El pasado es un prólogo
(W. Shakespeare)
ZONA COLONIAL
Es un día soleado en Santo Domingo.
-Arriba, el fresco, representando el día del Juicio Final…-
Haruka está dentro de la Catedral, con su grupo del colegio.
Escuchan al guía.
Un hombre observa desde una esquina, vestido de obrero.
El guía concluye. Haruka les indica a sus estudiantes, tomar nota de todo, aprovechar si tienen cualquier duda o pregunta…
-Saludos profesora, ¿cómo está?- El hombre se le ha acercado a Haruka por un costado, y antes de que le respondiese, siguió hablando. –El niño me dijo que tenían este paseo del colegio hoy, pero no lo pude mandar, la situación está dura, usted sabe…-
-Entiendo, no se preocupe… ¿Usted trabaja por aquí?-
-Sí, sí, yo soy de los que estamos desbaratando las calles. Oiga, esto está vuelto un desastre, esos ingenieros tienen un desorden que usted no se imagina… Bueno, no le quito más tiempo, y yo también tengo que irme. Fue un placer.- Le extiende la mano.
-El placer fue mío.- Le responde Haruka, estrechándosela cordialmente. –Que tenga buen día.-
El hombre se marcha presuroso.
Haruka lamenta haber olvidado preguntarle el nombre del niño, para así ponerle la excusa en la lista de asistencia.
La duda es uno de los nombres de la inteligencia
(J. L. Borges)
