Todos los personajes pertenecen a Riot Games
Será algún día
Esta hecho. Hoy, ambos tortolitos se encontrarán en el puente del parque a las 5pm. Diviértanse, y promete decirle a mami, si es que la noche termino en besitos. Bye! ;)
Ahri
Taliyah se cubría el rostro avergonzada con una mano mientras la otra amenazaba con arrojar su teléfono al agua. Aunque por la forma en la que lo presionaba, parecía que iría a hacerlo estallar.
Al final no hizo nada. Simplemente se dejó caer en el barandal de madera lanzando un pesado suspiro intentando disipar así el calor de su cabeza.
- No puedo creer que se lo haya dicho... - susurro, deslizando su mano a su bolsillo golpeando ligeramente aquellos dos pedazos de papel impreso – y que vaya a venir aquí... ush!
Ahora se frotaba los cabellos alborotándolos, tratando de asumir lo que en minutos habría de pasar.
Eran las 4:43 en punto y Taliyah empezaba a recordar todo lo errores que habían sucedido tres días atrás.
Si, fue un completo error.
El hecho de que la muchacha más irresponsable del salón le haya pedido su cuaderno de apuntes esa tarde en que estaba distraída fue un error.
Olvidar que era esa misma libreta donde escribía sus poemas secretos a las rocas, fue un error.
Descuidar el detalle de que eran en las últimas páginas en donde escribió aquella embarazosa declaración hacia el chico más listo del salón y entregárselo tan tranquila a aquella petición, fue un error.
Al día siguiente cuando la señorita maquillaje le devolvió su cuaderno, Taliyah estampo su rostro en el pupitre al leer la frase "un secreto tan hermoso, no se debe guardar" encontrándose también con un par de boletos para una curiosa película de superhéroes.
¿Cómo esa chica podía sacarse tiempo para cosas así y no para sus estudios?
No importaba. Pero aún le intrigaba el tipo de mensaje que le había mandado a Ekko para que se encontrara con ella. Y le sorprendía más el hecho de que hubiera aceptado. Aunque claro... era Ahri quien se lo pedía, y ningún varón nunca se había resistido a una petición de ella.
Ekko habría accedido por eso ¿Verdad?
No. Él era un muchacho diferente. Taliyah estaba segura que él miraba a los ojos en lugar de los pechos en las conversaciones. Que era una persona respetuosa quien siempre ayudaba a los demás en los proyectos de clase. Sabía que siempre caminaba del instituto a su casa para no gastar en transporte. Que tenía una exagerada afición con los comics y películas relacionadas a los viajes en el tiempo.
- Ekko... - dijo susurrando su nombre.
Si... el era un chico diferente. Y por eso le gustaba.
Su corazón latía más fuerte al armar sus facciones en su mente. Aunque por poco sale de su pecho por encontrarse con una sombra que la cubrió por un instante.
El globo de goma de mascar exploto, generando el característico sonido de pock. La joven de coletas y cabello azul le miraba con unos inquietantes y aburridos orbes violáceos, mientras se sentaba en el barandal.
Taliyah observo a Jinx nerviosa, intentando encontrar alguna explicación de porque le miraba así.
- H-hola?
- pock – exploto nuevamente otro globo de chicle – estas apoyada en mi lugar.
- Ah-h lo siento – contesto, levantándose de golpe.
Jinx se deslizo hasta acomodarse en "ese" sitio. Luego relajó su cuerpo apoyándose con sus manos y lanzando un suspiro a la vez que sacaba un nuevo sobre de Bubble-Zac y se lo metía a la boca.
Algo incomoda, Taliyah se apoyó unos centímetros a su lado, aun con la incógnita de saber que hacia ahí.
- Y este es tu lugar favorito porque...
Sin ninguna palabra más, Jinx escupió el chicle que tenía en la boca, este formó un arco en el aire cayendo directamente en una pareja que compartía un barco con forma de cisne. Más certeramente en el cabello de la chica.
Su acompañante se levantó colérico dispuesto a gritar a quien hizo tal broma. Pero gracias a ese movimiento el barco tambaleo, generando tanto movimiento que lo hizo caer de lleno en el agua.
- Jajajaja - grito Jinx - ¡Por eso!
Taliyah se sintió culpable de repente y escondió su rostro detrás del barandal. ¿Cómo podía ser esa chica tan... tan... impulsiva? Además, ¿No sentía culpa por lo que acababa de hacer?
Aunque luego del instante en que se asomo a ver nuevamente al mojado muchacho, se le contagio parte de la risa de Jinx. Debió admitir que verlo intentando nadar y siendo ayudado por quien seria su novia, era muy gracioso de ver.
El viento soplo con sutileza, haciendo bailar las coletas azules en el aire. Taliyah observo su belleza al sol, su tez blanquecina y su extrema y a la vez atractiva delgadez. Sumado a eso, su actitud juguetona y distraída le hacían alguien con quien cualquier chico quisiera salir a divertirse.
En cambio, ella... aún tenía puesto el uniforme sin modificaciones. La falda larga a cuadros que le llegaba al nivel de las rodillas, la blusa bien cerrada con el corbatín y el suéter reglamentario. Sin aretes como dictaba el instituto; adornando únicamente su cabello con una cinta de color verde.
Y eso que el Valoran Institute era un colegio bastante tolerante con respecto al uniforme. Al parecer la única que seguía esa regla era ella.
Tal vez esa era la razón de que fuera tan impopular en clase. Era la última en elegir en las tareas de grupo, Siempre fue de quien se olvidaban en las listas o consejos de profesores, era quien se quedaba en las bancas en la clase de deporte dado que nunca la escogían en ningún equipo. Prácticamente era casi una chica invisible...
En ocasiones así le gustaría ser como Jinx. Tan libre de decir lo que pensara, tan libre de hacer lo que quisiera. Demasiado metida en su mundo como para pararse a pensar en los comentarios ajenos o siquiera en los sentimientos de los demás.
Por su mente surcó la idea de que posiblemente los rumores acerca de que Ekko estaba enamorado de Jinx estaban en lo correcto y bien fundamentadas.
Taliyah suspiro con frustración apoyando su mentón en la madera en que estaba. Mirando de reojo a quien seria su rumorada rival amorosa, asumiendo que frente a ella no tenía ni la más mínima oportunidad.
- Pareces preocupada – soltó de repente.
La joven de cabellos cafés, cerró los ojos con pesadez. Preguntándose si seria correcto responder.
- Lo estoy – dijo en un murmullo, sorprendida de su repentina sinceridad – creo que me metí en un gran problema…
- ¡Oh! ¡Me encanta escuchar los problemas de la gente! – grito Jinx, quien por su tono parecía como si estuviera fingiendo preocupación. Seguidamente palmeo el barandal indicándole a la confundida Taliyah que se acomodara a su lado.
Luego de unos parpadeos incrédulos, Taliyah se dispuso a subir con ligera dificultad, regañándose a sí misma el hacerle caso a una chica loca.
- ¿Tiene que ver con bombas? – declaro con entusiasmo mordiéndose las uñas - ¿¡Son fuegos artificiales!? ¿Hiciste estallar algo verdad?
- Jeje no… – dijo rascándose la nuca algo inquieta – Es… algo diferente.
Sus dedos se deslizaron hacia el remache de su suéter. Subieron delicadamente hasta su gastada bufanda, inhalando un poco del aroma de su antiguo portador.
- ¿Alguna vez… has sentido que tu corazón se detiene? – susurro, sin importarle si Jinx le oyera o no – ¿Esa sensación de que estas boca arriba y la sangre sube a la cabeza cada vez que vez a alguien? ¿La extraña corriente eléctrica que surca la espalda para quedarse en la nuca y nunca más bajar? ¿O tener un vacío enorme en el estómago cada vez que lo vez alejarse…? Jeje… eso es lo que me pasa cada vez que lo veo.
- pock.
- Ni siquiera puedo acercarme a hablarle, porque temo hacer el ridículo como tantas otras veces – exhalo con una risilla irónica – Aunque parece que es la única forma de acercarme a él.
Recordó lo que paso en sus antiguos intentos de entablar conversación. El tropiezo que tuvo con el pastelillo que le compro como compensación por ayudarla en la excursión de Freljord. Cuando olvido a propósito sus apuntes de filosofía, deseando pedírselos a él; olvidando que Ekko tenía tres días de permiso. Y también la ocasión en que ingreso al club de ciencia sin saber nada del tema.
- A veces quisiera ser como tú. Como Ahri, Katarina o Lux. Chicas tan divertidas, misteriosas y alegres que le agradan a todo el mundo. Creo que así y con esa confianza, al menos podría hablarle sin tartamudear.
- pock – exploto otro globo de chicle. Jinx le escuchaba con los ojos casi cerrados ya que algo así le provocaba sueño. Aunque por alguna razón apoyo su mano en el hombro de Taliyah a modo de consuelo.
- Y ni siquiera sé porque te estoy contando esto… – dijo lanzando una sonrisa pesimista – Jeje tu eres Jinx, y en tu mente solo circundan las ideas de disparos y explosiones, y sé que tú nunca me podrías a ayud-aaaaaaaaaaaahhhh.
Taliyah sintió una suave fuerza empujándola de su hombro. Minúscula. Pero lo suficiente para hacerla resbalar del barandal. Sin oportunidad para aferrarse de algo, la joven cayó al agua con un sorprendido grito al tocar el líquido bajo ella.
Con los oídos llenos y los ojos cerrados escuchaba las maniacas risotadas de Jinx alejarse desde arriba, mientras ella daba brazadas intentando recordar las clases de natación sin resultado alguno. Con todas sus fuerzas maldecía a Jinx dentro de su cabeza.
En lo que parecían los segundos más largos de su vida, Taliyah escucho un chapoteo cerca de ella, y un segundo después sintió un alivio al aferrarse de lo que parecía un delfín en el agua, quien la llevaba a la orilla.
La espesura del césped le reconforto; abrazo la tierra como nunca lo hizo, tosiendo unas cuantas bocanadas de agua, para luego, abrir los ojos sorprendida de lo que acababa de pasar.
- Ufff eso fue intenso ¿Estas bien?
La silueta era difuminada; pero con rapidez supo que el cabello albino, la tez morena y aquel par de enormes auriculares solo le podían pertenecer a una sola persona.
- cof cof A-algo… - dijo a la vez que se sentaba y acomodaba sus mojadas prendas.
- Mmh – sonrió con la nariz – no sabía que te gustaba darles de comer a los patos tan de cerca.
- ¡N-no! Es solo… ¡Jinx! Ella… no… yo… los patos… nadar… emmm… quería invit-… ¡Hay no!
Inspecciono sus bolsillos con temor; la ropa húmeda empezaba a calentarse por el sol, pero aun sentía el frio pasar por entre la tela. Al final la preocupada cara cambio a una de tristeza, sacando los empapados boletos cuya tinta empezaba a desaparecer.
- Hay no… – los miro con culpa pero escondiendo los retazos de papel ahora que la atención de Ekko estaba en estrujar el agua de su ropa. Con sutileza los devolvió a su bolsillo a la vez que se abrazaba de sus rodillas – Ughhh…
- Tenía pensado lavar esta ropa el fin de semana, pero creo que se adelan-
- ¿Por qué viniste? – susurro Taliyah, observando melancólicamente al frente del parque, donde unas parejas platicaban con alegría.
- ¿Eh?
- ¿Ahri te dijo algo? – susurro aun escondiendo el rostro entre sus brazos.
- Emmmm pues… – musito Ekko frotándose la cabeza con duda – Solo me dijo que algo extraordinario pasaría. No tengo idea de porque dijo eso, solo que tenía que estar aquí a las 5 pm. Creo que es una especie de adivina o algo así, porque fue una gran casualidad que te haya encontrado, y vaya que estuve aquí porque si no te hubiera sacado de ahí…
Taliyah lo miro sorprendida. En su pecho se escuchaba el fuerte retumbe de sus latidos, recordándole que tenía razón en sus anteriores suposiciones.
"Algo extraordinario pasaría" se repitió a sí misma con ironía. En realidad todo fue un desastre. Los boletos estaban desechos, estaba mojada hasta los huesos y había hecho el ridículo frente al chico que le gustaba una vez más. Esto no era nada extraordinario.
- ¿Te apetece comer algo?
La frase le saco rápidamente de sus pensamientos, luego dirigió la vista hacia él en una mezcla de sorpresa y timidez.
- Estamos empapados; creo que lo mejor es esperar a que seque mientras comemos algún helado o algo. Así compenso mi intromisión de tu tarde con los patos jeje. ¿Te parece bien?
Aun incrédula ante tal invitación, Taliyah solo miro como la mano de Ekko apuntaba hacia ella.
Una ligera mueca de felicidad adorno sus labios, tomo la palma que la ayudo a levantarse y camino al lado del muchacho que le había salvado nuevamente.
Tal vez era la razón de que tenía toda la cabeza mojada, o tal vez su tibieza enfriaba su cabeza; pero en esta ocasión aquellos nervios que la consumían cada vez que intentaba hablarle desaparecieron poco a poco en el lapso de esa tarde. Algún día se lo diría todo.
Puede que Ahri tuviera razón al decir que "Algo extraordinario pasaría"
Tenía la alegría de haber iniciado esto hace tiempo, y dado que hay muy pocas historias donde aparecia Tali, se me ocurrió escribir esto, en fechas muy cercanas a San Valentin. (Con esto queda claro que tengo muchos fics en borrador y bastantes sin terminar)
Ambientada en un AU.
PD: Nos vemos la próxima semana!
