que ella desfalleciera en ese momento. Las tres alas salieron corriendo a posa rápido entre la oscuridad de la noche mientras se escabullían entre los arboles del bosque sin dejar ningún rastro.
Bueno aquí un doble capítulo del fic, espero que les haya gustado minna-san, para los próximos capítulos serán así de dobles.
Ok, antes de que me critiquen por haber puesto a Senna como "MALEFICA" mis más sinceras disculpas a los fans por ello.
La verdad es que quería poner a Aizen como la bruja malvada, pero, él no tiene la pinta de bruja así que por esta vez dejare al "pobre" villano dar un respiro. Ahora si dejen sus comentarios que quieran dejarme.
Nos leemos luego ;D
Atte.: Queen-Werempire.
